A Brief Introduction to the Works of Stephin Merritt

Ya dije que andaba con ánimo de compilados así que hoy voy a subir otro, esta vez dedicado a Stephin Merritt, del que no hablé muchas veces en el blog pero muchos saben que soy un fanboy irremediable. Este mixtape no lo hice ahora sino que lo tengo hecho de cuando alguien me pidió que le pasara algo de Merritt y me pareció lo mejor compilar yo mismo una introducción. Casi todos los tracks están en 320 kbps así que pesa bastante y lo tuve que subir separado en dos.

Algunas cosas:

*Como el compilado no es nuevo no hay ni un tema de Distortion. Tampoco hay ninguno de The Charm of the Highway Strip, posiblemente porque en esa época no escuchaba casi ese disco y me parece de los menos accesibles de Merritt. Tampoco hay de Future Bible Heroes porque mucho no me gustan ni de The Gothic Archies, porque eso es para fans y en ese momento todavía no había salido The Tragic Treasury (posiblemente tampoco habría ninguno de ese disco si no fuese así).

*Hacer este compilado fue particularmente fácil. Hay una cantidad ridícula de temas que podrían estar en un compilado y para trackearlo solamente había que imitar cierta estructuras de como están trackeados los discos. Simplemente fíjense que el primer tema abre el disco en el que está y el último tema cierra su disco.

*»Strange Powers» es mi canción favorita. No mi canción favorita del compilado o de Merritt, mi canción favorita a secas. Cuando escuché por primera vez eso de «Under more stars than there are prostitutes in Thailand» ya me había comprado totalmente.

*»100.000 Fireflies» me parece una de las canciones más tristes y deprimentes que escuché en mi vida (aunque la versión de «And the Band Played Waltzing Mathilda» del Rum, Sodomy and the Lash todavía le gana con buena ventaja) y al mismo tiempo una de las más sutiles y etéreas. Es el mejor momento de la primer etapa de Magnetic Fields (los dos primeros discos, cuando tenían a Susan Anway como cantante). Y no sé si recuerdo una línea tan mala leche en una canción como «You won’t be happy with me but give me one more chance. You won’t be happy anyway».

*Nunca en ninguno de todos sus discos ni en ningún otro donde haya estado invitado Nick Currie cantó tan bien como en «As You Turn to Go».

*Me parecía gracioso ponerle un nombre tan exagerado y solemne a un compilado casero. Si tuviera tapa le hubiese puesto una de esas como las de los discos de Deutsche Grammophon. (Seguro que a Ezequiel se le ocurren un montón de nombre más graciosos para este compilado, pero no me importa.)



A Brief Introduction to the Works of Stephin Merritt
(Bajar)

01- Absolutely Cuckoo
02- Busby Berkeley Dreams
03- I Don’t Want to Get Over You
04- Love Goes Home to Paris in the Spring
05- The Luckiest Guy on the Lower East Side
06- Grand Canyon
07- I Don’t Believe in the Sun
08- I Think I Need a New Heart
09- All I Want to Know
10- Yeah! Oh, Yeah!
11- How Fucking Romantic
12- Nothing Matter When We’re Dancing
13- 100.000 Fireflies
14- As You Turn to Go
15- Epitaph for my Heart
16- Meaningless
17- When My Boy Walks Down the Street
18- All You Ever Do is Walk Away
19- Pillow Fight
20- Strange Powers
21- With Whom to Dance
22- The Saddest Story Ever Told
23- Take Ecstasy With Me
24- Just Like a Movie Star
25- Aging Spinsters
26- Either You Don’t Love Me or I Don’t Love You
27- All the Umbrellas in London
28- When You Were My Baby
29- It’s Only Time


Es magia

Después de unas minivacaciones no intencionales del blog (a causa del calor, la procrastinación y estar haciendo otras cosas, como esto), volví y con una renovada emoción por hacer compilados. El mixtape que les voy a regalar hoy está dedicado a uno de los artistas mejor ubicados en mi panteón personal, Jonathan Richman. Un compilado totalmente apropiado para el verano. El compilado es totalmente arbitrario, los temas son todos del lado más light-hearted de Jojo y evité temas demasiado clásicos que rompían con el mood y que ya escuchó todo el mundo como «Roadrunner» o «I’m Straight». Me tomó bastante tiempo armarlo, le corregí muchas veces muchas cosas y aún así creo que cometí algún error que ya no me molesté en arreglar. Hacer un compilado de Richman es más difícil de lo que parece.

Creo que este compilado logra resumir todas las razones por las que amo a Richman. Temas livianos, alegres, sinceros. Un músico que nunca cayó en clichés rockeros y que se dedicó una buena parte de su carrera a tocar temas sobre la vida real y en contra de los mismo clichés que evitó y de todas las estupideces que muchos creen que componen el rock and roll (esto ya lo cité como mil veces pero lo voy a hacer una vez más porque creo que es un manifiesto, «For me, one song about your real life is worth ten ‘professional’ songs«) y otra buena parte a cantar los temas más inocente, infantiles y cándidos que haya generado la música pop y que solamente él podría cantar sin ningún tipo de ironía (él decía una vez, hablando sobre lo deprimido que estaba cuando compuso «Abdul and Cleopatra», que no se notaba en la canción porque «que me sienta miserable no significa que tengo que hacer sentir a todo el mundo miserable»).

Bueno, no creo que tenga que decir mucho más que el disco mismo no diga mil veces mejor, así que bajenlo y eso. Enjoy (that summer feeling)!

Jonathan Richman – Es Magia

1- Harpo en su harpa
2- Behold the Lillies of the Field
3- The Beach
4- Government Center
5- When We Refuse to Suffer
6- Her Mystery Not of High Heels and Eye Shadow
7- Abdul and Cleopatra
8- I’m a Little Dinosaur
9- Egyptian Reggae
10- Coomyah
11- Angels Watching Over Me
12- Una fuerza allá
13- Just Because I’m Irish
14- Vampiresa mujer
15- Shirin y Farad
16- That Summer Feeling
17- Dignified and Old
18- A Plea for Tenderness
19- Now Is Better Than Before

Bajar


2008: El Año Del Ornitorrinco.

(O: Discos del Año – Amadeo).


01. Crystal Castles – Crystal Castles
A pesar del hype, a pesar de las controversias y a pesar de que siento que son bastante dudosos moralmente, los Crystal Castles se convirtieron en el grupo que más resistencia tuvo durante este año, que más me acompaño, desde casi principios hasta ahora, combinando innumerables colectivos línea 12 y llegadas tarde a francés. Se vuelve difícil explicar porque fue tan significativo, pero, una vez más, seguramente tiene que ver con una mezcla de energía y melancolía: el disco parece haber sido compuesto por una pareja de aliens en una ciudad derruida, luego de la Guerra, intentando hacer andar su nave y crear un pedazo de arte que mantenga a las cucarachas mutadas alejadas de su campamento, que les de un sentido a sus vidas. Es un disco desolador por momentos, no parece hecho para la pista (aunque algunas de sus canciones podrían ser utilizadas para ello) y esa tristeza, la sensación de que esta centrado sobre todo en un “mood” contradictorio, antes que en golpes de efecto o en el último hit bailable, es algo que lo eleva y lo convierte en un gran disco.


02. Jay Reatard – Matador Singles
Jay Reatard, junto con un puñado de otros músicos, es la mejor esperanza del punk, un tipo garagero y distorsionado que nunca olvida que las mejores canciones garageras y disonantes eran memorables por sus melodías. Es, también, una reivindicación de su importancia en mi año, del rescate y escucha obsesiva (al fin) de Blood Visions, su primer disco, furioso y certero, que incorpora gran parte de la frustración y la desesperación que sentí hacia mitad de año. Estos singles están más pulidos que su primer disco, en cierto modo, pero siguen sonando como la obra de un mocoso arrogante y con nada que perder, como un tipo decidido a lanzarse sobre un misil, armado solo con su guitarra y su voz chillona, enseñándole a los jóvenes punk como se hace. Sobre todo es, creo, el tipo de música que amaría hacer si hiciese música. Pura catarsis en envase pop.


03. Girl Talk – Feed The Animals
Gregg Gillis quizás no sea un genio, pero es un músico de puta madre, un tipo que sabe poner el dedo en el pulso del pop y descubrir lo que funciona, entregarnos micro-dosis de hits capaces de mover al baile al mas cínico. De algún modo, su demente forma de componer, su estilo epiléptico y frenético, simplemente funciona. Es como micro-pop o quantum pop: una obra compuesta de porciones, de flashes, de elementos tan minúsculos que aíslan en segundos todo lo impresionante de sus canciones originales. Hay momentos gloriosos, como cuando aparece el estribillo de “Nothing Compares To U” y se trasmuta, resignificándose y perdiendo toda la sacarina que hemos llegado a asociar a esa canción para convertirse en algo genuinamente emotivo. Una extraña alquimia, la de Gregg Gillis.


04. Dirtbombs – We Have You Surrounded
El garage-rock formó una parte importante del léxico musical de mi año, este fue el año en que el playlist estuvo dominado por grandes grupos como The Gruesomes, The Fleshtones y The Black Lips. De cualquier modo, fue solo una profundización de un interés previo, que con el paso de los años se va haciendo más fuerte, quizás por la fe en aquello a lo que Lester Bangs llamó “la fiesta” en su INCREIBLE artículo “James Taylor Marked For Death”. La idea de que el rock and roll es, sobre todo, un estado de ánimo, una actitud, que debería estar apuntada sobre todo a ponerse estúpido y bailar y beber, y cualquiera que pretenda otra cosa del viejo rock and roll es un idiota.
Los Dirtbombs, en mis ojos, de algún modo son el emergente de esta corriente de pensamiento que me ha dominado a lo largo del año, de este estilo musical que tanto he apreciado por su capacidad inmediata de producir buen humor, por su convicción fundamental en la fiesta y en el rock, por su condición de refugio primigenio del punk. Los Dirtbombs son la “nueva” banda de Mick Collins, el gran músico que nos dio a los Gories, y tienen, hay que admitirlo, una veta un tanto más experimental y menos cavernícola que otras bandas del estilo, pero jamás olvidan su compromiso con la emocion primordial, con EL COMPLETO FREAK OUT. Basta escuchar esa maravilla que es “Ever’ Lovin Man”, una motosierra con los mejores coros del año. Ah, y además tienen una canción basada en un poema de Alan Moore y un conjunto de temas hacia el final del disco que son pura cacofonía. Far out, man.


