Berlín. Final

Museos

En Berlín hay como 3 museos por cuadra. Hay de todo un poco, pero hay algunos muy muy buenos. Acá una lista exhaustiva de los que visité, algunos muy recomendables, otros no tanto:

Museo de la Tecnología (Deutsches Technikmuseum)
Una especie de guía exhaustiva sobre TODA la tecnología creada por la raza humana, obviamente desde un punto de vista alemán. Esta la replica de la primera computadora del mundo, junto con otros modelos, discos de memoria viejísimo, etc. Después tenés más o menos el mismo contenido sobre el cine,la fotografía, la impresión, la costura, el transporte (hay como 5 cuartos gigantes con la historia del ferrocarril, con decenas de vagones históricos), la joyería, la medicina y quien sabe qué cosas más. Cuando llegué a la zona de 5 pisos con la historia de la navegación y la aeronáutica (con miles de modelos de barcos submarinos escafandras mapas antiquísimos aviones planeadores etc etc) sonó el timbre de que se había acabado la hora y me tuve que retirar. Pero es muy bueno. Además, ¡Es gratis!

Museo de Arte Contemporáneo (Hamburger Banhof)
Museo bastante grande con un montón de exposiciones diferentes. Tenían una fija con muchos originales de Warhol (lo cual fue genial, ver los cuadros gigantes me hizo all fin entender bien  su obra), unos cuadros de Robert Rauschenberg, también una exposición un tanto imposible sobre “Land Art” (pasaban ahí un documental muy largo sobre la Spiral Jetty, por ejemplo). También una exposición de Cory Arcangel, con proyecciones y trabajos basados en videos de Youtube y edición de video, estuvo bueno ver cosas nuevas, y varios cuartos dedicados a Joseph Beuys (¿puedo decirlo?.. ok, acá va: no entendí nada).
La exposición que más me impacto estaba en una sala llamada “Secret Place”, que estaba dedicada a outsiders, personas no-artistas que habían creado en cierta forma, obras. La exposición que había era inquietante: Era la obra de un tal Horst Ademeit, conocido de Beuys, nativo de Dusseldörf, que durante 14 años se dedicó a sacar obsesivamente miles y miles de polaroids que encontraron en su casa luego de que él murió. Las polaroids estaban organizadas en dos grupos, unas que eran más bien fotos de zonas cercanas a su casa, edificios en construcción, fotos “nada”, con anotaciones en cada foto. Las otras, que eran algo así como un “diario”, eran casi todas iguales: Una foto de unos diarios del día, un contador geiger, un reloj, algún otro medidor, y todos los bordes de cada foto escritos con una letra minúscula. Eran MILES Y MILES de fotos, todas escritas, algunas de las polaroids veladas, con ese color oro tan raro con el que quedan, e igual tenían todo escrito en los bordes de la foto. No se porqué me gustó tanto esa exposición, tal vez por esa cuestión tan sincera, tan “no-arte” que tenía toda la “obra” (que posiblemente jamás fue pensada como tal), y también por que vos veías toda la exposición y decías “fa, este tipo estaba realmente mal”.

(pique turista: este museo esta al lado del museo de historia natural, no es mal plan dedicar una tarde o mañana a visitar los dos)

Museo de Historia Natural (Museum Für Naturkunde)
Creo que solo necesito describir una cosa sobre este museo: Entrar y ver el GLORIOSO Y MAJESTUOSO FÓSIL DE UN BRAQUIOSAURIO EN TODO SU ESPLENDOR EN LA ENTRADA. My god. Abajo incluso tiene un cartelito del libro Guinness de los records ya que es el esqueleto fosilizado y ensamblado más grande del mundo. La puta gloria.

Obviamente el resto del museo esta super bien, otra parte interesantísima un recopilado de antecedentes al ser humano con los huesos y modelos en arcilla de como se verían unos cuantos australopitecus y homos no-se-cuanto, una exposición dedicada al Archaeopteryx con cómo 8 fósiles distintos (el original es alemán). Nada, liberen su inner nerd y vayan a pasarla bomba.

Checkpoint Charlie
Supuestamente EL museo sobre el muro de Berlín, la verdad que fue una decepción. Ocurre que es un museo que tiene unos 40 años y se fue cargando de objetos y cosas mientras el muro todavía estaba ahí. Entonces el interior es caótico, borroso y es difícil de navegar, además de que esta repleto de gente, los textos estan mal escritos y esta todo decorado con pinturas de artistas locales con metáforas del muro que son un espanto. Además, es caro (unos 12 euros). Eso sí, la trampa para turistas que es afuera, donde esta el cartelito (falso) de “you’re leaving the american sector” es hilarante. Podes sacarte fotos con gente disfrazada de soldados rusos! Venden pedacitos de muro! Venden remeras que dicen “i
Topography of Terror
A unas cuadras del Checkpoint Charlie, este museo esta dedicado a las actividades y la historia de la Gestapo y la SS. Es una colección de fotos y documentos, pero esta muy bien narrada y es super interesante, con bastante enfasis en Heinrich Himmler, el hijo de puta más hijo de putas de todos, después del señor de bigotito. También hay fotos muy inquietantes de momentos felices del nazismo, como esta:

El museo concluye con el final del Reich, los juicios y lo que pasó con cada uno de los involucrados en toda la mermelada esa. Es un museo mucho más histórico y ‘formal’ que los demás, pero sí les interesa el tema, es muy recomendable.

Museo de Historia Alemana (Deutsches Historisches Museum)
Enoooorme museo sobre un tópico igual de enorme: Toda la historia alemana, desde los comienzos como un conjunto de villas y poblados en el siglo X hasta la caída del muro. Es largo y denso pero muy interesante, especialmente para uno, sudaca acostumbrado a que la historia haya arrancado hace unos 300 años recién. Hay miles de cosas, desde maquetas de lo que eran las primeras villas que formaron alemania, decenas de cuadros históricos, mucho material sobre la plaga, las guerras, revolución francesa, e inevitable enfasis en ambas guerras. ¡Hay un antecesor del pinball del 1700! Bastante chocante es encontrar nada más y nada menos que el escritorio del señor de bigotito, así como su globo terráqueo gigante (que tiene un balazo, y varios golpes y daños).

