Canción Para Una Generación Futura. (Porque los B-52’s deberían gobernar el universo.)

– ¿Alguna vez te he dicho cuanto me gustan los B-52’s?.
(Así comenzó la conversación.)
– No, creo que no.
– Es algo en lo que no pienso muy a menudo. No son como esos iconos bizarros que todos tenemos que tener, pulir de vez en cuando, sacarlos al sol y adorarlos en público. Los Mark E. Smiths, los Daniel Johnstons. De alguna manera, los B-52’s están siempre… ahí, como una corriente subterránea, como un objeto a cuya presencia ya te acostumbraste. Hasta que uno los escucha. Claro. Siempre te llaman la atención sus peinados en forma de panal de abejas, sus pantalones acampanados de colores fluo, el ridículo bigotito de Fred Schneider.
– Perdón, estamos hablando de los de Love Shack?
(Enorme cara de enojo, como diciendo “Mierda!, ¿porque tengo que relacionarme con idiotas?)
– ¡Por dios, hombre!. ¡Love Shack!. ¡Pensaba que tenias un poco mas de cultura musical!. Esa canción es buena, no lo dudemos, pero no se acerca ni a atarle los cordones a lo REALMENTE bueno de los B-52’s. ¿Alguna vez escuchaste su primer disco?. Es el de tapa amarilla, no roja. Fred Schneider esta con un traje azul ridículo, mirando a la cámara con cara de estúpido y Cindy Wilson tiene una peluca casi blanca, cónica.
– No, no realmente.
– ¡Con razón!. ¡Ese disco es absolutamente imprescindible!. Te voy a hacer una copia. Tenés que escucharlo entero, no solamente “Rock Lobster”. Aunque esa es probablemente la única canción que no me cansare JAMAS de escuchar en una fiesta.
(Trago de cerveza, realmente esta excitado y enojado de que no se los reconozca como una gran banda)
– Si, bueno…creo que mi experiencia con ellos llega hasta ahí, básicamente. En alguna fiesta he bailado “Rock Lobster”…y el video de “Loveshack”.
– Tenés que escuchar ese disco. ¡Tenés que escuchar ese disco!. Es terrible. Tenés que sentir esas guitarras surf, que uno percibe que pueden degenerar en una masa informe de ruido en cualquier momento. Esa enorme decadencia comercial… El perfecto punto de contacto entre la comercialidad y el inconformismo post punk. A veces pienso que los B-52’s realmente inventaron la pose indie que luego seria la marca registrada de Pavement, ponele. ¿Porque sino esa fascinación con el pasado?. ¿Con la Norteamérica de los años 50?. No era mera nostalgia. Uno sentía que se reían sarcásticamente. Los B-52’s eran el futuro armado de los pedazos rechazados del pasado, de las migajas que nadie quería. ¿Seguro que no escuchaste “Dance This Mess Around”?.
– No…creo que no. Pero ese título es muy bueno.
– Si, pero deberías escucharla. Es una especie de mezcla entre una canción de las Ronettes y Le Tigre. ¿A vos te gusta Le Tigre, no?.
– ¡Si, claro!. Kathleen Hanna, te amo.
– Si si, claro, ¿vos sabes cuanto le robo esa mujer a Kate Pierson y Cindy Wilson?. Ellas inventaron el estilo “chica de bubblegum” + punk. Y no solamente Hanna: las Deal, las chicas de Sleater Kinney, todo el electroclash… Todos les robaron a esas dos mujeres increibles…Pero estoy divagando. Te hablaba de “Dance This Mess Around”. Es una especie de mezcla entre las Supremes y Le Tigre, como te decía. Pero lo genial es como parece la canción de una niña caprichosa. Si las canciones de los 50 siempre eran sobre la chica sumisa, acá hay una inversión: tu novia buena se rebeló, quiere bailar y chilla como un nene sin su mamadera “Why don’t you dance with me!!!???!”. Un momento glorioso de la música pop.
(Mientras dice esto, agita los brazos para arriba y para abajo y mueve la cabeza a un ritmo imaginario. Toma otro trago de cerveza.)

