Destruirás Tu Propia Energía.

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1) Recientemente devoré los dos volúmenes dedicados a la obra gráfica de Fletcher Hanks y si bien tiene toda la exageración, lógica discoyuntada, imágenes asombrosas, ideas que parecen nacidas de la más demencial mente en ácido y rencor, también hay una intensa repetición de temas, imágenes e incluso historias, un trabajo continuo y obsesivo. Esto puede tener que ver con la particular idiosincrasia de Fletcher Hanks, pero también, y más seguramente, tiene que ver con su inmensa producción en un período de tiempo muy pequeño. 51 historias en poco menos de dos años. 350 páginas, de forma aproximada. Paul Karasik, el responsable del rescate, edición y reconstrucción de la carrera de Hanks se pregunta en You Shall Die By Your Own Evil Creation, el segundo y final volumen que recopila su trabajo, si acaso no es más aterrorizante la idea de que quién creo ese arte completamente antisocial y alienado era un laburante, un productor de páginas con el objeto de ganarse la vida, encerrado en una habitación minúscula de Nueva York, acurrucado frente a su tablero de dibujo, vestido de camisa arremangada (o camiseta de morley), tiradores y zapatos, fumando cigarrillos por montones, trabajando para comprarse cerveza y emborracharse día tras día, mirando por la ventana a una Nueva York sucia y con el espectro de la guerra aproximándose.

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2) Es fácil distinguir un ethos en las historias de Hanks. Básicamente este consiste en que la potencia y el poder triunfan de manera absoluta y que el castigo se descarga de forma total y grandilocuente. Hanks deja a los criminales en planetas de piedras preciosas que nunca podrán levantar y donde vivirán muchísimos años. Los encierra en jaulas de hielo. Los abandona en una cueva donde se convertirán en monstruos que comen tierra y fuego. Como dijo Masotta de Dick Tracy, esta también es una historieta donde lo que importa es el castigo y la destrucción del oponente, no su rehabilitación. De hecho, Hanks compartió escuela de dibujo con Chester Gould, la W.L. Evans School. Pero, a la vez, este castigo, esta destrucción del malvado, es una respuesta a un acto destructivo original en el cual muere muchísima gente. Los planes si comienzan, pero nunca terminan. Las ciudades son atacadas. Los policías mueren a montones intentando detener al villano. Muy alejado de la moralidad moderna del superhéroe. En el fondo, lo que importa, es el choque de fuerzas primordiales y la puesta en riesgo del mundo en el que habitan los personajes de Hanks. A la vez, estos personajes no cuentan, por supuesto, con ninguna motivación, con ningún origen secreto, ni siquiera tienen, poderes consistentes. Tanto Fantomah como Stardust cuentan con el poder de “los rayos”, multiusos y cambiantes de acuerdo a la ocasión. Los héroes demoran en llegar, en salvar al día, en ingresar en la historia, como si no se pudiese castigar más que una vez que se ha cometido un acto siniestro (lo cual es una noción muy en sintonía con la idea de la justicia como realmente funciona en el mundo). Pero una vez que están ahí no hay otro desenlace que la aniquilación absoluta del mal, sin importar que poder ridículo hace falta para ello.

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3) Hay una serie de motivos recurrentes en el trabajo de Hanks. Uno de ellos son las cosas suspendidas en el aire. Desde Stardust viajando en su “tubular spacial” (que en realidad es solo un aura de energía que lo envuelve), hasta gigantescos buitres extraterrestres, pasando por esqueletos que son confrontados con sus asesinos mientras flotan y cabezas lanzadas como escupidas a través del espacio. Hay algo para Hanks, pareciera, de impotencia en estar liberado de la fuerza de la gravedad, del peso, de la fricción y el choque. Otro motivo recurrente consiste en la ciudad de Nueva York siendo destruida, una y otra y otra vez, con monomanía recurrente, la ciudad más importante del mundo en la realidad y también en el micro-universo que construye el dibujante. Después está el planeta Venus, avanzada de la civilización que no se diferencia demasiado de la Tierra. Los pequeños monstruos de Marte y de los cometas y del interior del vacío de un planeta, a veces anaranjados, a veces verdes, siempre con púas y protuberancias a lo largo de todo su cuerpo. Los animales, empleados en Fantomah especialmente, como una especie de ejército de reserva fácilmente manipulable por los villanos y también disponible para la causa del bien. Los animales voladores, ya sea para alejarlos del peligro o para evitar que dañen a los seres humanos. El destierro en el espacio: a bordo de un planetoide o cometa, aislado de la civilización. Lo que más me llama la atención, sin embargo, es que haya podido exprimir más de una historieta a un personaje que se dedica a ser un leñador de esos que bailan sobre troncos flotantes en las montañas norteamericanas.

