El Sonido Original de Alfa Centauri.

i monster by chris saunders(Fotografía de Chris Saunders)

En algún momento de Retromania (un libro enojoso, fragmentario y escrito desde la perspectiva, por momentos, de un viejo choto, pero como todas las cosas de Reynolds, lleno de ideas que te intrigan y valen la pena) Simon Reynolds dice que toda escena es una construcción retrospectiva, que todo género musical es una forma de ficción y de reorganización de la historia. Los géneros que menciona como paradigmáticos son el northern soul y el garage rock, términos inventados en los setenta que no fueron utilizados en su momento, pero que sin embargo terminaron definiendo retrospectivamente un estilo de música de los sesenta.

En cierta manera toda agrupación, toda clasificación es una forma de ficción, incluso cuando se realiza en el mismo momento en que la música se está produciendo. Solo basta preguntarle a Simon Reynolds sobre las consecuencias inesperadas y el escarnio que le trajeron inventar el término “post-rock” y cuantos músicos que terminaron en esa etiqueta se sentían realmente representados por la misma y no por, no sé, “armchair-jazz” o “soft improv”. Como dice Hagbard Celine en The Illuminatus Trilogy: “Cada ideología es un asesinato mental, una reducción de procesos dinámicos vivientes a clasificaciones estáticas, y cada clasificación es una Condenación, del mismo modo que cada inclusión es una exclusión”.

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Jazz n’ Oval

Hace unos cuantos meses fui a ver el show de Oval, como parte del Soco Festival (un ciclo donde traen músicos electrónicos de vanguardia a este humilde y pequeño país). Oval era un proyecto en los 90s que fue pionero en utilizar los errores digitales para crear música, utilizando cds rotos y rayados y sus ritmos semi-aleatorios para crear climas y texturas interesantes. La verdad que no sabía nada de qué había sido de este projecto (mientras escribo esto descubro que originalmente era un grupo de artistas y que luego uno de ellos – Markus Popp – se hizo medio cargo de todo). Aparentemente luego de muchos años de silencio, en el 2010 volvió a sacar discos, con un formato un poco más “pop” (para el estilo), melódico y estructurado. Ta, la cuestión es que fuí a ver que tal y esto es lo que ocurrió.

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Cold Cave.

Hace bastante tiempo que tengo ganas de escuchar Cold Cave. Podríamos decir que es una banda synth-pop que agarra como influencia mucho del Industrial de los 80s. Mucho New Order, Throbbing Gristle, Whitehouse. Su cantante, líder y inicialmente único miembro, Wesley Eisold, tiene un pasado como cantante en varias bandas hardcore. Entre los varios miembros que rotan en su (bastante errática) formación, esta el muchacho detrás de Prurient, y Carallee McElroy, colaboradora de Xiu Xiu. Y se ven así en sus fotos de prensa:

Músicalmente, no era una banda que consideraba que me iba a gustar: Pese a que el synth pop de Soft Cell, New Order y Erasure esta entre la música que más disfruto, no puedo decir precisamente lo mismo de lo que era la música industrial (y con música industrial hablo de la inicial, que comenzó a finales de los 70s y se extendió por los 80s). Nunca me gustó ni me interesó, y nunca pude terminar de escuchar el 20 jazz funk greats. Esta todo bien, los puedo admirar y apreciar, pero estéticamente no me copa lo que hacen. Pero estos muchachos hacen algo muy en ese estilo, y me encanta.
«Love Comes Close» de Cold Cave tiene 9 temas, y apenas pasa los 30 minutos de duración. Máquinas de ritmos cutres, guitarras por línea, teclados análogos gordísimos y bastante, bastante ruido. La voz de Wesley es bien típica de los estilos que los influencian, barítona, severa y marcial, pero con un nivel adecuado de suavidad. Como contrapunto esta la voz de Carallee, que se saca un poco el papel de tímida y torpe que llevaba en sus aportes en Xiu Xiu, y se roba todo el escenario en la muy genial «Life Magazine». En otros temas Carallee y Wesley cantan a duo, contrastando sus voces.
Pero lo mejor de todo es cierta esencia global, algo que hace que Cold Cave como proyecto se separe de un montón de otras cosas. Todo el imaginario de la banda y sus conceptos se pueden reducir a un estribillo, el del tema que da nombre a su disco, «Love Comes Close»:

Love comes close
But chooses to spare me
Death comes close
But ceases to take me
I want to twist, the knife a bit deeper
To siphon the love from the hearts I believed in
Look outside, world is exploding,
Stay inside, still never knowing.
Taking cover, with each other,
Sleeping off the century of hope.

Todo Cold Cave está resumido en esas líneas, desde las imágenes hasta la forma particular de ver el mundo, romántica, fascinada y desencantada al mismo tiempo. Wesley canta eso, con una mezcla de gravedad y dulzura , sobre un Do y un Fa que se repiten tercamente. Los arreglos son mínimos, no hay bajo, solo un par de líneas de sintetizador muy rústicas que decoran y pasean alrededor de la voz.
«The Trees Grew Emotions And Died» es una canción rarísima basado en una línea vocal fracturada, cantada a dúo, que sigue una caprichosa frase de teclado. De fondo hay un montón de ruiditos que rozan lo insoportable. Por el final, hay un «solo» que nunca sabremos si es de guitarra o de teclado. Pero lo más interesante es que, a pesar de todas estas particularidades, su melodía es capaz de quedarse pegado como un chicle durante toda una tarde. Es que cuando quieren, Cold Cave hacen pop, y lo hacen muy bien.
Detrás de Cold Cave hay un concepto estético muy, muy definido por detrás, y esta ejecutado de forma perfecta en relación a él. Es extraño: Es todo ochentas , muy ochentas, pero jamás cae en ser algo «nostalgioso» o «retro». Y no lo es porque se toman muy en serio las ideas que hay por detrás, jamás hay un distanciamiento ideológico. Wesley vive y respira ese mundo de máquinas, cables y circuitos, amor, muerte, frío, tecnología, apocalípsis, no future. Porque él esta seguro de que la música que hace es la más adecuada para el mundo en el cual vivimos ahora, AHORA, en el 2010, no antes. Y tiene razón.


