Gracias, Internet, por todo lo que nos das.
(ilustración sacada de uno de los artículos que linkeo, precisamente de acá)
1) Paseando por el tumblr de Grimes me encuentro con este video:
this is one of the best songs ever written and its a real shame that its not a number one smash because i swear this is a true smash
I’ve spent a long time trying to contact this artist but she’s impossible to find which makes me more obsessed with her weirdness and high quality
literally watch this video like at least once every 2 months for at least 2 years i don’t know why I’m addicted to it
El video de Naomi Elizabeth es una cosa más rara que la mierda, con una pierna en el pop edulcorado barato de los 00s y otra en en pop transgresor podrido de artistas como Xiu Xiu o Parenthetical Girls. Canciones con melodías inexplicables e indescifrables, producción R&B y videos baratísimos que destilan una sexualidad incómoda. Sus otras canciones no son tan buenas pero su presencia web en general y todo lo que hace me pareció interesante, una artista outsider haciendo lo que se le canta, teniendo fe en que alguien en la Internet va a cruzarse con ella y poder conectar con lo que hace.
Luego de ver algunos de sus videos, lo primero que hice fue verificar si es tán difícil como dice Grimes de ver cuan difícil para contactar esta muchacha. Y me terminé encontrando con este hermoso intercambio en Twitter:
2) Creo que fue Martín que me pasó este video y me pareció sumamente gracioso.
(hermoso como mucha gente con los brazos al aire se resigna y empieza a moverlos de costado).
Me puse a revisar los videitos del mismo usuario en Youtube, y encontré varios videos similares pero muy graciosos como WHEN U COLLAB WITH THE PIZZA GUY o WHEN YOU’RE BORED ON A PLANE. En ambos videos lo que hace el muchacho en cuestión es hacer un tema de EDM totalmente BANGERZ y estúpido con cualquier cosa, melodía tocada al azar por el pibe del delivery, o cualquier ruidito que escucha desde su asiento en el avión. Sus videos también funcionan como una perfecta crítica a la electrónica comercial actual, donde hay miles de canciones virtualmente idénticas. Y es inevitable sonreir un poco cuando luego del drop entra el bombo y el bajo con todo y el autor hace estupideces con la cámara.
3) The web we want to save es una post de un famoso blogger iraní que fue encarcelado (justamente, por escribir en blogs) durante 8 años y ahora salió y se dio cuenta de que Internet es Facebook, Instagram, Buzzfeed y que todo es una mierda. Hay un dejo de ‘viejo choto’ en la nota pero es verdad que antes la Internet se basaba en principalmente textos y cada vez más lo que recibimos es más parecido a una TV personalizada para nuestros gustos y opiniones – los feeds, streams de casi todos los apps actuales y redes sociales. No puedo evitar pensar en La Gran Explosión de Blogs del 2004 y en este mismo blog, que se ríe un poco en serio y un poco en broma de ser un superviviente.
4) Me despierto y veo este pequeño artículo en The Awl que habla un poco de lo mismo: The Internet Shows That You Are Just Like Everybody Else. En el artículo se manda un montón de máximas desencantadas como «Internet como el espejo perfecto para ver lo horrible es la Humanidad» o «Si pensabas que Internet es terrible ahora mismo, espera un tiempo nomás». La nota termina con la misma conclusión del artículo que linkié en 3), de que ‘todo tiempo pasado fue mejor, también en Internet’.
Una gran diferencia entre Internet antes y después es que solía ser era algo mucho más elitista. Internet no estaba en los bolsillos de todas las madres, niños y tías del mundo. Aunque nosotros pensabamos que ‘todos tenían un blog’, si lo pensamos realmente no era tan así, se trataba de una demográfica muy particular. No es que todo el mundo está interesado en escribir sus pensamientos elevados y no-elevados, y menos aún que haya gente interesada en leer todos esos pensamientos. Obvio que cuanta más gente use cierto medio, más terrible y más cosas espantosas va a haber. Eso es universal. Pero también de la misma forma que hay peores cosas, también hay mejores cosas, más raras e interesantes. Pasa siempre con cualquier cosa que se democratiza.
