Hybrid es por un lado un juego de rol genérico y por otro lado la cosa más rara e inexplicable que apareció en internet después de Timecube. El juego está creado por un anónimo conocido como Matthew/C++ y tiene 552 reglas hasta la próxima vez que a su creador se le ocurra agregarle otra más. El sistema de reglas pretende comprender absolutamente todas las posibilidades del mundo real, principalmente a través de complejas operaciones matemáticas.

Obviamente todo esto convierte al juego en completamente injugable. Aprender a usar bien una sola regla de este juego es más difícil que aprender a jugar otros juegos enteros. No creo que exista siquiera alguien dispuesto a tomarse la molestía de leer toda esa maraña ininteligible. Alguien por ahí lo definió como «tan jugable como la ruleta rusa después que perdiste la primera vez».

Al igual que Timecube, nadie sabe si tomárselo en serio o no. Podría ser la obra de un esquizofrénico o de alguien que cree haber encontrado una «teoría del todo» y la está explicando de esta forma o simplemente un fraude, un gran chiste desproporcionado y Matthew/C++ escribió todo eso tongue-in-cheek. Ninguna de esas posibilidades hacen al artefacto menos fascinante. Ya ha habido casos de juegos de rol injugables y que parecían escritos o en broma o por esquizofrénicos (como el legendario F.A.T.A.L.) y de delirios inclasificables en internet (el ya mencionado Timecube), pero este es aún mejor, este combina lo peor (o lo mejor) de cada uno. Pretende explicar todo el universo en un conjunto virtualmente infinito de reglas y además pretende que eso sea un juego de rol superior y jugable.

Me encanta la casi borgeana idea de un tipo que invierta toda su vida en expresar reglas para todo lo posible, y que como el conjunto de cosas a explicar es infinito, el conjunto de reglas también debería serlo y tomaría una cantidad de tiempo infinito llevar a cabo dicha tarea. El juego al que se aspira como resultado sería una explicación del universo en su totalidad, un mapa de la mente de Dios, y jugarlo sería ser un Demiurgo uno mismo. Igualmente fascinante es la idea de que aún si lograrlo fuera posible y este tal Matthew lo lograra igual nadie se tomaría el trabajo de leerlo. El secreto del universo podría estar ahora mismo en esa página que nadie se enteraría. Me imagino en un futuro lejano en el que el ciberespacio sea tan grande y antiguo que ciberarqueólogos encuentren esto y les resulte un misterio parecido al manuscrito Voynich. Eso duraría, claro, hasta que lo busquen en wikipedia, que para esa altura sí va a contener todo el conocimiento universal (o sea, va a ser apenas un poquito más grande que ahora). Cuanto menos divertido sería todo sin trastornados que hicieran cosas como esta. Thank God for mental illness.


4 comentarios en “

  1. Brunomilan

    Esto se parece -como bien lo dijiste vos dario- a un cuento de Borges, en el que el encuentra un libro sobre la historia de un planeta que no existe. En el cuento borges arriesgaba que muchas especialistas y generaciones diferentes se habian hecho cargo de tal magnanimo proyecto a traves de la historia y ahora aparece esto, un loco que se decide crear un mundo es increible, encima estuviendo algunas de las reglas y son tremendas: Economias inflacionarias, teletransportacion, asesinos, etc

  2. hernan

    El dibujo del tipo del encabezado del blog parece tener el pito erecto. El cierre del pantalón el tronco y la hebilla la cabeza.
    saludos

  3. krahd

    Very lindo el post (lindo doble, recordar cosas que uno disfruta, como el Voynich o el timecube está bueno, y conocer pelotudeces nuevas -hobio- está bárbaro), pero el herror de pensar que se necesita una cantidad infinita de información para describir, o categorizar un conjunto infinito de «cosas» es un reverendo bolazo que, por alguna razón, surge todo el tiempo.

    (un ejemplo de tal es decir que los enteros impares son los que no son divisibles entre dos).

    de cualquier forma, tas pasao, avisen cuando vengas a tomar una con el quese.

    pf.

  4. Dario

    Khrad, en realidad me di cuenta que había mandado ese bolazo después de terminar de escribirlo y como soy un blogger mediocre no lo cambié. Pero sí, se que no es necesario un conjunto infinito de reglas para describir el comportamiento de un conjunto infinito de cosas.

    Aunque el principal problema de un conjunto de reglas que regularan absolutamente todas las posibilidades de la realidad estaría en la imposibilidad práctica de hacer una taxonomía correcta que incluyera todo, desde toda actividad humana posible hasta la creación de universos (pasando por miles de cosas imaginarias, no olvidemos que hablamos de un juego de rol). Me imagino que a pesar de la imposibilidad práctica de una taxonomía como esa el acercamiento hipotético más práctico sería mediante un árbol de oposiciones binarias ¿no?

    Y ya va a llegar el día que vaya para allá, ya tengo a Quese presionándome para que vaya pronto.

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