– Bueno, voy a tomarte la palabra sobre eso…
– En serio, man. Después te lo grabo. En fin…el segundo disco es maravilloso también. Es el de tapa roja. Están sentados en unos sillones, con la cara mas seria, como diciendo: “hijos de puta, que no entendieron que tenían que bailar y adorarnos, ¡ahora les vamos a dar mas!”. Porque por dentro es casi igual de brillante que el anterior. Tiene “Give Me Back My Man” y “”Private Idaho”…
– ¿Como la película de Gus Van Sant?
– ¡Claro! ¡Si robó de ahí el titulo!. Hay un pequeño agradecimiento a los B-52’s al final. Es genial que la haya sacado de ahí, porque una película con esa carga tan fuerte de homo erotismo confuso, de sensación de crecer, de tener que volverse un adulto, solo podría llamarse como esa canción, que es un especie de himno en contra del enclaustramiento, una suerte de exhortación a un interlocutor imaginario incitándolo a que abandone su vida monástica, su Idaho privado y salga a la luz.
A esos dos discos los tengo en vinilo. ¿Te acordás de la época en que vendía vinilos para pagarme las vacaciones?
(De pronto su mirada se pone borrosa, nostálgica)
– Si, claro, ¡esos vinilos nos dieron unas cuantas satisfacciones!
– Bueno, nunca me ví ni siquiera tentado a vender los de los B-52’s. Hasta puse mi “Ziggy Stardust” original, edición inglesa, en el mercado y a ellos no los podía tocar.
¡Mierda!. ¡Si hasta Whammy es fabuloso!. En el medio esta ese ep que sacaron con David Byrne, que, a pesar de los nombres involucrados, no es gran cosa, pero tiene un título perfecto: “Mesopotamia”…
– Si, es un lindo título…
– Claro que si! Y no lo digo solo porque soy un enfermo de la historia, sino porque traslada la imagen perfecta para la pequeña decadencia de los B-52’s: al mismo tiempo da la impresión de una civilización vagamente libertina y salvaje (porque tendemos a pensar que todas las civilizaciones antiguas son ligeramente libertinas y salvajes) y de un pantano cuidadosamente corroído por las aguas de varios ríos infectados de mosquitos, sapos y musgo. Quizás es un anuncio de los problemas que seguirían…
(Pausa por un segundo, toma otro trago de cerveza. Enciende un cigarrillo)
De cualquier modo, “Whammy”es una especie de versión McDonalds del sonido B-52’s. Creo que a ellos les hubiese gustado esa comparación, tan obsesionados estaban con el consumismo norteamericano. Un disco con una producción mucho más limpia, canciones más “sencillas” que se apoyan predominantemente en sintetizadores simples y un tanto blandos, pero que aun tiene fuerza, potencia y alegría. Tiene esa maravillosa canción “Song For A Future Generation”. Ahora estoy leyendo a Douglas Coupland y por momentos la letra de esa canción me recuerda a sus desapasionados análisis de la juventud de los 90.
– ¿De que manera?
(Parece casi fastidiado de que lo interrumpa en medio de su diatriba. Hace una larga pitada a su cigarrillo y sigue)