5) Terminando este post, me encuentro con la nota que da el puntapié a la nota de The Awl, esta publicación sobre Inside Out (¡gran película!) en el New York Times. En la nota dicen que ‘nunca en la historia del mundo tuvimos tanto acceso a los pensamientos del resto de las personas en el mundo, y que estos pensamientos son tan limitados como los nuestros’. Con esa idea es que arranca la nota de The Awl pero en el artículo del New York Times lo encuentra como algo positivo, como una puerta a la empatía: El acceso a la mente de millones de personas como una forma de poder identificar y entender más al otro. Creo que, a fin de cuentas, me quedo con esta idea sobre Internet, con sus Naomi Elizabeth, sus Mashd N Kutcher, con un Youtube lleno de gente subiendo videos esperando a que alguien los encuentro y descubra su genialidad.
Un Alegre Grupo de Hillbillies.
(De Crossed +100 #01, Alan Moore & Gabriel Andrade).
(De Crossed +100 #03, Alan Moore & Gabriel Andrade).
Estuve leyendo Crossed +100 de Alan Moore y tengo varias cosas que decir al respecto:
1) En primer lugar, da un montón de miedo. Es de esas series que vas leyendo y se te mete en la conciencia y te pone inquieto al ir a dormir y cuando finalmente concilias el sueño tenés visiones ominosas que tienen que ver con ella. Hace unos cuantos años hubo una serie de artículos que se preguntaban si era posible hacer horror en la historieta, especialmente inspirados por las obras de Josh Simmons. De alguna manera la discusión giraba alrededor de la imagen: si la historieta tiene la capacidad de mostrar por sobre todas las cosas, ¿de qué modo se espera que algo sea espantoso y asuste cuándo sabemos que la imaginación es más terrible que la imagen? También tenía que ver con el ritmo: ¿si el lector controla la velocidad, como se espera que una sorpresa funcione si uno puede adelantarse a ella al hojear de forma tonta la historieta? Como queda claro en estas discusiones se asimilaba la tradicional comparación de la historieta con el cine y se la juzgaba por no tener la capacidad de jugar con la edición y la sugestión. Acá Alan Moore corta ese debate a través mediante el sencillo recurso de dejar la mayoría del horror fuera de cuadro, listo para ser rellenado por nuestra mente. Es que el “fuera de campo” de la historieta es lo no visible, aquello que existe más allá de los márgenes, ese es el lugar de lo sugerido. Acá los crossed, esos villanos tan carismáticos, aterradores y multiuso que inventó Garth Ennis matan, violan, mutilan, hacen piquetes de ojos, desmembran, asesinan, amputan, castran, empalan y destruyen mayormente fuera de cuadro, mientras sus vocecillas tortuosas y rojas se dibujan dejando que cada uno fantasee a su gusto. Genera un efecto muy perturbador y que se queda en la memoria.
2) Entre otras obsesiones que surcan la obra de Moore esta también tiene una preocupación con el lenguaje. Obsesión que también, a menudo, entra en el terreno de lúdico. Como que Moore se aburre si no está inventando simultáneamente en 4 o 5 capas diferentes. Los habitantes del mundo del futuro hablan con un slang que reemplaza muchas palabras con términos mutados del presente. Así, por ejemplo, “movie” quiere decir que algo es genial o asombroso, “heart” es “amor”, “skull” es “pensar”, “tight” es “bueno” y “brown” es “mierda”. El lenguaje también pierde muchos de los conectores, se vuelve más directo y construido alrededor de palabras cortas, de pocas sílabas. Los verbos muchas veces doblan como adjetivos y viceversa. Un lenguaje desarrollado para correr, para comunicar ideas rápidamente mientras se escapa o se encuentran en una situación de peligro. A este se contrapone el lenguaje de los crossed, que a esta altura ya está reducido a una serie de contracciones deformes y risas espantosas como los mismos cuerpos de los sobrevivientes de la infección. Un lenguaje contrahecho, mínimo, animal, un lenguaje de caza y gruñido.
