La Biblioteca Inexistente (2).

1) The Art Of Penguin Science Fiction es una página maravillosa que recopila información sobre las tapas de los libros de ciencia ficción de la mítica editorial. Una belleza desde el diseño de entrada, merece la pena y mucho.
2) Cameron Todd Willingham y la pena de muerte: nota devastadora, detectivesca y capotesca sobre un hombre enviado a muerte por el presunto asesinato de sus hijos mediante la provocación de un incendio en su casa. Espectral ejemplo de la posibilidad, siempre real, de mandar a morir a alguien injustamente.
3) Crap Happens, un estudio sobre como dispone de los desechos humanos el sistema público de agua en Estados Unidos. Un montón para leer sobre un tema del que acostumbramos no querer pensar.
4) Joyce Carol Oates habla de Lovecraft, el terror gótico y el miedo al cuerpo, las mujeres y los negros.
5) Gone Forever, una nota sobre la gente que desaparece todos los años, agobiados por deudas, fraudes o simplemente la necesidad de cambiar de vida, las facilidades para hacerlo en estos tiempos, los riesgos que se corren y los hombres que los persiguen.
6) Gran perfil de Will Oldham en el New Yorker, el barbudo favorito de 2/3 del blog.
7) Anticipando el estreno de «Where The Wild Things Are»: un perfil de Spike Jonze que solo incrementa mi cariño hacia el flaco loco, y un extracto de la adaptación / guión / re-interpretación que escribió Dave Eggers para la película y ahora se publica como libro, que logra capturar hermosamente una forma de razonar mágicamente infantil.
Apostillas Porno.
(una versión ligeramente recortada de este artículo salió/saldrá en la revista tucumana Trompetas Completas)
1) Me piden que escriba sobre el erotismo en el comic. A mí la palabra erotismo no me gusta tanto. Es una denominación blanda, poco comprometida. Prefiero la palabra pornografía. Porque, en definitiva, eso es, ¿no? El arte de hacer que se nos ponga tiesa.
2) Para mí la pornografía en el comic es tremendamente efectiva en un nivel e intensamente frustrante en otro. Efectiva porque el congelamiento del tiempo en el espacio propio del comic permite el aislamiento de los momentos fugaces que nos vuelven perros en celo: el sudor cayendo por una frente, una mujer mordiéndose el labio inferior, las curvas hermosamente inclinadas, el momento de la primera penetración. Pero es frustrante también porque no se ve el movimiento, no se escucha la voz de esa mujer, todo está suspendido en una secuencia infinita.
3) Quizás la verdadera mugre sucede en lo que Scott McCloud llamó sugestivamente el “gutter” (basurero, tiradero), el espacio entre los cuadritos.
4) Más allá de eso, para mí la definición de pornografía en el comic es Robert Crumb. Esas mujerotas de culos gigantes y piernas gruesas, altísimas, esas negras mulatas terriblemente ofensivas pero también excitantes, esas imágenes de él palmeando culos o colgado en unas piernas gargantuescas, esas son las cosas que me dan ganas de agotar mi reserva proteica. ¿Qué es ofensivo y objetificante? Seguro, pero toda la pornografía lo es, y hay que alabar a un tipo que logró plasmar tan completamente toda su obsesión en una obra dura como la roca.
5) En el otro extremo está la serie “Black Hole”, de Charles Burns. No hay nada de gracioso en esta obra en la que los jóvenes de una pequeña ciudad norteamericana se ven lenta y terroríficamente invadidos por un “bicho” que se transmite sexualmente y produce horribles mutaciones en su cuerpo. Es una serie que combina en dosis iguales horror y lujuria y que entra en este breve listado por un motivo: Eliza, una joven que se vuelve el interés sexual del protagonista y tiene una cola. Una pequeña cola que se mueve debajo de su ropa y que es profundamente sexual. Dibujada por Burns como una mujer que sabe de que está hablando, con rasgos suaves pero que dejan vislumbrar un interior endurecido, que sabe que es sexo y que es amor, cada vez que la penetran. Probablemente uno de mis amores platónicos de cuatro colores.
6) La niñez / juventud de todo joven pajero también está caracterizada por esos momentos en que caen en sus manos libros o revistas de sus padres donde se encuentran las primeras imágenes de minas en pelotas que uno verá en su vida. Mi encuentro iniciático estuvo dado por un fascículo de la famosa “Historia de los Comics” de Javier Coma. En él se hablaba del renovado comic europeo erótico de los 60 y 70. En la práctica esto significaba muchas imágenes de Barbarella (la tapa la muestra durmiendo desnuda con expresión satisfecha al lado de un robot), Valentina y Pravda, entre otras heroínas del onanismo. Mi favorita, sin lugar a dudas, era Valentina, de Guido Crepax. Esos trazos de tinta lustrosos en el pelo y las curvas, esos labios apenas insinuados, esos pechos pequeños y esos culos apretados, siempre enfundados en mallas, en shorts y en lencería. Un niño podía darse un festín con esa belleza de pelo corto.