Museo de Pérgamo (pergamon museum)
Otro museo que te caes de culo, el museo de pérgamo es cómo tres museos en uno: Por un lado, tiene toda una exposición gigante sobre la ciudad griega de pergamo (que estaba donde ahora es turquía), con un altar monstruoso que ocupa toda una sala, con un friso alucinante de la pelea de todos los dioses griegos contra los gigantes. Ya se que suena aburrido y nerd, pero realmente tenés que estár ahí para entenderlo, es emocionante. También incluyen un museo de arte antigua del medio oriente, y otro de arte islámica. Hay cosas increíbles, un montón de estatuas y tabletas babilónica (con esa escritura cuneiforme que es de los primeros alfabetos que existen). En el museo islámico podés estar viendo un jarrón grabado durante horas con todos los detalles increíbles que tienen, al igual que montones de tapices, estatuas, cuartos enteros pintados y decorados, etc. Es super clásico, esta muy lleno de turistas, pero es un gran museo. Además, tiene audioguías gratis que vienen con la entrada, que son una buena forma de visitar un museo.
(pequeña anécdota: Chichi en un momento vio un papiro de un Corán antiguo, del año mil o por ahí. Pensó “qué lindo”, y luego al rato apareció un niño musulmán, miró el papiro y llamo a la familia, “mirén, mirén!”, y se junto toda la familia fascinada con esa hoja y el padre empezó a leerselos y contarles que parte del Corán era. No es lo mismo para nosotros que para otros)


Otros lugares

Además de los museos, algunos lugares o landmarks que estuvo bueno visitar:

Tempelhof Airport
El aeropuerto de Tempelhof, básicamente es un gigante aeropuerto creado por uno de los arquitectos de Hitler durante el tercer reich. Esta ubicado muy en el centro de Berlín, lo cerraron en el 2008 y lo convirtieron en.. un parque. Sí, tienen kilometros cuadrados de terreno vacío en el medio de la ciudad que valen trillones de euros y los hijos de puta los convierten en un fucking parque.
La cuestión es que es fantástico. Entras y estás en un aeropuerto gigante en el medio de la ciudad, un terreno llano eterno y casi abstracto. La gente anda en bici, en rollers, en segway (las alquilan, si eran baratas casi consideramos ir en unas, por lo bizarro, pero era caro), hace barbacoas por ahí, la gente toca música, hay canchas de futbol, un mini-golf, plantaciones orgánicas, reservas de pájaros, etc, etc, etc. Y que haya un espacio tan vasto hace que la gente improvise e invente cosas. Un ejemplo: Mientras hacíamos un picnic ahí, nuestro amigo Pablo comentó que vió en un momento un muchacho andando en Bici, sin manos, con una guitarra, andando en bici y componiendo canciones y cantando. Daba vueltas muy lentamente por el aeropuerto, y a la segunda vuelta que lo vió, tenía como a 10 personas en bici y rollers siguiendolo y escuchándolo. Eso no pasaría en ningún otro lado simplemente porque en ningún otro lugar es posible andar en bici sin manos tan seguido en un lugar tan vacío como ahí. Es genial.
Encontré este videito que muestra muy bien el ánimo del lugar. Veanlo, vale más que mil fotos:

Kreuzberg
El centro más hipster de Kreuzberg (cerca de la terminal de Kottbusser Tor) son unas cuantas cuadras llenas de locales simpáticos, bolichitos, lugares para comer y pubs. Para comer está buenisimo Kreuzburger, un local de hamburguesas re rústico, baratas y muy apetitosas. Enfrente hay un bar muy lindo llamado Franken, con una decoración media anticuada y medio rocknrollera / the cramps, donde te pasan cualquier cosa de música (un día que estuvimos intercalaban entre un metal al re mango y no se, country). Después un bar gay llamado Rosie donde todas las paredes estaban cubiertas de plush rosado, un par de bar de viejos borrachos, y medio al lado está el SO36 (mítico club punk de por ahí, tocó medio mundo, ahora más que nada parece que hacen fiestas, no pudimos entrar pero estuvo bueno).


Mauerpark
“la tristán narvaja berlinesa”, básicamente. Es los domingos, desde muuy temprano hasta las 4-5 de la tarde, y hay millones de locales con ropa usada, chucherias, remeras, cds, vinilos, instrumentos, gente que lleva cosas random en cajas, lugares para comer, etc. Además, esta en el barrio de Prenzlauer Berg que es lindo y está un poco alejado y vale la pena luego recorrer y visitar.

En el MauerPark también hay un escenario de Karaoke GIGANTE, no se, entraran unas 1000 personas, al aire libre, y la gente se cuelga muucho a cantar y todos cantan bárbaro, el público hace coros, se emociona, aplauda por la mitad del tema. Es muy encantador, y en el rato que estuvimos vimos a un viejo desgarbado haciendo una versión genial de My Way de Sinatra (en alemán), una gordita cantando “Basket Case” de Green Day, un niño de 10 años que cantaba INCREÍBLE haciendo un tema tradicional, un tipo todo vestido de neon y con lentes negros haciendo YMCA y no se que otra bizarreada. Good Times. ¡Vayan!

Epílogo

– Vos cuando te pechas con alguien en el metro le decís ‘sorry’, no?
– Sí.
– Bueno, preparate para decirle ‘sorry’ sin querer a la próxima persona que te peches en Montevideo.

