Juno

El sábado decidí ver Juno, la supuesta nueva gran pelicula indie que está cosechando muchísimas buenas críticas y esta nominada a mejor pelicula en los Oscar (bah, como si los Oscar a esta altura tuvieran algun significado cultural, whatever). Habia leido algunas reseñas negativas, en particular por su «tufillo indie», pero yo me dije «bueno, ocurre que me encantó Ghost World, y me gustó mucho Little Miss Sunshine, y bueno, me gusta Camera Obscura, asi que no tendría problemas con esto..».
Right?

Wrong.
La pelicula es completamente insoportable y acumula la mayor cantidad de Hipster Bullshit posible en su hora y media de duración. Esta hecha tan descaradamente para un público objetivo (lease, fanaticos de Maths and Physics Club de 16 años), dejando bastante de la historia y el desarrollo por detras, por sobre un montón de ideas «indies» y «cutes».
Varios de los temas de la banda sonora me gustan. O sea, tiene temazos, como «Piazza, New york Catcher» de Belle and Sebastian, «I’m Sticking with You» de VU y el Tema de la Pelicula, el genial «Anyone else But You» de los Moldy Peaches. Pero si los tarados de los directores ponen 15 TEMAS todos acustiquitosos y delicaditos e iguales uno atras del otro pierden todo el encanto y es algo completamente empalagoso y saturante. O sea, «Anyone else But You» funciona porque en ese disco hay temas ridiculos y temas como «Who’s got the crack?» y «Downloading porn with Davo». Ahi, ese tema funciona perfecto. Despues de escucharlo entre miles de temas similares (y más temas de Kimya Dawson, ex-MP), pierde todo posible encanto.
¿Era necesario mencionar constantemente a bandas como a los Stooges y The Runaways? ¿Poner como tema favorito de un Hipster de 40 y pico a ‘Superstar’ por Sonic Youth? ¿Que fuese un músico frustrado, que colecciona Comics y le gustan las peliculas Gore? Pero la Soundtrack… Todos esos temitas torpes acústicos… uno atras del otro, como haciendo que todas las escenas de la pelicual se mantengan bajo el mismo clima «ameno» y «sensible». Absolutamente todo, los colores, la edición, los cartelitos que muestran las estaciones, TODO en la pelicula patea para el mismo lado, ese mundo sencillo y ameno, en colores pasteles y donde ser quirky y diferente no esta tan mal (despues de todo, en esta pelicula nos damos cuenta de que aunque seamos diferentes, somo todos iguales).
Pero esto seria algo no tan grave si sobre toda este halo hubiera una gran pelicula, pero no la hay, ni por la historia (que no es la gran cosa ni ahi), ni por el libreto lamentable, con dialogos über-cute, el personaje demasiado chillón de Ellen Page, conversaciones forzadísimas (como cuando los padres charlan solos al descubrir el embarazo de su hija), y los dialogos de la futura pareja de padres que adoptaran al hijo. Los actores en realidad son bastante buenos (y se las ingenian a manejarse con las líneas pésimas que tienen que decir) pero igual nunca se crea mucha empatía y todo la pelicula se pasa de liviana. Se puede rescatar a los personajes de los padres ( que estan muy bien y se van bastante del cliché de ‘padres de adolescentes’ ) y Michael Cera, que esta muy bien y es simpático el personaje. Pero ta. Como me dijo Amadeo ayer: «they took our Youth and packaged it». Y como todo empaquetamiento, dejaron afuera (COMO SIEMPRE) lo esencial y dejaron solo lo vacio y sin contenido.


So, Tell Me, Did 2007 Fulfill Your Dreams And Expectations? (Parte 02)

01. Funnybook Inspector: Comics 2007.

Siempre hablar de comics o libros del año va a ser una falacia. En este caso si les doy la derecha a aquellos que piensan que un año es una división temporal arbitraria para indicar que es lo que más nos gustó o afectó. Las cosas que se publican en Estados Unidos o Europa raramente se traducen y publican en el mismo año en el resto del mundo.
Sin embargo, me parece que aun así vale la pena intentar balancear que objetos escritos descubrí este año, mas como una operación personal autobiográfica que como una lista de lo mejor. Así que ahí vamos:
Por el lado de los comics, y más específicamente de los comics de superhéroes, este parecería ser un año poco interesante. Marvel y DC están jugando al inmundo juego del crossover y sus universos parecerían funcionar más que nunca como una horrible cinta de caminar que lleva a ninguna parte. Es obvio que DC es la editorial mas ofensiva en este sentido con la enorme bazofia que es “Countdown” (o como crear una serie semanal en la cual no pasa nada en 30 números) y sus interminables miniseries conectadas, one shots, especiales, etc, etc, etc. Si “Civil War” parecía interminable, Countdown es como el infierno, donde nuestros pecados son revividos por toda la eternidad. Esto me pone bastante triste, ya que los personajes de DC siempre vivieron en mi corazón y es una lastima observarlos tan pisoteados, tratados como meros conductos, piezas de ajedrez que tienen que estar en un lugar arbitrario, no importa cuanto se violente la caracterización o la lógica.
Marvel, por su lado, se dedica a construir su próxima saga, que tiene que ver con la infiltración en la tierra de una raza de aliens que cambian de forma. Si, ya se, ya tuvimos 3 o 4 adaptaciones de la “Invasion Of The Body Snatchers” en los últimos 40 años, pero Marvel no parece darse cuenta del asunto.
Sin embargo, hay momentos de esperanza, series aisladas que funcionan o bien porque se deja a sus artistas a la buena de dios, que trabajen su propia historia o porque sus dibujantes y escritores son lo suficientemente hábiles para sacar lo mejor de un mandato editorial. En la primera categoría entran las que sin lugar a dudas son las 3 mejores series de superhéroes actuales, modelo de excelencia para todos aquellos que se interesan en los hombres de calzas: All Star Superman, The Brave And The Bold e Immortal Iron Fist.