05. Britney Spears – Circus.
No solo Circus, sino también Blackout, que escuché finalmente este año y que conforman un dueto de discos maravillosos sobre lo que significa ser una celebridad en el borde de un big crunch. Britney Spears, en los últimos años, se ha convertido en algo más que en una mera diva pop, se ha transformado en un especie de ícono que se súper-carga cada vez que aparece en un tabloide, cada vez que The Superficial postea alguna de sus freakeadas, cada vez que se cae durante la filmación de un video. Su posición pública es tan extraña que ya parece una mega estrella hillbilly, casi la protagonista de una película de John Waters.
Y lo más remarcable es el modo en que, como los verdaderos iconos pop, Britney Spears parece crecer ante el marasmo de su vida y componer su mejor material. Blackout es una obra maestra de la descomposición personal frente a las cámaras, un disco que parece, efectivamente, grabado bajo la contradictoria influencia de cantidades obscenas de cocaína y tranquilizantes. Circus no es tan bueno como Blackout, pero mantiene un sonido consistente, pleno de beats machacones, voces distorsionadas casi hasta lo irreconocible (como si en realidad fueran las voces en la cabeza de Britney, una miríada de chillidos de fans, pedazos de conversación escuchados a las corridas y el chirrido de máquinas de fotos y grabadoras) y unos espasmos de sintetizador que parecen andanadas de desprecio y paranoia. Son dos impresionantes discos: frenéticos, profundamente personales, populares e increíblemente meméticos. Un testamento del mejor pop de esta década.


06. Marit Larsen – The Chase
Marit Larsen fue uno de los mejores descubrimientos del año, una cantautora noruega que me encanta por la manera en que pervierte lo que comúnmente se entiende por “cantautor”: en general pensamos en ellos como hombres o mujeres con guitarras e instrumentación lo más sencilla o clásica posible, que intentan vender la ilusión de la autenticidad y la intimidad. Esto es, asumimos que componen desde su corazón o su perspectiva personal y les creemos y consideramos que sus canciones son la expresión de su personalidad, por lo tanto son, en un punto, intransferibles, están marcadas por su voz. Su potencia esta dada por la fuerza de su personalidad, real o inventada, y por la manera en que esa personalidad, esas “pequeñas verdades universales” de su repertorio conectan con nuestro estado de ánimo/personalidad.
Marit Larsen pervierte esto porque compone firmemente desde la trinchera del pop. O sea, le interesan las melodías pegajosas, le interesa cierto artificio y cierta idea de lo fabuloso y lo “más-grande-que-la-vida”, cierta rimbombancia, que esta en completa oposición con lo que comúnmente se asume como un cantautor. Y sin embargo su voz brilla y se impone justamente por estas elecciones. Todo suena personal y conmovedor, su modo de cantar es encantador, repleto de toques personales (como el modo susurrante en que pronuncia las “s” a veces) y además tiene el plus de que se puede cantar y, en el 90% de los casos, mejora tu humor del día. “Is It Love?”, “The Chase”, “Ten Steps”, son todas canciones hermosísimas con toques Abba, pianos juguetones y momentos épicos que no tienen miedo de “llevar el corazón en la manga”, admitir esos sentimientos que te levantan del suelo y ser exquisitamente alegres, algo que parece anatema entre la pandilla de barbas y camisas leñadoras.


07. Wire – Object 47
Wire tiene dos momentos que la hacen una de mis bandas favoritas de todos los tiempos: en primer lugar, su pasaje fulgurante por el post-punk, sus haikus de 1 minuto y medio, sus experimentos sonoros y su compromiso con la experimentación económica y furiosa. En segundo lugar, su periodo aerodinámico de los 80, su reconversión a banda seudo-pop capaces de componer temas tan bellos y maravillosamente libres y veloces (como volar) como “Ahead” y “Kidney Bingos”. A ello se le suma el hecho de haber protagonizado EL mejor retorno en esta época de retornos, con esos eps magníficos que son Read And Burn y con Send. Este disco parece una especie de compresión de todo ello, de su sturm-und-drang y su faceta sofisticadamente electrónica, pero en realidad es solo los Wire haciendo lo que hacen mejor y siempre les ha interesado: música. Ahí esta “One Of Us” que ataca a la velocidad de la luz, ahí esta “Mekon Headman”, clásicamente Wire, con una letra que parece hablar de una extraña misión secreta militar o espía a buscar dios sabe que, ahí esta la repetición entre agobiante y estupefacta de “Patient Flees”. Un disco que con cada frase conjura imágenes en parte absurdas, en partes amenazadoras, de un mundo donde todos han sido reemplazados por clones.


08. Sparks – Exotic Creatures Of The Deep
NADIE en el mundo suena como Ron & Russell Mael, esos dos hermanos angelinos y totalmente chiflados (que sin embargo a veces suenan, oh, so british), que evolucionaron de ser una banda sumamente extraña que hacía synth pop a ser una banda sumamente extraña que hace una mezcla de music hall, glam y electrónica, con algunas de las letras más geniales de la historia de la música, todas tratando sobre escenarios improbables, exagerados o deformados hasta la risa, como si los Sparks habitaran un universo donde todos hablan y gesticulan a la onceava potencia y el abrir un bote de mostaza se convierte en un infinito problema.
Este disco entra dentro de un cierto comeback de los últimos años, cosa que a mi me pasa inadvertida, porque en realidad este fue el año en que finalmente me enamoré de ellos, de sus melodías histéricas, de la cara de nada de Ron Mael cuando tocan en vivo y de la cara de plastilina de Russell, gran actor dramático. Este disco contiene canciones sobre: un mono manejando, una persona que nunca se drogó, un chico rechazado porque no se parece lo suficiente a Morrissey, un hombre que queda embarazado y una persona tan simpática que es invitada a todas las fiestas. Todo cantado con infinita extravagancia, exageración y panache. Escuche Sparks, sea una persona más divertida.


09. Beta Satan – Girls
Los Beta Satan son los Tiger Tunes recauchutados, convertidos en una “banda de rock pesado” divertida y caricaturesca, con los viejos ritmos electrónicos de la banda danesa destripados de “saltarinidad” y funcionando de marco para un asalto de guitarras, con la voz de K.R. Hansen re-orientada en direcciòn a una ansiedad generalizada y maniática, antes que hacia la “desesperación del pequeño amor”. Ejemplifican esa veta del rock que tanto me gusta: bandas de tipos listos con actitud arrogante y confianza en sus habilidades, letras irónicas y repletas de sarcasmo y bilis y una cierta conjunción de elementos electrónicos y guitarras machaconas. Es un disco del que me cuesta un poco hablar, porque me veo abrumado por su awesomeness y porque te agarra de los pelos y te arrastra de principio a fin, alabando a Satan todo el recorrido y haciendo air guitar.


10. The B-52’s – Funplex
Lo que pasa con el disco de los B-52s es un poco lo que uno desearía que pase con cualquier retorno: un disco muy bueno que reconoce el paso del tiempo pero sin dejarse abrumar por él y que utiliza los puntos fuertes de la banda sin volverse un patético intento de recapturar *exactamente* la magia de años pretéritos. Es un disco sin pretensiones mas allá de ser un disco divertido y emocionante, de una banda que nunca dejo de pensar que hacer bailar a la gente era mas importante y vital y significativo para nuestra cultura que hacer discos “importantes” y “luminosos”. En un año lleno de retornos y discos muy buenos de bandas veteranas, este es quizás el que esta más cercano a mi corazón y el que más amo.


11. Fujiya & Miyagi – Lightbulbs
Este es el sonido de un millón de paradas de colectivos soportadas gracias al bamboleo inducido en el esqueleto de estos ingleses. Si hay algo que me gusta de ellos es el modo en que suenan tan condenadamente relajados, siempre suaves pero nunca aburridos, la manera en que tienen una sonrisa sabionda todo el tiempo en la cara, el modo en que mezclan estilos sin prejuicio, la manera en que jamás suenan exactamente lounge, ni exactamente kraut, ni exactamente funk, ni exactamente electrónica, y cuando parece que se acercan demasiado a un pastiche cambian sorpresivamente, el modo en que componen hits sugeridos, armados con un susurro, un nombre repetido incesantemente, una batería gimnástica y un bajo elástico. El modo en que parece que ni siquiera están intentando, pero componen música fresca como una sandia.


12. The Magnetic Fields – Distortion
El buen y viejo Stephin se merece el lugar en la lista que parecía que se le iba a regatear por haber tenido la desgracia de salir a principios de año (tengo el difuso recuerdo, incluso, de haberlo bajado el primero de enero). Es un disco muy muy bueno, que utiliza la distorsión como casi todos los elementos que utiliza Merrit: como una técnica para generar distancia, de cubrir las pistas hacia el corazón (o la verdad) con capas y capas de pedales y ruido de sintonizador AM. Y el ruido ambiente la verdad que combina muy bien con un disco que parece completamente dominado por la misantropía y el resentimiento, incluso el odio. Un disco que tiene frases hirientes contra las chicas de california, los homosexuales que se comportan como locas, el estúpido muérdago, los idiotas que creen en el amor, el amor en general. Como las partes del discurso que construyen dos personas enamoradas que se obscurece por el ruido blanco, la amplificación y el feedback, interrumpiendo la comunicación para siempre.


13. Kanye West – 808s & Heartbreak
Yo no le había dado pelota a Kanye jamás, así que me pareció muy asombroso, en primer lugar, encontrar el tiempo y la disposición para escuchar su último disco (y mucho de ello tiene que ver con la avalancha de genialidad que es “Paranoid”), y en segundo lugar, que me guste tanto. Me encanta su textura, la manera en que realmente suena como una vena pelada, con la voz tan procesada, quebrándose del modo en que una voz se quiebra, ridícula y payasesca, cuando uno discute o ha llorado durante horas, con esa máquinas de ritmo que hace todo sonar tan intenso como los nervios continuos y destructivos que uno siente en la cabeza, las piernas y el estómago luego de una ruptura. Me encanta el modo en que funciona como la contraparte del disco de los Magnetic Fields: si ese esta marcado por la utilización de una técnica para producir distanciamiento, este quiere usar la técnica para generar emoción cruda, y si Merritt esta preocupado con la amargura, Kanye esta preocupado por el dolor absoluto. Y de un modo extraño consigue un disco que es a la vez robótica y profundamente humano, desesperado y mecánico, sentido y alienado.