7) El otro descubrimiento de esa época fue Little Annie Fanny. Una hermosa y neumática cabeza de chorlito rubia, creada por Harvey Kurtzman y Will Elder, protagonista de una de las tiras más celebradas de Playboy. Tetas gigantes, culo redondeado y cara de estupefacción, Annie es un magneto sexual para todos los hombres que se cruza, a los cuales vuelve estúpidos balbuceantes en el momento en que comienza a desnudarse con completa inocencia. Puro cheesecake, nunca se ve una pija ni una penetración. Pero su figura, su gigantismo mamario, abundante cabello rubio e increíble expresión me arruinaron la vida, predisponiéndome a las pornstars de dimensiones generosas y sabrosos pezones.

8) La adolescencia me la pase viendo hentai; esto es, comic japonés pornográfico. Durante horas me sentaba frente a sitios web, con una maldita conexión dial-up, esperando que se bajaran paquetes zip con imágenes e historietas.
Cosas que vi en ese periodo: mucho incesto, bestialidad, violación por tentáculos, violación a secas, mujeres con penes, acabadas muy generosas, sadomasoquismo, penetraciones dobles, triples, cuadruples, púberes en situaciones comprometidas, colegialas, infinitas colegialas, vampiros porongudos, hombres con dos penes, mujeres en posiciones realmente curiosas y hadas que cogen con insectos. Los japoneses, por si a alguien le cabían dudas, están majaretas, y sus comics porno lo reflejan. Además, es una industria gigantesca y millonaria (como toda la industria del comic en Japón) donde miles de muchachos dibujan páginas con lo más sucio de sus pútridas mentes para que miles de muchachos se alivianen pelando la mazorca. Y que tiene leyes ridículas como la imposibilidad de mostrar desnudez en personas adultas, lo cual explica las miles y miles de colegialas.

9) En cuanto a la Argentina, para mí las mujeres del comic en este país son dos: las de Altuna y las de Divito. Las chicas de Divito, el equivalente local y particular del pin-up estadounidense, son la belleza icónica misma. Piernas laaaaargas, nariz inexistente, cara sonriente, busto importante, tobillos y cinturita de avispa. El estúpido de Dante Quinterno les estiraba las minifaldas y por eso Divito decidió irse de Patoruzu. Hoy parecen una inocentada bárbara, pero su gracilidad, su estilo, su hermosura, siguen intocables. Su autor fue un dandy tremendo que jamás se casó y murió en un accidente de auto en 1969.

Altuna, por su parte, tiene esos mujerones que acompañaron al Loco Chavez y luego aparecieron en tantas historias eróticas. Esas pecosas y morochas que parecen ser la evolución de la chica Divito, puro labio y cabellera, pero mucha, mucha más carne. Dan ganas de hundirse en su cuerpo y perder la cabeza en esas maravillosas montañas de piel.