All Star Superman es, sin lugar a dudas, el mejor comic de superhéroes que esta siendo publicado hoy en día. Morrison y Quitely nos hacen creer que revitalizar a Superman era un juego de niños. ¿La receta? tomar todo lo que hizo de El Hombre De Hierro un icono cultural en los 50 y 60: Bizarro, la ciudad embotellada de Kandor, Jimmy Olsen y sus increíbles transformaciones, Lex Luthor como un villano científico, la zona negativa, Clark Kent como un patoso lleno de errores. Mezclarlo con algunas referencias más cercanas como el Sun Eater y Doomsday. Dejar que Frank Quitely se luzca desplegando el mejor storytelling que he visto en años (ejemplo:

). Y producir 9 números (hasta ahora) en los cuales Superman esta muriendo y tiene que confrontarse con interminables versiones de él mismo.
Un comic hiper comprimido en el cual el hijo de puta de Morrison nos da escenas como la del último número, en el que la luna es QUEBRADA por dos kriptonianos que luego la parchan usando los puentes más famosos del mundo como curitas.
Un comic que transpira inspiración, color, diversión, magia y optimismo. Los escoceses nos hacen creer que escribir superhéroes es el mejor trabajo del mundo y que encontrar lo especial en cada uno de ellos es similar a volar de cabeza a enfrentarse con un conquistador intergaláctico, todo coraje y júbilo. Eso es genio, damas y caballeros.

“The Brave And The Bold”, por otro lado, es una bestia ligeramente distinta. Es el elefante blanco del cual hablan los lectores de superhéroes cuando se refieren a un comic que sea capaz de atraer a gente que no los lee hace 20 años. Guionizado por Mark Waid, con dibujos de George Perez, dos veteranos que le muestran a los mocosos Como Se Hace. Es increíble como Waid hace malabares con cada pequeño pedazo del universo DC, mezclando a Batman, Lobo, la Legión de Superhéroes, los Challengers Of The Unknown, Supergirl, y miles de otros pequeños detalles sin que jamás uno se sienta perdido. Todos los personajes tienen la introducción correspondiente, todos tienen algo que hacer, cada personalidad esta utilizada a la perfección. Judd Winick debe leer este comic y sentir un poco de vergüenza.
Mientras tanto, Perez hace lo que viene haciendo hace 20 años ininterrumpidamente, de una manera tan magistral que ya casi pasa desapercibido: ser uno de los dibujantes de superhéroes más detallados e impresionantes. Sus layouts quizás no sean tan imaginativos, pero es algo que muy pocos “artistas” son hoy en día: un artesano consumado. Sabe como contar una historia, sabe como hacer hablar a sus personajes, sabe como dibujar expresiones, sabe como meter detalles en una viñeta sin que (casi) nunca parezca confuso.
Y además, estos dos maestros nos dan una de las mejores frases del año:

LAST! MUMMY! STANDING! ¿Como no amar este comic?.
Pasando a la distinguida competencia, Immortal Iron Fist es LA sorpresa del año. Un personaje de tercera, creado para pegarla en los setenta con la fiebre del kung fu, casi sin personalidad, que nunca tuvo capacidad para sostener una serie regular más allá del número 20. ¿Que se podía esperar de el? Bueno, Matt Fraction, Ed Brubaker y David Aja nos demuestran, una vez mas, que no hay malos personajes, solo personajes mal manejados. El nuevo comic de Iron Fist es una combinación maravillosa de artes marciales, superhéroes y espionaje, que hace un uso fantástico del universo compartido al mismo tiempo que se arrincona en su propio mundo. Y ese mundo, gracias a esos dos tipos tan talentosos que son Brubaker y Fraction, es riquísimo: una dinastía de Iron Fists, complejos secretos bajo las calles de Nueva York con tecnología de principios de siglo, aventuras que parecen salidas de una tira de prensa de los años 30, un torneo de artes marciales digno del mejor shonen y otra de las frases del año:

Creo que la última vez que me sorprendí y maravillé tanto con un héroe mainstream y que sentí que su mundo había sido ampliado infinitamente, fue cuando leí el Starman de Robinson.
Y no me hagan comenzarles a hablarles de David Aja. No se de donde sale ese tipo, pero es la revelación del año. Tiene un rango impresionante y es capaz de pasar de dibujar ambientes pseudo científicos gigantescos y detallados a retratar conversaciones con un dominio del “lenguaje corporal”, los gestos, las expresiones de sus personajes que recuerda a un Alex Maleev mas limpio, a entregarnos un layout tan impresionante como este:

Probablemente sea el dibujante a mirar el año que viene.
Siguiendo, este podría ser el año de Ed Brubaker. Su Capitán América y Criminal así lo demuestran. El primero, luego de su muerte, se ha transformado en uno de los comics mas atractivos e hipnotizantes de los últimos años, una historia que va desarrollándose en cámara lenta, en la cual todos las facciones se dan vueltas unas a otras, intentando descifrar la muerte de Steve Rogers y sus consecuencias. Es fantástica la manera en que Brubaker les saca el jugo a los personajes secundarios, que se dedicó a enriquecer durante los dos primeros años de la serie. Uno ni extraña al Capitán y espera que el comic siga siendo esta magnifica mezcla de noir y aventura en la que todos tienen triples y cuádruples agendas y todo el mundo parece dudoso y manchado.