14. AC/DC – Black Ice
A esta altura del partido, cuando uno va en búsqueda de un disco de AC/DC ya sabe exactamente que va a encontrar: a AC/DC haciendo lo que saben hacer, grandes himnos roqueros sin vergüenza y con un toque supremamente fiestero, a los mismos tipos de siempre, con completa entrega a su material y a esos ritmos inmensos que los han convertido en la mejor banda del mundo para escuchar con los puños en alto y un vaso de cerveza en la mano.
Este disco es, bueno, exactamente eso. Pero la puta madre que bien que lo hacen. Uno no tiene más que rendirse ante lo directo de su música y la toxicidad de los riffs de dinosaurio de Angus Young y de la voz de Brian Johnson. El disco es un poco largo, pero esta repleto de perlas hard rock bailables a la manera de Mick Jagger, de bombas de tiempo anti-aburrimiento. Cada vez que lo escucho me mareo de tanto agitar la cabeza.


15. Of Montreal – Skeletal Lamping
A veces siento que a Kevin Barnes, en este momento de su carrera, le esta pasando lo mismo que a Grant Morrison con sus últimos trabajos superheroicos: son tan fragmentarios, rápidos y abarcadores, están tan interesados en hacerte pensar y ejercitarte sobre el arte que consumís, no simplemente utilizarlo de forma somática, que son incomprendidos y su trabajo despreciado como “un desastre” o carente de coherencia. Pero este disco de Of Montreal (que aún no termine de digerir, hay que admitir) es admirable: una obra maestra del collage y la ambición pop, con unas letras que apuntan a ese núcleo de ambigüedad sexual que siempre estuvo en el corazón del rock, tan polimorfo, tan rico en avenidas paralelas y tan católico en su aproximación a sus influencias, que solo puede ser clasificado como otra gran obra de un tipo interesado en empujar su música en la mayor cantidad de direcciones posibles y en fastidiar a todos aquellos que creen que lo tienen encasillado.


16. The Hold Steady – Stay Positive
Siguen estando aquí, y siguen apareciendo en estas listas porque, cuatro discos después, siguen siendo los mismos: un grupo capaz de aprovecharse de todos los tics de la radio FM y reprocesarlos con el corazón mas grande de Norteamérica. No hay nada realmente *nuevo* en este disco, solo el continuo crecimiento de la confianza de la banda y una veta aún más optimista que en los anteriores. Craig Finn parece por momentos desear salvar, él solo, a toda la juventud decepcionada, y cuando uno escucha canciones como “Sequestered In Memphis” o “Stay Positive” casi lo cree posible. Creo que lo que más me gusta de esta banda (en conjunción con sus letras) es el modo en que funcionan como antídoto a tanta música irónica que uno consume, su aspiración a la inclusividad, su concepción del rock como un gran estadio sing-along donde todos están invitados, su absoluta sinceridad y compromiso con la causa. Por algo son los descendientes de The Boss, uno de esos músicos a los que voy descubriendo poco a poco y cada día me gusta mas.


17. Metronomy – Nights Out
Esto es pop, esto es canción, este es uno de esos discos de electrónica que salen de la nada y se posicionan siempre entre mis discos del año. ¿Por qué? porque me hacen sentir que debajo de los bleeps, las líneas de teclado y los ruidos simpáticos están intentando decir algo, trasladar una emoción a música. Soy un amante de la música completamente sintética y emotiva que me provee, a la vez, de la relación emocional que en general obtendría de un songwriter + una buena dosis de ganchos que, seguramente, incitaran a mi cerebro reptil al baile o al tamborileo de partes corporales. Creo que es porque prefiero la sinceridad envuelta en artificialidad antes que la artificialidad envuelta en sinceridad cliché (guitarras, voces suaves, ruido de lluvia). Los Metronomy entran perfectamente en esa categoría con un disco descrito como “un mal disco conceptual sobre la idea de salir una noche y pasarla mal”, que tiene en “Heartbreaker” una de esas canciones infecciosas, repleta de arreglos inteligentes y sutiles que se multiplican, como miles de cajitas de música, sincronizándose en una composición hermosa. Un disco con corazón y líneas de bajo de mercurio.


18. R.E.M. – Accelerate
Mi relación con R.E.M. es curiosa y torcida. Comencé a escucharlos a principios de los 90, movido por su mega-estrellato a partir de Automatic For The People y saltándome por completo su etapa indie. Durante todos los 90s (los que recuerdo, al menos) seguí su carrera, escuchando todos los discos que publicaron en ese período, mi admiración creciendo de un modo sutil y subterráneo. Descubriendo sutilezas y belleza en todos ellos pero, sobre todo, en dos discos injustamente ignorados como Monster y New Adventures In Hi-Fi. Inclusive siguiéndolos durante Up y Reveal, dos discos que me gustaron en su momento pero hoy en día tengo miedo de revisitar. Pero con Around The Sun me di por vencido, y jamás hice ni el intento de escucharlo. R.E.M. parecían perdidos en las nubes del AOR contemporáneo y eso me ponía un poco triste.
Hasta este año, en el cual descubrí su maravilloso primer disco, Murmur, que me acompaño antes y después de una fallida entrevista de trabajo, levantándome el animo con canciones como «Catapult», tan frágiles y saltarinas como mi propio ánimo. También trajo un disco nuevo de R.E.M. que parece ser un intento consciente de retornar a esas raíces sureñas y jangly con una buena dosis de la agresión de Monster. Es un disco vital, emocionante y sobre todo, muscular, que por suerte abandona los lamentos bien pensantes de Michael Stipe (o, mejor dicho, los viste de nuevo, en una hermosa tela sónica) para intentar decir algo, para llamar la atención, para levantar el animo y animar a las tropas y traer esperanza, en la banda y en esta época de aceleración capitalista. Es un excelente disco, que brindó una buena dosis de combatividad y optimismo en un año por momentos difícil.


19. Girls Aloud – Out Of Control
La verdad que no entiendo porque a la gente no le gusta tanto este disco de Girls Aloud, a mi me parece incluso mejor que el anterior, con mas espíritu y renovación en su sonido y, sobre todo, con mas hits. Creo que lo que molesta es cierto abandono de su veta de gamma-ultra-pop a quantum 5 que las caracterizó durante mucho tiempo, pero creo que les viene bien una renovación, ya que ya habían llegado muy lejos en esa direcciòn. En este disco suenan con cierto aire Motown en temas como “The Promise” o “Love Is The Key” o completamente synth-pop ochentoso en “Miss You Bow Wow” o “Live In The Country” (que tiene unos sampleos de maullidos encantadores). Es un disco más tradicional, quizás, de Girls Aloud, pero me parece que la falta de necesidad de volver a innovar les permitió concentrarse en las melodías y eso, al tener tantas canciones buenas, lo vuelve irresistible.


20. Portishead – Third
Creo que la primera impresión que me produjo el disco de Portishead fue el modo en que varias de sus canciones se cortaban cuando parecían entrar en la recta final, nada de fade out ni aviso, solo el corte como si fuese un mp3 defectuoso. Creo que eso define para mi lo que siento cuando escucho Third: es un disco que a la vez parece desvanecerse en el aire (no puedo evitar verlo como una suerte-de-continuación del maravilloso disco de Beth Gibbons, uno de esos discos que realmente se ganan el calificativo de disco de invierno, destinado a ser escuchado en una cabaña en medio del bosque, sepultado en nieve) pero su desaparición es traumática, violenta, mala onda. Hay momentos preciosos y fugaces como “Deep Water” que se sientan al lado de canciones abrasivas y metronómicas como “We Carry On” o “Machine Gun”. Es un disco que por momentos te duele y por momentos te enajena, una pequeña maravilla de la atmósfera y el sonido.


21. Annie – Don’t Stop
Esta bien, admitámoslo, no es un disco gigantesco, ni es mejor que Anniemal, pero tiene algunos momentos muy excelentes, como el desafio y confianza de “My Love Is Better”, su primera canción, con sus guitarras cabalgantes; o la repetición rutinaria de sintetizador viejo de “What Do You Want (The Breakfast Song)”; o el encanto twee de “Heaven And Hell”. Es un disco impar y que sobresale por sus mejores canciones (hay un par de baladas espantosas), pero que sobrevive a la expectativa y demuestra que Annie puede superar “the sophomore slump” y que tiene suficiente personalidad para seguir enamorando a los poptimists del mundo.

Castellano.


01. Los Punsetes – Los Punsetes
Ya hable sobre ellos aquí. Es el disco del año en castellano, sin lugar a dudas. Pura actitud, personalidad, inmensas melodías, punk y gritos.


02. El Mató A Un Policía Motorizado – Día De Los Muertos
Acá esta mi reseña sobre el mismo, baste agregar que es un ep de floración, de renacimiento, de evolución, que suena como El Mató (yo creo que ya a esta altura solo les interesa sonar como ellos mismos, obstinados como son) pero al mismo tiempo lo siembra de cosas nuevas, de canciones más rellenitas, de sonidos mágicos que te hacen anhelar el fin del mundo.


03. Victoria Mil – Están Despedidos
El otro disco en castellano del año, una oda al hedonismo y a la música, las únicas dos cosas que hacen que esta vida, por momentos, valga la pena ser vivida. En continuo repeat desde mitad de año, y, además, protagonistas de uno de los mejores recitales que vi durante este ciclo terráqueo, una clase de comunión con la audiencia y de grandes canciones. Reseña aquí.


04. 107 Faunos – 107 Faunos
Que geniales son los 107 Faunos, con sus canciones de pura energía adolescente, que parecen grabadas en un verdadero garage por amigos super-entusiastas que no pueden esperar a descargar toda su felicidad en disco. “Pequeña Honduras” y “John Henry” son hits fantásticos, y todo el disco exuda una sensación de desconcierto ante la posibilidad de crecer y madurar que encaja muy bien en estos mid-20s que estoy viviendo.


05. Norma – Norma
Las mejores y más divertidas letras del año, otra banda obsesionada con el modo en que la música se infiltra en nuestras vidas, un lp brillante como un auto nuevo. Reseña aquí.


06. Shaman y los Hombres en Llamas – En El Mundo De Fuego.
Desértico, desolado y profundamente lisérgico, otro disco que encaja perfecto con el fin del mundo y la posibilidad de escapar a otros planetas. Reseña aquí.