Pasé dos semanas en Berlín, en los últimos días fue inevitable hacer un pequeño resumen o un redondeo de lo mejor, lo peor, y lo que quedó pendiente de la ciudad.
Lo mejor del viaje sin duda alguna fue el lado más humano, o sea, encontrarme y pasar tiempo tanto con mis amigos que vivén allá (Pablo y Tomás, así como sus parejas, y Javier en Munich) y con Chichi. Interactuar con ellos, conocer gente cercana a ellos, conversar de cualquier cosa con ingléses, búlgaros y alemanes, y poder vivir la ciudad a través de ellos.
Tanto a Pablo como a Tomás los vi contentos y felices con vivir lejísimos de su tierra natal. Ambos exorcizaron el viejo miedo de “¿Y me quedó acá? ¿Me vuelvo? ¿Sigo buscando?” y eligieron a Berlín como lugar para vivir, al menos por un buen tiempo. Claramente no era todo color de rosa, y ambos estaban trabajando mucho y remándola día a día, pero contentos, satisfechos. En el caso de Tomás, con su banda están muy cerca de lograr ese objetivo de poder vivir 100% de la música, algo casi impensable acá, y haciendo una música más bien hermética, cantando en español y para un público bastante pequeño. Su vida y la de su banda además se empezaban a mezclar y confundirse: Si le iba bien a la banda, sacaban discos, hacían giras, les iba bien, ellos iban a poder vivir mejor, más cómodos, lo cual les permitía hacer más y mejor música, y cuanto mejor la música que hagan, mejor les va a ir. Es algo bastante tonto en realidad, pero nunca lo había visto tan directamente. Parecía ser alucinante y terrorífico a la vez, como todas las cosas realmente importantes en la vida.
Haber decidido viajar con Chichi fue una excelente idea, además de muy disfrutable. No solo por la comodidad y de poder alucinar juntos sobre la ciudad, sino de poder organizarnos bastante bien. Ella trabajó mucho, igual, lo cual me permitió pasar un montón de tiempo solo, callejeando, recorriendo barrios aleatorios a ver qué pasaba y visitando amigos. La conjunción perfecta entre viajar solo y viajar acompañado. A Chichi  le fue muuy bien en su trabajo, pude conocer su ambiente de trabajo (muy agradable, por cierto) y me pude contagiar mucho de su entusiasmo al convivir con ella, poder contemplar juntos que el techo en Alemania está en otro nivel que en Uruguay, y que ella en su caso estaba muy cerca de llegar a él. Es una sensación tremenda.
Otra tontería: Definitivamente lo más divertido de viajar, más que visitar landmarks y millones de museos, son pequeñas situaciones con amigos, conocidos, conversar con un londinense sobre los riots y de como vivirlos, hablar con una surcoreana sobre lo difícil que es vivir tan lejos de tu tierra, el extrañar-pero-acá-estoy-tan-bien, en fin, darse cuenta que las inseguridades y problemas que tenemos todos son bastante parecidos.

¿Cosas Pendientes? Me hubiera gustado ir al Berghain / Panorama Bar, aparentemente uno de los clubs de electronica más copado del mundo, construido en una planta eléctrica entre Kreuzberg y Friedichshain. Abre de viernes a lunes y nunca cierra, es una fiesta demencial que sigue de largo. Pero bueh, quedó para la próxima.
En realiad, lo que más quedó en el tintero es haber conocido más gente alemana, o al menos, local. Rápidamente me encontré en un circulo rodeado de argentinos, españoles y uruguayos del cual fue difícil salir, y con el cual estuve muy cómodo, y entonces me faltó un poco eso de conocer más la idionsincracia de los locales y alemanes.
Luego de casi tres semanas viendo miles de carteles y escuchando centenas de conversaciones sin entender un sorongo, es inevitable: Te morís de ganas de aprender el idioma. Curiosamente, todos mis amigos que viven o vivieron allí me contaron la misma experiencia, casi calcada: Luego de estudiar alemán más o menos un año y medio, intensivamente, terminaron frustrados, sin poder entablar ni una puta conversación. Es lo que llaman el “período de bloqueo”. Luego de unos cuantos años más, lentamente se empezaron a soltar y el idioma te empieza a entrar “por los poros”. Pero parece que es difícil, muy difícil, y el tema de que la puedas remar en casi cualquier lado en inglés es muy tentador y dificulta bastante que uno se animé a tirarse a la pileta del idioma local.
Es interesante la relación que tienen con el ingles. Una pequeña anécdota: Estábamos sentados haciendo murito afuera de un festival de música. Chichi me comentaba que le parecía una falta de respeto hablarle a los alemanes directamente en inglés, que prefería empezar disculpándose por no saber alemán. En parte, estoy de acuerdo. A los minutos una muchacha se nos acerca y nos pide en alemán que nos corramos para que pueda sacar su bicicleta. Le decimos en inglés que no entendemos, y ella en seguida se disculpa por no habernos hablado en inglés. Hasta gente que te pide en la calle te pide las cosas en alemán e inglés (y a veces hasta francés!). En los conciertos y recitales, las presentaciones y el diálogo de las bandas es también en inglés. Muchas cantan en inglés también. Es extraño.

Yo nunca viajé mucho, esta fue mi primera vez en Europa y sólo recorrí 3 ciudades, y sólo una profundamente. Nací en Buenos Aires, pero soy bastante más uruguayo y veo muy difícil vivir en Buenos Aires. El ritmo es imposible. Pero sí, a la pregunta general que me hizo mucho tiempo: Es terrorífico, sí, pero me vi viviendo en Berlín, quizás en parte por mis amigos tan cómodos, en parte por haber ido en verano. Mientras hacía las compras, me tomaba el metro, hacía cualquier cosa, siempre en mi cabeza, en un tercer plano, había un plan complejo de cómo se podría hacer para poder vivir ahí. No es totalmente descabellado. Pero por ahora no. Pero la sensación de estar a miles y miles de kilometros de ‘casa’ y sentirse tan cómodo, es maravillosa.
Con esto termino la serie de crónicas de viajes. Disculpen si fue demasiado largo o intrusivo al ritmo normal del Blog. Prometo que si hago otro viaje, empiezo a escribir todo en un blog paralelo. ¡Salut!


