Sin haber revisado realmente el programa del Festival de Mar del Plata (no es muy interesante revisar el programa de un festival al que no vas a ir) y sin importarme que más haya, estoy convencido de que la mejor razón para ir tiene que ser Princess de Anders Morgenthaler.

La historia es la de un ex-cura que sale junto con su sobrina a vengar la muerte de su hermana actriz porno. La película es aparentemente una dura crítica a la industria pornográfica. “Para disfrutar de una película pornográfica uno debe ser idiota, o al menos abstraer el hecho de que esa gente en la pantalla son personas reales” dice Morgenthaler. A Amadeo le parece medio pelotudo por criticar a la pornografía, a Quese y a mi no. Ya volveremos a hablar del tema.

Junto con esta película también se va a ver su corto Araki – The Killing of a Japanese Photographer, que comparte temática con Princess pero está dedicado al fotógrafo japonés Nobuyoshi Araki. Esperemos que algo de esto llegue al BAFICI que en los últimos años viene bien en materia de animación (aunque todavía espero retrospectiva de los hermanos Quay).

Ah, y si el apellido de este muchacho les suena conocido debe ser porque lo conocen como la mitad de esto.


Hace ya más de un año que Sigmur me habia mandado este post en colaboración para una serie acerca de temas de Guided by Voices para El Bizcocho. Esa serie de posts quien sabe porque razón (lease: paja) nunca salió a la luz, pero ayer me acorde de este post que tenia en Drafts y bueno, aqui va, lean y escuchen uno de los mejores temas de los 90s:

Guided by Voices – Game of Pricks

A los GBV los conocimos a mediados de los 90, o sea, en el momento más alto de la banda. Digo ‘conocimos’ porque el que consiguió los discos, algo imprescindible en aquella época sin mp3 ni peer to peer, fue el amigo que algunos llaman Benito. Quedamos tan marcados por esos discos que incluso decidimos hacer un grupo como GBV: él estaba sin banda y yo tenía algún tiempo libre. Cuando al poco tiempo LHM se volvió a reunir, aquellas canciones (y yo también, brevemente) fueron absorbidas por el repertorio de la banda, que, como se sabe, enfiló luego para otros lugares.

Una de las cosas que nos maravillaba de Pollard y compañía era la capacidad para crear melodías diferentes sobre una progresión de acordes inalterable. Estoy hablando de canciones como Exit Flaggers o The Deeds of Fertile Jim, que tienen intro, puente y estribillo sobre la misma sucesión armónica, cambiando solamente algún énfasis o duración de notas. Tal despliegue creativo sobre mínimos recursos parecía la demostración de que Robert Pollard era un creador ilimitado, una cabeza con más canciones que las que las manos y el tiempo podían tocar.

El temita que ahora elijo para postear acá -Game of Pricks- no pertenece exactamente a ese grupo de composiciones, y ni siquiera está en los discos altos de GBV (Propeller-Vampire on Titus y Bee Thousand), sino en la cantera de hits desconocidos que salió inmediatamente después, que titularon como Alien Lanes. Simplemente quiero hablar de él porque me gusta mucho su letra. Benito, para pelear, decía a veces que Pollardo ejercita la ambigüedad demagógica de manera similar al letrista de los Redondos. Es una acusación fea y hay que ir verso por verso para anularla. No voy a hacerlo acá, solo voy a decir una cosita nomás.

La primera frase, ‘esperé tanto tiempo para tenerte, escondido detrás de mí’, en realidad, no dice exactamente eso. Si fuera ‘escondido’ tendría que decir ‘hided’. Habrá sido por un tema de métrica, pero el asunto es que dice otra cosa. Para mí, ni siquiera ordena; más bien invita. Porque, si vamos al estribillo, donde está LA frase matadora, vemos que tampoco hay un consejo, hay nomás una sugerencia:

‘Nunca vas a poder ser fuerte, sólo podrás ser libre’