10) Pero quizás he sido injusto. También hay mucho y muy buen comic pornográfico gay, desde las comedias altamente explícitas de Ralf Konig hasta los retratos autobiográficos de Howard Cruse, pasando por las pilas de yaoi, comic japonés erótico gay. Mi favorito, aunque no es exactamente comic, es Tom Of Finland, con sus motoqueros y marineros perfectamente contorneados y de vergas enhiestas. Pero, probablemente, eso sea tema para otra ocasión.

11) (Edit: Cuando releí esto muchas semanas después me di cuenta que había obviado uno de los más grandes fetiches: Gilbert Hernandez. Todos dicen que Jaime es el que realmente dibuja mujeres bonitas y es cierto. De las mujeres de Jaime querríamos ser novios, querríamos quedarnos contemplándolas durante horas, tan cute y suaves y sutiles son. Las mujeres de Gilbert (aquellas que decide infundir de plusvalía sexual, al menos, sobre todo Luba) son gigantescas tetonas que parecen capaces de asfixiarnos, con un interior o de bimbo cabeza hueca o de fuerte y resistente acero. Pero la manera en que dibuja sus curvas, en que se refocila con la pura cantidad de piel que sus trazos simples apenas sugieren, las vuelven de las más apetitosas de la ficción. Y a él, uno de los grandes dibujantes sexuales. Y si no, vean su comic pornográfico Birdland y díganme si no es material masturbatorio de primera calidad)

La Biblioteca Inexistente (1).

Hola, que tal, bienvenidos a una nueva sección recurrente. Esto no es nada nuevo en el mundo de los blogs, pero es nuevo para nosotros y, quizás, para esa especie de extinción que son los blogs rioplatenses. Una lista, semanal, de los artículos que más nos gustaron en el período temporal de siete días inmediatamente precedente. Un agregador, bah. Humilde. Modesto.
La única regla es que son artículos, no colecciones de links, ni listas ridículas (a menos que estén bien escritas), ni videos de youtube, ni imágenes simpáticas. Hey, algunos de nosotros todavía creemos en eso de leer.
– January Schofield es una niña de 6 años que tiene la peor esquizofrenia del mundo. El artículo es interesante porque desnuda la concepción profundamente retorcida de la enfermedad mental, el cuidado a los niños y los psicofármacos que tienen los norteamericanos y por que, quizás, despierte al espartano que habita dentro de todos nosotros (es vecino del enano fascista).
– Klaus Teuber es un alemán que diseña juegos de mesa. Parece que uno de ellos es, como, ¡el mejor juego de la historia! Un descenso a las extrañísimas profundidades del diseño de juegos de mesa en Alemania (una industria millonaria!) y la lógica profundamente pacifista que los anima.
– En La Paz hay un bar de cocaina, donde por un módico precio te venden blanca sustancia de gran calidad. Un periodista inglés viaja y se sorprende, intentando enmascarar su entusiasmo bajo la repetición de una serie de letanías anti-drogas que parecen aprendidas de memoria.
– Los artículos de Eric Harvey, en general, son de lo mejorcito de Pitchfork (junto con la columna de nuestro amigo Tom Ewing) y ahora, en el marco de su celebración mundial del final de los 00s, le encargaron una «historia social del mp3». Dispersa, expansiva y desconectada por momentos, sin embargo logra capturar y explicar muchos de los cambios que hemos vivido en los últimos 10 años casi sin darnos cuenta e incitar a las ideas.
– «Como Leer A Nancy», de Mark Newgarden y Paul Karasik, es una exploración de la tira del título (conocida por aquí como «Pepita» si mi mente no me engaña[edit: como bien dijo Cabe Mallo, era Periquita]) que la disecciona hasta niveles insospechados, posicionándola como una obra maestra del minimalismo. (pdf)
– Y hablando de Tom Ewing y del fin de la década: un artículo suyo sobre el pop del nuevo milenio, retrospectiva de los últimos diez años de cancion popular. Excelente y sin ningún tipo de idealización acerca de lo que significa el género y la palabra.
– La historia de un phreaker (hacker de teléfonos) ciego, de 15 años, que causó el terror llamando a la SWAT para que arrestará a conocidos, afanó cientos de telefonos y datos, se metió con AT&T, Verizon y la FBI, aprendiendo a imitar la voz de otras personas a la perfección. Un gurí jodido.
– Los placebos parecen que se estan volviendo más efectivos. Y no solo estan ganando contra nuevos medicamentos (como por ejemplo, nuevos antidepresivos), sino que tambien en pruebas con drogas viejas (como el prozac) cada vez los placebos funcionan mejor. Es más, parece que hasta el color y el diseño de las pastillitas cambia el efecto de la medicina falsa.
– Cambian las políticas de la wikipedia. Ahora todos los artículos sobre gente que esta viva van a ser moderados y no van a poder ser modificados automáticamente. Para mi, es un cambio natural debido al tamaño enorme que tiene la wikipedia ahora. So, all good.
Those Sad, Pitiless, Schlubs.