Canciones Para Un Año Bisiesta.

Disco 01.
(bajar)

01. Fantastic 6 (Alphabeat)
02. If U Seek Amy (Britney Spears)
03. Far Away (Cut Copy)
04. My Love Is Better (Annie)
05. We Were Witchy Witchy White Women (Electric Six)
06. Peryglus Lucifer (Hemme Fatale)
07. Runaway (Ladytron)
08. Paranoid (Kanye West)
09. Polychords (Matmos)
10. Heartbreaker (Metronomy)
11. Vanished (Crystal Castles)
12. Bright Tomorrow (Fuck Buttons)
13. Night Of The Hunter (Tussle)
14. Hands In The Air (Girl Talk)
15. Repetition Kills You (The Black Ghosts ft. Damon Albarn)
16. Miss You Bow Wow (Girls Aloud)
17. Is It Love? (Marit Larsen)
18. Another Day (Jamie Lidell)
19. One Pure Thought (Hot Chip)
20. Uh (Fujiya & Miyagi)
21. Funplex (The B-52’s)
22. Lighten Up, Morrissey (Sparks)
23. I’m A Lady (Santogold)

Disco 02.
(bajar)

01. Ever Lovin’ Man (The Dirtbombs)
02. Rave Kenneth (Beta Satan)
03. Anything Goes (AC/DC)
04. Sequestered In Memphis (The Hold Steady)
05. An Ugly Death (Jay Reatard)
06. Pinta De Tarao (Los Punsetes)
07. Simple (Norma)
08. Supernatural Superserious (R.E.M.)
09. One Of Us (Wire)
10. We Started Nothing (The Ting Tings)
11. Brave Bulging Buoyant Clairvoyants (Wild Beasts)
12. An Eluardian Instance (Of Montreal)
13. Good Old Vinyl (Jim Noir)
14. John Henry (107 Faunos)
15. Los Niños (Shaman Y Los Hombres En Llamas)
16. Mi Próximo Movimiento (Él Mató A Un Policia Motorizado)
17. Never Stops (Deerhunter)
18. Hola (Monoambiente)
19. La Vagancia Es Sagrada (Victoria Mil)
20. Un Verdadero Cajón De Madera (Banda De Turistas)
21. Home (David Byrne & Brian Eno)
22. Mi Otro Mundo (Abducidos)
23. Please Stop Dancing (The Magnetic Fields)
24. The Rip (Portishead)
25. As My Mother Lay Lying (Jonathan Richman)

(sí, ya se que las longitudes son más largas que un cd, no se hagan los vivos, si todos escuchan su música en digital).


Machine Is Bored With Man: Add N To (X)

Ann: No sigan nuestros pasos, de ningún modo. Solo consigan cosas (stuff) y hagan cosas (things).
Stephen: Consigan cosas y hagan cosas, y súbanle el volumen.
(2001)

Entre el 94 y el 2002 hubo en la escena mundial musical una banda que se animó a construirse como una especie de mecha biónico, a brillar con mas intensidad que nadie, a soñar con llevarse por delante todo: sus fans, la escena musical, sus propios teclados, las preconcepciones sobre la música, absolutamente todo a fuerza de pura innovación, movimiento y tecnología.
Una banda extraña, híbrida, nómada. Formada en Londres con miembros cuyas únicas cosas en eran su curiosidad insaciable y su fascinación por los viejos y golpeados instrumentos electrónicos. Ann Shenton es una de esas mujeres que solo de vez en cuando da la música: una experimentadora incansable, que aborrece cualquier rasgo de rutina. Yo me enamoraría completamente de ella, aunque esté un poco pasada de peso y su brazo derecho haya sido reemplazado por una prótesis robótica. Barry Smith era el Dj residente, con una predilección por destruir equipos en el escenario. Su curriculum incluye pasar música en una radio pirata de Praga llamada Radio Stalin. Steve Claydon, el elemento final, es un experto en Theremin que luego de la disolución de la banda demostró su capacidad transformer y se reconvirtió en artista plástico.
Una banda que refulgió, como las mejores leyendas, como los verdaderos salvajes que se adentran en la jungla para cercenar nuevo territorio, durante unos cuantos años, casi ignorada. Disueltos en el 2003, en medio de una orgía de chispazos y cables pelados (se supone que Ann Shenton se cansó de las giras para “Loud Like Nature” y, según quien cuenta la historia, abandonó el grupo o fue expulsada en la mitad de Norteamérica. Se quedaría a vivir en Idaho y se uniría a una banda de motociclistas).
Y ahora sus discos descansan en lugares olvidados, en servidores de Internet y depósitos polvorientos y/o humedecidos de disquerias de segunda mano, en alcantarillas y huecos. Encerrando la visión del futuro que tenia este trío de lunáticos cuidadosamente, para que las generaciones futuras los descubran y hablen de ellos al lado de cosas como Suicide o Throbbing Gristle. Pero no hace falta esperar tanto, acá hay algunos motivos para ponerse los auriculares y salir a caminar por ciudades decadentes escuchando Add N To (X)

Solía tomar heroína y cocaína para el desayuno, ahora prefiero un capitulo de un libro y un te. No soy una puritana bajo ningún concepto, solo creo que uno se cansa de la misma vieja rutina, los consumidores de drogas están asqueados por la norma pero después aceptan otra normalidad que involucra el consumo de drogas.
Ann Shenton, 2003.

Si hay algo que sorprende una vez que te has abandonado a la religión de Add N To (X) y descubierto los placeres de la comunión robótica, es su versatilidad y capacidad para el cambio. La tecnología misma requiere del cambio, de la modificación constante para mantenerse a la vanguardia, para prometernos siempre futuros más brillantes, objetos más caros y preciosos para comprar, utopías aun más perfectas. Pero también la teoría de la evolución es una especie de programa de update de la naturaleza. Mucho mas lento y complejo, pero por ello al mismo tiempo mas equilibrado y (valga la redundancia) orgánico.
Es curioso que Add N To (X) se pueda insertar en esas tradiciones orgullosas y deformarlas tan completamente, burlarse del hecho de que ya, a finales del siglo XX, la humanidad no cree ni en la perfectibilidad de la ciencia ni en la perfectibilidad de la naturaleza. Que encima parece estar en nuestra contra. Desarrollan una especie mutante del progreso, de la evolución, una versión moderna del Frankenstein de Mary Shelley (que es la primera novela que intenta mezclar los temas del progreso científico y técnico y la modificación orgánica).
Cualquiera que se tope con los experimentos entre ruidosos y minimalistas de “Vero Electronics” se sorprendería de escuchar luego “Loud Like Nature” y sus combinación de pop marcial y ruidismo melódico. Y todo en el corto periodo de 6 años, con cada disco intermedio un paso frenético pero al mismo tiempo meditado, esquizofrénico pero completamente sano, en esa evolución. En el 2002 Las Personas Encargadas De Las Etiquetas podían meter a Add N To (X) en la bolsa del “electroclash” o similar, pero el trío se reía y sabía mas. Sabía que esa imagen que el electroclash quería proyectar era puro conservadurismo, ideas decadentes de un futuro en el que los propios seres humanos se convertirían en muñecos maquillados y perfumados. Todos seremos hermosos al costo de nuestra propia humanidad y de nuestro sentido estético, parecían decir.
Ann, Steve y Barry querían algo diferente. Querían algo del pasado, claro. Nada surge por generación espontánea y obviamente que contaban con héroes, influencias, antecesores. “Vero Electronics” y “On The Wires Of Our Nerves” tienen trazos de aquellos primeros héroes de la electrónica, desde Bruce Haack hasta Wendy Carlos, pasando por Suicide, Cabaret Voltaire o Throbbing Gristle. Gente que entendía que, si el futuro era de las maquinas, lo mínimo que podíamos hacer era pervertirlas, invadirlas con nuestra carne, mezclarnos con ellas en comunión cibernética y distorsionarlas hasta que sean una réplica de nosotros, de nuestros canceres y ansiedades, de nuestras ciudades polucionadas y nuestras casas automatizadas.
Lo que ellos veían era un futuro en que las maquinas, en realidad, serían solo extensiones grotescas de nuestra carne. Lo cual los emparenta con aquel gran profeta del siglo XX: J.G. Ballard.
Y con cada disco que pasa, lo curioso de la evolución es que la carne se impone a la maquina. Contrariamente a las ideas del progreso técnico y la ciencia ficción, en las cuales los robots reemplazarían finalmente a los seres humanos. Add N To (X) parece proponer lo contrario: que los robots van a terminar pervirtiéndose y volviéndose iguales o peores que sus maestros.
El lema de los primeros discos parece ser “Repetición, Repetición, Repetición” y están construidos alrededor de sonidos extraterrestres, cacofónicos, similares a los primeros chillidos de una inteligencia artificial que nace e intenta hablar. Ya en “On The Wires Of Our Nerves” se observa la exhuberancia y la despreocupación de un niño, el correr de un pequeño muchacho robot con gorra azul y enterito, que todo lo que quiere hacer es jugar CyberBall.

