Dios, no es necesario que ayudes a esta chica.

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Si, cagaron. Ezequiel escribiendo de nuevo sobre Belle and Sebastian.

En las letras de Stuart Murdoch encontramos un montón de historias de outsiders, en general, jovenes, en su mayoría mujeres, alienadas y aisladas del mundo. Casi se podrian decir que siempre habla del mismo personaje, cambiandole el nombre y algunos parámetros, y se repiten constantemente en todos sus discos. Comenzando con la joven anónima de «Expectations», de su primer disco Tigermilk, y la chica que hace esculturas de los miembros de la Velvet Underground. Tambien tenemos a Judy de «Judy and the Dream of Horses», Hillary en «If You’re Feeling Sinister», la gordita alienada de «Family Tree», el nerd abusado en «Lord Anthony», etc, etc.
Son personajes muy similares en si, perdidos, un tanto patéticos, vistos siempre de una forma amable y comprensiva, un tanto religiosa. Todos conocimos gente así. Claro que estamos en el 2009, y con tanto indie folk hiper-amable y Los Campesinos, uno ya esta acostumbrado a cientos de personajes quirky y raros, y estos pierden el encanto que tenian en 1995, ponele. Recordemos que la mismísima «Expectations» es parte de la banda sonora de Juno. En fin.
Pero a Stuart le siguen gustando mucho estos personajes, observarlos, y colocarlos en situaciones y manipularlos como pequeños muñequitos de Lego, en todas esas canciones que podrian ser pequeños cortos. Su último proyecto musical se llama justamente «God help the girl«, que podría ser un resumen de sus obsesiones más típicas. Pero afortunadamente logra reinventar su formula y manteniendola fresca e interesante. Pero no voy a hablar de este último proyecto sino de una canción de su último disco con Belle and Sebastian, «Sukie in the Graveyard», de The Life Pursuit.

A esta altura estoy totalmente convencido de que The Life Pursuit es el mejor disco de B&S. Es fresco, energizante, barroco, desprolijo y tiene de sus mejores canciones. Sin duda los muchachos aprendieron de trabajar con Trevor Horn, y agarraron lo mejor de su anterior sonido chamber pop con el sonido más disco y 70s de su disco anterior, Dear Catastrophe Waitress. El resultado es la conclusión de una transformación genial que nadie esperaba: La banda más ligera y delicada del indie escoces logrando sonar como Bowie en la época del Ziggy Stardust, baterias machacantes, teclados chillones, bajos con distorsión, solos de guitarra enchastrados en efectos y modulación. Como alguna vez comento Amadeo en un viejo post de su blog, The Life Pursuit es básicamente «la venganza de los nerds» de Belle and Sebastian, dondee deciden mandar todo a cagar, salir a bailar y divertirse.

Belle and Sebastian – Sukie in the Graveyard

«Sukie in the Graveyard» es el mejor ejemplo de no solo el cambio de sonido sino el cambio de actitud de la banda. De nuevo tenemos a una protagonista, Sukie. Si, es joven, es una outsider, esta posiblemente un poco mal de la cabeza, pero la perspectiva esta vez es diferente.

Sukie was a kid, she liked to hangout in the graveyard
She did brass rubbings, she learned you never had to press hard
When she was finished hanging out she was all alone
She decided that she better check in at home
There was an awful row between her mum and dad
They said she hadn’t done this, she hadn’t done that
If she wanted to remain inside the family home
She’d have to toe the line, she’d have to give it a go
It didn’t suit Sukie
So she took her things and left

Sukie was a kid, she liked to hang out at the art school
She didn’t enrol, but she wiped the floor with all the arseholes
She took a bijou flat with the fraternity cat
She hid inside the attic of the sculpture building
She had a slut slave and his name was Dave
She said ‘Be my photo bitch and I’ll make you rich’
He didn’t believe her but the boy revered her
He got her meals and he got her a bed
He watched behind the screen and she started to undress
He never got far
Just lookin’ and playing guitar

Autumn hanging down all the trees are draped like chandeliers
Sukie saw the beauty but she wasn’t wet behind the ears
She had an A1 body and a face to match
She didn’t have money, she didn’t have cash
With the winter coming on, and the attic cold
She had to press her nose on the refectory wall
They served steamed puddings she went without
She had to pose for life for all the scholars of art
She didn’t feel funny, she didn’t feel bad
Peeling away everything she had
She had the grace of an eel, sleek and stark
As the shadows played tricks on the girl in the dark

Resumiendo: Una chica que se escapa de su casa, y vive una vida bohemia donde termina trabajando como modelo en una escuela de Arte. Pero en contraste con Hillary, Antony, Judy, y otros personajes, no hay fragilidad en Sukie. No hay nada de «uh, pobre chica». La música sigue el ritmo de la historia, rápida, desenfrenada y divertida, y aunque se puede leer entre líneas que la vida de Sukie no tiene mucho futuro, no es algo que se juzgue. La voz redentora desapareció y dio lugar a una que celebra a la protagonista,que no se siente ni rara ni mal al desnudarse enfrente a la clase.
Podriamos decir en si, que la misma actitud que tiene Stuart para sus personajes, la tomo para su propia banda.
O básicamente, Fuck Art, Let’s Dance!