– Bueno, la letra habla sobre dos personajes que se creen mucho, que quieren ser el “rey de la galaxia” y la “emperatriz de la moda”, por lo menos en las primeras estrofas, lo cual condensa la desesperación norteamericana por el éxito que fue tan fuerte en los 80, pero esta presente en toda su historia. El destino manifiesto y todo eso. Esa parte sola ya garantiza que la canción es fabulosa, pero las siguientes estrofas, donde cada uno se presenta y da dos o tres datitos sobre su persona, como si estuviese en un programa de citas, es lo que me recuerda a Coupland. Porque es un poco la idea de que todos podemos ser resumidos en dos o tres rasgos particulares, “quirks”, pequeños detalles neuróticos que definen nuestra personalidad. Y, claro que si, en nuestra relación a la cultura pop que consumimos en nuestra juventud.
– Veo que realmente te apasionan los B-52’s. Yo solo pensaba que te gustaba pasar una o dos canciones de ellos en fiestas…
– Si, bueno, como te dije, es algo en lo que no pienso a menudo. Además la gente tiende a tener esta visión unilineal de los B-52’s como una banda de fiesta, vacua e insustancial. Pero son tanto, tanto más. De cualquier modo, ellos también hicieron bastante por alimentar esa imagen, después de todo. “Bouncing Off The Satellites”, por ejemplo. Es un disco triste, un disco de B-52’s “by the numbers”. La suavidad del sonido del disco anterior ya ha degenerado en los peores trucos de producción de los 80. En esas baterías preprogramadas (o que suenan como preprogramadas) y en una sensación de agotamiento bastante pronunciada. Kate y Cindy no cantan como antes, las guitarras de Ricky Wilson apenas están presentes. Es que claro, se murió en medio de la grabación de sida…
– ¿Se murió de sida?.
– Claro…una cosa que siempre fue encomiable de los B-52’s era que eran una banda realmente igualitaria y que aplicaba bastante las ideas de igualdad entre los sexos tan en boga en el post punk. Pensalo: eran 3 miembros gays y dos chicas. Y, sin embargo, nunca hicieron aspaviento de nada de ello. Por ello creo que abrazaban toda la iconografía norteamericana con ironía. ¿Que hay mas irónico que 3 gays y dos mujeres apropiándose de la estética de los 50, la época de las casas construidas todas iguales, los suburbios blancos y los matrimonios felices no comunistas?.
(Ríe de su propia broma, toma otro trago de cerveza y aplasta la colilla en el cenicero)
En fin…que “Bouncing Off The Satellites” es feo, pero es perdonable, se les acababa de morir su guitarrista, hermano de su cantante y corazón musical de la banda. Y a pesar de todo ello tiene una canción preciosa de cierre: “She Breaks For Rainbows”. Un tema synth pop sentimental, delicado, melancólico. Como esos hits que se hacían en los 80, que todos clamaban detestar pero en el fondo amaban. Como “Don’t You (Forget About Me)”. No puedo evitar leerlo como una gran carta de despedida a Ricky Wilson, con su letra sobre lluvia y arco iris y su melodía suavemente triste que al mismo tiempo es “elevadora”, te levanta, te da esperanzas.
Y lo más genial es que justo cuando todo parecía perdido, hicieron un Fénix.