Para Pianistas Principiantes

Plone es una banda electrónica inglesa, de finales de los 90s, que edito un solo disco, para el sello Warp. Con estos datos uno podría imaginarse ya un tipo de música, muy en la onda de Aphex Twin o Autechre, ritmos complejos y fracturados, sonidos super sintéticos y todo ese olorcito a avant-garde electrónico de esa época. Pero lo que hacían los muchachos de Plone era bastante diferente.
No hay mucho experimental en lo que hace Plone, más bien esta su forma particular de manejar timbres y melodías y como componen. Plone hacen canciones instrumentales, en su mayoría bastante alegres y juguetonas, con un montón de teclados antiguos, sonidos super analógicos, pianos percusivos y theremines tenebrosos que no asustarían a nadie. Algunos temas parecen chiptunes, temas de algun videojuego que nunca existió. Más bien son un grupo de nerds con teclados haciendo música y divirtiendose, sin importarles un carajo y sin preocuparse de encajar en ningún lado, utilizando un montón de sonidos que uno jamás podría ver funcionar en otro contexto, pero aquí quedan perfectos.
El disco es sumamente variado y tiene canciones synthpop con vocoder (‘Plock’), temas totalmente infantiles (‘Marbles’, ‘Bibi Plone’), temas oscuros y tenebrosos que recuerdan tanto al Castlevania como a Massive Attack (‘Press a Key’, ‘Top And Low Rent’) y un final bellísimo (‘Summer Plays Out’) cerrando un disco que dura menos de 40 minutos. ¿Que paso con ellos luego? Aparentemente ninguneados por Warp, un segundo disco sin terminar que nunca fue editado (aunque se puede descargar) y cada uno de los miembros en algún otro proyecto por separado. En fin.

Plone – For Beginner Piano


Yo tengo la Luna, vos tenes la Internet.

En la música electrónica hay ciertos parámetros estéticos que siempre se cumplen, tanto en la música que esta hecha para el baile como para la que funciona simplemente como un wallpaper sonoro o para escuchar en cualquier situación. La electrónica esta asociada constantemente con la tecnología, con la modernidad y el avance tecnológico. También, con la técnica. La electrónica es eficiente, y todo esta en su lugar por una razón precisa y fríamente calculada. Si esta fuera de lugar, es porque esta fuera de lugar de una forma también calculada y pensada. Existe el error causado por un algoritmo que crea un pulso arrítmico, no el error causado por hacer cualquier cagada tocando una guitarra. Cada sonido, timbre, ritmo, esta armado para que sea lo más bello o groovy o perfecto posible. Es parte de la esencia de la imagen del techno, la música futurista, o al menos de ese futuro en el cual la gente creía antes.

Por todo eso, me parece genial que The Field haga la música que hace. Porque por un lado es música electrónica tradicional, tirando un poco al ambient, bastante poco apropiada para la pista pero que te hace mover la cabeza amablemente. Pero el «Yesterday and Today» es un disco desprolijo, no tanto compositivamente sino en el plano sónico. Uno escucha las baterías y son correctas, adecuadas. El bombo funciona, pero no es el BOOM perfecto al que uno podría estar acostumbrado. Esta bien. La mezcla de la bateria esta ahi, me recuerda un poco a los inicios del techno experimental, onda el selected ambient works 85-92 de Aphex Twin o los primeros intentos de Orbital o Future Sound of London. El disco incluso ni siquiera suena demasiado fuerte ni parece estar ultra-masterizado, y las progresiones y pulsos de los temas están llevados de una forma instintiva, más que por alguien que busca una idea concreta.
Los temas son composiciones muy sueltas, desprolijas, increíblemente colgadas y serenas. Y hay un montón de detalles inesperados y agradables, como la encantadora y despreocupada linea de bajo en «Leave It» y la bateria procesada al final del tema que nombra al disco. Y en el segundo tema, un cover del hit ochentero «Everybody’s Got to Learn Sometime» (el mismo que hacía beck, totalmente irreconocible), el corte instrumental se estira como un chicle, donde cada acorde sostenido dura muchísimo más de lo que debería de durar. El efecto es rarísimo, incómodo e hipnótico, y resume el gusto por la experimentación y el buen gusto en las ideas de este disco.
Me sorprendió cuando leí que Alex Willner (artista detras del nombre The Field) utiliza para componer el programa Jeskola Buzz, que es un programa freeware muy feo pero poderoso que ya esta hace unos cuantos años. Explica bastante quizás su sonido y su forma de componer. Siempre me gustó como se puede asociar a veces la herramienta para componer y la obra. Pero lo importante, ajeno a esto, es que debería de haber más músicos con las ideas de The Field.

The Field – Yesterday and Today