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4) Pero la repetición más notoria de Hanks es una repetición narrativa. Sus argumentos siempre van más o menos igual: un villano (o grupo de villanos) trabajando en secreto decide poner a la humanidad en peligro, el héroe viaja para detenerlos, se suceden las muertes, emplea sus poderes, triunfa y finalmente son condenados a un horrible destino. Esta estructura es repetida y refinada por Hanks. Por un lado, claramente, es la consecuencia de la ferocidad y volumen de producción. Pero por otro pareciera responder a una obsesión con llevar la civilización al límite de su destrucción, a una profunda paranoia con fuerzas ocultas dentro del país. A menudo los villanos de Hanks están infiltrados en la estructura burocrática y administrativa de los Estados Unidos, quintacolumnistas natos con nombres extranjeros que son caricaturas de denominaciones judías y asiáticas. Pero también está la amenaza del hombre blanco ingresando en la jungla para robar sus tesoros. ¿Cuál es la cualidad redentora del hombre (o la mujer) providencial que salva a la ciudad o la jungla? En el caso de Stardust se defiende la democracia norteamericana. En el caso de Fantomah una especie de gobierno tribal salvaje. No existe una coherencia. No son sus ideas políticas las que cuentan, sino su habilidad para hacer caer el mazo de la retribución con la mayor fuerza. Hay mucha paranoia y mucha venganza en los comics de Hanks.

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5) Hay una tentación grande de atribuir todos estos rasgos a la forma de vida de Hanks: alcohólico, golpeador, incapaz de sostener un trabajo durante mucho tiempo, criado con mucho dinero por una madre permisiva, abandonador de sus hijos y su familia y, finalmente, linyera muerto en un banco de plaza. Todo esto se revela al final del primer volumen, cuando el compilador y fan Paul Karasik logra rastrear al ya anciano hijo de Hanks para que le cuente su vida, y la imagen que tenía del dibujante como un soldado que había peleado en la Segunda Guerra Mundial y que mantenía a su familia con un ritmo febril de producción de historietas se derrumba. En la introducción al segundo volumen, Karasik ya incorpora esta visión de Hanks a su análisis de la obra, concluyendo con la teoría del “trabajador alienado” que reproduzco más arriba. En el fondo es el reemplazo de una visión mítica por otra, quizás abandonar la hagiografía para sustituirla por la marginalidad. También se puede observar como una evolución en los estudios biográficos sobre historieta, que en los últimos años han pasado de la comparación con el artista a la comparación con el trabajador. Lo más cercano a la realidad es que a Hanks su trabajo como dibujante le hubiese importado muy poco. Karasik llora, como cualquier fanático de los comics con un costado de archivista (o sea, casi todos) cuando el hijo de Hanks le comunica que tiró todas las tiras que este dibujaba sobre su familia, pero en el fondo ese era el destino premeditado de esa obra eminentemente descartable, abandonada, como los mismos comics desperdigados en publicaciones de cuarta de la Golden Age. En el fondo, es un milagro que haya sobrevivido tanto. En esa banca del parque importaba ni su fuerza ni sus posesiones ni ningún tipo de obra.

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1 comentario en “Destruirás Tu Propia Energía.

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