– ¿Un que?
(Una vez mas el fastidio en su cara)
– ¡¡¡Un Fenix, hombre!!!. ¡Es la historia mas vieja del rock!. Banda que parece acabada saca un disco hermoso que los vuelve relevantes de nuevo. Renacen, en pocas palabras. No es algo que suceda seguido, cuando un grupo esta en un punto tan bajo, en general es mas probable que sigan hundiéndose y seguir escuchándolos es lo mas parecido a ver un accidente de tren en cámara lenta.
Pero a los B-52’s no les pasó eso. “Cosmic Thing” es, quizás, lo mejor que hicieron desde “Wild Planet”. Es un disco de revancha. Ya desde el primer tema te das cuenta que suenan mas afilados que nunca, irresistibles ganas de mover los pies te invaden. ¿Sabias que ese es el ultimo cd que me compré?. Y de eso hace dos años…
– Guau, realmente sos un fan…
(Se detiene un momento y piensa, como percibiendo claramente por primera vez una nueva idea)
– Si, parece que si…Lo bueno de charlar estas cosas es que te das cuenta de lo mucho que apreciabas algo… ¡Y en este disco esta “Loveshack”!. Que fue un gran éxito, como todo el mundo puede atestiguar. Y en este caso estaba completamente merecido. Si bien interminables repeticiones en canales de videos y en fiestas de todo tipo me llegaron a cansar (¡pero hay que admitir que era de lo mejor que pasaban en algunas de esas fiestas!) sigue siendo un tema inoxidable. La banda de sonido perfecta para la película comercial que John Waters jamás volverá a filmar. Todo tan campy y brillante…
El otro hit también es genial, “Roam”, a esa seguro que la escuchaste. Es una canción completamente hedonista. Te encomia a abandonar tus responsabilidades y a “dar vueltas alrededor del mundo”. ¿Hace cuanto tiempo que no existe una banda que hace de la diversión su modo de vida?, ¿cuyo único objetivo en la vida es que te sientas bien?.
(Suspira melancólicamente)
Pero, por debajo de eso tiene “Deadbeat Club”. Una verdadera postal de despedida. Los B-52’s no manejaban la tristeza. El sentimiento estaba tan alejado de su paleta de emociones como el odio de la de Jonathan Richman. En esos tres minutos de “Deadbeat Club” se quiebra esa pared y tocan por primera vez la tristeza con mayúscula. Ese momento de vulnerabilidad, de hastió, indicaban que ya no se estaban riendo y que esta vez iba en serio…La única manera de terminar la fiesta mas divertida en años.
– ¡Hey! ¿Y la banda sonora de los Picapiedras?.
(Pone cara de disgusto, frunce las cejas, mira con odio y arruga la nariz).
– Seguro que eso lo grabaron dobles nazis criados en probetas.

(Versión sin editar de la nota aparecida aquí en junio de este año)


Jon Savage, el hombre que nos dio «England’s Dreaming», escribe «Teenage: The Creation Of Youth Culture», un libro que trata sobre la invención de la categoría de adolescente desde finales del siglo XIX hasta mitades del XX, mas precisamente, hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Hermoso proyecto que me hace cosquillas en todas mis obsesiones: historia, cultura popular, siglo XX y periodismo.
Camille Paglia lo reseña aquí y Michelangelo Matos hace lo propio en The Onion. Quien me lo regala para mi cumpleaños?


«Señor, de todo de lo que hablan los chicos es del internet»


DC descubre los webcomics. El nuevo imprint de DC Comics se llama Zuda y es una suerte de comunidad virtual donde cada mes se propondrán 10 trabajos para que los miembros los voten y el más votado se convertirá en una serie «regular» dentro del sitio.
Buenas noticias o malas noticias?. Es sintomático de la respuesta que esta teniendo la iniciativa (y esta remarcado en esta entrevista con Paul Levitz, el presidente de la rama editorial de DC) lo lento y tarde que llega DC al mundo de los webcomics y lo extraño que es observar un proyecto que (por lo poco que se sabe) funciona en parte como un imprint tradicional y en parte como una comunidad alla web 2.0, mezclado con un componente de concurso de popularidad. Los impulsos geriátricos y fosilizados de DC luchan contra la innovación que implica de entrada un modelo como el de los webcomics.
Aquí hay una larga recopilación de opiniones sobre el proyecto, y como es de esperar las palabras en labios de todos son «propiedad intelectual» y «derechos de los autores». Además de «contrato», claro.
Warren Ellis lo resume bastante bien:

Si alguien puede ir a la oficina de Zuda y colgar dos carteles, uno diciendo «NO SEAN MALVADOS» y otro diciendo «NO SEAN ESTÚPIDOS», entonces podría ser, como poco, un gran motor de prensa y para activar la audiencia online. Tienen que entender que incluso las entradas rechazadas estarán activas si la comunidad y los comics son lo suficientemente vibrantes

Después sigue hablando sobre las Suicide Girls, pero ya no importa. O, como lo pone Scott McCloud (y a Scott McCloud hay que prestarle atención cuando se trata de estas cosas):

Lo que le puede venir a la mente a ciertas personas, incluyéndome, es «venus atrapamoscas». En este momento todo es especulación, no sabiendo cual es el trato exacto. Todo depende del trato que le ofrezcan a los creadores. Tengo mis dudas sobre cuanto control y/o «propiedad» sobre cada comic DC esperara a cambio de «publicarlos».