3) Por supuesto que además esto se relaciona con la espléndida mente analítica de Moore a la hora de pensar las consecuencias de semejante epidemia en el futuro. Porque lo primero que se percata Moore es que cualquier sociedad basada en los peores instintos del hombre no es una sociedad que se sustenta a largo plazo. Pero sus consecuencias quedarán marcadas sobre la faz de la tierra de forma irreversible. Lo más espectral de la serie son los restos, los osarios gigantescos de pilas y pilas de huesos abandonados, ya sin la capacidad de dar un verdadero miedo, pero igual de chocantes. O las plantas de energía nuclear destruidas que han dejado enormes porciones del territorio inhabitable. Lo cual se combina con el lento y cuidadoso progreso. Con el rescate de aquellas porciones del pasado que han sobrevivido y la manera en que son re-interpretadas en un nuevo contexto. O la forma en que, más allá de los conocimientos necesarios para volver a poner en marcha una cultura (agricultura, hidráulica, ganadería, mecánica) cada personaje encargado del archivismo tiene su obsesión particular, que va desde la ciencia ficción (“wishful fiction”, como le dice la protagonista, desnudando su condición fantástica y esperanzada) o los asesinos seriales del siglo XX. Es un mundo hecho de retazos y recuerdos intentando arrastrarse hacia la luz de un nuevo orden.
4) Asimismo, Moore enlaza esto con el uso del sexo que recorre toda su obra y se ha vuelto un área de reflexión constante en su época tardía. Este nuevo mundo ha perdido la mayoría de los tabúes que organizaban el sexo. Por el lado de los crossed de una manera más absoluta: los pocos crossed en estado salvaje cogen entre sí, de forma incestuosa, forman “nidos” en donde las enfermedades venéreas, comenzando por el SIDA, se transmiten de padre a hijo y destrozan los cuerpos desnutridos. Aquellos que no han podido superar sus peores instintos directamente matan, violan y destrozan a los bebes apenas nacen. Por el lado de las poblaciones humanas, hay un alegre poli-sexualidad que aparentemente ha abandonado (¡al fin!) el concepto de matrimonio. Las parejas se unen en relación a un hijo, a quién protegen y cuidan, pero después hay encuentros hombre-hombre, mujer-mujer y hombre-mujer sin ningún tipo de particularidad entre uno y otro. La polisexualidad es la mejor manera de repoblar un país abandonado. Además, Moore conecta perfectamente el concepto de monogamismo con la idea de religión: las religiones están muertas (excepto el islam, en otro toque pequeño, que el guionista tira como dato de color, pero genial) y con ellas murió la noción de una sola pareja para toda la vida.
5) En definitiva, el hombre sigue siendo un maestro. La meticulosidad por la cual Moore es conocido se encuentra en primera plana a lo largo de toda la serie. El tipo te va presentando un rompecabezas formado de partes sangrientas que al principio desconciertan, luego inquietan y finalmente se revelan como algo espantoso. Toda escena, todo diálogo, está colocado de manera que, cuando Moore revela el asunto que se está cociendo detrás de la alegre actividad de sus protagonistas, adquiere un sentido retrospectivo y un enorme horror. Moore logra destilar el espanto de un mecanismo estructural y demuestra que el efecto estético y emocional en la historieta no se encuentra en sus partes, sino en su totalidad, en la lenta acumulación de paneles que apuntan a una verdad más terrible, oculta, que se mantiene en la memoria una vez que lo has dejado en la mesa de luz.
Adiós A Todo Eso.
(Por supuesto que el post está lleno de spoilers.)