Criminal, por otro lado, es puro noir. Hasta el momento se van publicando dos arcos argumentales: “Coward” y “Lawless”, en los cuales conocemos a dos personajes que se encuentran conectados por su vida de crimen y por su incapacidad para escapar de la misma. Si hasta el momento hay algún tema que surca esta serie es aquel de la inevitabilidad del destino, de la manera en que los padres marcan a los hijos y, de alguna manera, los embarcan en el camino al que luego regresaran siempre. Una serie oscurísima, espartana, en la que la información es entregada por cuentagotas y en la que los dibujos de Sean Phillips solo refuerzan el ambiente opresivo con sus bloques de negro y sus formas oscurecidas por el humo y la mugre.

Yendo hacia el rincon de los proyectos especiales, y cambiando absolutamente de ambiente, se destaca Shazam! The Monster Society Of Evil de Jeff Smith. Yo pienso demasiado en el Captain Marvel. Creo que es un personaje con un potencial enorme, por momentos mejor que Superman. Tiene un gancho fabuloso y adelantado a su tiempo: ¿que haría un niño con el poder de un dios? Y siempre tuvo aventuras mucho más fantásticas, divertidas, rocambolescas, que Superman. Por momentos siento que sería el perfecto personaje para contar esas historias demasiado locas para el kriptoniano. Pero en los últimos años, en vez de aprovechar su potencial para conducir la magia y la locura de la niñez, todo lo que han querido hacer quienes lo manejaron es oscurecerlo. Gracias a dios que existe Jeff Smith, que en 4 números nos da un Captain Marvel respetuoso de sus orígenes y aggiornado para regalarle a cualquier niño fanatico de Harry Potter. Dibujos expresivísimos, un niño de verdad en la piel del Capitán, una reinterpretación de Mary Marvel tan sencilla y magnifica que la versión del universo oficial da asco y muchos, muchos, muchos monstruos. Esto es lo que un buen comic para niños debería ser.
Y luego la tenemos la miniserie de dos números que, debo confesar, aprieta mis botones nostálgicos. Estoy hablando de JLA / Hitman. Tommy Monaghan siempre fue uno de mis personajes preferidos de Garth Ennis, el que, para mi, mejor resumía ese ethos de violencia, amistad y, en el fondo, decencia que tienen todos sus personajes. El final de su serie regular aun me conmueve hasta las lágrimas y por eso verlo de vuelta, aunque sea por un ratito, fue enormemente reconfortante. No es nada nuevo, no va a cambiar el mundo, es solo una excelente historia de Hitman, en la que Tommy hace lo que hace mejor (matar gente) y salva a la JLA. Vale solo por la última viñeta, el pequeñísimo recordatorio de un personaje al que le permitieron terminar su historia en paz, algo tan raro en estos tiempos.

Caminen conmigo, pasemos para indietown. La verdad es que no leí demasiado este año. El gran hallazgo, sin lugar a dudas, es Joe Matt y sus comics autobiográficos. Pensaba encontrarme algún chico triste y conflictuado, trabajando sus traumas femeninos (si, ya se que no todos los artistas indie son Jeffrey Brown) pero me encontré con algo completamente diferente. Un verdadero desastre de persona, tacaño, adicto a la pornografía, sucio, miserable y vago. Y todo eso lo pone en sus comics! Creo que desde Crumb no había visto autobiografía con tan poco filtro, tan descarnada y dedicada a mostrar a su sujeto como una basura de primera categoría. Obviamente que Matt, además de ser eso, es un gran historietista, con un manejo de la caricatura magnífico. Sus personajes son simples pero siempre manteniendo una gran capacidad expresiva, y al mismo tiempo son icónicos. Matt se identifica por sus anteojos que no dejan ver sus pupilas, Seth es sombrero y anteojos de marco fino y así. Un tipo que estaría bien produzca más comics y se masturbe menos.

Sin embargo, podría no haber leido mas que el próximo comic este año y ser feliz. Este fue el año en que finalmente pude leer Scott Pilgrim. Y solo puedo decir que es THE MOST AWESOME COMIC EVER. Es, como dice mucha gente, un modo de vida. No se que hizo Bryan Lee O’Malley con su combinación de referencias comiqueras, manga, videojuegos y comedia romántica, pero es perfecto. Personajes queribles, gran manejo de la página, escenas de lucha imaginativas, frases MUY citables y una sensación de alegría interminable, en la historia que se esta contando, en el placer de dibujar, casi igual a la manera en que Scott va por la vida, sin una idea pero con el suficiente buen corazón y entusiasmo para que todo salga bien, que deja parados a tantas cosas producidas por las Grandes Editoriales como un montón de zombies. Ahora…si solo se apurasen y escaneasen los volúmenes 3 y 4…


Finalmente, llegando a Argentina, es muy agradable ver la revitalización de la industria del comic local. Lo mejor del asunto es observar los volúmenes recopilatorios de gente que viene laburándola hace más de 10 años. Me refiero a “Estupefacto” de Lucas Varela y “Moriremos Como Ratas!” de Esteban Podeti. Dos libros que se dedican a mirar la trayectoria de artistas que hoy en día están consagrados y no podrían ser más diferentes. Mientras Podeti tiene esa mala leche tan propia del underground y de los comics independientes norteamericanos de los 80 (no por nada es un confeso fanático de Peter Bagge, que, como detalle intrascendente, cumplió 50 años este año y me hizo sentir un tanto viejo), Lucas Varela parece mas influenciado por gente como Lewis Trondheim y Sfar, aunque con un sentido del diseño y unas formas un tanto mas geométricos, que también hacen pensar en Chris Ware. Si hay algo que los hermana es que son dos salvajes, dos limados a los que no les importa nada en el mundo. Sus comics están llenos de mutilaciones, traiciones, personajes hijos de puta, droga, sexo y rock and roll. Ampliamente recomendados, a pesar de estar en espectros distantes del arco iris dibujil (o de la pirámide de McCloud).