.Update: como es de esperar, en la sección de la blogosfera destinada a los comics, todos tienen su opinión sobre Zuda Comics.
En general lo que se observa es una tendencia a pensar que esta iniciativa es una especie de truco por parte de DC para conseguir el laburo (y las creaciones) de un montón de jóvenes esperanzados en pegar el salto. No hay dudas de que esas sospechas están bien fundadas y que hay que mantener la guardia alta hasta que ciertas cosas se diluciden (contratos, contratos!) pero yo tiendo a verlo como un punto intermedio: no creo que sea tan limpio y agradable como poner tu propia pagina y subir tus comics, pero al mismo tiempo tampoco creo que los de DC estén entrando en esto con la idea de afanar alevosamente. En fin, el tiempo dirá.
Particularmente interesante es el punto de vista de Resplendent Beard, por el hecho de que trata uno de los problemas mas importantes del imprint: si las series van a aprobarse por votación a raíz de una por mes, con que va a lanzar?. Y una sola serie va a sostener el sitio durante todo un mes hasta que elijan la segunda?. Además: porque no utilizar los miles de proyectos basados en personajes ya de DC que andan dando vueltas, como esta maravillosa propuesta para una Wonder Woman manga?.
También vale la pena leer esta entrada de Tom Spurgeon, aunque sea para recordar que NUNCA se puede ser demasiado cauteloso cuando tratando con grandes corporaciones.


Gut Ja!

Una de las cosas más hermosas (y peligrosas) que tiene esta época de abundancia de información musical es la tendencia, por el mismo input enorme, a concentrarse en porciones reducidas. Esto es: a preocupase mas por la canción o el single que el disco. Si bien también desvaloriza en parte nuestra relación con la música, al convertirnos en seres con déficit de atención que no dejan que su experiencia de la música crezca al mismo tiempo que ellos, desechando todo aquello que no les impacta al primer momento, es innegable que la gimnasia de escuchar una canción, como enfermos, una y otra vez, es maravillosa. Y, además, la flexibilización de la escucha permite que lleguen a nuestras manos tesoros ocultos, canciones de artistas que no fueron incluidas en discos o que han sido deliberadamente desconocidas por sus padres, cayéndose entre las grietas de la discográfica oficial.
“German Bold Italic” de Kylie Minogue y Towa Tei pertenece a ese grupo. En 1998 Towa Tei todavía era (como lo sigue siendo hoy y probablemente lo será siempre) el hombre que estaba detrás de las programaciones de Deee-lite y su hit “Groove Is In The Heart”. Para Kylie todavía faltaban 3 años para “Fever” y “Can’t Get You Out Of My Head”. Y de pronto se les ocurre sacar un single dedicado a una font, la German Bold Italic, una canción bailable completamente extraña, con Kylie cantando de una manera que parece una cruza entre una picara colegiala japonesa y una frígida aristócrata alemana.
A primera vista parecería que esta canción es una especie de “novelty song”, una broma diseñada para durar poco tiempo. Pero a medida que se suceden las escuchas, uno percibe que todo en ella rezuma de una modernidad tan a prueba de balas, tan alemana, que uno no puede evitar pensar que detrás de la supuesta vacuidad se esconde algo vanguardista. Y la canción, a pesar de tener algunas marcas que traicionan su año de origen, suena increíblemente contemporánea, como algo que los indies hipster podrían bailar hoy mismo. Hasta la propia typeface, con su diseño impactante, de líneas gruesas y rectas, recuerda a algo similar a la bauhaus, a ese modernismo aséptico e inhumano, pero preocupado porque todo se vea bien.
Lo cual nos lleva al segundo punto de genialidad de este tema: no hay un gesto mas conscientemente modernista, preocupado por la imagen y lo visual (usualmente asociado a lo superficial), que dedicarle una canción a una font!. No solo es lo más alejado posible de cualquier narrativa que involucre a un sentimiento humano (o la consideración de relaciones entre personas) sino que es un gesto completamente frívolo (y consciente de ello): están componiendo una canción a un elemento de la más absoluta superficialidad, a algo que recubre y da estilo, ordena y diseña, que ni siquiera tiene una existencia real. ¡Pero que bien que se ve y con cuanto estilo decora nuestros libros! Mediante la aceptación de su propia frivolidad y la decisión de llevarla hasta sus ultimas consecuencias, Tei y Minogue consiguen una fabulosa alquimia en la que logran humanizar al objeto de su música y convertirlo en un icono de una moda vanguardista que solo existe en su cabeza. Y, también, convertirse en síntoma y develar algo de nuestra civilización obsesionada con el diseño y la moda.
La letra conjuga perfectamente con este propósito, al remarcar los usos estéticos de la typeface y al unirse con la manera en que canta Kylie, cuya banalidad al pronunciar las palabras es digna de una supermodelo:

