Bailen en Calzoncillos: Lo Mejor del 2011.

Se acerca el fin de año y, como buen neurótico obsesivo fanático de las listas, comienzo a pensar un balance de aquellos discos que más me gustaron. Durante muchos años hice una lista de lo mejor del año acá y antes en Modern Life Is Rubbish. Pero el año pasado me hice el boludo, porque, para decirles la verdad, estaba cansado, cubierto de trabajo y sin ganas de agarrar y escribir 20 o 25 textitos justificando porque cada disco merece su atención.

Y este año tampoco tengo ganas de hacer eso. La verdad, si quieren que les confiese, es que hace dos años que escribo una columna mensual de música en la revista Haciendo Cine y, si bien es un buen ejercicio que me obliga a seguir escuchando nuevos lanzamientos y pensar sobre ellos, también es agotador. Es cansador tener que pensar dos o tres textos de 800 caracteres por mes vendiendo un disco y no repetirse. Si fuese un escritor honesto, lo que haría es subir todas esas reseñitas y dejar en evidencia cuantas veces uso los mismos adjetivos, cuantas veces justifico algo por la emoción que produce, cuantas veces hablo de rock electrónico y robot y de “tecladitos”. Pero la verdad que soy un farsante, y no tengo ganas de someterme en ese ejercicio.

Escribir la lista de fin de año hubiese sido escribir de nuevo esas reseñas, volver sobre mis pasos, aburrirme. Ya no hace falta. Ahora ustedes, gracias al crecimiento de las redes sociales y los servicios de streaming, pueden experimentarlo con sus propios oídos. En alguna época hacía una lista sin siquiera links de descarga. Que regresivo que sería eso ahora.

Entonces, lo que hice fue armar un playlist de Grooveshark (ese servicio de streaming musical tan nacional y popular, indispensable en fiestas y oficinas) con lo mejor (para mí) del año. Es un work in progress, todavía no pude agregarle los tema del disco de The Fall de este año, ni escuché el de Mountain Goats o el de Robyn Hitchcock con atención, ni sé que agregar del de Kate Bush. Hay obsesiones continuas (Electric Six, Art Brut, Malkmus, Antolín, 107 Faunos), bandas nuevas (Das Racist, The Vaccines, Posavasos) y de todo un poco. Y hasta contiene una pequeña trampa: un tema de Solletico del 2010 que descubrí este año y que me parece tan, pero tan genial (además de que su EP salió a finales del año pasado) que merecía estar aquí.

Vayan, escuchen, comenten, pónganlo en sus casas, bájense los discos después. Lo hermoso de esta época es que no necesitan un sabio que les guie infaliblemente alrededor de que bajar.

Ah, y el disco de Lady Gaga es muy malo, tanto que casi me arrepiento de haberle dado un lugar preferencial a su debut hace unos años.

Actualización Mayo 2013!

Grooveshark es una porquería que se puso la gorra y comenzó a borrar temas a mansalva de todas las listas. Como consecuencia, también se comió varios de los temas de ésta. Por lo tanto, decidí cortar por lo sano y volver a lo natural y subirla para que se bajen (incluyendo algunos cambios y agregados). Espero que lo disfruten.

2011 (El Baile Moderno). (Bajar)

01 – Relax (Das Racist)
02 – Dystopia (The Earth Is On Fire) (Yacht)
03 – The Great Pan Is Dead (Cold Cave)
04 – Running On Nothing (Fucked Up)
05 – If You Wanna (The Vaccines)
06 – Cachorros (107 Faunos)
07 – Clever Clever Jazz Man (Art Brut)
08 – Nunca Seré Una Canción En La Radio (Valentín y los Volcanes)
09 – Mexican Grand Prix (Mogwai)
10 – Brand New Dance (Das Racist)
11 – Banana Ripple (Junior Boys)
12 – Warm In The Winter (Glass Candy)
13 – Die Tonight (JJ)
14 – Sleep Rules Everything Around Me (Wugazi)
15 – I Just Had Sex (Lonely Island ft. Akon)
16 – Friend Of The People (Lupe Fiasco ft. Dosage)
17 – When I Get Back (Handsome Furs)
18 – Fallout (Neon Indian)
19 – Quantum Leap (John Maus)
20 – Solo En La Ruta (Adrián Cayetano Paoletti)
21 – Asalto Comando (Antolín)
22 – Boris Becker (Compañero Asma)
23 – Ace of Hz (Ladytron)
24 – Kidz (Take That)
25 – Ritual (Ladytron)
26 – Scars (Moon Duo)
27 – Short Version (Wild Flag)
28 – Electric Band (Wild Flag)
29 – Icons Of Summer (Cold Cave)
30 – It Gets Hot (Electric Six)
31 – Sexy (Art Brut)
32 – Heartbeat (Childish Gambino)
33 – Death Rays (Mogwai)
34 – New Adventures (Future Of The Left)
35 – The Hunter (Melody Club)
36 – Breaking Up With God (The Ark)
37 – Cosmic Cars (The Dirtbombs)
38 – Chew It Like a Gun Gum (The Death Set)
39 – Yo David Chase! You P.O.V. Shot Me In The Head (The Death Set ft. Diplo)
40 – Rocky (The Lonely Island)
41 – Free Samples (Electric Six)
42 – Slow Like That (Wugazi)
43 – Gangsta (Tune-Yards)
44 – Joaquin Phoenix (Lupe Fiasco ft. Lil’ Ronnie)
45 – Audio, Video, Disco (Justice)
46 – Dreamer’s Wasteland (Melody Club)
47 – Tema de Eduardo (Maximiliano Farber y los Traductores)
48 – Senator (Stephen Malkmus & The Jicks)
49 – Please Take (Wire)
50 – My Terrible Friend (The Pains Of Being Pure At Heart)
51 – Baby Missiles (The War On Drugs)
52 – Nobody Knows (The Feelies)
53 – Free All The Monsters (The Bats)
54 – Calling All Demons (The Mekons)
55 – Yonkers (Tyler, The Creator)
56 – Happi Song (The Fall)
57 – Eso Que Decías (Posavasos)
58 – Chica Mala (Solletico)
59 – El Día Del Huracán [Versión Acústica] (El Mató a un Policía Motorizado)
60 – Eight Letters (Take That)
61 – Shangri-La (Yacht)


Songs We Taught The Fleshtones.

mhjones

(Foto robada de esta hermosa página)

Hasta donde yo sé, este mega-compilado se me cruzó en la vida producto de mi obsesión del año pasado con los Fleshtones, la mejor banda de fiesta de la historia. Buceando en slsk encontré estos diez discos repletos de joyas, un verdadero tesoro hundido, compuesto de aquellos singles, temas preferidos y éxitos que escuchaban (asumo) en sus disolutos días de adolescencia mientras preparaban Blue Whales (vodka + cualquier otra cosa en un tacho de basura).
Pero los discos vinieron sin ningún tipo de indicación o dato que me permitiese rastrear su creación. Lo más cercano que tengo a una explicación es lo siguiente: algún fan agarró ésta lista de temas covereados por los Fleshtones a lo largo de los años (que no sé si está actualizada o que), bajó diligentemente los archivos y armó esto. Por momentos tengo la impresión, incluso, de que están ordenados cronológicamente de acuerdo a la fecha en que realizó su rendición la banda de Nueva York. Sería mucha obsesión, pero internet es perfecta para eso. Quienes lo compilaron, de cualquier modo, son héroes anónimos del mejor rock de chasquear los dedos y tamborilear los pies.
Banda de sonido del verano, me parecía justo compartirla con todos aquellos que, lo sepan o no, ya son fanáticos de The Fleshtones.
Ahora solo faltaría que algún encarecido diseñador les arme tapitas a cada uno.

Vol.01

01. The Strangeloves, «Cara Lin»
02. The Chants, «Dick Tracy»
03. Arthur Alexander, «Keep Her Guessing»
04. The Tams, «Laugh It Off»
05. The Sheep, «Hide & Seek»
06. The Blendells, «Lalala»
07. Hank Ballard, «Switcheroo»
08. Sam the Sham, «Medicine Man»
09. Nick Lowe, «Truth Drug»
10. The Creation, «How Does It Feel»
11. The Illusions, «Can You See Her Eyes»
12. Jimi Hendrix, «I Don’t Live Today»
13. The Rascals, «Find Somebody»
14. The Cornelius Brothers, «Treat Her Like A Lady»
15. Spirit, «Got A Line On You»
16. Cher, «Train of Thought»
17. The Animals, «Inside Looking Out»
18. Billy Riley, «Wild Cat Tamer»
19. Andre Williams, «Down Tiajuana»
20. Lavern Baker, «Voodoo Voodoo»
21. Stevie Wonder, «Fingertips Pts. 1 & 2»
22. Lee Dorsey, «Ride Your Pony»
23. Annette Funichello, «Baby, Don’t Stop Now»
24. Soupy Sales, «Do The Mouse»
25. The Five Americans, «I See The Light»
26. The Litter, «Action Woman»
27. Question Mark & The Mysterians, «Sha la la»

Vol.02

01. The Shy Ones, «12 Months Later»
02. The Kingsmen, «Trouble»
03. The Kinks, «It’s Too Late»
04. Don and the Goodtimes, «The Turn On Song»
05. Eyes, «When The Night Falls»
06. Serpent Power, «Endless Tunnel»
07. Johnny Thunder, «I’m Alive»
08. Titanics, «High on Drugs»
09. Rosco Gordon, «Lets Get High»
10. James Brown, «Don’t Be A Dropout»
11. Bobby Marchan, «Get Down With It»
12. Kid Thomas, «Rockin’ This Joint To Nite»
13. Champion Jack Dupree, «Let The Doorbell Ring»
14. Mel Torme, «Comin’ Home Baby»
15. The Dave Clark Five, «Doctor Rhythm»
16. The Animals, «Outcast»
17. Teenage Head, «You’re Tearing Me Apart»
18. The Kingsmen, «Haunted castle»
19. The Castle Kings, «You Can Get Him Frankenstein»
20. Bourvil, «Salade de Fruits»
21. Fever Tree, «San Francisco Girls»
22. Glass Bottle, «Boys in the band»
23. The Five Americans, «Let’s Go In 69»
24. Edwin Starr, «Oh How Happy»
25. Richard Berry, «Next Time»
26. The Wailers, «Hang up»
27. The Troggs, «Gonna Make You»