Adición de ultimo momento!!!: The Salon de Nick Bertozzi. Lo leí anteayer y me atrapó tanto que no pude irme a dormir hasta las 8 de la mañana. ¿Qué pasa cuando tomas a Gertrude Stein, Erik Satie, Leo Stein, Georges Braque, Picasso, Apollinaire y Gauguin y los metes en un misterio policial que involucra un ajenjo azul que permite entrar en los cuadros? Bueno, si sos Nick Bertozzi conseguís una novela grafica increíble, en la que los protagonistas aparecen como figuras reales, haciendo que nos olvidemos de su estatura mítica; en la que se cuenta no solo un gran misterio pictórico-policial, sino que también se traza el origen del cubismo; en la que hasta hay discusiones estéticas y filosóficas sobre la pintura en sí misma y sobre la relación entre “pintura” (alta cultura) y “comic” (baja cultura); en la que el manejo del color y el “ánimo” de una escena por Bertozzi es impresionante. Que lindas son las sorpresas de último momento!.

Y después hay muchas cosas que no leí o que estoy en proceso de leer y que seguro entrarían en esta lista: The League Of Extraordinary Gentlemen: The Black Dossier, Alice In Sunderland (fantástica reconstrucción de un lugar y una tradición cultural de Bryan Talbot), el libro del Sr. Rispo, Exit Wounds (la critic darling de la temporada, una historia ambientada en Israel acerca de un chico que busca los rastros de su padre muerto en un atentado suicida), Casanova, Chance In Hell (la nueva mini de Gilbert Hernandez que todo el mundo dice que es fantástica).
Pero de cualquier manera…releo y me encuentro con que fue un mejor año de lo que pensaba. Who would have thought?

02. A Bunch Of Monks Wasting Time: Libros 2007.

En cuanto a libros, una vez más, creo que no leí absolutamente nada publicado ESTE año. Pero leí mucho, demasiado, y en medio de la miríada de cosas que pasaron por mi mesa de luz se puede destacar:

1) Post-War de Tony Judt: o como escribir un libro de historia de mas de 700 páginas y volverlo completamente apasionante. Una historia de Europa luego de la Segunda Guerra Mundial magistral. Escrita con claridad, sin miedo a reconstruir “hechos” pero al mismo tiempo tiñéndolos siempre de una interpretación personal, con preocupación por la historia política y social por igual, que maneja cantidades enormes de información sin volverla jamás un tedio. Me demostró que se puede leer historia por placer y pasarla MUY bien. Recomendado sobre todo por los capítulos sobre la llegada de la Guerra Fría, la destrucción de Yugoslavia y la caída de la Unión Soviética. (Lástima que la parte de historia cultural sea medio floja)

2) Men Of Tomorrow: Geeks, Gangsters And The Birth Of The Comic Book de Gerard Jones: el mejor libro de historia de comics que he leído hasta el momento. Jones traza la evolución del comic book conectándolo con la identidad inmigratoria judía de sus principales artistas y con su origen como un negocio respetable para gente no tan respetable (principalmente contrabandistas de licor durante la prohibición o gente que tenía contactos con). Es un libro fantástico, repleto de anécdotas que demuestran lo frágil que era la industria, lo oportunistas que eran sus promotores y lo poco que les importaba a los artistas su trabajo en los inicios. Y además coloca al comic book dentro del continuum de grandes entretenimientos culturales norteamericanos. Es un hijo del siglo XX y del capitalismo tanto como el cine o la música rock y es muy iluminador observar como se levantó de sus inicios como basura para llegar, de algún modo, al reconocimiento cultural de hoy en día.

3) Cat’s Cradle de Kurt Vonnegut: en el año infame que se llevó a tanta gente esencial, el mejor antídoto cuando me enteré de la muerte de Kurt fue leer este libro. Y que libro hermoso me encontré, suficiente para curar el mal humor durante semanas. A pesar de tratar, en vonnegutiana manera, el final de la civilización y la estupidez perenne de los hombres. El argumento es sencillo: Felix Hoenniker, científico involucrado en la creación de la bomba atómica, crea una “especie” de hielo que “enseña” al agua a solidificarse de otra forma, mas difícil de revertir. La sustancia se llama “Hielo 9” y, al morir él, queda en manos de sus hijos. A partir de ahí, con una estructura compuesta por breves fragmentos, Vonnegut despliega una historia moral entregada con la mas oscura de las sonrisas, en la que se mezclan islas bananeras ficticias, religiones inventadas e hilarantes y personajes rarísimos. Una de las mejores cosas que leí del maestro y el libro con más ideas por página del año.

4) J.R. Wilcock: este fue el año en que descubrí a este escritor singularísimo, que reafirma mi teoría de que los “raros” de la literatura argentina son una parte que hay que investigar más. Leí “El Estereoscopio de los Solitarios”, “Hechos Inquietantes” y “El Templo Etrusco” y en los 3 se combina de manera magistral el fantástico con el humor más negro. Wilcock parece reírse de todo y mirarlo a una distancia prudencial, como quien sabe que tiene una razón superior, pero cuando menos lo esperás te desarma con un momento de pura emoción, con una descripción en la que se nota que todas las armas de la distancia quedan anuladas. Es un escritor irónico pero que no hace de la ironía el motivo de su escritura y eso es raro de encontrar en estos días.

