The Band In Hell.
Electric Six es un caso bastante extraño. Una banda que surgió (casi, casi) como una broma, con canciones completamente desfachatadas, humor sardónico y combinación de funk, disco, rock y electrónica. Oriundos de Detroit, que mucho tiene que ver con su sonido, con su combinación de hedonismo y cinismo, con su sensación de banda sucia, pobre, bardera, tuvieron sus quince minutos en el sol con “Gay Bar” y “Danger High Voltage”, dos canciones de sexualidad y jolgorio duro y continuo, de alucinante bailable en la que hombres mostachudos, posibles constructores de autos, terminaban en bares oscuros levantando “mujeres salvajes” y travestis. La combinación de rock grasa, duro, con la voz de Dick Valentine, que parece una caricatura de la masculinidad, y su humor de macho emasculado, más un beat completamente bailable, les permitió tener un par de hits que parecían el summun de lo efímero y pasajero.
Luego de ello, obviamente, aquellos que deciden que es lo que importa dejaron de prestarles atención. Nadie podía tener un interés sobrehumano por una bandita de cuarta que parecía una versión dura de Right Said Fred. Pero Lo Curioso, como a veces sucede en el mundo del pop, es el modo en que con esos elementos que hacían de “Danger High Voltage” un hit irresistible (el humor sarcástico y acido, la voz y la personalidad de Valentine, la combinación de música bailable y rock) han terminado conformando una banda con la que cualquiera de nosotros estaría honrado de bailar. Electric Six continúo sacando discos, y se convirtió, por otro lado, en una banda política en la cual la política tiene el mismo nivel de importancia que una noche en un bar gay, una banda política que por su completa falta de declaraciones altisonantes convierte su burla sarcástica en algo mucho más desollador que cualquier otro grupo con conciencia. En algún momento dije que habían hecho el comentario más punzante de la era Bush (tantas cosas se han explicado por “la era Bush” que me da un poco de dolor escribirlo) mientras pasaban por completos idiotas. Es una exageración, por supuesto, pero es notorio el modo en que los ES (y sobre todo su líder, alma y voz del proyecto) lograron poner en evidencia algo que las demás bandas de rock que de golpe amanecieron con “El Capital” en su mesa de luz entre el 2003 y el 2008 ni percibieron. Mientras la mayoría de los grupos “políticos” se centraban en la corrupción y la percibida maldad, los ES se concentraron en algo mucho más banal y quizás más terrorífico: la estupidez. La increíble, galopante, dogmatica, gigantesca, desesperante estupidez de alguien como George Bush y todo el sistema que lo apañaba.
Es que, en realidad, a Dick Valentine siempre le preocupó la increíble idiotez del mundo: las preocupaciones vanidosas de los hombres respecto a su miembro, el sistema cerrado de estupidez que conforma el mundo de la celebridad, la vacuidad femenina impulsada por la salvaje imagen, la cultura que ha terminado haciendo que todos nos preocupemos por lo grosero, la pequeña denuncia, el escándalo sórdido, la hipocresía, la ventaja chiquita, la destrucción de todo impulso por ser mejores. Todos nos hemos visto, parecemos gusanos a los que les han extirpado el sentido de la responsabilidad. Marchamos por la vida sin una preocupación, lo suficientemente inconscientes como para notar que estamos mal. Hoy en día es cada vez más cierto eso de “we all in the game, yo”.
Hay algunos símbolos en el imaginario de Valentine que se repiten obsesivamente: los hombres y mujeres de sexualidad dudosa (o, quizás, un continuo placer por subvertir los roles de género, por los hombres vulnerables y las mujeres devoradoras), los presidentes norteamericanos, el demonio, lo marcial, la guerra nuclear (lo cual nos hace sonreír: parece un miedo tan anacrónico), el futuro, el baile. Asimismo, la música de Electric Six es furiosamente nocturna: sintetizadores grasas de bar de strippers, guitarras gordas y cocainómanas, pianolas malditas con el swing, baterías que retumban en tu cabeza. Y encima de todo esa voz gruesa y tan poco atractiva (en el sentido clásico), de whisky, de putas, de enano maldito a lo Ian Dury.
Por ello y por mucho más, este breve tributo, un grandes éxitos concebido solo en mi cabeza, donde encontraran canciones sobre: Jimmy Carter (el presidente norteamericano más perdedor) y los Backstreet Boys (una balada!), los dealers, una invasión alemana a México, parejas lesbianas y rockeras, sintetizadores de otro planeta (en una de las más bellas canciones de futurismo redentor), la versión evolucionada de Patrick Bateman, Lenny Kravitz, rednecks, la cocaína (en una de esas canciones geniales en las que se grita “solo!” inmediatamente antes del mismo), comandantes del baile y el amor, sobre todo mucho amor.
Electric Six – Dance, Satan, Dance!
01. Electric Demons (Fire)
02. Devil Nights (Señor Smoke)
03. Kukuxumusu (I Shall Exterminate Everything Around Me That Restricts Me From Being The Master)
04. I Buy The Drugs (Switzerland)
05. Fabulous People (I Shall Exterminate Everything Around Me That Restricts Me From Being The Master)
06. We Were Witchy Witchy Women (Flashy)
07. Rock And Roll Evacuation (Señor Smoke)
08. White Train (I Shall Exterminate Everything Around Me That Restricts Me From Being The Master)
09. I Wish This Song Was Louder (Switzerland)
10. Jimmy Carter (Señor Smoke)
11. When I Get To The Green Building (I Shall Exterminate Everything Around Me That Restricts Me From Being The Master)
12. Germans In Mexico (Switzerland)
13. Your Heat Is Rising (Flashy)
14. Dance Commander (Fire)
15. Flashy Man (Flashy)
16. Gay Bar (Fire)
17. Lenny Kravitz (I Shall Exterminate Everything Around Me That Restricts Me From Being The Master)
18. Mr. Woman (Switzerland)
19. Danger! High Voltage! (Fire)
20. Future Boys (Señor Smoke)
21. Dance Pattern (I Shall Exterminate Everything Around Me That Restricts Me From Being The Master)
22. Future Is In The Future (Señor Smoke)
23. Making Progress (Flashy)
24. Synthesizer (Fire)