Ayer terminó Mad Men, una de las grandes, grandes series de la reconversión de la televisión hacia un medio “elevado” que puede contar “historias complejas”. La realidad es que, a pesar de lo que digan los fanáticos de las series de televisión (nada más absurdo que “un fanático de las series”, así en abstracto) las realmente grandiosas son un puñado. Me refiero a aquellas cuya estructura dramática y sus personajes se sostienen de principio a fin y que, más importante, construyen un universo posicionado de forma perfecta y equilibrada entre el mundo que están intentando retratar y las obsesiones de su creador. Digo, son series que plantean un fresco histórico-social profundamente estilizado y que dicen algo no solo del período histórico en el cual están situadas sino también de las líneas de fuerza que conectan a sus héroes y villanos a su medio y entre sí. Mad Men es incluso peculiar en ese conjunto por el hecho de que es una serie que no recurre a muchas de las estrategias empleadas por otras para generar tensión. Es una serie que no tiene violencia. Es una serie donde la muerte cumple un rol muy diferente al de un cambio de velocidades dramático e introducción de un shock radical. Es una serie que no está preocupada con la “marginalidad” y los sectores oscuros de la contemporaneidad. Es una serie teñida de anhedonia, hedonismo, melancolía y nostalgia. Es una serie preciosa y conmovedora y acá nos preguntamos porque nos produce ese efecto.
We Form Like Voltron: Los Vengadores y la Era de Ultron.
(Esta reseña incluye algunos spoilers).
Cualquiera que me conoce un poco sabe que tengo, por decirlo de algún modo, problemas con Joss Whedon. Últimamente estuve pensándolo mejor y me di cuenta que lo que más me molesta de él es que no tiene imaginación ni visual ni narrativa. Es un tipo con el corazón en el lugar correcto, pero sin estilo ni exuberancia más allá de sus diálogos, simpáticos pero tampoco demasiado elaborados si le quitamos su velocidad y su habilidad para introducir chistes. Y, narrativamente hablando, tampoco es un gran habilidoso, su mayor baza consiste en subvertir y mezclar los géneros dentro de los cuales trabaja. O sea, meter un musical en Buffy; intentar romper las reglas narrativas de la película de terror en The Cabin In The Woods (a la vez que los personajes son manipulados en respetarlas, un claro ejemplo de intentar “tener tu pastel y comértelo también”). Juegos de parvulario, en definitiva. Cada vez que tiene que crear algo por su cuenta, lo que le sale es una cosa gris y anodina (como en Serenity, una película que vi hace dos semanas y ya no recuerdo de que trata) que no tiene ni sentido del diseño ni sentido de la cinematografía.
Esta larga introducción sirve solo para contraatacar con lo siguiente: me gustó bastante Avengers 2: Age Of Ultron. Y creo que me gustó porque la mitología Avengers rellena todas aquellas cosas que Whedon hace mal. Es una feliz combinación entre las limitaciones de un autor con las virtudes de un estilo de narrativa. Es lo que muchos decían que era la primera. Asimismo, hay un cierto formato, instalado por secuelas tan diversas como The Godfather II, Empire Strikes Back y Back To The Future Part II, que permite que las segundas partes tengan libertades narrativas e innovaciones de las cuales las películas originales a menudo carecen. Age of Ultron se beneficia de esta tradición más que de una innovación dentro de la historia del cine.
Salir del siglo: una entrevista con Hidrogenesse
Uno se entera que una de sus bandas favoritas que uno ya no esperaba ver nunca viene al país y se emociona y se le ocurre que podría hacerles una entrevista, ¿qué hace? Bueno, si la banda es Hidrogenesse, es simple, le manda un mail lo más honesto posible a Austrohúngaro pidiéndola y te contesta Carlos mismo diciendo que van a ver en qué hueco de la ajustada agenda que tienen con los tiempos de gira pueden acomodar una entrevista.
La entrevista la realizamos antes del segundo show en Buenos Aires que anunciaron sorpresivamente unos pocos días antes y después de haber dado un show increíble en Niceto. La prueba de sonido se retrasó y estaban apurados, con jetlag y evidentemente cansadísimos, pero aún así fueron tan amables de invitarnos un rato a su cuarto de hotel para hacer esta entrevista. Después dieron un segundo show tan genial como el primero y solo esperamos que algún día vuelvan por acá.