Berlín. Música

En total fui a 3 conciertos mini-festivales. El primero fue muy simpático, en una especie de lugar ocupado cerca de Ostkreuz, el escenario era una especie de escenario móvil, hecho por varias secciones, una cada vez más pequeña que la otra, que se podían “plegar” y de esa forma transportar fácilmente de un lado a otro. Era un mini-festival feminista y queer para juntar plata para una banda a la cual la habían cagado en una aduana o similar. La entrada era baratísima (4 o 5 euros, creo) y de regalo te daban un vasito con gelatina de vodka. Allí vimos a 3 bandas, destacó una cantante folk inglesa con muy buena voz, que tocaba con guitarra, looper y un casiotone. Por suerte no caía mucho en clichés y todo lo usaba muy bien. Las otras bandas eran bandas más bien indies, con algo de noise, algo de indie, etc. Lo mejor era el ambiente, que era algo muy suelto, cómodo y buena onda, no muy diferente a cualquier toque de por aquí.

El segundo fue el Indie Pop Festival vol.2, que eran 3 días y que fuí al segundo exclusivamente para ver a los Wave Pictures. En total eran como seis bandas, el precio era más o menos razonable, quedaba a 3 cuadras de donde nos hospedabamos en Kreuzberg así que fuí. De paso, podía conocer a las otras bandas e interactuar con gente.

Todo el festival estuve bastante incómodo. La gente estaba toda bastante lookeada en plan indie-60s-coqueto-belleandsebastianero y demasiado prolijo. La cerveza era cara. Y las bandas, bueh..
La primera se llamaba Sorry Gilberto y no estaba mal, pero nada: Indie pop a cara de perro, con guitarra eléctrica, farfisa, melódica.. ¿ya pueden adivinar el resto de los instrumentos no?.. Sí! Casiotone! Glockenspiel! Ukelele! Las canciones eran lindas pero nada, era todo medio Juno.
El segundo era un flaco que tocaba la acústica y el ukelele. Todos temas rapidítos y “simpáticos”. Al principio me cayó bien ya que introducía los temas con frases onda “this song is about being drunk, and horny”. Después tocó un tema que se llamaba “Awesome Show” que medio explicaba todo lo que me rompía las pelotas de lo que pasaba en esa movida. La letra hablaba básicamente sobre lo copado que era ver un “awesome show by an awesome band” y terminaba en el tercero verso admitiendo que “aunque esto de tocar en vivo esta bueno, es mejor ver un gran show de otra gran banda”. No se flaco, sí opinas realmente eso, dejate de joder. Bajate del escenario y anda a un festival a ver otra banda.
La siguiente banda se llamaba Krystallin o algo así y fue deprimente. Una banda de gente más “grande” (35-45 años), y el librito decía que eran medio onda The Wedding Present. Eran increiblemente desprolijos, pero en el mal sentido: Pifiaban y el batero arrugaba y cortaba el tema por la mitad. Y arrancaban de nuevo. Lo hicieron com 4 veces, cosa que no veía desde algun show punk rasca en La Comuna. A uno de los guitarristas se le apagaba la guitarra y empezó a sacar pedales hasta que termino tocando directo enchufado al equipo. El cantante no era malo y se notaba que algunos temas tenían pila de potencial, pero era TODO muy igual. El baterista, sin exagerar, jamás toco el charleston. Todos los temas eran ride al palo. Me dejaron una sensación muy incómoda, me fuí antes que terminaran, me compré una birra y me puse a charlar con unos españoles, que parece que tocaban en el día siguiente en el festival. El guitarrista era un gordito simpático con una remera de The Field Mice que era una mezcla perfecta entre Matthew Perpetua y nuestro querido compañero Amadeo Gandolfo.
La cuarta banda estaba muy bien! Eran italianos, se llamaban Young Wrists y me recordaron un poco a unos Black Tambourine más climáticos. El guitarrista era muy bueno, el batero era GENIAL (tocaba parado, chancha redoblante pandereta, tocaba fuerte y le metía toda la onda). La cantante quizás era lo más flojo pero hacía el trabajo bien. Era todo bastante oscuro y fue un poco de aire puro en el show.
La penúltima no recuerdo el nombre, pero era su primer show , y eran una superbanda salida de dos bandas dream-pop de por ahí. Eran un embole todo suave y blandito, escuché 3 temas y me fuí.
Al rato cayeron los Wave Pictures, todos apurados y sin caras de muchos amigos, llevando los instrumentos. Su show fue brutal, y eso que tocaron todos temas que yo no conocía (presentando su nuevo disco, que todavía no escuché), pero igual fue buenísimo. Tocan fuerte, el cantante David Tattersall es muy carismático y aunque estaba en plan de “sólo vine a tocar” eran demasiado buenos y bueno, la banda entregó. Dos cosas que no me esperaba: 1) El batero canta muy bien, hubo un tema que salió de la batería a cantar un tema y fue excelente, seguro canta varios temas por disco, su timbre es parecido al del cantante aunque un poco más grave, y 2) David es uno de los guitarristas más alucinantes que vi en mi vida. Tocó con una vil Squier, sin pedales, y manejaba todos los sonidos subiendo y bajando el volumen de la guitarra. Rítmicamente era hiper preciso, soleaba perfecto, y nunca quedaba ese hueco de Power-Trío donde tenés la sensación de que te falta un instrumento.
Terminaron el show y desaparecieron rápidamente. Yo me pensaba retirar pero los chicos españoles que me había encontrar me agitaron a que los apoyé porque después de los shows de bandas y antes de la fiesta había una ‘Pop Quiz’. Eso mismo, amigos: Te ponían temas y tenías que adivinar el artista, o el nombre del disco, o el nombre de la canción. Era RE nerd y me dio un poco de vergüenza, aunque no puedo decir que no me divertí. Generalmente sonaban los primeros segundos y la gente saltaba gritando el nombre como desesperada. Agregué un puntito a mi grupo con “So long, marianne” de Leonard Cohen.
Nuestro grupo creo que quedó 4to y me gané un pin.
Cuando salí, en un bar a dos cuadras estaba Tattersall tomando una con unos conocidos. Lo saludé y lo felicité por el show.