Vol.03

01. Steppenwolf, «Faster Than The Speed Of Life»
02. Suicide, «Rocket USA»
03. Iggy Pop, «Pleasure»
04. The Loved Ones, «Everlovin’ Man»
05. Janis Joplin, «Down On Me»
06. Monkees, «Steam Engine»
07. Thee Midnighters, «Jump Jive & Harmonize»
08. Mojo Men, «She’s My Baby»
09. The Grassroots, «Feelings»
10. The Bobby Fuller Four, «It’s Love, Come What May»
11. Elvis Presley, «Bossa Nova Baby»
12. The Ventures, «The 2000 Pound Bee (Parts 1 & 2)»
13. Syndicate of Sound, «Little Girl»
14. The Shy Guys, «We Gotta Go»
15. Wilbert Harrison, «Let’s Stick Together»
16. The Dave Clark Five, «Concentration Baby»
17. Equals, «I Get So Exited»
18. Philip Upchurch Combo, «You Can’t Sit Down (Parts 1 & 2)»
19. Bobby Freeman, «S-W-I-M»
20. The Bobby Fuller Four, «The Magic Touch»
21. Tina & Ike Turner, «I’m Fed Up»
22. Slade, «Cum on feel the noise»
23. Bobby Vinton, «Roses Are Red My Love»
24. Question Mark & The Mysterians, «Smokes»
25. Tom Jones, «She’s a Lady»
26. Elvis Presley, «Tiger Man»

Vol.04

01. John Zacherle, «Dinner With Drac»
02. Rufus Thomas, «Jump Back»
03. Animals, «Cheating»
04. Edwin Starr, «25 Miles»
05. The Rolling Stones, «2000 Man»
06. Aretha Franklin, «Save Me»
07. Eddie Cochran, «Jeannie Jeannie»
08. The Saints, «Imagination»
09. Young Rascals, «Come On Up»
10. Crazy Elephant, «Gimme Gimme Good Lovin'»
11. Eddie Floyd, «Big Bird»
12. Chuck Berry, «Let It Rock»
13. Creation, «Making Time»
14. The Knight Riders, «I»
15. The Shy Guys, «We Gotta Go»
16. The Kinks, «Till The End Of The Day»
17. Sinners, «La Novia De Mi Mejor Amigo»
18. Solomon Burke, «Everybody Needs Somebody To Love»
19. The Kinks, «Sittin’on My Sofa»
20. Buddy Holly, «Well Alright»
21. Eddie Cochran, «Guybo»
22. Jerry Lee Lewis, «It’ll Be Me»
23. Little Richard, «Hey-Hey-Hey-Hey!(Goin’ Back To Birmingham (1958)»
24. Sleepy John Estes, «Rats In My Kitchen»
25. Link Wray & His Ray Men, «Soul Train»
26. Question Mark & The Mysterians, «8-Teen»
27. Elvis Presley, «Spinout»
28. Led Zeppelin, «Communications Breakdown»

Vol.05

01. Elvis Presley, «Burning Love»
02. Nervous Eaters, «Loretta»
03. Mickey Finn, «This Sporting Life»
04. Little Richard, «Function At The Junction»
05. Shadows Of Knight, «Shake»
06. The Who, «My Wife»
07. The Gentrys, «Brown Paper Sack»
08. Trini Lopez, «Speedy Gonzales»
09. Titus Turner, «All Around The World»
10. Solomon Burke, «Stupidity»
11. The Yardbirds, «I Ain’t Got You»
12. The Sonics, «Have Love Will Travel»
13. The Rolling Stones, «Off The Hook»
14. Wilson Pickett, «Hey Joe»
15. The Kinks, «Too Much On My Mind»
16. Modern Lovers, «I’m A Little Airplane»
17. The Rolling Stones, «The Last Time»
18. Tina Turner, «Baby – Get It On»
19. Little Richard, «All Around the World»
20. Dave Davies, «I’m Crying»
21. The Kinks, «The World Keeps Going Round»
22. The Dictators, «New York New York»
23. Ohio Express, «Beg, Borrow and Steel»
24. Lightnin’ Slim, «Rooster Blues»
25. Howlin’ Wolf, «Smokestack Lightin'»
26. Question Mark & The Mysterians, «Midnight Hour»
27. Bob Seger, «Ramblin’ Gamblin Man»
28. The Dave Clark Five, «Thinking of You Baby»

Vol.06

01. Bo Diddley, «Diddy Wah Diddy»
02. Cameo, «Word Up»
03. Chambers Brothers, «Time Has Come Today»
04. Charms with Otis Williams, «Panic»
05. Cliff Nobles, «Judge baby, I’m back»
06. Eddie Holland, «Leaving Here»
07. Eddie Cochran, «Little Lou»
08. Freddie Cannon, «Tallahassie lassie»
09. DMZ, «Mighty Idy»
10. Db´s, «If and When»
11. Gene Chandler, «Rainbow ’65 (Part 1 & 2)»
12. The Guess Who, «American Woman»
13. Herb Alpert & The Tijuana Brass, «Lonely Bull»
14. Gary U.S. Bonds, «New Orleans»
15. Irma Thomas, «Ruler Of My Heart»
16. Johnny And The Hurricanes, «Crossfire»
17. Kid Thomas, «Wail Baby Wail»
18. Larry Verne, «Mr Custer»
19. Larry Williams, «Bony Maronie»
20. Lee Hazlewood, «Sand»
21. Morgus & Ghouls, «Morgus The Magnificent»
22. The Move, «Wave Your Flag and Stop the Train»
23. Davie Allan & The Arrows, «Moondawg ’65»
24. Manfred Mann, «Tired Of Trying,Bored Of Lying,Scared Od Dying»
25. Sex Pistols, «Anarchy In The UK»
26. The Kinks, «Who’ll Be The Next In Line»
27. The Standells, «Sometimes Good Guys Don’t Wear»
28. The Sonics, «Psycho»

Vol.07

01. Bobby Vinton, «Roses Are Red»
02. The Rolling Stones, «Play With Fire»
03. Ohio Express, «Yummy Yummy Yummy»
04. Sammy Davis, «I’m over 25 but you can trust me»
05. The Bags, «Spread It Around»
06. Sylvester, «Do You Wanna Funk»
07. The Troggs, «Lost Girl»
08. Slade, «Mama We`re All Crazy»
09. The Fugs, «Crystal Liason»
10. The Gentrys, «Brown Paper Sack»
11. The Gentrys, «Keep On Dancing»
12. The Rolling Stones, «Stoned»
13. The Kingsmen, «Long Green»
14. Trolls, «Everynight And Everyday»
15. John Lee Hooker, «Burning Hell»
16. Stylistics, «Rock And Roll Baby»
17. The Trashmen, «King of the Surf»
18. The Rolling Stones, «Get Off Of My Cloud»
19. The Kinks, «You’re Lookin’ Fine»
20. The Troggs, «I Want You»
21. The Searchers, «Alright»
22. Sam Cooke, «Chain Gang»
23. The Sonics, «Boss Hoss»
24. Titanics, «You Just Ain’t Good Enough»
25. The Yardbirds, «I Ain’t Done Wrong»
26. The String-A-Longs, «Wheels»
27. Third Bardo, «I’m Five Years Ahead Of My Time»
28. You Know Who Group, «Playboy (4 Corners 113) USA 1964»
29. Eddie Cochran, «Nervous Breakdown»
30. The Capitols, «Chained To My Heart»

Vol.08

01. Benny Spellman, «Roll On Big Wheel»
02. The Wailers, «Baby Don’t You Do It»
03. Eddie & The Hot Rods, «Crusin’ (In The Lincoln)»
04. Kc And The Sunshine Band, «Wrap Your Arms Around Me»
05. Mitch Ryder And The Detroit Wh, «Little Latin Lupe Lu»
06. Split Ends, «Rich With Nothin»
07. The Lovin’ Spoonful, «On The Road Again»
08. The Yardbirds, «I Wish You Would»
09. You Know Who Group, «Hey You And The Wind And The Rain»
10. JJ Cale, «After Midnight»
11. Jody Reynolds, «Endless Sleep»
12. Rem, «Windout»
13. Rolling Stones, «I’m Moving On»
14. Wilson Pickett, «Land Of 1000 Dances»
15. Motorhead, «Motorhead»
16. Sue Foley, «Mean Old Lonesome Train»
17. Bobby Marchan, «Chickee Wah Wah»
18. Bobby Moore, «Chained To Your Heart»
19. Freddie Cannon, «Abigail Beecher»
20. Hi-Lites, «Soul City»
21. Standells, «Try It»
22. Hank Ballard and the Midnighters, «Big Red Sunset»
23. Edwin Starr, «Happy Radio»
24. Titanics, «All Hung Up»
25. Little Willie John, «Take My Love (I Want To Give It All To You)»
26. 1910 Fruitgum Co., «Go Away»
27. Lightnin’ Slim, «Rooster Blues»

Vol.09

01. Rob Hoeke, «Margio»
02. The Carnaby, «Jump And Dance»
03. Flamin Groovies, «Slow Death»
04. Del Shannon, «Move It On Over»
05. 100 Proof Aged In Soul, «Somebody’s Been Sleeping In My Bed»
06. Mickey Lee Lane, «Hey Sah-Lo-Ney»
07. Chuck Berry, «Around And Around»
08. Hank Ballard And The Midnighters, «The Float»
09. Marvin Gaye, «Let’s Get It On»
10. Manitoba’s Wild Kingdom, «The Party Starts Now»
11. Ray Charles, «What´d I Say»
12. The Isley Brothers, «Baby Don’t You Do It»
13. The Tropics, «I Want More»
14. Titus Turner, «When They Get A Lotta’ Money»
15. The Coastliners, «Alright»
16. The Rockin’ Rebels, «Wild Weekend»
17. John Lee Hooker, «Boom Boom»
18. The Blendells, «Dance With Me»
19. The Music Explosion, «Jack In A Box»
20. Joey Dee & The Starliters, «Keelee´s Twist»
21. Gene Allison, «Everybody But Me»
22. Chris Kenner, «They Took My Money»
23. The Challengers, «Moondawg»
24. Lightnin’ Slim, «Mean Ole Lonesome Train»
25. Ohio Express, «Soul Struttin»
26. The Capitols, «It’s A Hang Up»

