Donde Ningún Hombre Ha Ido Antes
En este año mayormente estéril en el mundo de los grandes espectáculos cinematográficos si hay una película que capturó la imaginación y el entusiasmo de los que van a ver cine y todavía confían en la maquinaria hollywoodense es Mad Max: Fury Road. Con su simpleza argumentativa, su exquisita atención al arte y el color, su estética cacharrera y barroca, llena de detalles imaginativos, sus actuaciones precisas, que oscilan entre el minimalismo de los gruñidos de Tom Hardy y las terribles escenas de pelea físicas, salvajes, llenas de sudor y arena y cambios de suerte para aquellos involucrados, llenas de fuerza y músculos y sangre y patadas en el suelo.