Debo admitir que no tengo los conocimientos en videojuegos independientes que tienen mis colegas del blog, pero los juegos de Eyemaze son demasiado buenos como para dejarlos pasar.
A pesar de que he buscado por todos lados, no puedo descubrir ningún nombre real detrás del proyecto. Son un montón de juegos altamente adictivos realizados en Flash de los cuales mis favoritos son aquellos de la serie Grow.
En estos juegos te dan una serie de elementos a los cuales tenés que depositar en un cierto orden para que cooperen, evolucionen y generen una reacción. Por ejemplo, para construir una torre o para armar un robot. El problema es que dada la cantidad de elementos (que se multiplican a medida que se avanza en las versiones) las posibilidades combinatorias son infinitas.
Yo entre por el Grow V.2, el del robot, y resolví además de ese el Grow V.1, que trata sobre un especie de mundito nacido de una semilla, y el Grow Tower, quizás el mas fácil, pero también uno de los mas encantadores. Todavía no me la animé al RPG y al Cube, que tienen tantas opciones que parece que uno puede pasarse la mayor parte de una tarde (o una noche de merca) intentando resolverlos. Porque son adictivos, muy adictivos, no se si lo dije.
Los gráficos pueden parecer un poco demasiado “cute” o encantadores, pero a mi me parecen más bien personales y caricaturescos, como un conjunto de iconos que se repiten de juego en juego y evolucionan hacia individualidades. Los creadores parece que son japoneses, así que no es de sorprender que tengan cierta estética anime superdeformed.
Algo genial de estos juegos es que proponen, en última instancia, la formación de un especie de ecosistema o ser viviente a partir de partes inanimadas o mayormente inanimadas. Esa idea gestáltica parece sacada de un viejo transformer o de una de las extrañas máquinas de Rube Goldberg y es totalmente encantadora.