Vol.10

01. John Fred & Playboys, «Up And Down»
02. The Troggs, «Night Of The Long Grass»
03. Real Kids, «Reggae Reggae»
04. 13Th Floor Elevators, «Fire Engine»
05. Frantic Freddie And His Reflections, «You Told A Lie»
06. Desi Young, «I Dont Know Why I Love You»
07. Manfred Mann, «5 – 4 – 3 – 2 – 1»
08. Los Dudes, «I Hate You All»
09. Richie Valens, «Come On, Let’s Go»
10. Jeb Stuart, «I Betcha Gonna Like It»
11. Gary Glitter, «Rock And Roll Pt 2»
12. The Dave Clark Five, «No Stopping»
13. Lenny Capello, «Cotton Candy»
14. E Wee Crayton, «Every Dog Has His Day»
15. Ian Whitcomb, «You Turn Me On»
16. Little Willie John, «All Around The World»
17. The Fugs, «I Couldn’t Get High»
18. The Troggs, «Heads Or Tails»
19. The Rivieras, «Let’s Have A Party»
20. Tarheel Slim, «Number Nine Train»
21. Michel Polnareff, «Time Will Tell»
22. Don Fardon, «I’m Alive»
23. The Birds, «Leaving Here»
24. Otis Redding, «Land Of 1000 Dances»
25. The Jeffersons, «Movin’ On Up»
26. Powerpuff Girls, «Powerpuff Girls (End Theme)»


El Último Año De La Primera Década Del Nuevo Siglo.

(El año en que publiqué mi lista tarde y en el que no tiene un número par de entradas que sea múltiplo de cinco. Sin embargo, debo decir, que probablemente disfruté de todos los discos que están en esta lista mucho más que algunos que ponía en listas de años anteriores para llegar al relleno. Ah! Y no hay compilado, pero si me rompen las bolas lo hago.)

01. Fever Ray – Fever Ray

Casi el único disco del año que me movilizó lo suficiente como para escribir sobre él a lo largo del mismo, el disco de Karin Dreijer Andersson es realmente una desvío fantástico de su tarea como la mitad de The Knife, que toma todo lo que esta banda tiene de amenazador y lo potencia, abandonando por completo las pretensiones a algún tipo de musicalidad pop.

O sea, lo que queda aquí es gélido y claustrofóbico. Hace poco lo puse de nuevo, en la casa de una amiga, en medio de un día “bochornoso” como dicen los medios, de ventilador y cerveza helada. E inmediatamente sentí que el sudor se secaba y comenzaba a correr un viento frio y que estaba en un lugar donde todo el tiempo podían apuñalarme por la espalda.

La comparé con “Let The Right One In” y ahora agregó otra cosa a la que me remitió en las últimas semanas: el mediometraje “Jenifer” de Masters Of Horror, dirigido por Dario Argento. Véanlo y después me dicen.

02. Lady Gaga –The Fame Monster

¿Qué es lo que molesta tanto de Lady Gaga? ¿Será su capacidad y descarada intencionalidad para procesar cualquier tendencia de la cultura consumista contemporánea y convertirla en canción? ¿Será su expreso deseo de modelarse como una gran súper estrella pop? ¿Será que ha logrado su objetivo y ahora sus canciones suenan en todos lados, provocando la urticaria de los adeptos a la “música de verdad”? ¿Será su manipulación transparente de su imagen? ¿Serán sus vestidos?

Es probable que sea un poco de todo ello. Después de todo, la gente detesta sentirse manipulada y Lady Gaga cuenta con esa capacidad como un superpoder. Pero más allá de todos estos detalles (que, si me preguntan a mí, en realidad la vuelven más grande e interesante como artista, es mejor que el mismo productor de la música esté a cargo de su imagen y su fantasía antes que sea un conglomerado de asesores de imagen sin cara) hay una excelente colección de canciones en su debut, que encima descolla mucho más con el agregado del ep que lo acompañó en su reedición de fin de año. ¿Cómo no rendirse frente a esa re-interpretación anfetamínica de “Fernando” que es “Alejandro”? ¿Cómo no amar un disco que empieza con la suprema confianza de “Just Dance”? ¿O no sentirse como un adolescente estúpido escuchando “Eh Eh (Nothing Else I Can Say)”?. Hasta “Poker Face” y “Bad Romance” aún no me han agotado, a pesar de haberlos escuchado mil veces en diversos contextos. Es música pop de excelente factura, consciente de que tiene buenos ganchos y que sabe usarlos, perfectamente adaptada para estos tiempos de aceleración informativa y creación de identidades múltiple. Deberían relajarse y disfrutarlo por ser exactamente lo qué es, sin pedir disculpas ni poner excusas.

03. Metric – Fantasies

Cuando escuché por primera vez el disco de Metric, allá por Marzo de este año, me sucedió exactamente lo mismo que me paso cuando lo puse recién para refrescarlo un poco: comienza el primer tema con esa batería marcial (y uno de mis grandes debilidades, en el terreno de la música, son las baterías marciales, los ritmos repetitivos que parecen llamar a la guerra) y Emily Haines se escapa del panorama musical para murmurar: “I tremble… / They’re gonna eat me alive” y se me pone la piel de gallina y se me eriza la garganta.

Metric es una de esas bandas que solo parecen ser reconocidas furiosamente por sus fans, que los encuentran increíblemente sinceros, demoledores y concisos. En general, esta apreciación me parecía acertada ya que en sus discos anteriores se destacaban, sobre todo, por sus singles (“Combat Baby” y “Monster Hospital” son canciones arrolladoras, temibles). Pero este disco parece tener una determinación de lazer, una voluntad y sonido que, quizás, están perfectamente definidos en el título de su última canción: “Stadium Love”. Un disco desafiante, gigantesco, pero de la manera en que son los grandes sentimientos: de un modo un tanto privado, avasallador en el fuero interno. Sé que es una contradicción, pero no tengo otra manera de ponerlo. Es un disco de estadio para escuchar en los auriculares en el colectivo. Directo, certero al corazón, con una de las mejores cantantes del mundillo del rock “independiente”, expresivo y con baterías machaconas a rolete.

04. Jay Reatard – Watch Me Fall

Este fue el disco con el que Jay Reatard me confirmó no su talento, ni que puede escribir las mejores canciones de punk rock de la década, sino que también tiene una veta populista y qué, en un mundo más justo, sería el NOFX de nuestra generación.

Desde el primer tema (y single) “It Ain’t Gonna Save Me” combina deliciosamente una melodía para bailar en el pogo con una letra completamente deprecativa. Como llevaba por título uno de sus primeros discos como “The Reatards”, “Grown Up, Fucked Up”. Jay Reatard parece haber crecido lo suficiente como para, como dice él mismo, grabar un disco que está destinado para un sello, no como una colección de temas cuyo destino iba a ser dirimido a la hora de terminar de grabarlos. También parece haber crecido lo suficiente para adoptar métodos de producción más sofisticados (o al menos más limpios) que permiten, por ejemplo, una canción como “I’m Watching You” que parece retraerse a los años 50.

Afortunadamente, no creció lo suficiente como para abandonar la bilis y el resentimiento que habitan muchas de sus letras, la sensación de estar en completa falta de sintonía con el mundo, los ligeros tonos de acosador borracho y sus recitales completamente destruido por el alcohol. Quizás sea la primera estrella de la canción anfetamínica de este nuevo milenio y muchos se la están perdiendo.

(Nota: Originalmente este disco, probablemente, iba a estar en una posición inferior. Pero la maldita suerte de este mundo, la tristeza que me produce la desaparición de un artista de semejante vitalidad como Reatard, su estúpida muerte y la certeza de que no vamos a escucharlo llegar a los 30 años me obligan a colocarlo aquí, a exhortarlos a que lo escuchen, por favor, a que no quede olvidado como su cadáver en un cuarto de hotel. Tenía aún tanto para darnos…)

05. Madness – The Liberty Of Norton Folgate

Los buenos muchachos de Madness siempre han sido mi debilidad. Desde sus inicios como una banda de ska completamente anormal y epiléptica hasta su maduración en los mejores songwriters de la vida común inglesa de los 80s (y, quizás aún más, como los grandes songwriters de la vida londinense, un gen que comparten con grandes grupos como The Kinks, The Small Faces y Blur), los Nutty Boys me parecen uno de esos grupos injustamente ignorados por la gran narrativa justamente porque jamás se tomaron nada demasiado en serio y porque siempre crearon su música con un halo trabajador, poco pretencioso, solo con el objetivo de orfebre de manufacturar grandes canciones.

Esta década que pasó vio su reunión y, curiosamente, esta reunión se convirtió en una de las mejores en una década plagada de “ganemos dinero fácil a costa de nuestros viejos fans”. Su disco de 1999, “Wonderful” tenía uno de esos singles imperecederos que los caracterizan (“Lovestruck”) y, ahora, la década concluye con un magnífico disco doble (en su edición especial, que es la que escuché) en la que declaran una vez más su amor por todo lo inglés y por Londres específicamente. Y en el que acusan recibo de su completa madurez. O sea, es un disco que mayormente lidia con las ansiedades de la vida adulta, temática que, en un mundo como el del rock dominado por la adolescencia perpetua, siempre tiene todas las de perder. Pero desde la introducción entre feliz y resignada de “We Are London”, pasando por la meditación sobre la perdida de la diversión que es “Forever Young” y la oda a las amistades amargadas de “NW5”, concluyendo con la suite colosal que es “The Liberty Of Norton Folgate” (¡10 minutos de exploración casi psicogeográfica!) este es un disco sobre el envejecimiento de las personas, de las ciudades, sobre el aburguesamiento a que nos conduce la vida adulta y sobre las escasas maneras que tenemos de escapar de ello, de las cuales la que quizás funciona mejor es la creación resistente e imperecedera.

