Those Killer Riffs from Hell

(atención: por primera vez en la breve historia de El Baile Moderno, este es un posteo completamente personal)

Internet, como medio, nos permite cosas que a primera vista uno no se espera o puede no desear. Usted, querido lector, que puede nunca haberme visto en mi vida, cruzado palabras, y quizas vivir a miles de Km de distancia, puede saber exactamente que música estoy escuchando, y leer cientos de retazos e ideas acumuladas por años. También sin mucha vuelta pueden terminar escuchando la banda donde toco. Gente con más morbo o curiosidad puede encontrar aún más información (via google, fotolog, comentarios en otros blogs), y me parece que fácilmente uno puede tener una postal mental de bueno, quien soy.
Pero en fin, despues de años y años de melomanía y de acumular cientos de Gigas de mp3s, uno llega a ciertas conclusiones, y a la que cada vez he estado más de acuerdo es mi gusto por la canción Pop. Como ya alguna vez lo hablamos con Dario, el pop es el género que más se puede abrir, retorcer, deformar, y experimentar con el y se mantiene fresco e interesante. Es un genial modo de composición, clásico simple y efectivo en el mundo ya bastante anticuado de la música. También me gustan un monton de géneros que seria estúpido, pedante y aburrido mencionar pero es mucho más interesante aquello que nunca me gusto, y de esto se trata el post. Básicamente, el Metal, el Heavy Rock, y todas sus variantes posibles dentro del género.
Bueno, obviamente hubo intentos y coqueteos, recuerdando mi infancia, el primer tema que recuerdo que me haya encantado fue nada más y nada menos que el über-awesome «The Final Countdown» de Europe, que me obsesiono cuando tenia entre 4 y 5 años. Luego, el primer cassette que tuve, que me lo grabó un amigo contenia de un lado un disco de Manowar (manowar!!) y del otro el Bat Out of Hell, de Meat Loaf. Creo que tenia algunos temas incluso de La Ley cuando eran más bien una banda Alternativa 90’s que la garcha abominable que es ahora.
Unos años despues tuve una etapa de fan de Ozzy Osbourne, del cual llegue a tener varios discos (‘no more tears’, ‘ozzmosis’, y algunos compilados que incluian temas viejos de Sabbath que me gustaban mucho). También estuve varias veces por comprarme algun disco de Blind Guardian, y en cuanto a música violenta y jodida, podria poner al Downward Spiral de Nine Inch Nails. y me pasaban discos de Pantera, Sepultura.. pero era imposible. No les podia entrar de ninguna forma. Me parecia una música demasiado simplista, demasiado cabeza, con esos ideales tan fálicos de «más rápido! más fuerte! más duro!» y tratando de sepultar cualquier idea que sea levemente delicada (escepto claro, en las bandas que tenian esas baladas). Todo acompañado obviamente de una imaginería completamente infantil y unidimensional con la cual era imposible identificarse. That bullshit is not for me.
Y bueno, se imaginaran, entre mis 16-20 años descubrí la gloria de bandas como Guided by Voices, Yo La Tengo, Pixies etc. y de a poco descubría la música que me gustaba, que me ponia cómoda, con la cual me identificaba. Asi que la otra música, más jodida y violenta, escepto algunos discos o algun tema, nunca me copaba y naturalmente, luego de años y años y años uno empieza a definir que bueno, por algo sera ello, y simplemente es parte de su personalidad. Yo no soy así, no me gusta eso y punto.

Ocurrió el sábado pasado. Habia trabajado todo el día, estaba cansado, aburrido y medio alineado, asi que le dije a mi amigo Pau (que tiene un pequeño garage y bateria en su casa) para juntarnos a tocar un rato. Agarre la guitarra, un pedal y me fui.
El setup de batería fue algo completamente ridículo. La gran parte de las piezas de la bateria estaban prestadas, asi que no se contaba con platos, (solo con un hi-hat maltrecho del cual no teniamos para cerrarlo, asi que se mantenia abierto), tampoco teniamos redoblante, y Pau no tenia palos, y toco con algunos palitos que encontro por ahi en la cocina (que duraron unos pocos temas). Tampoco tenia atriles en buen estado para los Toms, asi que termino dejando uno de los Toms en el piso y lo tocaba agachado. Obviamente, mientras tocaba la bateria se tambaleaba y se movia y habia que acercarle los cuerpos constanemente para poder tocar.
Yo me enchufe al amplificador a un volumen digamos importante y arrancamos a improvisar. Lo que ocurrio luego fue sin duda la experiencia músical más divertida que tuve en toda mi vida.
Básicamente lo que salio fue una especie de doom-metal-noise-podrido berretísima, lleno de quintas disminuidas power chords, y switches entre velocidades lentisimas y hardcore tocado de la forma más rápido posible, con todos los chicles metalangas posibles. Fue estúpidamente divertido, a eso sumandole el estado penoso de la bateria desarmandose (hubo un momento glorioso donde Pau termino tocando la bateria con una caña de 1mt de largo), mi pésima tecnica guitarrista para tocar esas cosas, fue algo genial. Y en cierta forma, algo hizo click, porque – al disfrutar tanto tocando eso – como que entendí por donde venia la mano con todo este tipo de música.
Sera por ser muy cuadrado , o tener un lado de mi personalidad reprimido (eze auto-psicologo), pero bueh, en fin que tuve que experimentar tocandolo para poder valorarlo. Tal vez es que escucho música de una forma ‘diferente’ a como la percibo al tocarla y bueno, fue necesaria. Y no creo que tenga que ver con la madurez, en cierta forma. En realidad creo que seria lo contrario, ¿no? Pero bueno, que estoy más que contento con este nuevo descubrimiento. Es genial descubrir como uno se sorprende de sus propias reacciones y cosas que puede llegar a sentir. Y, obviamente, la lista de Soulseek ahora se lleno de Slayer, Black Sabbath, Boris y Mötorhead.

Y ahora, obviamente, se aceptan recomendaciones.