Wichita Lineman Was A Song I Once Heard

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Si hay algo que deberíamos lamentar en este blog es que nunca hayamos hablado de los inmensos KLF. Uno de los proyectos musicales/ artísticos más increíbles de la historia del pop, el dúo de Jimmy Cauty y Bill Drummond fue tan gigante que, quizás, excusa que no hayamos escrito más sobre ellos.

Para los no iniciados: The KLF estaba compuesto por los sres Drummond y Cauty que se especializaba en actos de anarquismo musical y burla artística. Entre sus muchos logros se cuentan: haber creado uno de los primeros mash ups comercialmente exitosos (“Doctorin’ The Tardis”, una mezcla entre la canción de Dr. Who y “Rock And Roll Part 1” de Gary Glitter), haber viajado a Suecia con un fotógrafo y periodista del NME buscando a Abba para que les permitan usar un sampleo de Dancing Queen en uno de sus discos luego de un fallo judicial (el viaje fue infructuoso y terminaron destruyendo las copias que restaban), haber escrito un manual (justamente llamado The Manual) para “conseguir un número uno de la manera fácil”, haber tocado en los BRIT Awards con una banda de noise extremo y luego haber depositado una oveja muerta en la puerta de una de las fiestas post-evento…

Sin embargo, los KLF no eran solamente payasos simpáticos, sino que realmente creían y entendían, por un lado, el poder del pop para construir personalidades míticas e inspirar actos gigantescos, y, por otro lado, la necesidad en un mundo (ya) tan surrealista como el pop de los 80 de utilizar tácticas artísticas de guerrilla, simultáneamente como una forma de burla y puesta en ridículo de esa industria pop y como una forma de introducirse en ella, llamar atención a su continua publicidad, construirse como fenómenos más grandes y más extraños que la vida misma. Como los discordianistas de los cuales tomaron su primer apodo (The Justified Ancients Of Mu-Mu) su misión era dar información falsa sobre la gran conspiración pop, mientras se volvían lenta e imperceptiblemente parte de ella.

La oportunidad para escribir de ellos tiene que ver con la entrada que me permite Ezequiel al haber hablado de “Wichita Lineman”. Durante años para mi esta canción no existía, solo existía su gemelo espectral “Wichita Lineman Was A Song I Once Heard” de los KLF, la canción de la que (nominalmente) trata este post.

Incluida en su álbum “Chill Out” en realidad es un poco injusto llamarle una canción. “Chill Out” es un disco conceptual en el cual los KLF componen la música para un viaje imaginario nocturno desde Texas hasta Louisiana, un lugar que no conocían pero que reconstruyen a partir de sampleos de predicadores, de viejas canciones, de mujeres emocionadas, de noticieros. Es un verdadero paisaje sónico que fue concebido como una sola pieza musical para ser escuchada de principio a fin.

Sin embargo, “Wichita Lineman…” es notoria por ser una de las porciones más identificables como canción. Y también porque funciona, en realidad, como la huella espectral de una canción, como un recuerdo de una mezcla de sonidos y melodías que se remontan a muchos años atrás. Comienza con el sonido de un auto pasando por la autopista e inmediatamente se inician los sintetizadores que puntuarán toda la melodía, unos sintetizadores que traen a la mente el viaje, pero no con la condición de aceleración y maquinización de muchas canciones que lidian con el desplazamiento, sino con un aspecto más bien de somnolencia en el medio de un periplo extendido (como cuando Sam Shepard dice que hay que manejar hasta que el cuerpo deja de existir y, entonces, surge algo diferente). Luego de unos segundos ingresa el otro elemento recurrente de la canción: un predicador sureño terriblemente arengador. No se entiende exactamente qué es lo que dice, pero parecería que está exhortando al hipotético viajero a continuar y no desfallecer jamás hasta llegar a su mítico destino. Y en algún momento comienza a sonar otra línea de sintetizador que parece salida de una de esas canciones que ponen en las películas de Hollywood en los finales felices, pura catarsis y elevación. En conjunción con el predicador causa que la canción se torne una oda a la liberación de la travesía y el espacio.