06. I Monster – A Dense Swarm Of Ancient Stars

Los I Monster (en conjunto con todo aquello que alguna vez se llamo “Escena de Sheffield”) son uno de esas ramas del árbol del pop electrónico de este siglo que parecen destinadas a ser olvidadas, podadas de la memoria colectiva. Su anterior disco, “Neveroddoreven” tenía temas deliciosamente extraños como “Daydream In Blue” o “Hey Mrs.” que en otro mundo habrían sido alabados por su selección instrumental, por su variación estilística y por su composición confiada y memética, pero que en este plano de existencia pasaron desapercibidos. Como evidencia, se tomaron 6 años para sacar su siguiente producción, que es el disco que nos ocupa en esta ocasión y que sin lugar a dudas tiene el mejor título del año.

Aquí, vuelven a demostrarnos que son brillantes camaleones estilísticos, cosa que me hace difícil hablar de ellos, porque siempre siento que me estoy perdiendo alguna referencia que para otros sería obvia. Desde su primer tema “A Sucker For Your Sound” que parece una canción de diva lounge amante de la tecnología; pasando por “Goodbye Sun”, una relajada “balada” con un fabuloso contrapunto entre la voz sedosa del cantante principal y los coros vocodereados; “Lust For Vampyr”, una canción de resentimiento y amor desigual repleta de vientos, palmas y una voz infantil que remarca la sensación de inequidad entre objeto de amor y amante; e “Inzects”, una canción que recuerda a los mejores tiempos de Add N To (X) en su freneticismo; éste es un disco que estalla por los cuatro costados con melodía, con innovación, con encanto y belleza. Y que, como suele suceder, ha sido universalmente ignorado en todas las listas de fin de año.

07. Junior Boys – Begone Dull Care

El disco con el que quizás haya más consenso en El Baile Moderno. Pura delicadeza, pura fineza. Los Junior Boys se despacharon con otro disco que parece filtrar todo el synth pop más delicado para construir un LP que a la vez es una imagen mental: ellos, vestidos de traje impecable y corbatas finitas, inclinados sobre sus bandejas y sintetizadores, sin sudar ni una gota, exudando frialdad, bebiendo un Martini. (Ezequiel me recordó, en las vacaciones, una de sus frases, que querían hacer “música triste, nada de robots tomando martinis”. Lo paradójico es que mucha de su música parece hecha por robots tomando martinis, robots infinitamente tristes que beben para olvidar).

Su primer tema (“Parallel Lines”) es una catedral del buen gusto y la elegancia, una cosa bella que me acompaño a pagar el gas y que no podía evitar cantar y tamborilear en frente de cadetes y amas de casa que me miraban azorados. “Bits And Pieces” es lo más cercano a un dancefloor hit minimalista, construido de unos cuantos beats orgánicos, unas líneas esporádicas de sintetizador, una voz que parece susurrar todo el tiempo y un ruido indescifrable que me recuerda todo el tiempo a un eructo (ahí quizás se les patinó la elegancia). “Sneak a Picture” es tan, pero tan suave que dan ganas de hacer el amor con una canción. El disco de guantes blancos del año.

08. Fuck Buttons – Tarot Sport

El disco anterior de Fuck Buttons me había parecido bueno pero un tanto monótono. Exceptuando una de las canciones, la última, en general se disolvía en un océano de disonancia donde la intención era mejor que la concreción.

Todo eso cambio para su segundo disco, una creación que logra aunar todas sus influencias (noise, un house retorcido, cierta música new age épica, Tangerine Dream, Spiritualized, Mogwai) en un caldo de cultivo que suena como la música de fondo para increíbles batallas espaciales.

Las imágenes que me trae a la mente: retorcidos montones de chatarra ardiendo, mechas en lucha sobre los restos de una ciudad, personas ascendiendo a los cielos propulsados por energías sobrenaturales, gigantescas ciudades que cobran vida, duelos de rayos laser entre dos hombres olvidados en planetoides alejados, destructores de mundos, dinosaurios en jet packs, vehículos con forma de esfera en rieles que se aproximan a altas velocidades y observan ciudades hechas de luz, enjambres de robots con forma de insectos, supernovas, agujeros negros que llevan a una vida mejor, gigantescos gusanos espaciales, planetas evolucionando.

El mejor disco del año para caminar por la ciudad y sentir que estas en el futuro.

09. Evil Cowards – Covered In Gas

En un año en el que la banda que más escuche, muy probablemente, fue Electric Six, el disco que sacaron durante el período fiscal no me ha terminado de seducir. Bah, excepto “Escape From Ohio” que es un temazo inmortal donde nombran a GBV y Devo en la misma frase.

Pero, al mismo tiempo, nuestro hombre en Detroit, Dick Valentine, pergeñó un proyecto paralelo acompañado por William Bates de la banda Fall On Your Sword (de la cual no tengo la más mínima idea). El template es más o menos similar: bases electrónicas, la voz de Dick cantando cosas políticas y ridículas, distintas versiones del rock pasadas a través del prisma de la desfachatez y la parodia de las cosas más feas del país del norte.

La diferencia se encuentra en que en este caso las bases electrónicas forman la parte más sustancial de la propuesta, que hay coritos femeninos súper simpáticos, y que todo parece una versión vaudeville o comedia musical de su principal proyecto. Impresión que se refuerza una vez que uno ve los videos de los muchachos bailando como estúpidos junto con dos bonitas señoritas, haciendo coreografías para cada uno de los temas.

Ahora que lo pienso, este disco es como la otra mitad de “Kill”, el disco de E6, uno es violento y sucio, otro es limpio y juguetón.

10. Handsome Furs – Face Control

A diferencia de mi querido co-equiper, a mi una de las cosas que más me gusta del disco de Handsome Furs son las bases electrónicas. Me encantan porque encajan perfectamente con el desesperismo del disco. O sea: Dan Boeckner tiene una de las voces más chillonas y anhelantes que escuché en mucho tiempo. Y las bases electrónicas la acompañan maravillosamente junto con esas guitarras puntiagudas.

Por otro lado, la interesante del disco es que parece, realmente, un artefacto perdido de los 80. Pero no de una manera superficial y aggionarada como tantos proyectos ochenteros de los últimos 10 años (en los cuales, más que nada, pareciera observarse un interés por agarrar un par de detalles de la década y meterle bases electrónicas al palo para ponerlos al día), sino como un disco perdido de los Psychedelic Furs o Devo. Tiene la misma urgencia, la misma sensación de outsider, muchas referencias a Rusia, un cantante personalísimo, un universo oculto en el bolsillo de los pantalones.

Y lo mejor son esas canciones como “I’m Confused” o “Radio Kalininbrad”, irresistiblemente pegajosas en su extrañeza, que, con un poco de suerte, en 20 años alguien escuchará, bajadas de internet directamente a su chip neuronal, y se preguntará como este grupo no dominó las radios.

11. The Pains Of Being Pure At Heart – Self Titled

En un principio, obviamente, su nombre me pareció el pináculo de la ridiculez. ¿“Los Dolores De Ser Puro de Corazón”? ¿Qué pelotudez es esta? Está impresión duró hasta que escuché el disco que, básicamente, es una gran carta de amor al C86, el twee y la música pop de entrecasa con, justamente, corazones sangrantes.

Es, graciosamente, un disco bastante depresivo en sus letras pero optimista en su música. “Come Saturday” me hace acordar siempre a “We Are Going Out” de Spearmint (uno de esos temas que es criminal que se ignoren tanto, un himno) aunque su temática es diametralmente opuesta. “This Love Is Fucking Right!” tiene una letra confusa y potencialmente incestuosa, pero la canción es arrolladora. Quizás el tema más abiertamente triste es “Stay Alive”, una de esas power ballads repletas de guitarritas “jangly” y con trasfondo de sintetizador y estribillo épico.

Pero, bueno, suenan como los Vaselines con Stephen Pastel cantando y los Field Mice manejando la base rítmica. ¿What’s not to like?

12. The Horrors – Primary Colors

Esta elección es tan sorpresiva para mí como para (supongo) ustedes. La última vez que habíamos visto a los Horrors, en el episodio de la semana pasada, eran una banda correcta de garage rock que, sin embargo, no lograba elevarse más allá de un gimmick. Eran simpáticos, tenían un video y un tema bastante buenos en “Sheena Was A Parasite”, pero estaban tocados con el beso de la muerte del NME y su ridícula costumbre de buscar salvadores para el rock. Y como buena banda evangelizada por el semanario inglés, todo el resto del mundo pensaba que eran un poco una broma.

Aparentemente ellos también sentían lo mismo, porque prontamente se dedicaron a intentar levantar su reputación tocando viejos éxitos garageros en sus recitales. Lamentablemente, a casi nadie que asistía a los mismos les importaban los temas de Chuck Berry y Los Seeds, solo pasear su nuevo peinado y ropas.

Por lo cual, para su segundo disco, utilizaron otro recurso del arsenal de trucos del músico desesperado por credibilidad: un completo cambio estilístico. Producido por Geoff Barrow de Portishead, en este disco los tonos garage de cotillón han desaparecido casi por completo. Lo único que resta es la suciedad en sus guitarras, pero ahora se han transformado en una banda glacial que combina el romanticismo de los años 50 con una buena dosis de nihilismo finales de los 70 y principios de los 80. El primer tema (uno de mis favoritos del año) marca la pauta: se inicia con un casi imperceptible ruido de percusión que parece la púa de un vinilo que se ha acabado y salta continuamente, y unos delicados arreglos de sintetizador más dignos de alguien como The Field. Luego ingresa una base de bajo completamente adictiva acompañada de una escalada electrónica que desemboca en unas guitarras podridas como viento Lovercraftiano. Y luego la voz del cantante, como si fuese Ian Curtis colgando de un poste. Banda de sonido del apocalipsis zombie sin lugar a dudas. La tónica se mantiene durante todo el disco, que tiene momentos de extrema belleza como el tema “Who Can Say”, en el que parecen están haciendo su propia versión de la alquimia Jesus And Mary Chain, transformando los hits bubblegum de los 50 en algo pervertido. O “Scarlet Fields”, con sus guitarras disonantes que parecen conjurar el lamento del último sobreviviente de un campo de batalla.

