Hace ya más de un año que Sigmur me habia mandado este post en colaboración para una serie acerca de temas de Guided by Voices para El Bizcocho. Esa serie de posts quien sabe porque razón (lease: paja) nunca salió a la luz, pero ayer me acorde de este post que tenia en Drafts y bueno, aqui va, lean y escuchen uno de los mejores temas de los 90s:
Guided by Voices – Game of Pricks
A los GBV los conocimos a mediados de los 90, o sea, en el momento más alto de la banda. Digo ‘conocimos’ porque el que consiguió los discos, algo imprescindible en aquella época sin mp3 ni peer to peer, fue el amigo que algunos llaman Benito. Quedamos tan marcados por esos discos que incluso decidimos hacer un grupo como GBV: él estaba sin banda y yo tenía algún tiempo libre. Cuando al poco tiempo LHM se volvió a reunir, aquellas canciones (y yo también, brevemente) fueron absorbidas por el repertorio de la banda, que, como se sabe, enfiló luego para otros lugares.
Una de las cosas que nos maravillaba de Pollard y compañía era la capacidad para crear melodías diferentes sobre una progresión de acordes inalterable. Estoy hablando de canciones como Exit Flaggers o The Deeds of Fertile Jim, que tienen intro, puente y estribillo sobre la misma sucesión armónica, cambiando solamente algún énfasis o duración de notas. Tal despliegue creativo sobre mínimos recursos parecía la demostración de que Robert Pollard era un creador ilimitado, una cabeza con más canciones que las que las manos y el tiempo podían tocar.
El temita que ahora elijo para postear acá -Game of Pricks- no pertenece exactamente a ese grupo de composiciones, y ni siquiera está en los discos altos de GBV (Propeller-Vampire on Titus y Bee Thousand), sino en la cantera de hits desconocidos que salió inmediatamente después, que titularon como Alien Lanes. Simplemente quiero hablar de él porque me gusta mucho su letra. Benito, para pelear, decía a veces que Pollardo ejercita la ambigüedad demagógica de manera similar al letrista de los Redondos. Es una acusación fea y hay que ir verso por verso para anularla. No voy a hacerlo acá, solo voy a decir una cosita nomás.
La primera frase, ‘esperé tanto tiempo para tenerte, escondido detrás de mí’, en realidad, no dice exactamente eso. Si fuera ‘escondido’ tendría que decir ‘hided’. Habrá sido por un tema de métrica, pero el asunto es que dice otra cosa. Para mí, ni siquiera ordena; más bien invita. Porque, si vamos al estribillo, donde está LA frase matadora, vemos que tampoco hay un consejo, hay nomás una sugerencia:
‘Nunca vas a poder ser fuerte, sólo podrás ser libre’
Esa frasecita, así, sola, ha sido para mí una revelación, una guía. La veo como una ecuación, como un equivalente del axioma de Gödel (todo postulado es o bien incompleto o bien inconsistente). De un lado, el hacer, el trabajar, la ilusión respecto a la solidez de los compromisos. Del otro, la independencia. El pasaje de un lado a otro son la insitencia y la renuncia. Pollard privilegia la renuncia. La insistencia no es exclusiva de los seres humanos, sino que es común a todos los seres vivos. Es la esencia misma del sinsentido que es la vida: seguir, intentar perpetuarse. En cambio, la renuncia, que es de lo que habla Pollard, es la característica más notable de los hombres. No es la última opción, es la primera, es la que hay que tener siempre presente para no perder jamás las perspectiva, para no alejarnos de nuestra esencia íntima. Somos hombres, somos orgullosos y pase lo que pase, siempre podemos volver a serlo. Superando a cualquier maestro oriental,Pollardo nos ayuda a recordarlo con un estribillo cortito, simple y pegadizo.
I’ve waited too long to have you
Hide in the back of me
I’ve cheated so long I wonder
How you keep track of me
You could never be strong
You can only be free
And I never asked for the truth
But you owe that to me
I’ve entered the game of pricks
With knives in the back of me
Can’t call you or on you no more
When they’re attacking me
I’ll climb up on the house
Weep to water the trees
And when you come calling me down
I’ll put on my disease
You could never be strong
You can only be free
And I never asked for the truth
But you owe that to me
And I never asked for the truth
But you owe that to me
And I never asked for the truth
But you owe that to me