Esa frasecita, así, sola, ha sido para mí una revelación, una guía. La veo como una ecuación, como un equivalente del axioma de Gödel (todo postulado es o bien incompleto o bien inconsistente). De un lado, el hacer, el trabajar, la ilusión respecto a la solidez de los compromisos. Del otro, la independencia. El pasaje de un lado a otro son la insitencia y la renuncia. Pollard privilegia la renuncia. La insistencia no es exclusiva de los seres humanos, sino que es común a todos los seres vivos. Es la esencia misma del sinsentido que es la vida: seguir, intentar perpetuarse. En cambio, la renuncia, que es de lo que habla Pollard, es la característica más notable de los hombres. No es la última opción, es la primera, es la que hay que tener siempre presente para no perder jamás las perspectiva, para no alejarnos de nuestra esencia íntima. Somos hombres, somos orgullosos y pase lo que pase, siempre podemos volver a serlo. Superando a cualquier maestro oriental,Pollardo nos ayuda a recordarlo con un estribillo cortito, simple y pegadizo.

I’ve waited too long to have you
Hide in the back of me
I’ve cheated so long I wonder
How you keep track of me

You could never be strong
You can only be free
And I never asked for the truth
But you owe that to me

I’ve entered the game of pricks
With knives in the back of me
Can’t call you or on you no more
When they’re attacking me

I’ll climb up on the house
Weep to water the trees
And when you come calling me down
I’ll put on my disease

You could never be strong
You can only be free
And I never asked for the truth
But you owe that to me
And I never asked for the truth
But you owe that to me
And I never asked for the truth
But you owe that to me


Si esta no es la mejor presentación en vivo en toda la historia de la televisión, entonces no sé que es. Y la canción, bueno… ustedes ya saben que canción es.


Comic Books Are Turning Our Children Into Lousy Capitalists!

Digámoslo mal y pronto: en el último mes, los dos acontecimientos que han sacudido al comic norteamericano han sido políticos en naturaleza. Estamos hablando, claramente, de La Muerte Del Capitán América (porque así le gusta a Marvel que lo digamos, con énfasis y mayúsculas, después de todo es un COMIC SERIO!) y del estreno de “300”.
Ahora bien, obviamente son fenómenos de naturaleza distinta. La muerte del Capi es un evento / historia difícil de encarar: por un lado la manera en que Ed Brubaker, el guionista del Capitán, logro encajar este golpe bajo en la historia que venia contando es admirable y demuestra que al menos el tipo que esta al frente de todo esto es un escritor con talento y que tiene cierto plan en la cabeza. Por otro lado, todo el revuelo mediático y la atención que ha depositado Marvel en ella la vuelve un evento que produce cierto escozor y rechazo. ¿Por qué? En primer lugar, porque es muy difícil que no veamos al Capi volver entre los vivos en los próximos años. Si hay algo en lo que los comics de superhéroes no se destacan, es en las consecuencias duraderas de la muerte. Y mucho menos de un personaje tan importante como el Capitán. La insistencia de Marvel para que creamos que esta muerte es definitiva e importante es irritante porque nos piden que desechemos todo nuestro conocimiento del género y sus reglas. Las reglas pueden ser malas o podemos no estar de acuerdo con ellas pero cualquier lector medianamente regular de comics de superhéroes sabe que la posibilidad de que un personaje retorne de la muerte es directamente proporcional a su popularidad. Y estamos hablando del condenado Capitán América, por dios!.
De cualquier modo, la estrategia de Marvel esta muy a tono con su discurso publico en los últimos años, en el cual afirman cosas que luego son negadas de una manera categórica (a los pocos meses) con una expresión de indignación y la frase “nosotros NUNCA dijimos eso”. Básicamente, nos toman por idiotas.
Pero, por otro lado, produce un cierto rechazo porque, a raíz del revuelo generado en los medios “serios”, Marvel nos quiere vender este sucio acontecimiento como una parábola política en la cual el Capitán es un especie de abanderado de las libertades individuales, cuyo asesinato es una consecuencia de su postura libertaria (aunque el autor intelectual sea un ex científico nazi con el cráneo deformado, rojo y a la vista). Y, en general, los comics de superhéroes nunca han sido buenos en el tema de las metáforas políticas. En general la política se revela problemática, demasiado sutil, apegada a los grises y los tonos intermedios, a la hora de transferirla con cierta fidelidad a los códigos y las improbabilidades del genero, causando que esta sea o aguada y simplificada para que funcione en un mundo donde los tipos vuelan en calzas o que el mensaje político se vuelva demasiado pesado y todo termine como una lección en solemnidad y aburrimiento.