Es, realmente, un disco para levantar a los muertos, y la verdad que me tomó por sorpresa el volver a escucharlo, una y otra vez, colándose subrepticiamente en mis playlists y en mi mp4, a lo largo de todo el año, sorprendiéndome y exaltándome con su música, probándome que siempre se puede “rezar por una resurrección”.

13. Future Of The Left – Travels With Myself And Another

Andy Falkous es el tipo más gracioso del rock y nada de lo que nadie diga va a hacer que cambie de opinión. ¿Quién más, en este panorama, sería capaz de largar un single de ritmo marcial (en cuyo video están vestidos como una especie de soldado confederado) cuyo estribillo dice “Come join, come join / our hopeless force / come join, come join / our last cause”? ¿Quién más es capaz de cantar con ese supremo desdén, con esa furia precisamente dirigida a todo lo que odia? ¿Quién más puede berrear “You need Satan more than he needs you”, una verdad de perogrullo pero tantas veces ignorada a favor de echarle la culpa a fuerzas externas por nuestro comportamiento? ¿Qué otra personalidad de la música puede ponerle a una canción “Stand By Your Manatee”? (Y que encima dice: “Only the good die young / except when they don’t / it’s not exactly fair”).

Esta es otra de esas bandas (como Art Brut) con las cuales me resulta sumamente difícil ser objetivo: parecen diseñadas para mi diversión y disfrute, parecen hacerle cosquillas a mi hueso de la risa continuamente y reivindican que el cabecismo a veces es de lo más divertido.

14. Animal Collective – Merriweather Post Pavillion

Como bien dijo Eze, la banda polémica del año. Yo me aburría con ellos hasta este disco. Me parece maravilloso lo que hicieron con su música, dejando atrás mucha de la experimentación jipi de fogón lisérgico, o más bien incorporándola de manera casi natural en una composición mucho más enfocada que permite que brillen las melodías individuales, liberándolas de mucho del exceso de equipaje que sus discos anteriores tenían.

No creo que sea el disco trascendental del que muchos hablaron, pero en los primeros meses del año, cuando estaba en mi casa escribiendo mi tesis de licenciatura día tras día, sentado frente a la computadora con una pila de libros, este disco me lleno de una enorme felicidad. Especialmente “Also Frightened”, una canción evangélica, liberadora. Es, y esto es un cliché, un disco veraniego, de playas y soles, de cuerpos pegajosos y saltos en piletas. Si sobrevivirá al paso del tiempo es algo que solo el paso del tiempo podrá decidir, pero formó parte indudable de la banda de sonido de mi año, sirvió para que cambie mi opinión sobre una banda que me tenía indiferente y se puede cantar murmurando mientras uno anda en el colectivo o sube un ascensor, desconcertando a aquellos que viajan con nosotros con nuestras divagaciones de loco. Para mí eso es rescatable y perdurable.

15. Art Brut – Art Brut Vs. Satan

La ecuación es sencilla: mientras sigan sacando discos, probablemente van a seguir apareciendo en estas listas. Los adoro a ellos y toda su estética con locura y pasión. Pueden ignorar esto y continuar :)

16. Royksopp – Junior

Nunca había escuchado Royksopp antes. De “Poor Leno” lo único que recuerdo es su simpático video (del cual, sin embargo, no puedo recordar si su protagonista era un mapache o un niño con disfraz) y no mucho más.

Así que cuando me baje este disco no esperaba nada, solo me caía bien el guiño / reminiscencia-de-mi-panorama-personal a Junior Senior en el título. Y el primer tema es uno de los más lindos recuerdos de la risa que he tenido el privilegio de escuchar este año. Además tiene una balada sobre una chica y un robot, un tema cantado por Karin Dreijer Andersson que parece un outtake de The Knife, una canción épica con violines que se llama “Royksopp Forever” y una confección encantadora con la voz de Likke Ly que parece flotar en nubes de algodón de azúcar sorbiendo té de menta.
Otro de esos discos que no esperas escuchar tanto y se terminan volviendo parte fundamental de tu landscape musical del año.

17. Dan Deacon – Bromst

Una hondonada repleta de discos antiguos en vinileras configuradas para ir a la mayor velocidad posible (¿78 revoluciones por minuto? ¿99?). Estos discos, entonces, se ponen a funcionar y pronto lo que hay es una cacofonía de ruidos en donde lo que más se nota son los agudos y las percusiones. Alguien los graba y luego les prende fuego, cosa que hace que suenen aún más mutantes y que algunas voces se cuelguen en un loop perpetuo, después ese alguien lleva las grabaciones a su casa y compone música con las mismas.

Algo así es como suenan los discos de Dan Deacon. El anterior tenía un tema maravilloso (ese que hacía con la voz del Pájaro Loco) pero no se sostenía en su entereza. Este cae como un ladrillo a la cara, sin ninguna sutileza, poco ignorable. Parecería que nos quiere abrumar con música, que es un niño con ADD que aprieta botones. Es encantador y es adictivo. Uno quiere mover la cabeza hacia arriba y hacia abajo cientos de veces, hasta que se marea y vemos doble y triple, nos caemos y volvemos a empezar.

Otros comentarios cortos porque no tengo tiempo y los discos no han sido propiamente escuchados o no han atrapado mi interés como otros, pero seguramente serán importantes en el futuro.

El disco de Yo La Tengo tiene una de mis canciones favoritas del año (“Periodically Double Or Triple”) pero no lo escuche lo suficiente como para dar opinión sobre las otras 11… El de Black Moth Super Rainbow pierde un poco la novedad, pero sin embargo está muy bien y “Born On A Day The Sun Didn’t Rise” es una hermosa composición… El de Wild Beasts lo escuché mucho, mucho, pero se queda un poco corto a la hora de ser coherente como obra completa. “We Still Got The Taste Dancing On Our Tongues” y “All The King’s Men” son A+, though… El de Luke Haines parece otra pequeña gran obra maestra del tipo con más personalidad del Reino Unido, hay que escuchar mucho “White Honky Afro”… El de Rihanna tiene uno de los inicios más espeluznantemente buenos del año (la combinación “Madhouse” + “Wait Your Turn”) pero después me sabio a poco… El de Dizzee Rascal es una bomba adrenalínica a la que debo prestar más atención… El de los Flaming Lips ni lo escuche, pero tengo fe de que puede cambiar mi espantosa opinión actual de la banda de Wayne Coyne… El de Telepathe esta bueno, pero no sé por qué no puedo sacudirme la sensación de que es algo completamente pasajero y trendy… El de Calle 13 es genial, pero es más bien el emergente del fanatismo hacía ellos que me acogió este año… Los de Sparks y Eels no los escuché, y sé que me voy a arrepentir de no haberlo hecho… El de Peter Bjorn & John es un muy buen disco-de-después-de-un-éxito-fenomenal pero su propio éxito los condenó a pasar desapercibidos (¿qué, acaso creen que un hit como “Young Folks” se consigue todos los días?)… El de Melody Club tiene “Eighteen” una de esas baladas adolescentes tan maravillosas que le salen tan bien, pero es medio irregular… El de Taylor Swift me cayó simpático pero no sostuvo mi atención… El de Golden Silvers tiene “True Romance” un hit de novela, pero no mucho más (y hasta es molesto por momentos)… El de los Arctic Monkeys está mucho muy bien pero se vuelve un tanto monótono…

Castellano.

Monoambiente – La Fabrica de Éxitos Cerró

El primero en la categoría “Los Discos de mis Amigos”. El primer disco de cual dijeron que estaban conformes. Un artefacto que destaca, sobre todo, su creciente sofisticación, la incorporación de nuevos instrumentos y nuevos músicos, la realización de un recurrente sueño de orquesta, la supremacía de la composición. Una versión completamente cambiada pero reconocible de “The Man Who Sold The World”. Una canción alegremente melancólica sobre la dejadez. Una composición casi hippie sobre la luz. Una muestra de maravillosa ingeniería de estudio. Una demostración suprema de confianza.

Amelia – Segundo Nombre.

El segundo disco que ingresa en la categoría de “Los Discos de mis Amigos”. Si el primer disco de Amelia era una carta de presentación encantadora con las usuales timideces y nerviosismos de una banda primeriza, este disco desde su primer declaración (“Si les traigo una canción / No sé que pensarán /Muchas veces creo que es el hit / Y es solo una más”) se muestra más autoconciente y, paradójicamente, más libre, relajado y confiado. Es un disco largo y repleto de sabores: la desesperación eléctrica y meditada de “Escena Postal”, la electrónica cuasi española y muy elegante de “Tenías Que Ser Ella Y Fuiste Vos” (un título atrapante, desde el primer momento, por su extrañeza), la arrolladora condición de hit juvenil absoluto de “Pendiente”, la catarsis casi borracha de “Últimos Días”, la fragilidad efímera de “Future Time”, la resignación cotidiana de “Madagascar”. Un disco que merece muchas escuchas.

Antolín – Diarios Íntimos del Futuro.

Probablemente la única producción gramofónica que me deprimió activamente este año. Lo de Antolín, por algún motivo difícil de dilucidar y que seguro tiene que ver con el talento, se siente absolutamente verdadero. Es solo guitarra y voz y algún que otro arreglo extra, cosa que sería una combinación perfecta para el fracaso en manos menos aptas. Pero es un LP hermoso dedicado a todo aquello que alguna vez se perdió: las ex novias, los dinosaurios, Volver al Futuro (y la visión del futuro que ahora ya es perimida), las figuritas, los amigos y la chocolatada, la época en que los cantautores sencillos eran conmovedores y no aburridos.