Hello
My name is German Bold Italic
I am a type face
Which you have never heard before
Which you have never seen before
I can compliment you well
Especially in red
Extremely in green
Maybe in blue blue blue

You will like my sense of style
You will like my sense of style

I fit like a glove – ooh!

Gut ja!
Gut ja!

Sin embargo, pareciera que 1998 no estaba preparado para una propuesta tan inusual, ya que la canción fue un fracaso, pasó desapercibida, y con el paso de los años la rubia estrella pop la ha excluido de compilaciones de singles y de su recuerdo. Pero hay que escucharla, para confirmar la idea de que Kylie es una artista mucho más interesante de lo que generalmente se considera.

Towa Tei & Kylie Minogue – German Bold Italic

(Bola extra: el video, dirigido por el novio de la muchachita australiana en ese momento: Stephane Sednaoui y en la que la vemos dando vueltas por Nueva York vestida de geisha).


Modernistas!: Douglas Wolk

Durante mucho tiempo desespere con respecto al estado de la crítica de comics. Parecía que no existía otra manera de escribir que no fuese la regurgitación de datos en cantidades enormes, la infatuación del fanboy con su personaje favorito, la asepsia de los estudios culturales sin alma o la lectura prejuiciosa en clave política e ideológica.
Con el paso del tiempo, comencé a encontrar un puñado de gente, principalmente en internet, que parecía estar abriendo un camino nuevo a la manera de pensar y escribir sobre el noveno arte. De este grupo, el que emerge como la voz más representativa es Douglas Wolk. Periodista cultural que escribió sobre música y comics en medios como Salon, Slate, The New York Times y Spin, autor de un libro sobre el legendario “Live At The Apollo” de James Brown y dueño del blog Lacunae, esta a punto de publicar el libro “Reading Comics”, que aparenta ser una punta de lanza para una aproximación distinta, mas interesante e inteligente, a la escritura sobre comics.
Para ir abriendo el apetito, Salon tiene un extracto del libro que ya ha generado una discusión hilarante en su sección de comentarios (con un primer comentario que es tan inepto e ignorante que es antológico). A pesar de estar mal encaminada, esta discusión demuestra que como toda buena pieza de crítica, el libro de Wolk parece más encaminado a abrir y generar un intercambio de ideas que a imponer una visión determinada del objeto de estudio.
Y como El Baile Moderno es un blog caracterizado por estar en el lugar preciso en el momento correcto, hemos conseguido que el bueno de Douglas nos conceda una entrevista, con la cual inauguramos una práctica inusual pero que esperamos que se vuelva semi regular.
Por eso, sin mas vueltas, Douglas Wolk.

¿Como vez el estado actual de la crítica de comics? ¿Crees que exista algo que pueda llamarse así?