El tercer festival al que fuimos fue un día de Drop Dead Festival, un festival con tendencias darkies que duraba seis días. Fuímos al segundo, donde tocaba Mueran Humanos, la banda de Tomás. El lugar donde se hacía el festival era genial, un lugar que antes se llamaba María, al borde del río Spree, un edificio enorme con 2 pistas y 2 lugares donde pueden tocar las bandas, y al costado varias salidas donde podías acceder a una pequeña “ramblita” donde la gente se acomodaba y fumaba.
Por supuesto, estaba todo repleto de góticos y techno-darks y piercings y enchulamiento y muchísimo negro y corsets PERO ADEMÁS había bastante gente vestida totalmente normal, o bizarros (recuerdo un gordito con unas orejas de gatito rosadas en la cabeza y vestido con una remera hippie, un capo). El ambiente dentro de todo era bastante agradable y cómodo. En las pistas pasaban mucho dark ochentero y cosas que parecían los smiths pero no eran, y los darkies bailaban felices por ahí. Parece que acá los góticos son gente copada.
Vimos sólo a un par de bandas del festival. Llegamos un poco tarde a Mueran Humanos, los siguientes eran unos que pensamos que eran rusos pero eran Lituanos: Un dúo de guitarra y cantante con bocha de pedales efectos y samplers tirando bases. Era todo bastante base repetitiva, riffs podridos y con sonido estéril de guitarra, ruido, y cantada-rappeada en lituano (supongo) con la voz con efectos. Todo medio festivo-pero-está-todo-mal, los temas por suerte eran sorprendentemente variados y eso lo volvió entretenido. El última tema fue una especie de ataque noise (noise del electrónico y jodido) con gritos que estuvo muy bien.
Fuimos a la otra sala, había dos chicas paradas en el escenario con una especie de pañuelos/velos en la cara. “Estará por empezar el show, supongo”. Pero el DJ seguía pasando música. Al rato se sube un flaco vestido todo de remera hippie y con el mismo velo, se acerca a una compu y tira como una base muy leeeenta y fracturada. El flaco se pone a cantar con auto-tune y las chicas se ponen a hacer una coreografía al lado de él. Al rato caí que lo que estaba presenciando era lo que me habían descrito hace unos días: El flaco este hacía Witch-House, el género ese pitchforkiano que había escuchado nombrar medio en burla. Escuchamos 3 temas, nos morimos del embole y nos pelamos a la mierda.
La siguiente banda era copada, unos franceses alemanes llamados Ania et le programmeur. Era como un rock con base electrónica bastante intenso, el cantante era bueno y cantaba en un rango alto, nada de esas cosas guturales a lo que uno esta acostumbrado. Tenían partes climáticas densas e intensas, rozando lo godspeed you black emperor. Y tenían un flaco que hacía play-back con una batería electrónica, que me pareció muy simpático. En ese show nos cruzamos con Tomás y Carmen y nos dedicamos irremediablemente a ir al backstage (el backstage era del tamaño de cualquier boliche grande de acá!) a mamarnos y comer galletitas (había galletitas, papas, fruta y pila de cosas, como en los backstage pro!). Pasó un buen rato, al salir del backstage escuchamos los últimos compases de una banda en plan Le Tigre pero más politizada y con batería más al palo. Meh. Dimos un par de vuelas, decidimos ir a otra fiesta y ahí se acabo nuestro período de recitales.

Hablando unos días después con Tomás, y contándole sobre mi experiencia en los festivales, me contó que la escena dark-gótica es mucho más abierta y copada que la escena indie, digamos. Que tocan un montón de bandas re distintas, hay poco reviente (léase drogas), y la gente baila y pasa un buen rato, es muy saludable. La escena y bandas indies por otro lado son mucho más rígidas y es como algo totalmente importado, con poca personalidad. Ponele que no fuí a tanto show para poder confirmar eso, pero la sensación que me dió fue esa. Me quedaron pendientes ver a Kurt Vile y Blonde Redhead, ambos shows que me perdí por no haber sacado entradas anticipadas.

El próximo post es en unos días, y son más que nada últimas generalidades sobre Berlín y algunos de los lugares que visité. Salut!


Munich. La Vida Burguesa.