Jorge Serrano – Alamut

El disco de mitad del año, sin lugar a dudas, escuchado hasta el hartazgo en infinita sucesión de reuniones amistosas. Es un disco diseñado para esas funciones y ocasiones que, sin embargo, revela infinita sabiduría. Algo que tiene Serrano que es encantador y buenísimo es que es uno de los pocos autores de canciones en este país que no tiene empacho en envejecer. Que combina amor por la composición con un envidiable perfil bajo y una sensación continua de que el Serrano que habla en las canciones es el único Serrano que existe y que sus letras siguen desglosando los miedos, alegrías, triunfos y tragedias de una clase media argentina recortada de expectativas pero que sin embargo subsiste. Las letras en este disco detallan distintos estados de ansiedad y desidia, momentos oscuros (“Lóbulo Frontal” o “Babia”) que son contrarrestados por su inhumana capacidad para componer melodías gancheras (“Hay Que Cantar y Bailar y Reír”). Lo bueno es ver que una persona como Serrano sigue siendo tan humana como todos nosotros y que es capaz de utilizar su disco solista como una exploración de su (aparentemente) complicada psique, de su individualidad, como una obra completa, no como una colección de hits individuales descartados por los Auténticos Decadentes.

Travesti – Travesti

Los Travesti son una banda difícil, controvertida, que parece tener tanta gente que no los soporta como fans acérrimos. En un principio eran noticia por sus recitales confrontacionales y ruidosos; ahora porque sale Moria en su tapa y porque su música evoluciona (ya desde hace un par de años) a planicies muchísimo más pop, obsesionada en iguales partes con el “chonguismo”, con esa desmesura plástica de la celebridad que parece representar tan bien Moria y la farándula argentina, que al mismo tiempo se combina muy bien con su extraña veta religiosa / sacrílega y con sus arrebatos punk del inicio.

Así, tenemos en un mismo disco una canción que celebra a la celebridad, lo más parecido a un hit que han tenido estos muchachos, con sintetizadores llenos de aire, tambores, guitarras sedadas y coros frívolos (“Celebrity Total”), seguido de un tema que se burla absolutamente con un potente desprecio de otra obsesión del mundillo que están retratando (la salud, en el tema “Fitness-Footing”). Y estos temas conviven con un inicio completamente tribal-electrónico que combina las frases “Aceite de avión / Para la operación / Sobre las lolas del nuevo testamento”. Y con un tema que advoca abiertamente la falta de estudio, nada más punk.

Travesti sigue siendo una banda demasiado original para este empobrecido panorama musical argentino, una banda que ha construido su propio universo lírico y su propia postura frente a la música y la performance y eso, probablemente, es porque tanta gente no los soporta.

Actualización Mayo 2013!

Otro post de fin de año que no tenía compilado para bajarse, situación que fue corregida para el relanzamiento del blog. El compilado fue realizado en base al orden de los discos enumerado arriba, así que tampoco esperen mucho flujo de un tema la otro :)

2009 (El Baile Moderno). (Bajar)

01 – When I Grow Up (Fever Ray)
02 – Alejandro (Lady Gaga)
03 – Stadium Love (Metric)
04 – Gimme Sympathy (Metric)
05 – It Ain’t Gonna Save Me (Jay Reatard)
06 – I’m Watching You (Jay Reatard)
07 – The Liberty Of Norton Folgate (Madness)
08 – A Sucker For Your Sound (I Monster)
09 – Lust For Vampyr (I Monster)
10 – Parallel Lines (Junior Boys)
11 – Olympians (Fuck Buttons)
12 – Soldiers Of Satan (Evil Cowards)
13 – Love Pigs (Evil Cowards)
14 – I’m Confused (Handsome Furs)
15 – Stay Alive (The Pains Of Being Pure At Heart)
16 – Come Saturday (The Pains Of Being Pure At Heart)
17 – Mirror’s Image (The Horrors)
18 – New Ice Age (The Horrors)
19 – Stand By / Your Manatee (Future Of The Left)
20 – The Hope That House Built (Future Of The Left)
21 – Brother Sport (Animal Collective)
22 – DC Comics And Chocolate Milkshake (Art Brut)
23 – Happy Up Here (Röyksopp)
24 – Paddling Ghost (Dan Deacon)
25 – Woof Woof (Dan Deacon)
26 – Chrome’s Not On It (Telephate)
27 – True Romance (Golden Silvers)
28 – Born On A Day the Sun Didn’t Rise (Black Moth Super Rainbow)
29 – Eighteen (Melody Club)
30 – Celebrity Total (Travesti)
31 – Lóbulo Frontal (Jorge Serrano)
32 – La Sombra (Monoambiente)
33 – Pendiente (Amelia)
34 – Vigilante de la Oscuridad (Antolín)


Quirky Scottishmen III

O, algunas breves palabras sobre Lloyd Cole And The Commotions.

Lloyd Cole And The Commotions – Sense & Sensibility (A Compilation)

1. Perfect Skin (Rattlesnakes)

Me podrán decir: ¿qué carajo hay para escribir sobre Lloyd Cole? ¿Quién es Lloyd Cole, de cualquier manera? Tiene nombre de músico de salón, además, que feo, que de enfermo egocéntrico, que es poner su nombre antes que el de su banda. Por otro lado, si a uno le describen Lloyd Cole superficialmente, no suena tremendamente atractivo: un cantautor (¡que ni siquiera es escocés! Aunque el resto de su banda si y por ello vamos a doblar las reglas un poco) que compone canciones demasiado conscientes de su propia intelectualidad, con referencias a Truman Capote o Norman Mailer, ex estudiante de filosofía, con una voz afectada de mocoso lector que intenta demostrar todo el tiempo que tiene un “alma vieja”.
Bueno, eso es lo que uno puede pensar hasta que escucha el primer tema de su primer disco, que es coincidentemente el que inicia este compilado. (Dicen que) Los comparaban con los Smiths, lo cual se entiende en parte por la estupendísima guitarra de Neil Clark, que dibuja arabescos sin tener nada que envidiarle a Johnny Marr. Pero también se entiende porque parece que en algún momento de la historia del indie británico todo se comparaba con los Smiths mientras tuviese voz plañidera y letras curiosas. Si hasta los Housemartins nos parecían los Smiths. Pero Lloyd Cole tiene muy poco de la afectación y el sentimiento resbaloso de identificación que caracteriza a Morrissey y los suyos. Es demasiado consciente de sus propio origen, de que es la música de un pretencioso joven intelectual. Y eso funciona a su favor, dándole en muchas ocasiones dobles y triples perspectivas a sus canciones, composiciones cristalinas y emotivas donde el punto de vista nunca es lo que parece y el significado está oculto detrás de una capa de auto-conciencia y, en más de una ocasión, empatía con sus personajes.
Esta canción combina academia con romance y sexualidad dándose cuenta todo el tiempo de lo ridículo de tal yuxtaposición, una historia de jóvenes intelectuales atraídos por mujeres “normales”, de lo estúpido y fútil que sus credenciales son para el romance. Y por supuesto ayuda que la canción sea un pequeño cañonazo, irresistible en la manera en que son irresistibles las canciones que parecen diseñadas para aprovecharse de nuestro amor a las guitarras rodantes.

2. Rich (Easy Pieces)

Este es el primer tema del segundo disco, llamado “Easy Pieces” y producido por Clive Langer y Alan Winstanley, artífices, en parte, del enorme éxito de Madness y empujados a los brazos de Lloyd y compañía por la discográfica. En alguna nota de la Internet leí que el bajista (que aparentemente ahora se dedica a ser un periodista de golf) odia este disco. Para mi es excelente, con momentos que superan ampliamente al primero, al menos en “bombast”, lo cual, para ser sinceros, es probablemente por lo cual querían a Clanger en el primer lugar. Lo importante a recordar es que las baterías suenan FUERTES, al menos aquí, mucho más arrogante que el primero. Hasta que entra una guitarra escuálida que los traiciona completamente.
La novedad es que cuerdas y trompetas, en gran parte, son utilizadas con un fuerte tenor eufórico, antes que contemplativo o lánguido como en gran parte del primer album . El tema parece compuesto al galope y es uno de los mas “fitzgeraldianos” de Cole (curioso que nunca haya namedroppeado a Scott jamás): un millonario gris y solitario, alcohólico y nostálgico, cuyas relaciones han sido truncadas todas por su insensibilidad pero aún eso no lo afecta. Lo curioso es que el tema está cantado desde una perspectiva de tercera persona por Cole, cosa que se reconoce en el estribillo cuando dice “Rich is what to be forsaken /grey and giving it away” y sus sentimientos parecen los opuestos a su personaje. El efecto es simultáneamente celebratorio y burlón, como si Cole se riese de su pauperismo (y celebrase su juventud) al mismo tiempo que anhelase profundamente su vida de playboy, sus mujeres
y sus bebidas. Y el dinero necesario para pagarlas.

3. My Bag (Mainstream)

El primer tema de su tercer disco, “Mainstream”, para completar la trilogía de inicios de discos. Un tema rarísimo porque habla de la cocaína abiertamente y porque es lo más cercano que los Commotions se acercan a un difuso sentimiento sórdido. Los Conmociones eran más bien una banda amable, niños bien de Glasgow, profesionales, seguramente tomaban Coca Cola después de los recitales.
Y es una exploración de la cocaína al estilo Lloyd Cole, que no se priva de frases como “20 storey non stop snow storm”, para terminar siendo demasiado inteligente para su tema, muy poco rockera, una visión ligeramente removida de la situación, lo cual es más curioso porque está narrada en primera persona. No se termina de saber si el tema es positivo o negativo, aunque parecería decidirse más bien por un lugar intermedio y poco molesto, admitiendo que todos tenemos nuestra bolsita. Sin embargo, es efectivo por la base de bajo suena ominosa, como un tono del bajo mundo; por la guitarra del estribillo, que suena exactamente a como uno se siente bajo el efecto de la cocaína, con todas las neuronas electrificadas disparando en direcciones múltiples; y por el carácter repetitivo de muchas de las líneas de Cole, tan parecido a estar charlando sin fin y sin tomar aliento.