DW: Creo que la crítica de comics se esta…desarrollando. Hay mas de ella, y esta un poco más acabada de lo que estaba cinco o diez o veinte años atrás, pero todavía estamos descifrando nuestra voz y nuestro lenguaje. El hecho de que no haya una palabra (en inglés, al menos) que signifique “parecido-al-comic” (de la manera en que “cinematográfico” funciona para el cine y “literario” funciona para la prosa) es una señal de que todavía tenemos un largo camino por recorrer.

¿Cual es tu aproximación básica cuando escribís sobre comics? ¿Pensás en ellos como una forma de arte poco apreciada que requiere la validación de un discurso construido alrededor de ella?

DW: No creo que los comics necesiten ninguna validación- y creo que intentar validarlos es la manera más rápida de invalidarlos. Yo solo asumo que el discurso alrededor de ellos es una buena idea, así como lo es para cualquier tipo de arte interesante. Mi aproximación básica varia de acuerdo a para que tipo de publicación estoy escribiendo y a que tipo de familiaridad puedo asumir que mi audiencia tiene con el material del que estoy hablando, pero una cosa que hago que creo que mucha gente que escribe sobre comics en publicaciones mainstream no hace es prestarle mucha atención a su arte: como se ve, como funciona.

¿Que pensás de la dicotomía que ha plagado tanto la publicación como la manera de escribir sobre comics en los Estados Unidos, entre los comics independientes, “arty” y autoriales, y los comics de superhéroes mainstream e industriales? ¿No crees que las líneas entre ambos se han borroneado en los últimos 20 años? Y, ¿es una buena herramienta al momento de escribir sobre ellos?

DW: Esa dicotomía me fastidia mucho, pero creo que tiene sus usos. Los comics mainstream / de superhéroes y los comics artísticos marcados por el autor si operan con grupos diferentes (pero que se superponen) de reglas, y ambos tienen algo que aprender del otro. Los comics de superhéroes favoritos de casi todo lector están marcados por sus autores: “Daredevil” no es un gran comic, por definición, por ejemplo, pero el “Daredevil” de Frank Miller y Klaus Janson y el de Brian Michael Bendis y Alex Maleev son los dos maravillosos. El comic que la gente recuerda con cariño de principios de los 80 no es “New Teen Titans” sino el “New Teen Titans” de Marv Wolfman y George Perez. Al mismo tiempo, algunos de los mejores dibujantes artie no tienen nada como la auto disciplina e impulso creativo de los mejores creadores mainstream. Podrías contar los dibujantes indie que pueden realizar 23 paginas de trabajo completamente terminado cada mes con los dedos de una mano, y no se si hay tantos.
Por otro lado, no creo que las líneas entre el mainstream y los comics artie se haya borroneado tanto, a pesar de algunos cruces en la última década – la mayor diferencia es quien es el dueño del trabajo, y esa diferencia no va a desaparecer.

También sos un crítico musical. ¿Ves alguna similitud o superposición entre el escribir sobre comics y el escribir sobre música?

DW: Me gustaría que fuese así!. Hay algún territorio común, en el sentido amplio de “explicarle arte a una audiencia”, pero el escribir sobre música y el escribir sobre comics se siente muy distinto para mí, de algún modo.

¿Cual es el tema principal o la tesis de “Reading Comics”?. ¿Esta concebido como un libro que la gente pueda tomar como un punto de entrada para los comics en general y la crítica de comics en particular?

DW: No es tanto un punto de entrada, pero si es un buen libro para alguien que haya leído algunos comics y se sienta curioso acerca de donde ir ahora – y también espero que sea útil para alguien que haya leído algunos miles de comics y se sienta curioso con respecto a una nueva perspectiva sobre el medio y algunos proyectos específicos. Si hay alguna tesis en particular en “Reading Comics” es que la cosa más importante sobre los comics es que son objetos dibujados -que son cosas reales o imaginarias filtradas a través de los ojos y las manos de artistas particulares – y que su naturaleza interpretativa, real-pero-no-real los vuelve muy adecuados como metáforas extendidas.