A diferencia de Ezequiel, yo si escuche la recomendación de Diego de hace un año y medio y me dedique a bajar algunas cositas de los Wave Pictures. No recuerdo mucho del porqué, pero creo que fue la conexión Supongo al omnipresente (en mi panorama músico-biográfico) Darren Hayman la que hizo que me interesasen.
Sin embargo, al bajarlos me encontré con una cosa mucho más precaria e insustancial que Hefner, pero que conservaba algo de su espíritu acido y nerdoso en sus letras. Una banda cochambrosa, que parecía esforzarse por mantener armada la canción. La voz de David Tattersall, como dijo Eze, es una de las cosas más interesantes de la banda, por su manera de desgañitarse chillando, sin tener ninguna intención de sonar correcto. Por momentos, en realidad, me recordaban a Violent Femmes, pero con aún más precariedad en la producción (me encantan los momentos en que la voz parece llegar al punto de la saturación, como si estuviesen grabando en cassette y se fuese a romper la cinta).
Yo estaba, digamos, en una situación delicada emocionalmente y la verdad que las canciones que me atrajeron fueron aquellas que describían horribles situaciones amorosas, amores completamente perdidos, pretendientes ignorados durante años.
La primera de la cual fui fanático fue “A Long Way Away From Me”. Es una pequeña perla de menos de dos minutos en las que Tattersall se pone en la piel de uno de los peores personajes del mundo: el mejor amigo no correspondido. Ignorado, lastimoso, un poco despreciado seguro también. El pobre hombre se queja, se queja, de las noches, de la bebida, de la actitud general de su objeto amoroso, pero no puede hacer nada para que cambie, solo expulsar un amargo y rencoroso “te va llevar muy, muy lejos de mi”. Es una canción bastante patética y pretenciosa, de la escuela de patetismo en la que uno se sumerge cuando desea muchísimo a alguien, ya se ha dado cuenta de que no lo puede conseguir, y solo le queda lamentarse y llorar frente a sus amigos esperando que alguno la haga cambiar de opinión. Todo enmarcado en una guitarra casi de fogón que en un momento decanta en un solo desesperado con palmas de fondo.
Lo otro que tienen las canciones de Tattersall es que transmiten muy bien la sensación de confusión sexual que caracteriza a los 20s (cronológicos de cualquier persona, no la década de 1920). Todas sus parejas son tríos. Como en casi cualquier escena artística. Mi segunda canción favorita de The Wave Pictures es “Your Bed Hung Off The Wall” en la cual una vez más juega el rol de pobre muchacho abandonado. Pero aquí la amenaza es explícita. El traqueteo de la canción parecería transmitir el ida y vuelta de una cama siendo utilizada con fines atléticos y el pobre de David puntúa su situación de desesperanza (esa asquerosidad de mejor amigo enamorado que espera su chance) con frases como “you made space for this with a kiss on both my cheeks” o “let his hands replace my words”. Lo unido que puede hacer es tocar su guitarra en un solo que parece una súplica. Es otra canción ligeramente patética pero ¿Quién no estuvo alguna vez en esa situación?