5) La Niña del Pelo Raro de David Foster Wallace: este es un libro que se mueve por tantos códigos y escenarios que es un tanto complicado para mí encontrar algo que decir de el. Además, lo terminé de leer hace bastante poco tiempo, con lo cual mis pensamientos aun no están asentados. Pero se puede decir que Foster Wallace es uno de esos escritores profundamente preocupados por el ser humano, por su futuro y por como vivimos juntos. Que utiliza figuras de la política y el mundo del espectáculo como Lyndon Johnston (en uno de los mejores cuentos que leí en este año) y David Letterman pero no le interesa ser irónico o burlarse de ellos, sino que su intención es usarlos como imágenes míticas que representan algo por lo que todos estamos preocupados: ¿como hacer para conectarse con el otro? ¿Como hacer para no estar solos? Es lógico, entonces, que uno de sus cuentos más ácidos se burle de aquella escuela del desapego que es Bret Easton Ellis. ¿Porque nadie se digna a traducir Infinite Jest, ahora?

6) Una Historia del Mundo en 10 Capítulos y Medio de Julian Barnes: el libro con el que comenzó el año, regalo de navidad de mis padres recibido con cierto desdén (“ah, este es el amigo de Martin Amis”). Equivocado como casi siempre estaba, al encontrarme con un libro magnifico, cornucópico, una telaraña de historias en las que se acumulan el arca de Noe, los terroristas árabes, la carcoma, una pintura de Gericault, los pasajeros judíos del St. Louis en 1939, un astronauta, el monte Ararat, el fin del mundo, el cielo, el amor, Jonás y la ballena y una mujer irlandesa. Es un tapiz arbitrario, una historia personal, en el que el significado procede solamente del escritor, de las imágenes que elige como demiurgo para darle forma a su mundo literario y personal. Una de los libros más ricos y gratificantes del año.

7) Jim Thompson: el verano siempre es bueno para la novela negra y mis veranos estuvieron bookeandeados por Jim Thompson. A principios de año, mientras me rodeaba la naturaleza que no ofrecía peligros, leía “The Getaway” y comenzaba a sumergirme en ese mundo de personajes amorales y extremos, de nihilismo puro y violencia repentina. En febrero con “1280 Almas” conocí en Nick Corey a uno de los más extraordinarios anti-héroes (en el sentido literal del término) de la literatura. Nunca antes una novela basada puramente en el egoísmo absoluto de su personaje principal había sido tan divertida. Y a final de año con “Los Alcoholicos” me encontré con un mundo sellado, una comunidad de enfermos que Thompson describe con su usual candidez y ese afecto torcido que tiene por los despojos de la sociedad. E incluso tiene algo que parece un final feliz.

8) Los Escritores Inútiles de Ermano Cavazzonni: porque dice la verdad desde el título y es el libro más ferozmente gracioso que leí en el año. Por momentos me recordaba a Wilcock, por la impiedad con la que trata a sus sujetos. Pero Cavazzonni ni siquiera tiene los pequeños actos de compasión que tiene Wilcock. Los escritores son seres espantosos, malhumorados, egoístas, codiciosos y estúpidos. Parecen una raza de animalillos molestos de los cuales el común de los mortales se ríe y se pregunta que hacen todas esas horas, en cuartos mal iluminados y llenos de humo de cigarrillo, sin sentir la luz natural jamás.

9) Mescalito de Hunter S. Thompson: eh! un libro de este año! bien! 70 páginas en apariencia menores pero que demuestran porque H.S.T. era la última voz de la conciencia americana, el más amargado y triste en sus años finales, porque debía morir cuando lo hizo. Si hay un tono que predomina en estos textos (exceptuando el primero, una experiencia de mescalina en tiempo real que es a la vez terriblemente familiar e individualmente thompsoniana) es la melancolía, la sensación de que los mejores años quedaron atrás, la irremediable comprensión de que aquello por lo que se peleaba esta perdido. Uno tiene la sensación de que a Hunter no le quedaba más que su casa y su gato, aislado en el desierto.

10) Poesia Beat, Varios: solo porque me sirvió para conocer a ese poeta de la puta madre que es Gregory Corso, este libro ya merece una mención en la lista. Pero además es una excelente selección, que tiene muestras significativas de todos y que cumple la difícil función de ser a la vez un muestrario, un objeto importante en si mismo y de aislar las voces individuales de los poetas y comunicarlas de manera distintiva y efectiva.

03. Plastic Dreams For Blind Men: Peliculas 2007.

El año en películas, así como el año en libros y comics, siempre es arbitrario, siempre es incompleto. No veo muchas películas “del año”, en general, no voy al cine, no saco tantos dvds. Si alguna de ellas cae en mi regazo es por recomendaciones extremas, por una sensación de cansancio, de entregarse a aquello tan encolumnado.
Sin embargo, este año puedo decir que hay 3 películas que forman una especie de trilogía de lo que busco en el cine incesantemente: Ratatouille, INLAND EMPIRE y Zodiac.

Ratatouille es, creo, la mejor película del año. Una película como esa, que no abandona la formalidad narrativa, que es una película para niños, que proviene de el sistema de estudios mas grande y anquilosado del mundo y aun así se las ingenia para ser inteligente, divertida, tener miles de lecturas y ser, sobre todas las cosas, conmovedora. Lester Bangs ya lo dijo con respecto al rock, que él escuchaba obsesivamente música porque creía haber observado, en un momento de iluminación misterioso y fugaz, la puerta a un mundo mejor y que desde entonces buscaba reproducir esa sensación incesantemente. Un poco eso es lo que me produjo Ratatouille cuando la vi. No es solo la animación que ya a esta altura es una cosa exquisita cuando a Pixar se refiere, no son solo los personajes encantadores y únicos, es la manera en que estos artesanos construyen una historia que puede ser disfrutada por absolutamente cualquier persona y salir de ella con ideas o puntos de vista que se adecuan a su edad y su experiencia. Una película que combina temas como que es el buen comer, la importancia de la creación, la democracia del arte, el genio personal, el lugar de la crítica y el lugar de lo nuevo en el sistema artístico y que nunca suena forzada ni moralizante ni incomprensible para un niño de 5 años. Yo ya lo vengo diciendo desde El Gigante De Hierro: Brad Bird se las trae y en 10 años vamos a hablar de él como uno de los mejores directores de animación de la historia.