Al mismo tiempo, acabas de terminar tu blog “52 Pickup” que era básicamente, “52” anotado. ¿Como te decidiste a emprender un proyecto tan loco?

DW: Fui a “WonderCon” 2006 y ví a los cuatro guionistas hablando sobre “52” y todos parecían tan genuinamente excitados, que lograron entusiasmarme. Cuando comenzó, pensé que seria un buen ejercicio el intentar escribir algo sobre el comic cada semana, sin importar si me hubiese gustado o no, solo proveer un comentario constante. Resultó que era una cosa realmente agradable de hacer; ansiaba leer el número de esta semana, pero creo que ansiaba escribir el blog cada semana más aun.

¿El hecho de que escribieses sobre un comic que estaba considerado un gran “evento”, y además salía todas las semanas, afectó tu estilo de escritura?

DW: Creo que lo que afectó mas mi estilo es que no podía comenzar a escribir el post cada semana hasta que compraba el comic el miércoles a la tarde (nota: los miércoles son los días en los que salen los comics nuevos cada semana en los Estados Unidos), y me obligaba a terminar de leerlo antes de ir a la cama esa noche, entonces era un texto escupido luego de una primera mirada cada semana.

¿Cual crees que es la razón detrás de la política editorial centrada en eventos y preocupada por la continuidad de Marvel y DC de los últimos años?

DW: Muy sencillo: vende comics. No se si vende tomos recopilatorios o no –y ahí es donde parece estar el dinero a largo plazo- pero funciona a corto plazo. Y, realmente, consigue comics muy emocionantes cuando esta bien hecha: mucha de la diversión de leer comics mainstream es entender como encajan en las complicadas historias de sus mundos ficcionales. No me gustó mucho “Civil War”, pero me encanta lo que Bendis y todos están haciendo con “New Avengers” y “Mighty Avengers” en este momento: se sienten como ángulos diferentes pero perfectamente complementarios de la misma historia.

¿Que críticos lees con regularidad y porque?

DW: ¿Relacionados a los comics?. Creo que “Jog – The Blog” aloja a buena parte de la mejor escritura sobre comics actual – me encanta su amplitud de intereses y su profundidad de análisis. “The Savage Critics” realiza un muy buen trabajo manteniendo un ojo en los comics mainstream y escudriñándolos duramente. Siempre leo “The X-Axis”, solo porque Paul O’Brien es muy bueno cuando un comic realmente malo le da la oportunidad de mostrar sus garras. Y leo “Chris’ Invincible Super-Blog” porque es hilarante.

¿Y que cosas estas disfrutando hoy en comics?

DW: En cuanto a superhéroes, los dos comics de los Avengers, como dije arriba, además de “All-Star Superman”, que es pura alegría, y “The Brave And The Bold” que es todo lo que amo de cómo escribe Mark Waid. “The Irredeemable Ant-Man”, que nadie parece estar leyendo. Otras cosas: “Love And Rockets” es excelente como siempre, y más extraño de lo que nunca fue. “Criminal”. “Age Of Bronze”. “Finder”, que ahora se publica online y luego en tomos, solamente. Me entusiasma mucho “Dal Tokyo” de Gary Panter, el número gigante de “Kramer’s Ergot” que sale el año que viene, y por el proyecto secreto, todavía sin nombre, de Dave Sim. Y acabo de leer y amar la antología de Fletcher Hanks “I Shall Destroy All The Civilized Planets!”.

+(más)
. Otra entrevista con Douglas Wolk, en Graphic Language.
. Ninth Art, gran sitio de crítica de comics, ya difunto.
. The Comics Journal, el abuelo de la crítica de comics inteligente.
. I Love Comics, la mejor message board sobre comics ever, de a ratos se asemeja a una inteligencia colectiva en busqueda del bien en los comics.