“Avant Hard” es el disco extraño de la adolescencia. Una muchacha robot tan bonita, con la cobertura de metal mas brillante y límpida de todo el complejo energético, tanto que no podes evitar enamorarte. Y que también tiene un sentido del humor y es aventurera. Una canción como “Skills” con sus teclados juguetones, parece la banda de sonido para una comedia adolescente en un mundo futuro. Lo mejor de todo el asunto, sin embargo, llega cuando la muchacha descubre, finalmente, el sexo. ¿Cómo explicar sino una canción como “Metal Fingers In My Body”?. Una oda al descontrol cibernético y a la lujuria con aparatos. No es una canción que se pueda bailar, no es una canción sensual, es sencillamente la libido desencadenada, la repetición como martillo neumático del sexo, la carne como pistón. Existe un sitio de internet que ofrece videos porno llamado “Fucking Machines”. Los videos son muy particulares: mujeres siendo penetradas por máquinas: enormes consoladores, artefactos con leves movimientos generados por las propias mujeres, gigantescas máquinas penetradoras que hacen ruido similar a una cortadora de pasto. Si los miembros de Add N To (X) conocen de su existencia, seguro sonríen (y la sonrisa se tuerce en una mueca).
“Add Insult To Injury” parece ser la decadencia de los primeros años de la juventud. Promiscuidad, fiestas y momentos vagamente ominosos son los que dominan el disco. Famoso por tener el tema “Plug Me In”, un casi hit obscurecido por su video: en el se ven a dos chicas muy hermosas jugueteando con múltiples consoladores. Como dijo alguna vez Steve Claydon: “No hay nada robótico o estéril acerca de Add N To (X). La música es un monstruo de Frankenstein de componentes esquizofrénicos imitando / parodiando los rasgos mas desagradables de la naturaleza”. Mi tema favorito siempre fue “Monster Bobby”, una especie de sing along borracho entre jukeboxes fallados. Una batería casi marcial y un coro indistinto (podrían ser borrachos de bar o hinchas de fútbol) marcan el ritmo sobre el cual se recortan voces con vocoder, arengas de voces desganadas para que cantes, silbidos y palmas. ¡Para que no se acabe el ácido de batería y la fiesta siga por siempre!.
Finalmente, “Loud Like Nature” es el disco de las épocas más oscuras. Es un disco decididamente sacado, cocainómano, frenético. Un disco hasta insoportable en su arrogancia, en su confianza absoluta en ser los mejores en lo que hacen. Y lo que hacen es meter ruido.
Porque ya a esta altura los Add N To (X) parecen haber entrado en su etapa pandillera. Un montón de gamberros que no tienen nada mejor que hacer que emborracharse interminablemente, tomar todo tipo de drogas y languidecer eternamente con el seguro de desempleo pagándoles la comida. Y como todo buen disco hedonista, le encanta regodearse en su barro. Canciones como “Sheez Mine” o “Large Number” son tan límpidas y precisas en su mugre, en su glorificación del oxido que les sale por entre las juntas, que se vuelven irresistibles. Aquello descubierto en “Avant Hard” que venia desarrollándose desde aquellas precisiones neumáticas de “Metal Fingers In My Body”, se refina: la potencia y la contundencia avasalladora de Add N To (X).
Si Add N To (X) fuese un mecha, un robot gigante de anime, seguramente sería una bestia salvaje que pisaría todo Neo Tokyo persiguiendo a aquel monstruo gigante de siete ojos. Aquellos primeros ruidos espaciales que perturbaban en “Vero Electronics” ahora son magnificas baterías tocadas por soldaditos de plomo (en realidad, casi todas las baterías son grabadas de verdad, no producto de máquinas), sonidos de sintetizador que recuerdan alternativamente el llamado de apareamiento de un dinosaurio o rayos láser marcianos y voces hermosamente llamativas, estrellas de Hollywood con estabilizadores de tensión en cada pecho.

Steve: La gente tiene que estar apropiadamente enchufada. Tienen que estar listos para nosotros. Tienen que estar borrachos. Tan arriba como nosotros. No vamos a tocar para gente que solo quieren sentarse y escuchar y charlar con sus amigos.
Ann: (…) Me gusta la estética punk de ir a ver a una banda y volarme la cabeza, que es lo que yo solía hacer. Todos solíamos hacer eso.
(2001)

En el pico de sus talentos, quizás entre “Avant Hard” y “Add Insult To Injury”, Add N To (X) debe haber sido una de las mejores bandas para ver en vivo del planeta. Yo solo me imagino a ellos tres, en escenarios miserables de pubs en ciudades de mala muerte, cada uno con una pila de equipos a su lado, arriba, entre las piernas. Completamente sacados. Quizás hasta vomitando en su baterista. Y abajo, un montón de gente tan sacada como ellos, quizás vomitando en sus novias.
La gente se mueve entre los cables de los equipos y chocan contra los miembros de la banda, se chocan entre sí, se mezclan como una masa de carne. Ann, Steve y Barry tocan perillas, se dan pequeños choques eléctricos, pisan pedales como si fuesen parte de su propio cuerpo, sudan y cantan. Las ondas sónicas de los sintetizadores y el machacar maniático de las baterías rebota en las paredes de la habitación, que sudan por el calor de los cuerpos amontonados, y baña a todos los presentes con una mezcla de ruido y electricidad, con ondas invisibles que conectan con la audiencia que salta frenética, que mezclan las chispas que saltan de los sintetizadores y las zapatillas viejas y llenas de enchufes con los besos que se da una parejita de punks en una esquina, los choques de un borracho con los amplificadores, el headbanging de un grupo de nerds en una esquina.
Todos juntos en una hermosa comunión de circuitos, mucosa, metal, sonido, cables, sangre, semen y tecnología, hermosa tecnología.

Add N To (X) – Ancient Transmissions From Dystopic Stars

01 – Adding N To X (Add Insult To Injury)
02 – Skills (Avant Hard)
03 – Take Me To Your Leader (Loud Like Nature)
04 – Monster Bobby (Add Insult To Injury)
05 – Metal Fingers In My Body (Avant Hard)
06 – Plug Me In (Add Insult To Injury)
07 – Sheez Mine (Loud Like Nature)
08 – Buckminster Fuller (Avant Hard)
09 – Hit Me (On The Wires Of Our Nerves)
10 – Large Number (Loud Like Nature)
11 – Hit For Cheese (Add Insult To Injury)
12 – Robot New York (Avant Hard)
13 – Inevitable Fast Access (Sleeze) (Vero Electronics)
14 – The Black Regent (On The Wires Of Our Nerves)
15 – Party Bag (Loud Like Nature)
16 – King Wasp (On The Wires Of Our Nerves)
17 – Aphine Repetition (Vero Electronics)

Add N To (X) – Three Mecha Suit(e)s

01 – Little Black Rocks In The Sun (Little Black Rocks In The Sun Ep)
02 – Machine Is Bored With Love (Avant Hard)
03 – The Regent Is Dead (Add Insult To Injury)


So, Tell Me, Did 2007 Fulfill Your Dreams And Expectations? (Parte 01)

Como corresponde a final de año, la tradicional lista, a la que parezco incapaz de sustraerme. Esta primera parte va a estar dedicada a la música, ya que si posteaba todo, todo, todo, probablemente iba a ocupar toda la página principal. La segunda tratara sobre materia impresa y cine y quizás alguna cosita que se me ocurra por ahí. Salud y que el 2008 nos de tantos buenos discos como este año!.

50 Minutos de Música en un Círculo Negro No Son La Clave de la Felicidad: Discos del año.


01. Spoon – Ga Ga Ga Ga Ga
A veces tengo la sensación de que Spoon es la única banda que importa en la actualidad. Se que es una sensación injusta, que son los delirios del fan. Probablemente tenga que ver con que, en los últimos 3 o 4 años ha sido una de las pocas bandas que he escuchado obsesivamente. Hay algo en la manera en que Britt Daniels canta, en la forma en que las melodías se enredan obsesivamente alrededor de sus frases. Hay un correlato en el modo en que los Spoon parecen irse poniendo cada año más minimalistas, más precisos, incapaces de desperdiciar una sola nota y las letras de Britt Daniels, sus frases cortantes y enigmáticas, como dejando la mitad de la historia suspirada por un fantasma. Todo empaquetado en unas canciones que se clavan en tu piel durante meses, que parecen resumir a la perfección un sentimiento doloroso y repentino como un latigazo. Y si bien al principio me encantaban “The Underdog” con sus trompetas y “Finer Feelings” hit pop auto-abortado y hermoso, a final de año reconozco que la frase que me pone la piel de gallina de este disco es “remember, the winter gets cold in ways you always forget”.


02. Of Montreal – Hissing Fauna, Are You The Destroyer?
Si este año se publicó un disco que tenga todas las marcas de la obra maestra, que parezca ser de esos discos que van a definir un momento histórico, es “Hissing Fauna, Are You The Destroyer?”. Es una de esas obras que uno no puede evitar llamar definitivos en la carrera de un artista. Una destilación tan perfecta de las obsesiones en un momento de su carrera montadas encima de un arco emocional tan devastador que uno siente que la verdad brilla poderosa entre sus pistas. Personalmente, es un disco que entró torcido en mi año: al principio sus canciones me atraían por la manera fantástica en que Kevin Barnes expresaba su desolación a través de sintetizadores incansables, chillidos ambiguos, falsas guitarras glam. Existía una desconexión emocional entre lo que escuchaba y lo que el lp de hecho era. Ahora, al final del año, me encuentro comprendiendo que es un disco que traza un arco similar, quizás invertido, de lo que fue mi 2007 y que las letras de Barnes me afectan más que lo que sus melodías me dan ganas de bailar.


03. Von Sudenfed – Tromatic Reflexxions
Justo en el año en que la obsesión por The Fall alcanzó niveles astronómicos (mi nueva misión auto impuesta es convertir a todos mis amigos en fanáticos de la banda de M.E.S.), los guachos se dedican a sacar un álbum mediocre. No me pregunten que me pareció “Reformation Post TLC” porque no me acuerdo. Gracias a dios tenemos este disco, colaboración entre el enorme M.E.S. y Mouse On Mars. Una combinación bastante inusual, uno solo se imagina a Mark escupiendo a los alemanes, horrorizado por su falsa sofisticación y la frialdad de su música. Pero funciona de maravillas, con el mancuniano gritando y chirriando sobre las mejores bases que los MOM han creado nunca. “The Rhinohead” debe ser la canción mas demoledora del año, con sus baterías implacables y la línea de piano del principio que parece marcar el inminente colapso nervioso; “Speech Contamination”, con su mezcla de alemán e ingles, demuestra no solo que M.E.S. es una de LAS voces de nuestro tiempo, sino que es una especie de rapper de voz pastosa; y “Family Feud”, con su falso ritmo ¿latino?, confirma lo que ya todos sabíamos: “I am the great M.E.S.”.


04. Whitey – Great Shakes
Ya hablé de el hace un tiempo, pero se puede seguir. Con Dario charlabamos el otro día de lo interesante que es descubrir los temas y las preocupaciones de compositores que no se ponen al descubierto tan explícitamente como los songwriters de nombre y apellido. Ese es el placer del segundo disco de Whitey, para mí, encontrar las obsesiones de un hombre que se oculta persistentemente, detrás de un apodo, de un proyecto, de unas voces intencionadamente distorsionadas. Y descubrir que es un tratado sobre la misantropía, sobre la decepción y la neurosis. Creo que este año no escuché un disco más frustrado, un cantautor con más desprecio por si mismo y que, al mismo tiempo, utilice su frustración como un taladro, como una navaja para vengarse del mundo. (¿y lo mas apropiado? Creo que ni siquiera salió aun).