En cuanto a INLAND EMPIRE, se puede decir que la experiencia es opuesta y complementaria. Es una película que no es para cualquiera y, como decía mi gran compañero Dario, es una verdadera experiencia cinematográfica, algo que no se ve hoy en día, una película que te exige que le prestes atención, que te sumerjas en ella y de la cual necesariamente volvés sintiendo que no solo te sentaste frente a una pantalla durante 3 horas, sino que te llevaron por un paseo en una casa encantada, todo rieles chirriantes en carritos pequeños, monstruos de papel maché que bajan de los techos, clang…clang…clang…, oscuridad y tipos disfrazados que son mas terroríficos porque a través de su maquillaje se percibe un diente faltante, una cicatriz en la mejilla, una horrible mueca de asco y felicidad. No hay muchas maneras de describirla, solo hay que verla. Y, además, haberla vivido bajando de un viaje de ácido, a las 7 de la mañana de un día lluvioso, despierto con los ojos enrojecidos hasta las 10, la convierte en uno de los mejores momentos pasados con el cine en mi vida.

Sobre Zodiac ya escribí aquí, no creo que haya mucho más para decir.

Y, finalmente, quiero rescatar una película que es incomprensible que sea tan ignorada, que ni siquiera tenga edición en dvd, que casi nadie vea, cuyos subtítulos en castellano no existen en internet. Estoy hablando de esa obra maestra que es “Matinee” de Joe Dante. La volví a ver hace un par de semanas, luego de casi una década de haberla visto por primera vez y me quede sin habla ante lo estupenda que es. Creo que sería mi película del año hoy y siempre.
El argumento es simple a primera vista: un productor de películas clase b, de monstruos y fantasmas, llega a un pequeño pueblito de Estados Unidos a presentar su última producción, llamada “Mant!” y que trata sobre un hombre mutado…en hormiga! gigante!. En este lugar se encuentra con un joven y su hermano que están obsesionados con “Famous Monsters In Filmland” y el cine de terror. Pero todo sucede durante la Crisis de los Misiles del 62 y el padre del pendejo es un soldado asignado a bloquear el envío de material nuclear ruso. Eso sin mencionar que el pueblo queda a un tiro de piedra de Cuba y todos están paranoicos con que las bombas caigan.

A partir de ahí Dante realiza un comentario extraordinario no solo sobre el poder del cine, sino sobre la manera en que las fantasías del arte informan nuestra existencia diaria, reproduciéndola de manera espejada y dándole sustancia a nuestros sueños. El productor se llama Lawrence Woolsey y esta basado en William Castle, un personaje entrañable de una época perdida en el cine “de espectáculos”, aquel que no esta preocupado por confrontarnos con el miedo a nuestra propia muerte o a nuestro propio adulterio. Corporizado por un John Goodman en estado de gracia (como casi siempre), en un momento dice algo así como “La gente entra en el cine, se sienta, se apagan las luces y se abandonan. Saben que tenemos el control, que vamos a hacerlos sufrir y a hacerlos emocionar. Pero llega un momento en que uno los salva, los rescata, les hace saber que todo va a estar bien.”
Brindo entonces porque esta extraordinaria película reciba el crédito que le ha sido negado durante tanto tiempo. Y brindo también por aquellos artefactos que me salvaron en el 2007, que me rescataron de la existencia mundana, del calor y del frió, del desamor y la decepción, del cansancio y el aburrimiento. Que, a través de una persiana entornada, me hicieron observar algo tan brillante que solo puede ser mirado de reojo.
Y porque el 2008 traiga muchos momentos tan buenos como ese.


Wreckless Eric – Whole Wide World

El sábado vi Stranger Than Fiction sabiendo únicamente que estaba Will Ferrell y que yo veo todo en lo que actúa él. Temí por un momento que fuera una película indie genérica pero después de un rato el miedo se disipó gracias a que la película es muy entretenida, y como el 80% del cine indie, dulce, tierna, melancólica, romántica, cute. Will Ferrell está en un papel raro, con muy poco histrionismo, un personaje tranquilo y bastante gris, todo lo contrario a todos los personajes que lo había visto hacer hasta ahora (tal vez el de Melinda y Melinda haya sido el más parecido pero tampoco). Dustin Hoffman es muy gracioso, Emma Thompson hace una perfecta escritora al borde de un colapso nervioso (detalle curioso: no usa maquillaje en toda la película) y con Maggie Gyllenhaal no soy parcial porque es una debilidad personal.

Pero realmente no quiero hablar sobre la película sino sobre una escena específica y creo que ni siquiera sobre la escena sino sobre la canción. En algún momento de la película, que no me voy a poner a contar así que piénselo así, descontextulizado, el personaje de Ferrell, Harold Crick, decide dejar de llevar adelante su vida como lo estaba haciendo y vivir un poco más y hacer algunas cosas que siempre quiso hacer, así que lo primero que hace es comprarse una Fender Stratocaster. Lo próximo que decide hacer es ir a hablar con una panadera que está auditando (Crick es auditor de impuestos) y llevarle un cajón lleno de diferentes harinas. Ella (Gyllenhaal), a quien él todavía llama Sra. Pascal y con quien no tendría que tener ninguna relación por el protocolo auditor-auditado, queda un tanto impresionada y lo lleva a su departamento, en donde él ve una guitarra y hace algún comentario a raíz del cual ella le pide que toque y él le dice que solo sabe una canción y que le da vergüenza. A pesar de eso, cuando ella va a la cocina, Harold levanta la guitarra y con los ojos apretados de miedo canta una canción que ella reconoce inmediatamente y que la hace salir de la cocina para pararse cerca suyo, sentarse cerca suyo y terminar encima suyo a la vez que la canción original reemplaza a Crick cantando.

