Lombroso, Landru & Landrú.

En el siglo XIX, por ejemplo, nos encontramos con el uso instrumental de la fotografía en según que prácticas administrativas privilegiadas y en los discursos profesionalizados de las nuevas ciencias sociales – antropología, criminología, anatomía médica, psiquiatría, salud pública, urbanismo, saneamiento, etcétera- (…) En la terminología de aquellos discursos, las clases trabajadoras, los pueblos colonizados, los criminales, los pobres, los habitantes de infraviviendas, los enfermos o los locos eran designados como los objetos pasivos (…) de conocimiento. Sometidos a una mirada escrutadora, forzados a emitir signos, pero apartados del control del significado, esos grupos eran representados e intencionadamente mostrados como incapaces de hablar, actuar u organizarse a sí mismos. La retórica de la documentación fotográfica en este período (…) es por tanto una retórica de precisión, medición, cálculo y comprobación, que separa sus objetos de conocimiento unos de otros, huye de la apelación emocional y la dramatización y hace depender su posición de reglas y protocolos de carácter técnico (…) Como estrategia de control, su éxito se ha exagerado en exceso; pero como estrategia de representación, sus argumentos y consecuencias permanecen en buen parte vigentes

John Tagg, El Peso de la Representación, 19-20.

Cesare Lombroso fue un teórico italiano, pionero en el naciente campo de la criminología. Lombroso creía que los criminales podían ser reconocidos mediante sus deformaciones físicas, que la criminalidad era una forma de imbecilidad hereditaria que se traslucía en los rasgos, en los labios simioides, el cráneo prominente, el ceño hirsuto, la piel rugosa y las uñas largas, el tamaño de las orejas. Impulsado por el fanatismo positivista de mitades a finales del siglo XIX y su manía por medir todo y compilarlo en grandes tratados que demostraban más allá de toda duda que el ser humano era un ser de hábitos regulares, Lombroso tuvo una gran prédica por Europa, justificando los prejuicios largamente arraigados de un continente que finalmente iba a conquistar al mundo.

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