05. Future Of The Left – Curses
En el cual Andy Falkous continúa su cruzada de un solo hombre para destruir a todo aquello que le cae mal. Otro disco sobre el cual es muy, muy, difícil decir algo nuevo porque sigo la carrera de aquellos involucrados hace tiempo y ya se ganaron mi corazón. Para aquellos que gustaban de Mclusky este disco tiene todos los condimentos necesarios: guitarras que parecen motosierras, la voz inconfundible y magnífica de Falco, letras que se dedican a tirar barro y mierda sobre una multitud de sujetos. La diferencia es que hay una profundización de ciertas aristas de Mclusky, sobre todo la melódica. Un par de temas exploran otras avenidas emocionales y demuestran que tienen mas armas en su arsenal que solo la misantropía. Tiene “Manchasm”, una de las cosas mas completas y adictivas que escuche en el año. Y, además, comienza con una canción que dice “violence resolves everything” y cierra con una amable ¿balada? con base de piano y la voz de Falko cantando “I am terribly missing on fronts where I probably won’t fight”. Se llama “The Contrarian” y demuestra no solo que este es uno de los grupos más brillantemente originales y cabeza dura de nuestro tiempo, sino también que incluso a los punks les llega el momento de crecer.


06. Lifetime – Lifetime
Sin lugar a dudas, el regreso del año. Lifetime es una de esas cosas que le quedan a uno de una adolescencia intentando escuchar hardcore. Aun recuerdo el día en que me pasaron esa caja enorme de cds, llena de discos de hardcore. El único que qun escucho hoy es “Jersey’s Best Dancers”. Lifetime tiene la típica sinceridad hardcore pero llevada al micronivel: nada de declaraciones políticas ampulosas, solo tontas canciones de amor que parecen sucederle a gente suspendida en algún punto de los 20 años. Tienen esa cualidad que a veces (A VECES) pareciera ser la marca del buen punk: juventud perpetua. Son tan honestos, Ari Katz canta con tanto sentimiento, que uno no puede evitar sentir que, a pesar de que ya deben tener mas de 30 años, todavía son los chicos de 18 o 20 que cantaban “let’s forget about work and listen to The Clash”, perdidos en una especie de Neverland donde el hardcore melódico era bueno, donde las bandas creaban tantos hits instantáneos como ellos y eran la banda de sonido de todos nuestros veranos.


07. Justice – +
Tengo una teoría acerca de este disco. No es muy inteligente ni muy elevada. Pero la repito de vez en cuando, porque es tan obvia que me sorprende que nadie lo haya dicho antes: Justice (y Ed Banger Records en general) demuestran que Daft Punk tenía razón con “Human After All”. ¿Que es este disco sino un refinamiento de lo que hicieron los robots hace dos años? La idea de la “banda de rock que en realidad es electrónica” que ya estaba presente en ese disco que a todo el mundo cayó tan mal. Para mí esto es una ventaja, un halago. Después de todo Justice si realiza una operación muy importante: reemplaza la decepción y cinismo de “Human After All”, la sensación de rock-producido-en-masa por verdadera y sincera felicidad. Si el cadáver del rock era eso, un cuerpo del cual reírse, en HAA, aquí lo agarran un par de patanes que a base de golpes de amplificador le han dado nueva vida. Como buen monstruo es chirriante, ruidoso e imperfecto, pero los Justice lo saben y utilizan sus extremidades descolocadas y sus tornillos herrumbrados para convertirlo en el mejor bailarín de breakdance del mundo.


08. Black Moth Super Rainbow – Dandelion Gum
Que raros son los BMSR. Una de esas bandas que te asaltan sin que lo esperes. Probablemente la revelación del año. ¿De donde salían esas canciones que sonaban, justamente, como chicle o algodón de azúcar hechos de niebla, a voces de granjeros pasadas por vocoders, a enormes pilas de alfalfa? ¿Quienes eran estos muchachos que parecían haber secuestrado a los Boards Of Canada y haberlos encerrado en un cuartito con solo discos de música bubblegum de los 50 para que escuchen? Una rápida búsqueda en internet nos dice poco: Pittsburg, Pennsylvania, graban en una granja, no pertenecen a la “escena”, no dan sus verdaderos nombres. Parecen vagos y distantes, alguna transmutación del granjero parco, patinado con una capa de pretensión musical. Su música, consecuentemente, parece proceder de una granja habitada por vacas mutantes y pequeños extraterrestres de orejas puntiagudas. Con un elfo tocando las baterías. Es algo realmente psicodélico en esta época en que lo psicodélico parece ser un barbudo con guitarra. Y eso es un verdadero descubrimiento.


09. Electric Six – I Shall Exterminate Everything Around Me That Restricts Me From Being The Master
¿Que hay mejor que rescatar a un viejo amigo de la muerte? Un poco eso es lo que me pasó con Electric Six. No es que los hubiese eliminado por completo de mi panorama mental, pero si les había perdido la pista post “Señor Smoke”. Gracias a dios que se despertó mi curiosidad por este disco. En el confirman su posición como los grandes satiristas del capitalismo salvaje y el sistema del espectáculo, aquellos que perciben que todo se esta yendo a la mierda, pero van a capear el temporal bailando como demonios. No solo su título proviene de un dibujo satírico de George Grosz, de 1923, lo que demuestra que no son los cabezas de chorlito que parecerían, sino que esta repleto de canciones que, como la mejor parodia, son doblemente punzantes por estar entregadas con una cruel sonrisa. Dick Valentine sigue siendo uno de los mejores cantantes de nuestra generación, uno de los pocos capaces de comunicar tanto desprecio y tanta arrogancia. Y en este carnaval infernal en el que tienen lugar Don Rickles, Lenny Kravitz y el gobierno de los EE.UU. parece el único hombre cuerdo que grita su verdad sobre una pila de cadáveres.


10. Panda Bear – Person Pitch
Si hay algo que siempre me molestó de los Animal Collective es la indulgencia. La capacidad que tienen para tomar una buena idea y arrastrarla por el suelo durante 8 o 9 minutos hasta que uno grita “PAREN YA CON LA PERCUSION TRIBAL, LA PUTA MADRE”. Evidentemente si hay un lado por el que Panda Bear ganó en este disco solista es por el lado de la concisión. Desde el principio al fin suena justo como lo que siempre esperamos de AC: un disco de fogón, una especie de singalong indio en el que los espíritus de los antepasados vienen a jugar. En el medio de esa jam session, cosas que parecen canciones (o que quizás solo sean el recuerdo fantasmal de una canción) aparecen, se apoderan de la voz de Panda por unos minutos y luego se disuelven en el éter. Un disco de viaje, un disco que despierta asociaciones inexplicables, un disco para todas las estaciones. Escuchándolo de nuevo hoy en lo único en lo que puedo pensar es en felicidad y porro. Y esas son todas muy buenas cosas.


11. The New Pornographers – Challengers
Matthew Perpetua lo expresó muy bien cuando salió el disco diciendo que “lo que solía gustarme de los New Pornographers era que eran esta increíble banda fiestera, pero ahora supongo que tendré que conformarme con que sean solo una banda profesional que hace excelentes canciones”. Como se refleja en esa frase este es, paradójicamente, el grower del año. Nunca se hubiese esperado eso de los New Pornographers. Pero es que están creciendo, y el título mismo parece decir algo, “Retadores”. Como si estuviesen entrando en una etapa en la que tienen que estar a la defensiva todo el tiempo, como si hubiesen recibido ya un par de golpes (¿de la prensa? ¿De la vida? ¿De la música?) que los llevaron a reflexionar por primera vez en su corta existencia. Y a pesar de todo ello, en medio de canciones que indican, con apenas frases, soledad y errores que uno comete cuando entra finalmente a la adultez, todavía pueden cantar “And here’s the mutiny I promised you / and here’s the party it turned into”.


12. Matthew Dear – Asa Breed
Matthew Dear es misterioso y minimalista. Sus canciones siempre parecen rodeadas de niebla, de extraños mensajes que nos llegan en el sueño. Es un disco que oculta su profunda tristeza debajo de una capa de sutiles beats. Un disco que tiene una sucesión tan terrible como la que va de la saltarina “Neighborhoods” a la desoladora “Deserter”. Hay pocas canciones este año que me hayan afectado tanto como esta última, será por sus sintetizadores que parecen encapsular todas las esperanzas truncadas de nuestra generación o por su letra que sintetiza, con esas frases a medio formar de Matthew, ese preciso instante de tiempo en que la soledad toma lo mejor de nosotros. Y encima el disco lleva por nombre a un personaje de Kurt Vonnegut, ¿que más se puede pedir?.


13. Art Brut – It’s A Bit Complicated.
El otro día me di cuenta que Art Brut son los Buzzcocks si hubiesen escuchado demasiado a los Buzzcocks. ¿Demasiado meta? Bueno, son la banda sonora perfecta para todos aquellos a los que nos gustaría que la vida tuviese banda sonora. Lo interesante, sin embargo, de Art Brut es la manera en que usan su obsesión con la música, sus referencias metamusicales, como una metáfora para enfrentarse a sus sentimientos y sus experiencias. De la misma manera en que los obsesivos musicales escuchamos música buscando una letra, una melodía, que se acomode a nuestro momento, los Art Brut hacen música sobre la música que los obsesiona, música que al mismo tiempo es una postal de su momento. Y todo con la sonrisa torcida de mocoso ingles en la cara, con la arrogancia de ponerle a la mitad de sus temas nombres de canciones conocidas, con esa sabiduría estúpida que te da el saberse mas inteligente que los demás. Aunque esa inteligencia solo consista en conocer mas bandas punk de los setenta.


14. Midnight Juggernauts – Dystopia
En un principio fue ese video de “Into The Galaxy” en el que tocan, oscurecidos, mientras la cámara realiza un travelling que parece no terminar nunca. Luego fue escuchar “Shadows” con su irresistible canto de “tomorrow…tomorrow…tomorrow today”. Y luego fue conseguir el disco y darme cuenta que hasta sus lados b son increíbles. De alguna manera han conseguido grabar un disco repleto de referencias al espacio, que exuda new age, pero que es increíblemente bailable y divertido. Estos tipos reconstruyeron el continuum espacial que viene desde Tangerine Dream y le dieron groove, hits, haciéndolo sonar menos como un futuro distópico que como el enorme Studio 54 en el círculo de asteroides. Y si ya son capaces de tomar una canción llamada “Road To Recovery” y cumplir con la promesa del titulo, tocándola como una verdadera oda a la reconstrucción de toda la raza humana, puntuada por enormes líneas de sintetizador (que son casi continuas en su emoción elegíaca en todo el disco) que dan ganas de levantar los puños, ya puedo comenzar a considerarlos unos genios.


