Visite Baltimore: Una Apreciación de The Wire en 14 partes.
But you know what? The shit out there. The city is worse than when I first came on. So what does that say about me? About my life?
– Howard «Bunny» Colvin.
No one wins. One side just loses more slowly.
– Roland «Prez» Pryzbylewski
¿Qué será posible escribir sobre The Wire que no hayan dicho antes mentes más lúcidas? A ésta altura de la vida ya se han escrito riadas de tinta y bites alabando a esta serie. Se ha dicho que es el mejor policial moderno y la mejor serie dramática de todos los tiempos. Se ha dicho que es como la literatura (el recurso de aquellos sin ideas, ¿por qué siempre que hay que enaltecer un arte considerado menor se recurre al recurso de compararlo con la literatura? ¿Acaso no vivimos en una época en la que la literatura está completamente alejada del pulso de la vida moderna? ¿Dónde su maravilloso carácter de lujo sin valor es su mayor virtud?), han dicho que es un análisis punzante y trágico de la manera en que vivimos en las grandes ciudades (punto de vista que comparto: en The Wire no hay finales felices ni héroes simples ni gente altruista que logra rescatar a sus desdichados protagonistas y víctimas. Hay mugre, hay corrupción, hay acciones bien intencionadas que terminan en desastre, hay cadenas de mando lentas que jamás apresan a quienes, ostensiblemente, son sus presas), se ha puntualizado que es una moderna tragedia griega en la cual los hombres son aplastados por dioses sin nombre en la forma de estado, burocracia, iglesia, escuela, organizaciones criminales (esto, de hecho, fue dicho por el mismo David Simon, “creador” y alma mater de la serie). Curiosamente, casi nadie dijo esto mientras estaba siendo transmitida, momento durante el cual no ganó ningún premio e incluso estuvo al borde de la cancelación en varias oportunidades, situación crónica que se decantó en la última temporada, en la cual hubo un recorte del número de episodios, de 12 / 13 a 10.
Sin embargo, y a pesar de toda la alabanza de la crítica, The Wire no es una serie solemne. Tampoco es una serie que apela al mensaje grandilocuente y mucho, muchísimo menos, es una serie aburrida. The Wire es una serie predominantemente triste y “downbeat”, pero, al mismo tiempo enormemente vital, repleta del mejor humor negro, una serie que defiende nuestro derecho a emborracharnos y cantar canciones en medio de las vías del tren, atestada de grandes frases e intercambios que quedan en la cabeza durante meses y años, una serie en que las discusiones filosóficas se mechan de grandiosas puteadas y, sobre todo, una serie donde actores geniales (que probablemente nunca viste antes) encarnan a personajes que están repletos de aristas y de vértices, de puntos de vista y de humanidad y mediante los cuales uno penetra en aquellos mundillos, en esas estructuras que supuestamente son la base última del relato, su trasfondo de crítica social y política y humanista. The Wire funciona porque uno no puede evitar sentirse identificado con sus dealers, sus políticos, sus policías virtuosos pero fallidos o decididamente perdidos, sus niños, sus maestros, sus estibadores y traficantes rusos o griegos.
The Wire, por último, es una serie que produce el deseo evangelizador. O sea, uno la termina de ver y continúa hablando de ella durante meses con sus amigos. Citando frases. Discutiendo momentos claves. Expresando lo mucho que la extraña. The Wire genera la necesidad imperiosa de compartirla, de grabársela a los amigos, de hablarles de lo grandioso que es McNulty o de lo noble que es Bunny Colvin o de lo extrañamente trágico que es Stringer Bell. Por ello, hace muchos meses, decidí unirme a las legiones de cagatintas que han escrito sobre ella e iniciar una gran empresa: 10 Razones Para Hacerse Fan de The Wire, en la cual cada razón es un personaje y cada personaje arroja luz sobre un aspecto de este diamante de mil caras que es la serie y de la sociedad que intenta retratar. Pero el proyecto creció. Serán, finalmente, 14 posteos, contando está introducción.
A lo largo del próximo mes, se encontraran con seres encantadores y abyectos, muchas veces al mismo tiempo, con perdedores hermosos, con triunfadores pírricos, con manipuladores supremos. Espero que lo disfruten y, en caso de que se enganchen, todavía tengo una buena pila de dvds vírgenes para grabarles.
01 – Jimmy Mc Nulty
02 – Avon Barksdale y Stringer Bell
03 – Omar Little
04 – Frank Sobotka
05 – Lester Freamon
06 – Bodie Broadus
07 – Tommy Carcetti / Clay Davies
08 – Reginald «Bubbles» Cousins
09 – Shakima «Kima» Greggs
10 – Howard «Bunny» Colvin
11 – William «Bunk» Moreland
12 – Michael Lee y Duquan «Dukie» Weems
13 – Algunos ausentes