
Siento que debería escribir algo largo y pesado sobre Ballard ahora que está muerto, explicar porque es uno de los escritores más importantes de mi vida y de la segunda mitad del s.XX y al mismo tiempo siento que no hace falta. Tratar de explicar a Ballard en un post de un blog es imposible, yo no puedo hacerlo y no creo que nadie más pueda realmente (en realidad no creo que pueda en ningún medio, ninguna extensión, ningún período de tiempo). Pero por sobre todo es innecesario porque cualquier ciudadano moderno entiende de forma u otra a Ballard, lo sepa o no. Porque siempre tuvo razón y el mundo en el que vivimos ahora es tan ballardiano que parece una extensión de su obra antes que su obra un estudio de la realidad. Que Ballard finalmente esté muerto (cosa que esperábamos que pase desde hacía ya un rato largo, cuando supimos que estaba enfermo) significa que ya no podríamos hablar con él o verlo o leer un nuevo libro escrito por él, pero Ballard está más vivo que nunca. Hace 36 años en Shepperton, ante el fantasma del futuro próximo del cruce de la M3 con la M25, un hombre ordinario veía el mundo tal cual era y entendía exactamente como iba a ser y decidía «frotar la cara de la humanidad en su propio vómito y obligarla a verse en el espejo», hoy Ballard vive en cada cruce de autopistas, en cada roce involuntario entre dos autos, en cada centro comercial, en cada ruina urbana, en cada suburbio y en cada hombre de clase media que lo habita. Cada ladrillo, cada metro cuadrado de cemento de cualquier ciudad fue puesto ahí por Ballard y existe dentro de su mente. Ballard vive, es todo lo demás lo que está muerto.
BATMAN: Wealthy man assaults the mentally ill.
WALL-E: Obsolete robot disrupts big business, disrupts lives of millions of innocent civilians.
Más aquí, en una lista de incómodos resúmenes de películas.
A Sleepy Golden Storm
Leonard Cohen – Hey, that’s no way to say goodbye
Escuche el «Songs of Leonard Cohen» por primera vez en unas vacaciones, por el 2001 o 2002. Todavía no había cumplido 18 años y por alguna cuestión del destino estuve varado en el balneario de Piriápolis durante dos meses.
Mi vieja estaba trabajando en un local de comida armenia. Los dueños, una pareja joven, intelectuales fanáticos de la lingüística y los idiomas, tenian una interesante discoteca en las que estaba este disco, junto con el «Five Leaves Left» de Nick Drake, el «Kind of Blue» de Miles Davis y varios otros discos que iban entre el folk y el jazz y alguna otra cosa más progresiva. Inevitablemente, el disco de cohen y de drake los tengo muy asociados a ese período stuck in Piriapolis que quizás fue el más alienado de mi vida.
Cuando volví de las vacaciones me bajé este disco y lo seguí escuchando bastante. Siempre me pareció muy bueno, austero y con unos arreglos muy raros (esos coros femeninos, la percusión en «So Long, Marianne», los gritos demenciales en la canción que cierra el disco). Después me alejé de él y hace unos meses lo volví a re-escuchar. Me parecío igual de bueno, y por alguna razón me detuve en el tema este, «Hey, That’s No Way To Say Goodbye». Recordaba que tenía una melodía muy buena, y me gustaba ese final cortado medio tosco, que esta a medias entre «soy vago y lo termino por acá» y un «el tema ya es perfecto así, ni siquiera necesita final».
Pero recién hace poco re-leí la letra y me di cuenta de lo genial que es y una línea en particular me movió el suelo totalmente.
I loved you in the morning, our kisses deep and warm,
your hair upon the pillow like a sleepy golden storm,
yes, many loved before us, I know that we are not new,
in city and in forest they smiled like me and you,
but now it’s come to distances and both of us must try,
your eyes are soft with sorrow,
Hey, that’s no way to say goodbye.
I’m not looking for another as I wander in my time,
walk me to the corner, our steps will always rhyme
you know my love goes with you as your love stays with me,
it’s just the way it changes, like the shoreline and the sea,
but let’s not talk of love or chains and things we can’t untie,
your eyes are soft with sorrow,
Hey, that’s no way to say goodbye.
Esta letra tiene muchos puntos buenos, imágenes como la descripción del pelo de la pareja en la cama, la costa con el mar, y la caída a tierra de la línea que da nombre a la canción.
yes, many loved before us, I know that we are not new,
in city and in forest they smiled like me and you.
Yo digo, ponele, que hay que tenerla clara para poder comprender esa realidad abrumadora de que bueno, no somos nuevos. Y no solo no somos nuevos sino que los amores anteriores sonrieron con en esa sonrisa dormida y perfecta que pueden tener los amantes a la mañana, y que es algo que hay asimilar y vivir con ello. Y encima este concepto va en una canción que en realidad no se enfoca tanto en esa realidad, algo que en realidad entiendo pero me cuesta definir con palabras. Una relación de amantes oscilante, quizás, o tal vez una pareja estable de años. Solo quedan clara las imágenes, ideas, ligeramente inconexas, y que no, que esa no es forma de decir adiós.