No creo que esa narración les haga pensar que la escena tiene nada de especial, existe la posibilidad de que incluso viéndola no la consideren nada especial. Si no fuera por un único detalle, la canción. Ferrell canta «Whole Wide World» un clásico perdido del pub rock de fines de los 70s de el olvidado Wreckless Eric, que no me extrañaría que nadie que lea esto conozca. De hecho, yo mismo no lo conocía antes de ver la película ni había escuchado antes esa canción pero este es uno de esos casos en los que uno no puede imaginarse una escena con ninguna otra canción después de verla y sabe que no va a poder escuchar la canción sin pensar en la escena.

La canción es tan simple como la escena. Solo dos acordes y la voz rasposa de Wreckless Eric cantando una letra sobre el tema más clásico de la historia de la música pop, encontrar la chica indicada, aunque haya que recorrer todo el mundo para ello. Y es precisamente esa simpleza lo que hace a la canción lo que es, linda, simple, emotiva, dulce. Uno siente que un acorde más la destruiría completamente. De la misma manera uno sabe que a la escena no le hace falta nada más y que alcanza y sobra con Will Ferrell cantando eso de «I’d go the whole wide world just to find her.«


Hedwig and the Angry Inch – Midnight Radio

Hedwig and the Angry Inch es sin duda una de las peliculas más sorprendentes que vi en muchisimo tiempo. La vi ingenuamente, me la habian recomendado pero por arriba, sabia un poco de que se trataba pero me esperaba un musical más bien kitsch, bizarro y simpático.
Pero Hedwig es infinitamente más que eso, además de su obvia cuota kitsch, es una pelicula conmovedora, profundamente melancolica y optimista, que se mueve alrededor de un concepto que ya es bastante anticuado y lo revive brutalmente : la redención a traves del Rock. Hace tiempo que no veia una visión tan, digamos, inocente, sincera y apasionada del Rock como via de escape, comunicación y forma de saciar ese vacio espiritual/existencial como en esta pelicula. Y todo contado desde un plano más bien low-key, desde la historia truculenta del (como ya habia mencionado benito en un excelente post) muy real Hedwig, interpretado brillantemente por el director John Cameron Mitchell (que amadeo ya habia mencionado en la muy buena Shortbus).
Pero en lo que me gustaria sentrarme es en una parte en particular de la pelicula, el final, que es bastante extraño y puede ser tomado con varias interpretaciones (aunque, en mi opinion, tambien hay una definida, solida y digamosle ‘real’ por detras).
Como se pueden imaginar, voy a contar el final, asi que si quieren ver la pelicula, mejor saltéense esta parte.

Spoiler warning: Plot and/or ending details follow.

Hedwig tiene un final muy definido, que empieza exactamente luego del accidente de auto que tiene con Tommy Gnosis. Luego de este accidente, la pelicula se torna muy veloz y un poco más confusa que antes, y ocurren una serie de eventos medios inconexos.
Lo primero que vemos es una serie de periodicos y prensa, pequeñas filmaciones mostrando como el accidente logro lo que hedwig buscaba el exito y reconocimiento que – supuestamente buscaba. no llena estadios como su ex-pareja Tommy pero llena los pubs a donde antes tocaba y no habia nadie. Como episodio siguiente podemos ver una presentación de ella, y de pronto, en el medio de una performance bastante violenta de su tema ‘exquisite corpse’, hedwig estalla, ataca a sus compañeros de banda, rompe una guitarra, y completamente sacada se saca la peluca y se saca los tomates/manzanas que tenia por tetas.

A continuación, huye del pub y a la salida hay un pseudo escenario con Tommy Gnosis cantando una de sus canciones (Wicked Little Town), pero con la letra cambiada contando la historia de la relación con Hedwig.
La siguiente y penúltima escena es, otra vez un escenario, enteramente blanco, con todos los miembros de la banda de Hedwig, vestidos de blanco (y con instrumentos blancos!), y Hedwig, sin maquillaje, como ¿hombre? con la cruz de maquillaje en la frente que utilizaba tommy gnosis, haciendo la ultima canción, Midnight Radio. Termina la canción, y muestran en una animación como el tatuaje de una cara dividida se convierte en una cara única. Vemos a Hedwig desnudo/a, pasando por un callejon, llendo hacia la calle, y cruzandola, y la pelicula se termina.


(ultima escena, presentación de Midnight Radio)