15. Siobhan Donaghy – Ghosts
En el cual Siobhan reclama finalmente la corona de Reina de Hielo de las manos de sus competidoras, demostrando que es la única que aprendió algo de Robin Guthrie y Liz Fraser. Este disco es una bestia extraña, en el sentido de que es a la vez inequívocamente la producción de una ex estrella de pop, una ex Sugababe, por dios, pero el espectro emocional al que apunta no podría estar mas alejado de aquellas canciones que cantaba en sus días de gloria. No es tanto un producto de las letras, que la mayoría de las veces siguen siendo intrascendentes, sino de la producción y la voz. La producción se regodea en capas más capas de sonido que buscan reproducir la tundra ártica. Y Siobhan se esfuerza en volver su voz lo mas banshee-ca que pueda, sin en ningún momento llegar a los excesos de una Bjork. La perla en la corona es, sin dudas, la canción que da título al disco, que con sus reminiscencias orientales, sus extraños ruidos invertidos y sus letras semi suspiradas parece ser una invocación nórdica a algún espíritu de la luz y el invierno.


16. Mark Ronson – Version
Casi me olvido de este disco. Casi. Es que salió hace tanto tiempo. O al menos eso parece, este ha sido un año fructífero, propenso a la amnesia. Pero no podía dejar afuera de la lista a la perfecta confección pop de Mark Ronson. Ronson funciona acá como un ser sobrenatural capaz de insuflar vida en los muertos. ¿De que otra manera podría describirse que tome uno de los temas más chotos de Coldplay y lo transforme en una hermosa bomba soul? ¿O que vuelva a “Just” de Radiohead, con toda su idiotica angustia adolescente, algo sutil, un jazz de lounge que parece mas amargo que su versión original? ¿O a la increíble versión de “Valerie” con Amy Winehouse, una clase en sentimiento? Por momentos yo siento que Ronson se levantó una mañana, encontró un NME que venía con un compilado de bandas actuales y dijo “ESTO piensan que es pop? Vamos a pintarles la cara a todos”.


17. Les Savy Fav – Let’s Stay Friends
Este fue un año de “many happy returns”. Muchos grupos que había descubierto en los últimos 4 o 5 años, siempre a destiempo para escribir algo sobre ellos, justo se dedicaron a poner cosas en la calle en el 2007. En esta categoría entre Les Savy Fav aunque este disco, luego de la increíble piña al estomago que fue “Inches” no me convenció demasiado al principio. Parecía más de lo mismo con menos ganchos. Y si, es un poco de eso, pero hay que escucharlos tocar una canción como “Raging In The Plague Age”, anudando referencias a antiguas cortes medievales con guitarras entrecortadas, sin perder el tiempo jamás, y no sentirse un poco asombrado por una capacidad melódica que nunca abandona su abrasión ni sus intenciones de ser una banda única. Y eso sin tomar en cuenta las inflexiones new wave de canciones como “Patty Lee” y “What Would The Wolves Do”. En un año dominado por la evolución y el cambio, Les Savy Fav son muchas cosas a la vez sin dejar de ser nunca ellos mismos.


18. White Williams – Smoke
A primera escucha parece otro imitador de Marc Bolan, otro niño con dinero incapaz siquiera de robar con altura. Y no ayuda que el disco transcurra con tanta amabilidad, que parezca tan profesional, tan suave, cremoso. Pero con el paso del tiempo uno descubre que es como una persona que aprende un lenguaje muchos años después de que ha sido inventado. No lo habla exactamente igual, hay slang, hay cambios, pero la estructura es tan similar que a primera vista parece una copia exacta. Existe una liviandad con respecto a la apropiación que parece decir que para Williams el glam es solo su imagen perfecta de lo pop, la única que conoce, adaptada a su propia voz. Y el disco esta repleto de melodías de sintetizador inesperadas, de bases funk despojadas, de esa voz tan particular que parece cantar sobre las cosas mas asininas de la manera mas afectada posible. Cuanto más lo pienso creo que esto es lo que esperaba que fuese el disco de Patrick Wolf, sin todas esas insípidas baladas.


19. Vampire Weekend – Vampire Weekend
Este es un disco del 2008, en realidad. Es un disco, además, sobre el cual no pensaba escribir jamás. ¿Que podía interesarme de un grupo que era la nueva revelación indie newyorkina? ¿Cuya única “novedad” era que mezclaban sonidos amables de chicos blancos de clase alta universitaria con percusiones africanas que parecían sacadas de un álbum de Paul Simon en los 80? Y, sin embargo, sin embargo…había algo en “Oxford Comma” que la volvía irresistible, algo de la letra, la estúpida combinación de palabras que los hacía sonar demasiado inteligentes para su propio bien, pero encantadores e ingenuos en su “literacy”. Y de ahí fue zambullirse en el disco, en “A-Punk” y su inofensivo rebotar, en “The Kids Don’t Stand A Chance” y su contemplativa derrota, en “Campus” y su tan cercana historia de one night stands. En el fondo los tímidos ritmos africanos son más que nada decoración, no son los Talking Heads, pero su encanto proviene de lo mucho que saben esto. No se si será la gran banda que me acompañara hasta mis 40 años, pero por el momento este disco es perfecto para el veinteañero que soy.


20. Prinzhorn Dance School – Prinzhorn Dance School
La banda mas pretenciosa del año, sin embargo una de las mas atractivas. Producto típicamente ingles, empapado en lo que en algún momento fue el espíritu post punk, estos muchachos de Brighton parecieran estar retomando una tradición musical poco recorrida, aquella que combina minimalismo y amenaza. Si bien sus canciones pueden parecer repetitivas a primera escucha, puras baterías cavernícolas y guitarras que no se molestan en tocar más de dos acordes, la potencia de sus semi-esloganes y de su mala leche general los vuelve un prospecto seductor. Uno se los imagina en un sótano oscuro, pura paranoia, grabando con equipos miserables y creyéndose fervientemente aquello que cantan en “Eat, Sleep” de “there are monsters in the…”.


21. Caribou – Andorra
El disco que confirma todo lo bueno que esperábamos de Dan Snaith desde “Up In Flames”. Es “un disco pequeño y luminoso, que calienta nuestros corazones”. Ahora en serio, el otro gran tema de este año, me parece, fue el ocultamiento, el misterio, el descubrir mensajes que parecen hechos para uno en la música más inesperada. Bueno, me parece que Snaith perfecciona ese arte en este disco. Su voz siempre parece a punto de desvanecerse, como si en realidad solo le hiciese falta un ancla alrededor de la cual organizar su enorme arsenal de ruidos y melodías que podrían proceder simultáneamente de Aphex Twin, los Beach Boys y Neu!. Pero es evidente que hay ALGO que molesta a Snaith profundamente, que lo lleva a encerrarse en Andorra y a cubrir su insatisfacción con esa música de caramelo que solo aumenta lo espectral de su falta. No puedo evitar pensar en él como el hermano menor del disco de Panda Bear, dejado atrás y sintiéndose despreciado pero dispuesto a demostrarle al mundo que él también puede componer.


22. Girls Aloud – Tangled Up
El otro día un amigo me decía: “son tan buenos los discos que ya molestan”. Y un poco es así. No hay mucho más que decir sobre Girls Aloud que lo que ya vengo repitiendo hace tres o cuatro años. Son, sin lugar a dudas, la mejor banda pop en la actualidad. Siguen produciendo éxitos increíbles luego de que nadie de un peso por ellas, salidas como estaban de Popstars. Este disco tiene la particularidad de no contar ni con baladas ni con covers, cosa que creo lo enriquece muchísimo. Se dan el lujo de tomar prestadas inflexiones ska (“Control Of The Knife”), de componer canciones que tienen mas de rock que los intentos de miles de bandas tapa del NME (“Fling”) y de seguir siendo las mismas vampiresas comehombres sin ningún tipo de remordimiento (“Can’t Speak French”). A pesar de todo esto, si suena un poco, por primera vez en su carrera, como “business as usual”, cosa un tanto rara para una banda que nos acostumbró a deslumbrarnos con cada lanzamiento. Pero el “business as usual” de las Girls Aloud es suficiente para llenar discos enteros de grandes éxitos.

El Glorioso Idioma De Castilla Produce Hits: Discos En Castellano.

(Caveat, emptor! Algunas de estas bandas están compuestas por amigos)


Prietto Viaja Al Cosmos Con Mariano – Idem.
En el cual finalmente se entregan a los brazos de la canción, como un amante cansado de tanto correr por el monte. Y les sale tan, pero tan, bien que no entiendo como se las guardaron tanto tiempo. Prietto canta con su voz de niño malcriado, Mariano golpea los parches como siempre lo hizo, solo que ahora hay melodía y silbidos y hasta canciones capaces de dejarme en cama durante unos días.


Triángulo de Amor Bizarro – Idem
Al fin unos españoles que tienen la decencia de ser macarras, mala onda y sarcásticos. Son como unos pequeños Jesus And Mary Chain, puro ruido de guitarras y propulsión impaciente. Tienen algunas de las mejores letras del año, entre las cuales me quedo con “el mejor sitio para descansar, es la universidad”.


Astrud – Tú No Existes
Astrud es una banda que, más que nada, representa esa porción que ya no existe de mi vida. Cuando lo escuchábamos a principios de año nos sorprendían sus letras, sus agudas observaciones sobre la vida soporífera, sus contorsiones musicales inesperadas. Hoy en día creo que no podría escucharlo entero o que el proceso me dolería demasiado, sería muy parecido a remover capas tectónicas muy recientes. Pero es una de esas obras que nunca voy a poder separar de un momento preciso, de un sentimiento, aunque espero que con un poco de distancia todavía puedan musicalizar algunas circunstancias.