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Cuando vimos que con Javier ibamos a estar las mismas semanas en Alemania, manejamos dos opciones: O el se iba a Berlín o yo me iba a visitarlo a Munich, ciudad en la cual vivió 5 años. Me decidí por lo último, así de paso conocía otra ciudad, justamente la capital de Bavaria y ciudad simbólica del sur de Alemania.
Munich es un poco Cliché: La Ciudad. Todos los preconceptos pelotudos que uno puede tener de lo que es Alemania estan aquí. La gente vestida con ropa típica (como si la gente que no es gaucha se vistiera de gaucho en pleno 18 de julio), los Biergarten repletos de gente pretzels y jarrones de cerveza, el órden y la prolijidad impecables, la tradición combinada con lo moderno, Munich al mismo tiempo es totalmente opuesta a Berlín, ambas ciudades como la cara de la misma moneda.
En Munich no podes cruzar caminando con el semáforo en rojo. Te multan. Mucho menos se te ocurra en hacer eso en bicicleta. Multa de nuevo. Los policías se divierten escondiéndose en lugares estratégicos donde la gente la caga andando en bici para multar a un montón de gente e irse. En los 3 días que pasamos, solo luego de largo titubeo nos hicimos los valientes y cruzamos caminando con roja – a las 10 de la mañana, con la calle desierta -, para ir a un museo.
En Munich hay casi la misma población que en Montevideo, y el tamaño de la ciudad es similar. El transporte público (aunque un poco más caro) es BRILLANTE y te podes mover para todos lados rapidísimo y comodísimo.
En Munich hay mucha plata. MUCHA. Me podría considerar la persona menos interesada en los autos del planeta, pero se te cae la boca cada un rato viendo la cantidad de porsches y autos totalmente alucinantes. Acá ir paseando por una calle semi-céntrica y que por al lado te pase una Ferrari espectacular es común. Pasamos por una zona con tiendas donde vendían trajes que llegaban fácil a los 10.000 euros, y relojes de 25.000. Y tenías esos precios ahí, en la vidriera.
En Munich nos quedamos en la casa de Tom. Tom vive en una casa que aparentemente es una anomalía para Munich: Una casa de sus abuelos, GIGANTE (3 pisos, con jardín) que fue dividida y viven varios integrantes de la familia en distintas partes de la casa. Tom estudia lingüistica, habla español perfectamente (habla como un porteño total, a decir verdad), y su tesis fue sobre el Portuñol de Rivera. También toma mate. Su casa (o más bien, su ‘sección’ de la casa) esta toda hermosamente decorada con un montón de muebles y objetos increíbles: Ventiladorcitos siemens, Tocadiscos Braum de los 60s, muebles vieneses de principios del siglo XX, una cámara Leica, un piano americano de salón de 1920 y quien sabe que otras cosas más. Según Javier: «Tom podría ser considerado a primera vista un snob insoportable, pero te das cuenta que en realidad es su pasión el decorar y conseguir objetos interesantes. Además sus muebles, los ventiladores, las cámaras, son todas cosas que él usa». Tom siempre esta vestido impecable, aparentaba ser todo un Ladies Man y tiene un ligero aire a Britt Daniel de Spoon. Fue el primer alemán que conocí y fue muy agradable intercambiar y discutir sobre varias diferencias culturales que podemos tener.
En Munich comí de la mejor comida que comí en toda mi puta vida. Una pizza siciliana con queso gorgonzola y unas aceitunas increíbles. Helado – también Italiano, obvio – con una cremosidad religiosa, y una especie de milanesa tradicional bávara recubierta de pan mostaza dulce y no se que más que me hizo perder unos cuantos meses de vida seguro, pero puta que vale la pena estar vivo, carajo.
En Munich los jóvenes se juntan en las plazas de noche y guitarrean temas populares. O sea, «I Will Survive» de Gloria Gaynor, obvio.
En Munich nos cagamos de calor. El Domingo decidímos pasear por el parque inglés y terminamos bañandonos en el río. Bañarse en el río, toda una experiencia: Hacer la plancha implica que la corriente te va a llevar a una velocidad equivalente a ir corriendo. El piso es de piedras y te puede lastimar muy fácilmente. El agua es dulce y se puede tomar sin problemas. La gente alrededor suele hacer nudismo, aunque desgraciadamente quienes lo practican suelen ser personas de más de 65 años.

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En Munich TODO el mundo es hermoso y porta un cuerpo escultural y perfecto esculpido por una generosa selección genética y años de gimnasio. Veía una pancita y me emocionaba. Los alemanes, además, aprovechan cualquier momento de sol para salir como desesperados a recibirlo. Esto puede causar situaciones incomprensibles para nosotros, como que si hay sol prefieran almorzar abajo del sol, sin sombra, y esten ahí horneandose, cayéndole las gotas de sudor, comiendo su pantorrilla de cerdo con papas. Otra imagen un tanto triste que tienen son unas pequeñas playas que los alemanes deciden poner en el medio de la ciudad. Onda tenés una barra, barcito, tirás un montón de arena y la gente hace que esta en la playa, ponen sillas y estan ahí en patas. Te dan ganas de darles un abrazo.

En Munich vi un bizarrísimo memorial dedicado a Michael Jackson, ubicado enfrente a un Hotel donde él se había hospedado. lo más complejo es que el memorial esta colocado encima de la estatua de otro músico famoso, que fue invadido por los fans del rey del pop y listo. La cantidad de cartitas kitsch y fotitos, dibujitos e ilustraciones es maravillosa. Observación al mango: Cuando los alemanes se ponen terrajas, son los más terrajas del universo. Es fantástico.
En Munich sufrí una feliz resaca. La diferencia en la graduación alcohólica de la cerveza te cambia la relación entre cuanto tomes y cuanta resaca tengas. Paso esto: Estabamos en un bar tomando y tomando cuando mis compañeros empezaron a pedir Coca Cola. «Qué blandos!», pensé. Cuando llegamos a la casa, me dijeron «Che, tomá agua y comé algo que mañana vas a estar destruido» «Eh pero no estoy tan borracho, ¡Estoy bastante bien! hablo perfecto hago todo perfecto, no tomé taaanto, ¿Qué onda?» «..No, en serio, acá es distinto». Efectivamente, al otro día tenía una resaca importante, una resaca rara, pegajosa, que iba a venía de a pequeñas olas y que duró casi todo el día. No podes hacer la típica de una cerveza y otra y otra y otra porque al otro día simplemente morís. Cuando salís de noche, pensás en la mañana del otro día.
En Munich parece que la gente no come. Onda, comen una sola vez por día. No desayunan, toman un café o algo así, pican un poco, para luego tener solo una comida entre las 5 y 7 de la tarde. Es raro, pero parece que todos se comportaban así. Con razón se mantienen en forma, supongo!
En Munich vi mucha menos variedad de gente que en Berlín, o al menos menos outcasts, menos jóvenes y gente mejor vestida. Munich, además, es una ciudad notoriamente más cara, al menos el transporte y la comida. Pero sobre todo el ambiente. Esa sensación de libertad, de comodidad caminando por la calle, nunca la tuve.
En Munich pase totalmente genial, pero la ciudad, como ciudad, me resulto mucho más incómoda que Berlín.


Praga. Turismo.