Una posible teoria para el final es que ambos personajes mueren en el accidente. Las siguientes escenas serian imaginación de Hedwig, de como seria su futuro de no ser el accidente, de como se solucionaria todo. Esa teoria no me convence aunque explicaria la metrica y la conexión de escenas (la situación absurda de que hedwig salga del pub donde se presentaba y se encuentre con tommy etc). Lo que más me interesa es el hecho medio paradójico de como la resolución de Hedwig implica que vuelva en cierta forma a ser Hombre.
No conozco mucho de psicología sobre Transexuales y Travestis, me parece un tema muy muy complejo y tampoco conozco un caso en particular del cual aferrarme, pero por simples conceptos de cultura popular me parece algo extrañísimo. La pelicula logra que uno pueda efectivamente ver a Hedwig como hombre como una revelación, como algo que quizo y que esta bien, sin embargo es completamente anti-natural para su personaje psicológico. ¿Por que? En el resto de la pelicula su perfil de Homosexual y de comodidad en su papel de Travesti/Transexual – la linea entre travesti y transexual en Hedwig no es del todo clara – como comprenderlo. Pero en la pelicula esa transformación la muestran como algo que esta bien y era algo necesario y natural.
Una posible interpretación es que es un simbolo de reencuentro y armonía con ella/el mismo, y el estar sin maquillaje y peluca y tetas no es que lo convierta en «Hombre» sino que lo lleva a su esencia – hay que recordar que la operación transexual en hedwig, aunque fallida, es real, y se supone que ahi dejo de ser hombre en cierta forma. La animación del tatuaje (que simbolizaba en las dos caras, por un lado, la busqueda de la ‘otra mitad’ en la forma romántica, y al mismo tiempo, la búsqueda de la identidad) puede asociarse con esta teoria.
Otra posible interpretación (que es la que ocurre en la obra de teatro original de donde luego salio la pelicula) es que Hedwig y Tommy son la misma persona. Esto explicaria el porque el abandono de la vestimenta femenina, y de la cruz. Hedwig y Tommy serian las dos partes de la misma personalidad.
( es interesante tambien detallar que la biografia de Tommy Gnosis en realidad es equivalente a la de Mitchell, teniendo una vida de chico suburbano con un trasfondo cristiano, etc )

Spoilers end here.

Pero la cuestión es que ninguna de estas interpretaciones va a ser del todo cierta, el final de la pelicula es lo que es y encompasa mejor el concepto de la pelicula que si de otra forma pudiera entenderse de una forma clara. Implica todas esas interpretaciones y ninguna al mismo tiempo, y simultaneamente es redondo y poetico.

PD 1: casi toda esta info fue sacada en fragmentos del articulo en la wikipedia sobre la pelicula, asi qeu despues no me digan que afano sin citar las fuentes eh!
PD 2: Tal vez puede interesarles el video-mas-twee-de-la-historia(tm), del tema «First day of my life» de.. Bright Eyes. Ningun miembro del staff de El Baile Moderno es fan de la obra de Connor Oberst pero este video tiene definitivamente su encanto. ¿La asociación con este Post? Esta escrito y dirigido por Mitchell. Veanlo aquí.


El verdadero gran truco

No vi las dos primeras (aunque vi Following en el videoclub y pienso alquilarla), todavía no sé por qué razón tampoco vi Insomnia, Batman Returns me pareció bien pero hasta ahí y Memento me había gustado mucho, así que habiendo visto solo dos películas de Christopher Nolan no tengo mucho con lo que comparar y es hasta un poco ridículo decir que El gran truco (The Prestige, 2006) me parece la mejor de Nolan, pero lo voy a decir igual.

***
En realidad nunca dudé que me fuera a gustar esta película. Nolan me caía bien (tal vez sin mucha justificación porque ya dije que solo vi dos y me gustó de verdad una, pero uno no necesita grandes razones para que cualquiera le caiga bien), Christian Bale me cae muy bien, Hugh Jackman no me molesta, Scarlett Johanson no me cae muy bien pero está buena y Michael Caine… bueno, Michael Caine es Michael Caine, enough said. Ah, y está Bowie haciendo del gran Nikola Tesla, figura que no sé por qué pero también me cae bien.

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Odio la mayoría de las vueltas de tuerca. Nada me hace odiar más una película que una vuelta de tuerca innecesaria o mal hecha. Odio a M. Night Shyamalan más que casi a cualquiera, recuerdo haber realmente odiado una abominación con John Cusack que se llamaba Identity y aunque era la menor razón para odiarla, el final me hizo odiar un poco más Irreversible. Las buenas vueltas de tuerca revelan información que era desconocida dentro de la película para los personajes, o sea, la revelación es para los personajes, ergo, también para los espectadores. Las malas vueltas de tuerca revelan información al espectador que le fue ocultada gracias a la manipulación del director, o sea, toma al espectador por idiota, le hace ver algo por una hora y veinte para después decirle «¡Tomá! Te cagué, yo lo sabía y vos no». Ok, andá a cagar, que suerte que la bajé de internet porque si hubiese para eso ahora estaría armando un escándalo.

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Ya mencioné malas películas con malas vueltas de tuerca, pero también hay buenas. Después de todo el 95% de los policiales negros tiene vuelta de tuerca y están siempre bien. Claro que la mayoría tienen guiones tan complejos que para el momento de la vuelta de tuerca ya no sabés que carajo está pasando y es lo mismo. Y, claro, siempre está la película que impuso las vueltas de tuerca al por mayor en las tres cuartas partes del cine mainstream de la última década, The Usual Suspects. Y volviendo al tema principal, El gran truco pertenece a este segundo grupo.

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Nolan en esta película tiene que ser todo lo que Night Shyamalan quiere ser y no puede. Mete vueltas de tuerca por todas partes y todas funcionan, todas están argumentalmente justificadas y ninguna rompe la lógica interna de la película ni se basa en la manipulación de la información por parte del director. La película tiene suficiente densidad argumental como para poder hacer todos los giros necesarios sin arruinarla ni hacer que el espectador se pregunte «¿Pero eso cómo puede ser?», pregunta que todas las de Shyamalan sucitan una docena de veces sin ofrecer ninguna respuesta. Y esa es la prueba de fuego para cualquier película con giros y grandes revelaciones y vueltas de tuerca, preguntarse si todo se sostendría igual sin trucos de cámara o si algunas tomas duraran un poquito más o si tal toma fuera más amplia y dejara ver más. Si la respuesta es que no se sostendría, entonces la película no vale la pena, una película necesita un poco más que trucos tan simples para funcionar. Y alguno puede decirme que todo lo que está fuera de cuadro no existe, no me importa, no pienso pagar para que algún tarado sin talento me tome por idiota.