Un Infierno Sin Salida Ni Final Donde Asesinaré Tus Sueños
(Caveat emptor: Spoilers)
En El Gran Lebowski hay una escena que representa el pico más alto de la comedia física y sinsentido en el film. Están Walter Sobchak y el Dude en la casa de un pre-adolescente que, sospechan, ha sido el responsable de robarles el dinero del rescate que les ha dado Lebowski. Encuentran un auto deportivo de último modelo en la puerta e inmediatamente asumen que el jovencito ha dilapidado el dinero comprándolo. Luego de un interrogatorio infructuoso en el cual el borrego se niega a contestar las preguntas y los mira con cara de desapego e inercia, Walter sale a la calle y, con una barreta, se dedica a destrozar el vehículo mientras grita “THIS IS WHAT HAPPENS WHEN YOU FUCK A STRANGER IN THE ASS”. Por supuesto, ese auto no le pertenece al adolescente, que jamás ha visto el dinero, jamás ha comprado nada, sino a un vecino que inmediatamente quiere matarlos. La broma es que es la última comprobación de su inutilidad como “investigadores secretos”, incapaces por completo de desentrañar la trama que los envuelve. En segundo lugar, la idea de que, finalmente, el extraño al que están cogiéndose por el culo no son ellos, sino ese pobre e insospechado propietario que de pronto se encuentra a los dos ridículos destrozando su auto. En tercer lugar, la idea misma de que si te coge un extraño por el culo, al menos sin consentimiento previo, no es una situación muy agradable.
Batman V Superman es un poco como eso. Un cúmulo de inutilidades e ineptitudes, de errores a toda banda, de idioteces confabuladas de niveles que van desde lo más alto de las esferas corporativas hasta lo más bajo de los fanáticos desesperados.
Donde Ningún Hombre Ha Ido Antes
En este año mayormente estéril en el mundo de los grandes espectáculos cinematográficos si hay una película que capturó la imaginación y el entusiasmo de los que van a ver cine y todavía confían en la maquinaria hollywoodense es Mad Max: Fury Road. Con su simpleza argumentativa, su exquisita atención al arte y el color, su estética cacharrera y barroca, llena de detalles imaginativos, sus actuaciones precisas, que oscilan entre el minimalismo de los gruñidos de Tom Hardy y las terribles escenas de pelea físicas, salvajes, llenas de sudor y arena y cambios de suerte para aquellos involucrados, llenas de fuerza y músculos y sangre y patadas en el suelo.
Los Últimos Días de Londres: Una Entrevista a Paul Kelly
(Foto robada de aquí.)
Paul Kelly, sin lugar a dudas, fue mi descubrimiento del BAFICI de este año. Un inglés amabilísimo, alto, que hablaba pausado y pensando y con una sonrisa perpetua en los labios. Sus películas, la mayoría de las cuales fueron proyectadas durante el festival, tratan sobre diversas bandas «de culto», casi olvidadas o cuya importancia quedó en el tiempo, sobre músicos particularísimos y la decadencia de una idea y de una arquitectura de Londres, sobre los Juegos Olímpicos del 2012 y la rutina diaria de un joven repartidor. Cada uno de sus documentales encuentra la forma de llegar al corazón de su sujeto, desde el entusiasmo juvenil y el eventual agotamiento de las Dolly Mixtures, una banda impulsada a puras ganas, precursora del twee y K-Records; hasta el profesionalismo teatral y exagerado de los Dexy’s Midnight Runners en un show espectacular filmado de principio a fin; pasando por la singular cosmovisión y fe en si mismo que tiene Lawrence de Felt, Denim y Go-Kart Mozart. Kelly siempre encuentra la manera de presentar historias pequeñas y grandes de una manera emotiva, y de comunicar la amplia gama de sentimientos que es capaz de despertar la música en aquellos que la viven como algo más importante que su propia vida. Además, también cuenta con un costado de poética social y política que se expresa en películas como How We Used To Live y la Trilogía de Saint Etienne, donde muestra a un Londres que va desapareciendo, una identidad comunitaria inglesa en crisis, y como la gentrificación y el neoliberalismo van expulsando de las ciudades y los barrios a aquellos que podrían revitalizarlo. Todos estos films han sido lanzados por su productora, Heavenly Films.
Luego del BAFICI logré comunicarme con él a través de mail y aceptó muy amablemente concedernos una entrevista en donde hablamos de la escena punk y alternativa inglesa de los setentas y ochentas, Saint Etienne, Lawrence, la gentrificación de Londres y el estado actual de la música pop.
We Form Like Voltron: Los Vengadores y la Era de Ultron.
(Esta reseña incluye algunos spoilers).
Cualquiera que me conoce un poco sabe que tengo, por decirlo de algún modo, problemas con Joss Whedon. Últimamente estuve pensándolo mejor y me di cuenta que lo que más me molesta de él es que no tiene imaginación ni visual ni narrativa. Es un tipo con el corazón en el lugar correcto, pero sin estilo ni exuberancia más allá de sus diálogos, simpáticos pero tampoco demasiado elaborados si le quitamos su velocidad y su habilidad para introducir chistes. Y, narrativamente hablando, tampoco es un gran habilidoso, su mayor baza consiste en subvertir y mezclar los géneros dentro de los cuales trabaja. O sea, meter un musical en Buffy; intentar romper las reglas narrativas de la película de terror en The Cabin In The Woods (a la vez que los personajes son manipulados en respetarlas, un claro ejemplo de intentar “tener tu pastel y comértelo también”). Juegos de parvulario, en definitiva. Cada vez que tiene que crear algo por su cuenta, lo que le sale es una cosa gris y anodina (como en Serenity, una película que vi hace dos semanas y ya no recuerdo de que trata) que no tiene ni sentido del diseño ni sentido de la cinematografía.
Esta larga introducción sirve solo para contraatacar con lo siguiente: me gustó bastante Avengers 2: Age Of Ultron. Y creo que me gustó porque la mitología Avengers rellena todas aquellas cosas que Whedon hace mal. Es una feliz combinación entre las limitaciones de un autor con las virtudes de un estilo de narrativa. Es lo que muchos decían que era la primera. Asimismo, hay un cierto formato, instalado por secuelas tan diversas como The Godfather II, Empire Strikes Back y Back To The Future Part II, que permite que las segundas partes tengan libertades narrativas e innovaciones de las cuales las películas originales a menudo carecen. Age of Ultron se beneficia de esta tradición más que de una innovación dentro de la historia del cine.
Modernistas 16: Matt Farley
(entrevista publicada anteriormente en La Diaria el 11/2/2014)
Luego de escribir sobre él (¿Lo recuerdan? ¡El músico que hizo más de 14.000 canciones!) , se me ocurrió preguntarle a Matt unas preguntas por corre. En un tiempo record de CUARENTA MINUTOS me mando las respuestas muy detalladas, encantadoras y que confirman al tipo como lo que es: Un capo de capos. Con ustedes, Matt Farley.
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