La_Casa_Danzante_de_Praga_2

Aprovechamos unos días libres que tenía Chichi para irnos a Praga, luego de solo dos noches en Berlin. Nos levantamos temprano y fuimos a la Berlin Haupbanthof (la estación principal de tren, una construcción maravillosa con 5 pisos y dos lineas de Tren, una norte sur y otra este-oeste).
El viaje en tren fue lindo y caluroso, y el paisaje es genial, yendo por el borde de un rio con montañas a ambos lados y pequeños castillos y construcción militares en sus puntas. Por la orilla del rio ya se notaba que estabamos en otro país, con un montón de edificios claramente socialistas y todos los carteles en checo.
Luego de 4 horas llegamos a Praga. Salimos de la estación, y empezamos a caminar en camino al Hostel donde habiamos reservado unas camas. Ibamos caminando panchos cuando de pronto nos cruzamos con una maravillosa torre gotica y negra que salia por detras de todos las casas y callejuelas como si nada y nos pegó como trompada «..oook, así que esto es Praga».
Empecemos por lo obvio, Praga es estúpidamente hermosa. Todo es lindo y maravilloso, las ventanas, carteles, techos, estatuas, decorados y motivos en cada edificio, todo todo todo es genial. La parte céntrico-turística (digamos, lo que es la ciudad vieja y los alrededores del puente) no pueden MAS y esta todo impecablemente conservado, con muchas construcciones de muucho antes de que existiera Uruguay, arquitectura que ni a palos hay en otras partes del mundo. Pero no pasó mas de media hora para darnos cuenta de que habia un GRAN problema en esta ciudad con lo cual no estabamos comodos: Los turistas, o sea, nosotros. Llegamos en temporada alta y las calles estan repletas de gallegos porteños estadounidenses ingleses griegos alemanes uruguayos japoneses y coreanos etc. Creo que vimos más gente extranjera que gente nativa de República Checa. Esto causa que todo en el centro sea bastante caro, todos los locales de esa zona sean turismo-oriented y todas las calles estén llenas de gente que te pecha empuja y sacar una foto a algo sin que aparezca otro turista sacando una foto sea casi imposible..
Y nada, prefiero mil veces perderme entre todo el mundo y vivir un poco la «vida normal» deuna ciudad, hacer lo que ellos hacen, recorrer las mismas calles, no se, empaparse un poco de su mundo. Es mucho más lindo encontrarse un objeto extraño en una feria que comprar un souvenir pedorro o una botellita de absinthe en uno de los ocho mil locales que se dedican a vender esas cosas. Pero es imposible. Y tambien me fue imposible evitar una sensación media amarga de que el mayor problema del lugar y lo que afeaba todo mas eramos nosotros mismos.

En fin, turismo: Recorrimos la plaza principal, cruzamos el Puente Carlos (la estatua de la libertad de Praga, ponele), vimos el Reloj Astronómico (es la puta gloria), nos cagamos de calor, visitamos varias catedrales, nos perdimos en decenas de callejuelas y nos dormimos una pequeña siesta dentro del castillo, supuestamente el castillo más grande del mundo pero que carece de tal gracia ya que se trataría simplemente de una pequenia villa dentro de la ciudad. De noche fuimos a un pubcito llamado Cross Club, con un ambiente muy agradable y una decoración totalmente genial. Era básicamente un pub Steampunk, lleno de engranajes, leds, canerías y tubos, algo que podría ser re terraja pero estaba muy delicado y lindo. En la zona del boliche tenías esa decoración combinada con arboles, adentro la misma decoración pero más elaborada (las piezas y engranajes se movían!) y abajo se podía bailar, lo que parecía ser mucho drum n´ bass y electrónica al palo. Aparentemente, esa música sigue explotando y esta totalmente viva y coleando acá en europa del este.

Algunas pequeñas observaciones: El valor de la corona checa y el peso uruguayo son casi equivalentos. Eso hace que cualquier cálculo para comer sea una papa. Ademas, Praga puede ser muuy barato, especialmente para comer y beber. El medio litro de (deliciosa) cerveza esta unos 30 o 40 coronas. Podes comer prolijo en un bar-restaurant super digno por 100-150. Y la comida esta muy muy bien. La gente en general es muy agradable y se intenta entender bien en inglés. Ante la duda, la gente sonríe. Lo que dicen sobre la belleza de las mujeres en Praga es totalmente cierto: Tienen unos rasgos preciosos y un no-se-qué tremendo. Para Parece ser algo totalmente genético. El subte de Praga es fantástico y tiene las escaleras mecánicas más terroríficas que vi en mi vida: van muuy rápido, son muy largas y van en un ángulo bastante más empinado al que uno esta acostumbrado. El sistema de transporte (como el de Berlín) es lindo y funciona muy bien. También yo pude experimentar lo que es la verdadera vida en un hostel (tm), conociendo un montón de gente de por ahí, gente de sudáfrica, eslovenia e – inevitablemente – argentina. En Praga vimos también muchos Douchebags (de verdad!) y también pude presenciar algúna situación sórdida y douchebag que no voy a detallar pero implicaba gente durmiendo, gente desnuda y gente sacando fotos.
Al siguiente día me quede solo y luego de pasear un poco y tomar un poco en distintos bares aleatorios de por ahí. Fue el primer momento de «viajar solo» y estuvo buenísimo. Estar rodeado de gente en un bar ruidoso causa el mismo efecto por oposición que estar en un lugar sereno y vacío. Y siempre que uno viaja para cualquier lado, también viaja lo mismo para dentro. Al otro día muy temprano compré algo para comer y tomar y me preparé para un viaje de 6 horas en tren para Múnich, que terminó siendo bastante más interesante de lo que esperaba.


Berlín. Primeras impresiones.