El caso de 300 ilustra lo opuesto: la lectura obligadamente ideológica de un comic de la forma más superficial posible. Las tesis son dos: en primer lugar, que es un comic pro-imperialismo norteamericano, con su fábula de un rey belicoso de occidente contra un imperio oriental; en segundo lugar que los espartanos son presentados como heterosexuales contra los homosexuales persas.
Este tipo de lecturas son las que yo llamo “la epidemia Mattelart”. Recordemos: en los años 60 y 70, cuando lo que hoy se llaman “estudios culturales” estaban en su infancia y no se podía ni soñar con estudiar los comics desde una perspectiva académica, las primeras salvas las dispararon dos libros cuya influencia nefasta dictaminó la manera en que se iban a analizar los comics durante años (en especial en Latinoamérica): uno es el conocidísimo “Apocalípticos e Integrados” de Eco, con su lectura de Superman como icono del status quo y el otro es el un tanto menos conocido “Para Leer Al Pato Donald” de Armand Mattelart y Ariel Dorfman, que intentaba descubrir en el palmípedo los tentáculos de la dominación imperialista (existió un tercero, mucho mas interesante y con una visión de los comics menos prejuiciosa: “La historieta en el mundo moderno” de Oscar Masotta, pero como suele pasar en estos casos, es la línea a la que menos pelota se le dio).
Durante años su estela iba a impregnar la manera en que se analizaba a los comics y productos culturales norteamericanos: de la manera mas ideológicamente reduccionista posible, sin tener en cuenta la lógica propia del medio y su funcionamiento interno, sus propias contradicciones e ignorando gran parte de su evolución posterior a 1970. La relación entre comics y política es muchísimo mas complicada que la simple “causa – efecto” y no se puede obviar la existencia de un lenguaje propio en los comics que adapta, rechaza y reestructura muchas de las influencias externas.
Y ese es el tipo de lectura craso que se le impone a “300”. Lectura que además deforma el significado del evento original y que impone una anulación tanto de los deseos del propio Miller al concebir su obra como de la distancia que existe desde el momento que fue publicada. Es cierto que en los últimos años (mas precisamente después del 9/11) Miller se esta volviendo una especie de derechista caricaturesco y salvaje y que sus trabajos adquieren un tinte cada vez mas en tono con el individualismo fascista y el militarismo norteamericano, pero “300” es una obra de un periodo anterior y responde mas a las obsesiones constantes del loco Miller que a una ideología explicita. Nuestro hombre siempre estuvo obsesionado con la masculinidad, con el honor, la violencia estilizada y el tono seco y duro de los pulps y “300” es una de las obras que mejor canaliza esas fijaciones. La anécdota ya es brillante, pero a Miller le interesa tan poco la precisión histórica como la propaganda. Lo que él busca es la aventura, el drama, la exageración de las pasiones hasta el absurdo. Al menos en esta etapa, es una especie de individualista romántico, al que le interesa Leonidas más porque iría hacia la muerte solo y NO porque puede guiar a 300 hombres a la muerte.
Y sobre la homosexualidad…bueno, en el comic es algo mas bien implícito o que denota un toque de exotismo en los orientales, pero, por favor!, la camaradería, orgullo viril y vestimenta de los espartanos es mucho mas homo erótica que la coloración o modales de los orientales!. Solo anotemos que la obsesión de Miller por lo macho se esta volviendo cada vez más una marca de estilo ineludible en sus obras, que lo hace risible y que por momentos remite a la imagen de “rugbista que se coge travestis”.
Bueno, en definitiva, la reproducción de lugares comunes, análisis prejuiciosos y visiones ridículamente simplificadas por gente que no entiende de lo que esta hablando también es una deformación profesional y no por eso impide vender diarios o libros y publicitarse como una gran eminencia en el campo de los estudios culturales.