4. Rattlesnakes (Rattlesnakes)

El tema que da nombre a su primer disco y la primera aparición de una frondosa galería de mujeres en las letras y canciones de los Conmociones. En este caso la protagonista es una tal Jodie que usa sombreros aunque no llueva y lee Simone de Beauvoir. Pero lo que en otras manos hubiese degenerado en cliché obvio e insoportable, en manos de Cole es una hermosa romantización de una imagen perdida. Una mujer de entreguerras, una chica que modeló su vida bajo la cruz del dinero, del glamour pero también de la intelectualidad, bajo los polos opuestos de Audrey Hepburn y Virginia Woolf, profundamente dañada, incapaz de amar y amante del peligro.
Alguien que solo puede haber terminado mal, suicida o alcohólica, corriendo con su auto en estado de profunda intoxicación, un símbolo de queel exceso de dinero, de conocimiento y de vitalidad solo produce tristeza y soledad. Pero la llave de la canción es la misma de muchos de los temas de Cole, que es que estos personajes, estas creaciones, habitan canciones alegres, emotivas, efímeras e intensas. O sea, mientras otros hubiesen hecho una balada insoportable e indigesta, Cole se descuelga con una canción que quiere obligarte a que te guste, limpia, veloz y bailable.

5. Sean Penn Blues (Mainstream)

Si bien Cole se cansa de nombrar a personalidades importantes y melancólicas del catálogo cultural del siglo XX, en esta canción por primera vez se mete con una persona cercana temporalmente a su momento, con un icono pop de los 80. Con la mega estrella, bah, el protagonista de los tabloides. ¡Y encima lo pone en el título! Sin embargo, hay que mencionar que dentro del catálogo de los Conmociones, estas preocupaciones aparecerán una y otra vez: el dinero y la cultura como dos maneras de habitar un mundo diferente, quizás mejor, e infinitamente más romántico (de hecho, este es, prácticamente, la obsesión de “Mainstream”). A esta preocupación se le contrapone o una exploración de los momentos más solitarios o patéticos de estos personajes “larger than life” o la observación de segundones y normales, de momentos pequeños en la vida de gente pequeña, condenados a desaparecer sin dejar rastro.
La canción es una observación con mucho cariño al Sean Penn de los 80, a quien Cole ridiculiza como un tipo atrapado por su imagen, por su condición de “Mr. Madonna” que continuamente frustra sus intenciones de ser tomado en serio, de leer a los beats en bares y protestar por la política. Hay una profunda sensación de “americana” en la canción, puntuada por el uso juicioso de una armónica y por el intento en los versos de acercarse a una canción rock. Pero al final la imagen que nos queda del petiso Penn es la de un pobre tipo, aplastado por su famosa esposa, con marcas de zapatos de tacón por todo el cuerpo, como dice el estribillo. Que, curiosamente, es el momento en que la canción parece relajarse y aceptar su condición, descartar su pretensión de ser un poeta beat para ser meramente una celebridad.

6. Grace (Easy Pieces)

Esta canción retorna a los protagonistas femeninos, y parece describir a una mujer a la cual cumplir 28 años la ha vuelto amargada y depresiva, creyendo que sus mejores días están detrás. Hasta que uno se da cuenta de que quien canta realmente es su pareja y que todos los índices de su declive están dados por este narrador poco confiable. Quizás es él que la ve más amargada y pálida. Quizás el no puede soportar la idea de que la belleza desaparezca. Quizás confunde amargura con desamor. Poco a poco nos damos cuenta de que es una canción profundamente resentida y que por momentos (en ese “ooh, is it hard to take / ooh, is it hard to swallow, is it” que Cole canta con supremo desdén) parece estar directamente burlándose de la pobre muchacha, de sus inseguridades y malos humores. Ni siquiera la última estrofa, que parece ser un perdón, lo salva. Y no ayuda, por supuesto, que la banda suene como un triunfo, aerodinámica, bella, con unas guitarras que podrían cortar queso y unos toques de teclado que parecen risas.

7. Jennifer She Said (Mainstream)

Continuando con un tríptico falsamente femenino (lo cual es una constante en las canciones de Cole: hablan de mujeres siempre a través de la óptica de un hombre que tiene algún interés o distancia de la situación) una canción absolutamente fantástica sobre los errores de los tatuajes. Un amigo decía que todas las casas de tatuajes deberían tener un letrero que diga “El 70% de las personas que se tatúan a los 18 años se arrepiente a los 21. Espere”. Esta canción podría ser el sonido de esa afirmación. Un pobre tipo se tatúa el nombre de su novia para luego descubrirse abandonado. La canción alcanza un patetismo tan absoluto que sale por el otro lado, y se convierte en profunda empatía. O sea, me imagino un amigo mirando con apenas disimulada diversión a otro, quien se acaba de pelear, y riendo por dentro de su ridículo tatuaje con el nombre de su ex novia. Pero al mismo tiempo comprendiendo el dolor de la separación real. Toda la canción refuerza ese sentimiento, desde las líneas “oh forever you said, that’s forever you said” y “her name on you” que Cole canta con suprema emoción, suavidad y convencimiento, pasando por el hecho de que la última estrofa sea un despreciativo “you change like the weather / but this is the rain”, hasta el hecho de que su primera escucha te convence de que es una canción de amor, cuando es precisamente lo contrario.

8. Pretty Gone (Easy Pieces)

Completando la trilogía de perspectivas torcidas, una canción de ese siempre popular género “estúpidas parejas que no saben cómo estar juntas”. Sedada y tranquila, la virtud del tema es que en este caso el histérico es el hombre, quién, como en muchos casos, tiene a una chica bajo su influjo y no tiene la más mínima idea de cómo manejarla. Es una canción bellísima que se revela como tal solamente cuando uno la escucha bastante y descubre el emocionante contraste entre la mayoría de la misma, tocada con el relajamiento y la profesionalidad de una vieja banda de bar de las Vegas, y la última estrofa, en donde entra un teclado evangélico, la guitarra se decanta en un loop que sugiere el momento previo a toda decisión liberadora, puro entusiasmo y esperanza, y luego aparecen unos vientos que directamente nos dan ganas de hacer un puño. Pequeña claustrofóbica maravilla.

9. Charlotte Street (Rattlesnakes)

Esta es una de esas canciones que parecen completamente artificiales y que son redimidas, en gran parte, por la maestría de la banda que acompañaba a Cole en estos años, por su capacidad para enhebrar melodías que sonaban a la vez serias y ligeras. Es una canción que retorna (como gran parte de su primer disco, en el que parecía que tenía demasiado que probar) al territorio de los romances intelectuales. Como en tantas otras canciones, el protagonista es un joven poeta frustrado y ligeramente cruel que no ha aprendido a manejar sus sentimientos ni las cosas que le suceden, que está perpetuamente atrapado entre sus aspiraciones y su realidad diaria, que le informa que no es muy útil. Si algo tiene de bueno Lloyd Cole es que ponía en entredicho continuamente su propia imagen y lo que quería proyectar, que era un compositor profundamente consciente de sí mismo y que no tenía miedo en perseguir sus obsesiones ligeramente snob al mismo tiempo que se burlaba de ellas.

10. Mr. Malcontent (Mainstream)

… Una tendencia que tiene su expresión más profunda en ésta canción, que no por nada está en su último disco. Pareciera hablar todo el tiempo de si mismo. “A waste of space and alcohol / drinking rain and eating soil / and slogans off the wall”. Es como el despertar de la larga adolescencia en la que descubrimos que las cosas que nos identificaban y creíamos que nos hacían mejores que los demás son en realidad lugares comunes, mentiras pre-fabricadas que han perdido todo su potencial para hacernos especiales, y en el fondo solo tenemos pequeñas miserias y pequeñas alegrías, como el resto de la raza humana. El señor descontento en el fondo es solo otro snob insoportable.
Casi, casi, es un tema enojado. Con algunos riffs (muy suavizados) en el estribillo y dos minutos finales en los que Lloyd esta lo más cerca que lo escuchamos de abandonar su “politeness” habitual (¡hasta se lo escucha reír con desprecio!) y arañar su jaula auto-impuesta, y un Neil Clark que de golpe parece haberse vuelto un vaquero.

11. Lost Weekend (Easy Pieces)

“Lost Weekend”, por otro lado, es un retorno a esas canciones que romantizan otro tiempo y otro lugar. Quizás sea solo mi interpretación de fan, pero al escucharla, con solo un par de referencias (neumonía y Amsterdam) yo me imagino una historia de amor del Siglo XIX, entre dos personas pobres y sin la posibilidad de comprar medicina, en una habitación de hotel de mala muerte, vestidos con harapos y en un solo colchón comido por las pulgas y las chinches. Bebiendo ajenjo, quizás.
Es una canción encantadoramente arcaica, al menos en mi mente (la letra, en realidad, no da más precisiones), es una balada trágica, pero al mismo tiempo fue el éxito más grande de la banda en Inglaterra. Y se nota porqué: la música es saltarina como una canción popular para que bailen las muchachas en ronda, Cole canta con alegría y convencimiento, la guitarra parece un manantial de agua cristalina y tiene unos pianitos encantadores que enmascaran de mil maravillas la misma tristeza que muchas veces asomaba la cabeza en Madness.

12. Minor Character (Mainstream)

“Minor Character” lidia con un evento que nos ha sucedido a todos nosotros en algún momento de nuestras vidas: darnos cuenta que, en la vida de alguien que evidentemente nos importaba demasiado, somos solamente un personaje secundario, que de golpe es expulsado mientras el protagonista continua con su vida normalmente. Y también sobre los momentos posteriores, la horrible sensación de preguntarse que estará haciendo, con quién pasará el tiempo. La espantosa posibilidad de convertirse en un extraño. Comparada continuamente con la vida “normal”, anterior al quiebre, transmite todo el efecto de la absoluta impotencia en ese tipo de situaciones, e incluso posiciona el suicidio como una respuesta absurda y aniñada. Lo peor de esto es que hay que seguir viviendo.