Sin embargo, hay algo que siempre se mantiene elusivo, que evita que coagule en una canción propiamente dicha. Justo en ese momento en que parece que todo se desencadena, la melodía se corta abruptamente, como si no lograse recordar su propio estribillo. Y sin embargo esos momentos leves de “ganchismo” hacen que la composición se quede en la memoria, que parezca más que una composición construida a base de elementos que parecen sacados del más puro aire.

Es, como dice su titulo, “una canción que alguna vez escuche”, una especie de memoria semi sepultada que resuena en nuestra cabeza y que no podemos completar, un testimonio a la potencia de la música para insertarse en nuestra cabeza y dejar huellas, que se asemejan al sonido distante de un tren en la noche.


Wichita Lineman

Glen Campbell – Wichita Lineman

Hace un par de meses Agustín me mostró un vídeo de youtube con esta canción, comentándome que su intérprete, Glen Campbell, era miembro de The Wrecking Crew, un grupo de músicos de sesión que tocaron en la gran parte de los hits grosos de los 60s (grupo que incluía a Jack Nitszche y a la bajista Carol Kaye, entre varios otros).

Pero la Wrecking Crew no es el punto del post, sino esta canción, que es una preciosísima balada country con unos arreglos y una melodía tremendos. Sería totalmente convencional si no fuese por un par de cambios de acorde totalmente inesperados, por el muy lindo solo de bajo en el puente, y la utilización de sintetizadores para emular el sonido de las lineas telegráficas (que son en parte protagonistas de la canción ).

Ayer escuche la versión de Campbell, muchísimas veces. De noche, me puse a buscar entre los videos relacionados en youtube, alguna otra versión de esta canción aparentemente muy clásica. Y me atrevo a decir que encontre una versión que es igual de buena o hasta mejor que la original.

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El artista es Dennis Brown, un clásico cantante de reggae y soul que grabó una versión con tan solo quince años de edad. Los sintetizadores son reemplazados por un austerísimo arreglo de guitarra, y las cuerdas opulentas desaparecen y dan lugar a un amable órgano hammond. La voz de Dennis es sedosa e impecable, y la canta con una soltura increíble, como si la hubiera estado cantando durante más que toda su corta vida. A ver que les parece.

Dennis Brown – Wichita Lineman


Because I Never Really Missed Someone Before

The Wave Pictures – Kiss Me

Aaah, estas son las bandas que me gustan. Me da un poco de verguenza recien escucharla despues de que Diego la recomendó en su blog hace ya año y medio, pero bueno, uno es vago y tonto.

Los Wave Pictures son un trio inglés y lo suyo es un pop lo-fi con muchas deudas a Violent Femmes, Smiths, Modern Lovers, Hefner y cia. En los discos, en la mezcla predomina brutalmente la histriónica voz de David Tattersall, que berrea, desafina y en fin, vomita su corazón con letras ácidas y ocurrentes.

Me gusta mucho cuando en los power trios se animen a hacer solos de guitarra sin sobregrabaciones, o sea, con la guitarra haciendo el solo y el bajo haciendo de base armónica. En esta canción queda totalmente despojado y se nota el «aire» que falta, logrando una sensación muy rara e incómoda.

PD: Los Wave Pictures tocando «Instant Coffee Baby», recontra garpando en vivo:


One April Day

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Stephin Merritt – One April Day

Este tema viene de la banda sonora de Pieces of April (película que no vi y me dijieron que no estaba muy buena), que contiene canciones de Magnetic Fields, The 6ths, y esta canción, que es la única compuesta exclusivamente para la película.
La canción es de esos aciertos brutales de Merritt. Cortísima, con una pequeña progresión de acordes y base enteramente acústica, la letra sorprende por lo simple y directa que es, para los estándares de nuestro querido compositor petisito:

one april day, we’ll go miles away
and I’ll turn to you and I’ll say:
«I’ve always loved you, in my way
I’ll always love you, in my way.»

Que yo recuerdo no hay ninguna canción de Stephin donde diga tan directamente ‘i’ll always love you’ asi, en primera persona, y sin ninguna vuelta de cuerda compleja o cruel. Ante la duda, en cualquier canción de Merritt, uno puede asegurar que va a ser deprimente. Merritt canta con su voz baritona «Siempre te he amado» y «Siempre te amaré», frases bellas que quedan totalmente agridulces con ese «..de mi forma», que implica una posiblemente dolorosa diferencia de afectos entre los dos protagonistas de la canción.
Nada, Merritt, que sos un puto.