Estuve pensando bastante cómo comenzar este post, especialmente luego de haber visitado también otros lugares. Creo que la forma más adecuada es narrando las primeras horas que estuve en Berlín, horas que viví mareadísimo por el jet lag y que pasé dando tumbos, sintiendo que me desmayaba en cualquier momento.
Lo primero que hice fue ir a la casa de mi amigo Tomás, con quien charlamos mucho, tomamos unos mates, comimos pizza y luego simplemente salimos a dar una vuelta, conociendo un poco el barrio donde él vive, Neukolln. Lentamente pasamos por varios canales y puentes, y nos perdimos muy tranquilamente para luego ir yendo a un parque cerca de ahí llamado Treptower Park.
En todo ese trayecto, charlando y observando la gente, las calles y los locales de a poco fui viendo las particularidades de Berlín así como de Alemania, especialmente aquellas que definitivamente no me esperaba encontrarme.
Lo primero y más impactante sobre Berlín, para mi, fue su ritmo. Es la capital de Alemania, una ciudad enorme, y sin embargo es una ciudad muy, muy tranquila y apacible, al ritmo de Montevideo o aún menor. Es una ciudad construida para unos 8 millones de personas pero que tiene tan solo unos 3 millones, entonces da una sensación muy linda de estar ligeramente vacía. No hay muchos autos, ves gente en la calle pero más bien poca, nada de locura desenfreno y velocidad. Fueron pasando las horas y me sentía muy cómodo, casi demasiado.
Lo segundo, que es bastante obvio porque en Alemania es bastante conocido, es su lado «Green», o sea, ecologista. Berlín esta repleto de parques, hay muchos, enormes por todos lados, y son bellísimos y muy desprolijos, en el buen sentido: El pasto no se recorta, y dejan que todo crezca de forma salvaje. Cuando cruzabamos Treptower Park, pudimos ver a un maldito castor nadando apaciblemente por el río. Y estaba yendo a SU DIQUE, que construyó ahí re pancho en el medio del parque. Y ahí te das cuenta que estás en Berlín, capital de uno de los países más ricos del mundo y ahí un fucking castor se copa en hacerse su diquecito totalmente old-school sin problemas.
En Berlín la bicicleta es reina, y hay bicisendas por doquier, que son una calle más y cubren toda la ciudad. Viejos, Empresarios, Jovenes, Inmigrantes, Chetos, Tatuados, tooodo el mundo anda en bici y hay bicis atadas por todos los lugares posibles. Y obviamente la variedad de gente que te cruzas por todos lados es totalmente radical, desde viejos punks que van con toda la dignidad del mundo, pasando por cuasi modelos hermosas vestidas impecablemente, y universitarios comunes y silvestres, y lo mejor es que podés ver un bar y estan todos sentados uno al lado del otro tranquilamente.
Todo esto del lado «Green» de la ciudad con la gente que la habita me llevó a otro concepto que tampoco me esperaba y me impactó mucho, que es básicamente los hilos invisibles que mueven al país y la sociedad, y la política.
Digamos que Alemania es un país mucho más socialista de lo que podríamos considerar a Uruguay o Argentina. Si no tenés laburo, si no tenés un mango, el estado te da plata: De cualquier forma esa plata vas a gastarla en el alquiler, en comida, en servicios: Es plata que es re-invertida en el mismo país. Es muy simple. Si estudías, te pagan, porque bueno estás ESTUDIANDO y lo necesitas para vivir. Por decirlo de una forma, Berlín me pareció muchísimo más compatible con cómo yo siempre pienso que deberían ser las cosas. Hubo un montón de situaciones de escuchar y ver cosas y decir «Claaaro! las cosas acá son como tienen que ser!»
Obviamente no es todo hermoso acá, doy un ejemplo de cómo el sistema tan rígido puede ser un verdadero problema o ser un tiro que sale por la culata: En Berlín, por ejemplo, estan prohibidos los locales en la calle. Pero, legalmente, vos si tenés algo en tu mano lo podes vender. Entonces – esto es increíble – hay puestos de locales de panchos donde el vendedor lleva el puesto ENCIMA SUYO, como una especie de carrito que lleva encima suyo y pesa una tonelada. Y cómo no fuese suficiente, otra norma obliga que cualquier local tiene que tener un tacho de basura, entonces el pobre hombre/local de panchos lleva en su espalda UN TACHO DE BASURA, en forma de mochila. Son dos leyes que de por sí podrían ser totalmente benignas y que juntas crean una atrocidad cómo esa, y no da para nada.

Otro tema mucho más jodido sobre Alemania es el sistema educativo. A rasgos básicos es algo así: A los 10 anios de edad, por un método de examenes y un poco arbitrario, se decide que qué tipo de carreras podés hacer. Son tres opciones, una es la Universitaria, otra sería para trabajos «White collar» y una tercera para trabajos «Blue Collar». Hay posibilidades de pasar de una a otra, pero requieren de cualquier forma terminar tú carrera y luego estudiar unos anios extras que te permitan entrar en las otras «categorias». Esto termina siendo un sistema super segregario donde la gente blue collar ni a palos se dan con otra gente white collar, viven en otros barrios, consumen otra cultura, etc, etc. Es rarísimo y bastante heavy, además de que nos rompe las pelotas a nosotros que tenemos tan en la piel el concepto de «Libre albedrío»(que la mayoría de las veces no es tan así, ya que no cualquiera puede estudiar hasta los 28 anios sin trabajar para ser médico, peeero..).
Sin embargo este sistema cuasi-medioevo tiene sus ventajas: Los trabajos manuales son carreras muy profesionales, digamos, y se pagan bien. El promedio de vida de los pintores, obreros, etc, es bastante más alto que al que estamos acostumbrados. Son carreras respetadas además, y también causan que todo este construido IMPECABLEMENTE: Las calles, los edificios, todo esta en otro nivel ya que eventualmente esta todo armado con gente que estudio 10 anios para hacer todo perfecto. En Munich llegué a ver obreros colocando baldozas en la calle y era un proceso super metódico y lento, colocando el nível y martilleando delicadamente para que el piso quede perfecto.
Por último y para cerrar este post de primeras impresiones, es fascinante cómo uno puede ver la historia reciente en las calles, en los monumentos, en todos lados. Acá podés encontrar estatuas con rifles, metralletas, de eventos que ocurrieron hace muy, muy poco. Y no hay monumento más ejemplizante de esto que el Treptower Park, un monstruoso parque a lo Taj Mahal que funciona como cementerio para unos 4000 soldados rusos que murieron en la guerra. En el centro del parque encontramos una estatua GIGANTE de un soldado, con una bebé en brazos, y con una espada rompiendo una esvástica bajo sus pies. Alrededor, un montón de placas con frases de Stalín. No solo es increíble que haya un monumento soviético en Berlín (sería el equivalente a encontrar en Paraguay un monumento feliz refiriendo a la guerra de la triple alianza) sino que además impacta la grandilocuencia de todo ese parque. Es un monumento creado para que duré mil anios, construído hace 50, y que es todo un homenaje a una ideología que ya no existe ni seguramente tenga validez jamás.
Esto es por ahora. Lo próximo será sobre Praga, Munich y seguramente un poco más sobre Berlín y las particularidades de Alemania en general.