13. 2CV (Rattlesnakes)

Leí en alguna entrevista que Lloyd Cole decía que esta era la canción más cercana a su propia experiencia que había escrito para su primer disco, y se nota mucho. Es casi una canción de cuna de iniciación sexual, que recuerda con mucha ternura una escapada a un hotel con una chica la cual parecería ni siquiera haber sido muy cercana a nuestro autor.
Es hermosa por la manera en que transmite con completa verosimilitud la expectación y la magia de esos primeros encuentros juveniles con el sexo opuesto, la vulnerabilidad y la necesidad de compañía que se resuelve con personas que, probablemente, nunca formen parte de la lista de nuestros grandes amores. El ritmo es completamente relajado, como el sol del verano bajo el cual los amantes gastaban el tiempo. Recuerda a un personaje secundario de una manera diametralmente opuesta a la canción anterior, con mucho cariño y no poca nostalgia. Captura perfectamente un momento, que puede ser resumido en la frase, brillante como pocas, “All we ever shared was a taste in clothes”.

14. Are You Ready To Be Heartbroken? (Rattlesnakes)

Que esta sea la canción por la cual se recuerda a Lloyd Cole y The Commotions no tiene nada de injusto. Es, de hecho, una canción grandiosa y perfecta, una combinación de emoción e inteligencia (combinación que, como notarán, obsesiona a Cole en estos tres discos, una combinación de honestidad emocional con la pretensión e “inteligencia” de alguien que se cree superior a esos sentimientos) en cantidades precisas, una disección de un estereotipo y una celebración del poder devastador del amor.
Básicamente, Cole le canta a un personaje “X” que parece vivir una vida bohemia pero sin ningún compromiso con los corazones partidos y el sufrimiento cosa que, para Lloyd, es prácticamente escandalosa y necesaria para un tipo de vida de esa naturaleza. Impertérrito, sonríe frente a sus amigos y los hace sentir culpables por su falta de alegría. Pero no sabe lo que es estar descorazonado, no sabe lo que es sufrir.
La banda, por su parte, pela su mejor cara lounge, con un bajo que domina la canción como si fuese un día de otoño en un pub escocés, una batería reducida a su mínima expresión y un Lloyd Cole que amenaza continuamente, que promete dolor pero sin superioridad, solo con conocimiento de causa y tristeza por lo que le espera al protagonista y unos deliciosos coros femeninos cincuenteros. Luego de que Cole canta “Are you ready to bleed?”, los últimos 30 segundos son un hermoso colchón de cuerdas que parece decir “si, así de genial y así de terrible es estar enamorado”.

15. These Days (Mainstream)

Y, finalmente, la última canción del último disco de Lloyd Cole And The Commotions, una ínfima maravilla de sintetizadores con apenas la voz de Cole encima. ¿Vieron como siempre describen a algunas canciones como “invernales”, lo cual generalmente significa “canciones para escuchar apretando con alguna chica bajo las mantas”? Bueno, esta es una de las pocas canciones (como “Spider And I” de Brian Eno) que realmente pueden apropiarse de ese adjetivo. Es como dormir sobre nubes adentro de una casa mientras afuera la nieve cae y cubre al mundo. Es como si un fantasma velase a una chica solitaria.
Cole canta “You don’t need a lover in this climate / you don’t need a boyfriend in your bed / these days / put a blanket round you, baby” y todo suena frágil, encantador, callado. Pareciera que está intentando disuadirla, que está deseando que lo espere, que en el verano van a poder estar juntos y por favor no se enganche con otra persona. Es vulnerabilidad pelada y profundamente arrobadora y es una excelente manera de despedir a uno de los grandes compositores ignorados de los 80. En estos días, la sensibilidad ya no se usa como antes.


The Band In Hell.

Electric Six es un caso bastante extraño. Una banda que surgió (casi, casi) como una broma, con canciones completamente desfachatadas, humor sardónico y combinación de funk, disco, rock y electrónica. Oriundos de Detroit, que mucho tiene que ver con su sonido, con su combinación de hedonismo y cinismo, con su sensación de banda sucia, pobre, bardera, tuvieron sus quince minutos en el sol con “Gay Bar” y “Danger High Voltage”, dos canciones de sexualidad y jolgorio duro y continuo, de alucinante bailable en la que hombres mostachudos, posibles constructores de autos, terminaban en bares oscuros levantando “mujeres salvajes” y travestis. La combinación de rock grasa, duro, con la voz de Dick Valentine, que parece una caricatura de la masculinidad, y su humor de macho emasculado, más un beat completamente bailable, les permitió tener un par de hits que parecían el summun de lo efímero y pasajero.

Luego de ello, obviamente, aquellos que deciden que es lo que importa dejaron de prestarles atención. Nadie podía tener un interés sobrehumano por una bandita de cuarta que parecía una versión dura de Right Said Fred. Pero Lo Curioso, como a veces sucede en el mundo del pop, es el modo en que con esos elementos que hacían de “Danger High Voltage” un hit irresistible (el humor sarcástico y acido, la voz y la personalidad de Valentine, la combinación de música bailable y rock) han terminado conformando una banda con la que cualquiera de nosotros estaría honrado de bailar. Electric Six continúo sacando discos, y se convirtió, por otro lado, en una banda política en la cual la política tiene el mismo nivel de importancia que una noche en un bar gay, una banda política que por su completa falta de declaraciones altisonantes convierte su burla sarcástica en algo mucho más desollador que cualquier otro grupo con conciencia. En algún momento dije que habían hecho el comentario más punzante de la era Bush (tantas cosas se han explicado por “la era Bush” que me da un poco de dolor escribirlo) mientras pasaban por completos idiotas. Es una exageración, por supuesto, pero es notorio el modo en que los ES (y sobre todo su líder, alma y voz del proyecto) lograron poner en evidencia algo que las demás bandas de rock que de golpe amanecieron con “El Capital” en su mesa de luz entre el 2003 y el 2008 ni percibieron. Mientras la mayoría de los grupos “políticos” se centraban en la corrupción y la percibida maldad, los ES se concentraron en algo mucho más banal y quizás más terrorífico: la estupidez. La increíble, galopante, dogmatica, gigantesca, desesperante estupidez de alguien como George Bush y todo el sistema que lo apañaba.

Es que, en realidad, a Dick Valentine siempre le preocupó la increíble idiotez del mundo: las preocupaciones vanidosas de los hombres respecto a su miembro, el sistema cerrado de estupidez que conforma el mundo de la celebridad, la vacuidad femenina impulsada por la salvaje imagen, la cultura que ha terminado haciendo que todos nos preocupemos por lo grosero, la pequeña denuncia, el escándalo sórdido, la hipocresía, la ventaja chiquita, la destrucción de todo impulso por ser mejores. Todos nos hemos visto, parecemos gusanos a los que les han extirpado el sentido de la responsabilidad. Marchamos por la vida sin una preocupación, lo suficientemente inconscientes como para notar que estamos mal. Hoy en día es cada vez más cierto eso de “we all in the game, yo”.

Hay algunos símbolos en el imaginario de Valentine que se repiten obsesivamente: los hombres y mujeres de sexualidad dudosa (o, quizás, un continuo placer por subvertir los roles de género, por los hombres vulnerables y las mujeres devoradoras), los presidentes norteamericanos, el demonio, lo marcial, la guerra nuclear (lo cual nos hace sonreír: parece un miedo tan anacrónico), el futuro, el baile. Asimismo, la música de Electric Six es furiosamente nocturna: sintetizadores grasas de bar de strippers, guitarras gordas y cocainómanas, pianolas malditas con el swing, baterías que retumban en tu cabeza. Y encima de todo esa voz gruesa y tan poco atractiva (en el sentido clásico), de whisky, de putas, de enano maldito a lo Ian Dury.

Por ello y por mucho más, este breve tributo, un grandes éxitos concebido solo en mi cabeza, donde encontraran canciones sobre: Jimmy Carter (el presidente norteamericano más perdedor) y los Backstreet Boys (una balada!), los dealers, una invasión alemana a México, parejas lesbianas y rockeras, sintetizadores de otro planeta (en una de las más bellas canciones de futurismo redentor), la versión evolucionada de Patrick Bateman, Lenny Kravitz, rednecks, la cocaína (en una de esas canciones geniales en las que se grita “solo!” inmediatamente antes del mismo), comandantes del baile y el amor, sobre todo mucho amor.

Electric Six – Dance, Satan, Dance!

01. Electric Demons (Fire)
02. Devil Nights (Señor Smoke)
03. Kukuxumusu (I Shall Exterminate Everything Around Me That Restricts Me From Being The Master)
04. I Buy The Drugs (Switzerland)
05. Fabulous People (I Shall Exterminate Everything Around Me That Restricts Me From Being The Master)
06. We Were Witchy Witchy Women (Flashy)
07. Rock And Roll Evacuation (Señor Smoke)
08. White Train (I Shall Exterminate Everything Around Me That Restricts Me From Being The Master)
09. I Wish This Song Was Louder (Switzerland)
10. Jimmy Carter (Señor Smoke)
11. When I Get To The Green Building (I Shall Exterminate Everything Around Me That Restricts Me From Being The Master)
12. Germans In Mexico (Switzerland)
13. Your Heat Is Rising (Flashy)
14. Dance Commander (Fire)
15. Flashy Man (Flashy)
16. Gay Bar (Fire)
17. Lenny Kravitz (I Shall Exterminate Everything Around Me That Restricts Me From Being The Master)
18. Mr. Woman (Switzerland)
19. Danger! High Voltage! (Fire)
20. Future Boys (Señor Smoke)
21. Dance Pattern (I Shall Exterminate Everything Around Me That Restricts Me From Being The Master)
22. Future Is In The Future (Señor Smoke)
23. Making Progress (Flashy)
24. Synthesizer (Fire)