Absolutamente Moderno (2)

Me gustó la idea de Amadeo de postear breves reseñas sobre las últimas canciones que uno escucha constantemente, asi que bueno, me toca a mi! 4 temas, que se pueden dividir entre los primeros 2 (hits pop puros y duros) y los otros 2 (pequeñas bellas canciones).

The Delays – Valentine
Nunca escuché un álbum de The Delays, su estética tan cuidada me causa cierto prejuicio y las criticas a los discos han sido tan malas o mediocres, que realmente me da pereza conseguirlos. Pero no puedo evitar caer una y otra vez bajo los encantos de este hit, que como bien dijo Diego, muestra como una banda da todo y todo para lograr un hit perfecto aunque opaque el resto de su discografía. Yo no se si lo consideraria perfecto (quizas haya un estribillo de más) pero la subida del verso, el muy elegante puente al estribillo, el final con strings.. genial.

Juvelen – Hanna
Juvelen se define perfectamente en su sitio en myspace. «The One-Man Boyband Is The New Black! Born in a Stockholm basement some two years ago, rising from the ruins of compromise and time wasted, Juvelen signalled the start of something funky fresh. Finally the record will be set straight. The good name of pop music will be restored, and sexy will once again be the shit. You cant really mention Prince as an influence these days, can you? Lets just say its about songs of the heart, sung from the hip.»
Uno de los factores más interesantes de Hanna – que por si no se dieron cuenta, es un hit irresistible dance con mucha influencia de, si, Prince – es en realidad, lo sencillo y «humilde» que en realidad es. Si uno presta atención, el sonido de cada elemento, bajo, guitarra, sintes, baterias, son muy sencillos y hay bastante espacio, no creo que suenen nunca más de 4 instrumentos al mismo tiempo. O sea, es un tema que podria grabar casi cualquiera en su casa. Sobre todos esos elementos musicales esta la voz que si, es increíble, en un falsete constante y que parece haber sido grabada a 4 milimetros de distancia de su boca. Por ahora Juvelen (que, como casi todos los músicos interesantes ahora, por alguna razón, es de Suecia) saco solo un EP que esta super-bien, pero como artista Pop, podria tener un futuro muy prometedor.
(pueden ver un video de Juvelen en vivo, solamente con una guitarra, aquí)

Of Montreal – Jennifer Louise

Estos son de esos temas queridisimos que son un simple momento de genialidad reducida en 2 minutos donde todo calza a la perfección. La letra, la letra, es justamente lo que encierra su sencillez, una canción simple y cálida sobre algo simple y cálido, el pensar en otra persona que apenas conocemos, que nos dejo una impresión, y esperando que esa impresión sea correspondida, simplemente eso.

«Jennifer Louise
You don’t know me but we’re cousins
Your mamamamamamamama and my mamamamamamamama are sisters
Jennifer Louise
I haven’t seen you since I was a kid
When my family spent the weekend at your house
and your father helped when my eyelashes stuck together

My mom told me that now
You’re a young professional
Living with a significant someone

Jennifer Louise
We know so little about each other
I’ll probably never call you up, write you a letter or see you in person

Basically,
Jennifer Louise
You don’t know me
and we’re not friends

But I was just wondering, wondering, wondering wondering about you
Wondering if you ever think, think, think think about me
I was just wondering, wondering, wondering wondering about you
Wondering if you ever think, think, think think about me… «

Chris Knox – Not Given Lightly
El único ‘hit’ que tuvo el neozeolandés Chris Knox – que recien estoy conociendo y me esta pareciendo un songwriter soberbio – es una increiblemente simple y perfecta canción de amor dedicada a su esposa con 4 acordes cagados. Más que una simple canción o hit, escucharla es como poder disfrutar morbosamente del mejor regalo que le puede llegar a hacer una persona a otra. Asi de bueno esta.

«This is a love song to John and Leisha’s mother
This isn’t easy
I might not write another»

Aca pueden leer un muy lindo articulo escrito por el mismo Chris Knox sobre este tema, contando su historia
(y pueden ver el clip de youtube del tema aquí)