2016: Mueran Humanos
(La «tapa» del compilado de este año pertenece al genial Jesse Moynihan y está tomada de su delirante cosmogonía Forming, que por supuesto recomiendo)
Hemos llegado una vez más a este bonito momento del año en que comienzan las listas de fin de año, los tops ten, las enumeraciones que buscan, cada una, ser la más especial y única y expresar el gusto más exquisito y, quizás, salvar este año apestoso a través de su música.
¿Por que qué decir sobre 2016? El año en que comprobamos que todo, a nivel local, nacional y mundial, puede ser mucho peor. Macri, Trump, Temer, atentados, muerte de Bowie, Leonard Cohen, Prince, violencia creciente contra las mujeres y miles de otras porquerías que hicieron de este año, realmente, un año bastante intransitable en términos macropolíticos y sociales.
No tenés que estar avergonzado de usar tus propias ideas: Eno en Buenos Aires
El martes pasado fui a ver la charla de Brian Eno en el CCK y sentí, como siempre que uno se enfrenta a un artista que lo ha marcado, una mezcla de admiración absoluta, placer al escucharlo hablar y un poco, también, la comprobación de que el tipo es humano, que tiene opiniones con las que uno no coincide y que, a veces, recurre a los mismos trucos que todos empleamos para resultar interesante y llamar la atención.
He aquí una crónica de lo ocurrido.
Un Infierno Sin Salida Ni Final Donde Asesinaré Tus Sueños
(Caveat emptor: Spoilers)
En El Gran Lebowski hay una escena que representa el pico más alto de la comedia física y sinsentido en el film. Están Walter Sobchak y el Dude en la casa de un pre-adolescente que, sospechan, ha sido el responsable de robarles el dinero del rescate que les ha dado Lebowski. Encuentran un auto deportivo de último modelo en la puerta e inmediatamente asumen que el jovencito ha dilapidado el dinero comprándolo. Luego de un interrogatorio infructuoso en el cual el borrego se niega a contestar las preguntas y los mira con cara de desapego e inercia, Walter sale a la calle y, con una barreta, se dedica a destrozar el vehículo mientras grita “THIS IS WHAT HAPPENS WHEN YOU FUCK A STRANGER IN THE ASS”. Por supuesto, ese auto no le pertenece al adolescente, que jamás ha visto el dinero, jamás ha comprado nada, sino a un vecino que inmediatamente quiere matarlos. La broma es que es la última comprobación de su inutilidad como “investigadores secretos”, incapaces por completo de desentrañar la trama que los envuelve. En segundo lugar, la idea de que, finalmente, el extraño al que están cogiéndose por el culo no son ellos, sino ese pobre e insospechado propietario que de pronto se encuentra a los dos ridículos destrozando su auto. En tercer lugar, la idea misma de que si te coge un extraño por el culo, al menos sin consentimiento previo, no es una situación muy agradable.
Batman V Superman es un poco como eso. Un cúmulo de inutilidades e ineptitudes, de errores a toda banda, de idioteces confabuladas de niveles que van desde lo más alto de las esferas corporativas hasta lo más bajo de los fanáticos desesperados.
2015: Götterdämmerung!
(La «tapa» del compilado de este año pertenece al gran Jon Vermilyea, que captó en todo su esplendor los craneos chorreantes que quedaron en estos 365 días. Fue extraída de su libro Fata Morgana, muy recomendado, por supuesto)
Buen día, amigos. El estado en el que escribo este post es un buen resumen de lo que fue el 2015 para muchos de nosotros, para la mayoría de mis amigos: cansado, con un poco de resaca, los ojos hinchados, la panza inflada y una mezcla de alivio, preocupación y esperanza; corriendo con cosas pendientes hasta el último día de este maldito año interminable.
Donde Ningún Hombre Ha Ido Antes
En este año mayormente estéril en el mundo de los grandes espectáculos cinematográficos si hay una película que capturó la imaginación y el entusiasmo de los que van a ver cine y todavía confían en la maquinaria hollywoodense es Mad Max: Fury Road. Con su simpleza argumentativa, su exquisita atención al arte y el color, su estética cacharrera y barroca, llena de detalles imaginativos, sus actuaciones precisas, que oscilan entre el minimalismo de los gruñidos de Tom Hardy y las terribles escenas de pelea físicas, salvajes, llenas de sudor y arena y cambios de suerte para aquellos involucrados, llenas de fuerza y músculos y sangre y patadas en el suelo.