Diosque – I Can Cion.
Otro disco del que casi me olvido de escribir. Es que tengo una copia mala, con temas faltantes, desde mitades del año pasado y estaba convencido de que era un disco del 2006. Pero, como decía Juan en su fotolog, parece que el proceso de elaboración fue como tener una hernia de disco. Me encantan las canciones de Diosque por dos motivos: en primer lugar, porque escuchar este disco fue superar los prejuicios que tenia en su contra, la sensación de que sus canciones estaban todas incompletas y se disolvían antes de desarrollar su potencial. En segundo lugar, porque descubrí justamente que esa característica evanescente, esa manera que tiene de cantar, entre desganada y aniñada, esos estribillos que se repiten una sola vez y te dejan con ganas de más son su mayor riqueza. Diosque compone canciones minúsculas que inmediatamente se vuelven adictivas. Y ya no recuerdo cuantas veces cité, en miles de conversaciones, aquello de «a la noche con amigos aguardiente y tónica con gin».

Michael Stuar – Michael Stuar Declara La Paz Mundial
Nadie se esperaba que los Michael se salgan con este terrible disco de la manga. Claro, recuerdo cuando Agustín y Sebastián me hablaban de “Salchichón con Peluca”, su inexistente banda de nombre gracioso. Eventualmente evolucionó hacia un nombre menos gracioso, pero apoyado por unas canciones increíbles. A una banda que tiene una canción que se llama “El Sida” y que concluye su interpretación cantando “Sida, sida, sida, sida, sida” sin agotamiento no se le puede llamar otra cosa mas que genial. ¿Que otra cosa queda mas que asombrarse y emocionarse ante una canción como “La Furia del Metal”, que demora la entrada de la voz durante un minuto y medio para proferir “no seas mala persona / mira con quien andas”? Quizás la única crítica que pueda hacérseles es que es corto y el arte debería haber sido en color, pero cada vez que hablo de este disco me quedo sin aliento de tanto alabarlo.


Monoambiente – La Am En La Efeméride Rural
De alguna manera, este es EL disco del año. Desde aquellos días idénticos y calurosos en los que lo comenzaron a grabar, en sesiones que no presencie pero en las cuales desee estar, hasta hoy, en que parece un disco viejo, debo haber escuchado sus canciones 15000 veces. Es el disco que, para bien o para mal, me acompaño (nos acompaño, a varios de acá) durante este año plagado de cambios, de reajustes de personas cual rastis, de incertidumbre. Es un disco que continua con el tema del año, la evolución, ya que fue grabado en un ambiente que era un salto para adelante para los participantes, con mas instrumentos, mas equipos y mas producción. Es un disco que no puedo evitar sentir mío, en minúscula parte, porque las canciones se hicieron carne, porque los amigos que las compusieron están demasiado cerca. Es el disco que demuestra que acá hay un puñado de personas que están interesadas en producir arte que conmueva. Y no puedo esperar a que comiencen a grabar el tercero.

Actualización Mayo 2013!

A raíz del relanzamiento del blog me dí cuenta que no había armado compilado de los temas que más me gustaban que salían de los discos del año y me pareció muy mal, así que lo hice en dos patadas y lo subí, disfruten!

2007A (El Baile Moderno). (Bajar)

01 – Don’t You Evah (Spoon)
02 – El Himno De La Bala (Triángulo de Amor Bizarro)
03 – La Furia del Metal (Michael Stuar)
04 – After Hours (Caribou)
05 – Toxic (Mark Ronson ft. Ol’ Dirty Bastard And Tiggers)
06 – New Violence (White Williams)
07 – Don’t Give Up (Siobhan Donaghy)
08 – El Vertedero de Sao Paulo (Astrud)
09 – Neighborhoods (Matthew Dear)
10 – Gronlandic Edit (Of Montreal)
11 – Take Pills (Panda Bear)
12 – Challengers (New Pornographers)
13 – Wrap It Up (Whitey)
14 – The Rhinohead (Von Südenfed)
15 – Speech Contamination / German Fear Of Österreich (Von Südenfed)
16 – DVNO (Justice)
17 – Manchasm (Future Of The Left)
18 – Randy’s Hot Tonight (Electric Six)
19 – Patty Lee (Les Savy Fav)
20 – I Will Survive (Art Brut)
21 – Records At Nite (Lifetime)
22 – Lucifer Airlines (Electric Six)
23 – She’s A Rejector (Of Montreal)
24 – Viva La Ciudad! (Michael Stuar)
25 – Como Iluminar Una Habitación (Triángulo de Amor Bizarro)
26 – La AM En La Efeméride Rural (Monoambiente)
27 – Federico García Calor (Diosque)
28 – Verano Fatal (Prietto Viaja Al Cosmos Con Mariano)
29 – When The Sun Grows On Your Tongue (Black Moth Super Rainbow)
30 – L.S.F. (Mark Ronson ft. Kasabian)
31 – Sexy! No No No (Girls Aloud)
32 – Phantom (Justice)
33 – Into The Galaxy (Midnight Juggernauts)
34 – Shadows (Midnight Juggernauts)
35 – Finer Feelings (Spoon)
36 – The Kids Don’t Stand a Chance (Vampire Weekend)
37 – Ghosts (Siobhan Donaghy)
38 – Spaceman In Your Garden (Prinzhorn Dance School)

Bonus Track! Canciones Del Año Que No Están En Los Discos Del Año!

2007B – El Baile Moderno. (Bajar)

01. Electrelane – Tram 21
02. Dragonette – I Get Around (Midnight Juggernauts Remix)
03. Chromeo – Fancy Footwork
04. Ween – Friends: o “como hacer una canción synth pop PERFECTA”.
05. Cut Copy – Hearts On Fire: EL single del año, vibrante e histriónico, como una canción de Roxy Music perdida en el tiempo.
06. Yelle – Je Veux Te Voir: el disco no es muy bueno, pero esta canción es tan genial que dan ganas de escucharla tan fuerte como para disolverse.
07. Kylie Minogue – 2 Hearts: probablemente el disco de Kylie sea uno de esos que escuche mucho durante el verano y en febrero me arrepienta de no haberlo puesto aquí. Pero aun no lo procesé por completo, excepto esta canción, que dan ganas de enamorarse solo para poder cantar el estribillo sintiéndolo de verdad.
08. Muscles – Ice Cream: ¿como no amar a una canción que proclama que el helado va a salvar el día?.
09. Matt & Kim – It’s A Fact
10. Kate Nash – Pumpkin Soup: o “la gran canción sobre la histeria femenina que escuche este año”.
11. & 12. Dizzee Rascal – Wanna Be / Where’s Da G’s?
13. The Go! Team – The Wrath Of Marcie
14. & 15. Patrick Wolf – Accident / Emergency / The Magic Position: ay, ay, ay, Patrick, que decepción resultaste ser. ¿Que pasó con todo lo bueno que prometías a finales del año pasado? ¿Porque tuviste que arruinar tu disco con ese montón de baladas aburridas? Gracias a dios tuviste el buen tino de meter canciones como estas que demuestran que PODRÍAS ser el David Bowie del Siglo XXI si dejases de llorar sobre pájaros imbéciles.
16. The Supersonicos – Dr. Romero: de todos los revivals zombie de este año, este es el mejor.
17. & 18. Rooney – When Did Your Heart Go Missing? / Don’t Come Around Again
19. Dan Deacon – Woody Woodpecker: o “como llevar el ruido del Pajaro Loco a sus últimas consecuencias, como si fuese un taladro inmundo que penetra tu oído sin contemplación”.
20. Coin-Op – Favourite Subjects: no se si es *exactamente* de este año, pero el estribillo para cantar a los gritos (y su descripción del consumo indiscriminado de sustancias y sus consecuencias) es tan adrenalinico y cercano que da un poco de miedo.
21. No Age – My Life’s Alright Without You: tienen todo para ser una de mis bandas favoritas del año que viene, pero aún no están ahí. Sin embargo, esta canción, que entra dentro de la categoría “arrogancia y desprecio”, es hermosa en toda su distorsión.
22. The Magnificents – Dedridge Cowboys: otro disco que probablemente escuche mucho este verano y que en un principio fue una decepción. Quizás porque no tiene otro “Kids Now!” (pero, ¿cuantas canciones como “Kids Now!” puede soportar el mundo? ¿3?), aun no me convenció. A pesar de todo, no puedo obvialos completamente. Y “Dedridge Cowboys” cuenta con esa declaración de “you think you’re the only one / you’re just like everyone and anyone/ looking for a place to hide”, tan banal y universal, como todas las buenas canciones pop.
23. Wire – 23 Years Too Late: o “como Wire demuestra que pueden hacer una canción que le patea el culo a TODOS y que combina lo mejor de “Ahead” con su furia punk”.
24. Liars – Freak Out: creo que me gustan mas las expediciones al congo de Liars que su capacidad cancionera, pero este tema que habla sobre relajarse y dejar que las cosas se resuelvan solas, por pura suerte estúpida, es demasiado veraniego para no desear que todos ustedes lo tengan en sus equipos de música este enero.
25. Arcade Fire – No Cars Go: Este año se ganaron mi admiración, pero aun no del todo mi corazón. “Neon Bible” es un disco ampliamente superior a “Funeral”, pero todavía no están ahí en la obra maestra. Sin embargo, esta canción sobre escapar a un lugar donde no puedan ser corrompidos por el mundo exterior es tan perfecta que no puedo evitar quedarme sin aliento cada vez que la escucho.
26. They Might Be Giants – The Mesopotamians: hasta el día de hoy me sorprende que hayan podido hacer rimar “Sargon, Hammurabi, Ashurbanipal and Gilgamesh”.
27. Jens Lekman – The Opposite Of Hallelujah
28. Ray Davies – Morphine Song: el viejo vuelve, con un disco que no va a causar alharaca, pero que demuestra que sigue haciendo tan buenas canciones como siempre. Y esta, que describe su internación y el escuchar su corazón latiendo lentamente, es una de esas cosas hermosas que solo se pueden esperar de gente que ya ha vivido su porción de vida.
29. & 30. LCD Soundsystem – Someone Great / New York I Love You But You’re Bringing Me Down: yo se que este disco ocupa el lugar preferencial en muchas listas de final de año. Me gustó, de hecho me gustó mucho, pero no se porque reniego de ponerlo en la lista del año. Quizás por snob, quizás porque no lo escucho desde marzo entero. Pero estas dos perlas son imbatibles. Dos canciones sobre la pérdida, sobre el cambio y sobre lo que significa crecer en un mundo en el que inevitablemente eso va acompañado de dejar cosas atrás.
31. La Hermana Menor – Escala En Ezeiza: Eze ya lo explicó mejor aquí.