El verdadero gran truco

No vi las dos primeras (aunque vi Following en el videoclub y pienso alquilarla), todavía no sé por qué razón tampoco vi Insomnia, Batman Returns me pareció bien pero hasta ahí y Memento me había gustado mucho, así que habiendo visto solo dos películas de Christopher Nolan no tengo mucho con lo que comparar y es hasta un poco ridículo decir que El gran truco (The Prestige, 2006) me parece la mejor de Nolan, pero lo voy a decir igual.

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En realidad nunca dudé que me fuera a gustar esta película. Nolan me caía bien (tal vez sin mucha justificación porque ya dije que solo vi dos y me gustó de verdad una, pero uno no necesita grandes razones para que cualquiera le caiga bien), Christian Bale me cae muy bien, Hugh Jackman no me molesta, Scarlett Johanson no me cae muy bien pero está buena y Michael Caine… bueno, Michael Caine es Michael Caine, enough said. Ah, y está Bowie haciendo del gran Nikola Tesla, figura que no sé por qué pero también me cae bien.

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Odio la mayoría de las vueltas de tuerca. Nada me hace odiar más una película que una vuelta de tuerca innecesaria o mal hecha. Odio a M. Night Shyamalan más que casi a cualquiera, recuerdo haber realmente odiado una abominación con John Cusack que se llamaba Identity y aunque era la menor razón para odiarla, el final me hizo odiar un poco más Irreversible. Las buenas vueltas de tuerca revelan información que era desconocida dentro de la película para los personajes, o sea, la revelación es para los personajes, ergo, también para los espectadores. Las malas vueltas de tuerca revelan información al espectador que le fue ocultada gracias a la manipulación del director, o sea, toma al espectador por idiota, le hace ver algo por una hora y veinte para después decirle «¡Tomá! Te cagué, yo lo sabía y vos no». Ok, andá a cagar, que suerte que la bajé de internet porque si hubiese para eso ahora estaría armando un escándalo.

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Ya mencioné malas películas con malas vueltas de tuerca, pero también hay buenas. Después de todo el 95% de los policiales negros tiene vuelta de tuerca y están siempre bien. Claro que la mayoría tienen guiones tan complejos que para el momento de la vuelta de tuerca ya no sabés que carajo está pasando y es lo mismo. Y, claro, siempre está la película que impuso las vueltas de tuerca al por mayor en las tres cuartas partes del cine mainstream de la última década, The Usual Suspects. Y volviendo al tema principal, El gran truco pertenece a este segundo grupo.

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Nolan en esta película tiene que ser todo lo que Night Shyamalan quiere ser y no puede. Mete vueltas de tuerca por todas partes y todas funcionan, todas están argumentalmente justificadas y ninguna rompe la lógica interna de la película ni se basa en la manipulación de la información por parte del director. La película tiene suficiente densidad argumental como para poder hacer todos los giros necesarios sin arruinarla ni hacer que el espectador se pregunte «¿Pero eso cómo puede ser?», pregunta que todas las de Shyamalan sucitan una docena de veces sin ofrecer ninguna respuesta. Y esa es la prueba de fuego para cualquier película con giros y grandes revelaciones y vueltas de tuerca, preguntarse si todo se sostendría igual sin trucos de cámara o si algunas tomas duraran un poquito más o si tal toma fuera más amplia y dejara ver más. Si la respuesta es que no se sostendría, entonces la película no vale la pena, una película necesita un poco más que trucos tan simples para funcionar. Y alguno puede decirme que todo lo que está fuera de cuadro no existe, no me importa, no pienso pagar para que algún tarado sin talento me tome por idiota.


Absolutamente moderno (3, according to Darío)

Bueno, si todo el mundo va a hace su propio post con canciones entonces yo también, así que posteo algunos de los temas que más escuché reciéntemente.

Cat Power – He War
Este era el tema más intenso de un disco bastante intenso de por sí, You Are Free del 2003, quinto disco de Chan Marshall a.k.a. Cat Power. No solo es de los pocos que tenía batería sino que es uno de esos temas que la usan con potencia y desdeñan la languidez y que son la excepción desde Myra Lee en adelante. Y no tengo mucho para decir de este tema salvo que es el que más escuché en los últimos dos días, así que escúchenlo ustedes mismos.

The 6ths – You Can’t Break a Broken Heart
Hoy me puse a escuchar el primer disco del multiestelar proyecto de Stephin Merritt por el tema en el que canta Chris Knox emocionado después de poner una y otra vez «Not Given Lightly» posteada ayer por Quese, y redescubrí esta canción que hacia mucho que no escuchaba y la puse de vuelta y de vuelta y así como cinco veces seguidas. Al igual que todas las canciones de la banda la canta un invitado que en este caso es Jeffrey Underhill de Honeybunch. Pero lo que verdaderamente me llamó la atención fue prestarle por primera vez atención a la letra.

Sometimes you remind me of a doll
Lifelike, but so frail and so small
Your plastic eyes see nothing
And your painted lips are still
And I know you don’t love me, but you will

You’ve tried science, you’ve tried art
But you can’t break a broken heart
You can tear my brain apart
But you can’t break a broken heart

You cried when you knew I would look
You tried every trick in the book
But I read that book yesterday
And yesterday’s for fools
And I won’t play by yesterday’s dumb rules

Viendo el nombre sin haber leido la letra pensé que hablaba de algo completamente diferente, pero el concepto que pone en juego es genial. Alguien que le dice a otra persona que no se va a rendir porque no tiene nada que perder, que no puede sacárselo de encima porque no puede romper un corazón roto. And I know you don’t love me, but you will. En el segundo párrafo hay desplegado más talento lírico que en muchas otras discografías completas.

Momus – A Complete History of Sexual Jealousy

Y ya que hablamos de grandes letristas es hora de que aparezca en este blog uno de los mejores y más ignorados, subestimados, marginados y olvidados compositores de los últimos veinte años, Nick Currie a.k.a Momus. Las letras de Momus son una fuente infinita de genialidad y la de esta canción es uno de los ejemplos que más me gusta. Incluida originalmente en Tender Pervert y regrabada en Slender Sherbet (esta es la versión que subí) la canción es una oda a los diferentes aspectos de los celos amorosos y más allá de frases geniales e ingeniosas como «If looks could kill I’d kill the men whose looks would kill you if looks could kill» lo más interesante es la idea que pone en juego al final de la canción.

If you really love me you must love my insecurity
If you really love me, take lovers
If you really love me you must really love my jealousy
If you really love me, love the others

Momus le reclama a su amante que si lo ama ame a otros para hacerlo sentir celos porque si realmente lo ama tiene que amar también sus celos y su inseguridad. Al revés de lo usual los celos no aparecen como un elemento negativo sino como una especie de condición de existencia de una relación amorosa. La lista de gente de la que siente celos va desde los hombres a los le rompió el corazón en un pasado del que él ya no puede ser parte hasta los hombres con los que sabe que nunca se va a acostar y cuando llega a preguntarle «Can’t you feel how you’re killing my pride?» la canción se convierte en un himno del amor cortés, el amor como humillación, sometimiento y sacrificio. Igual una promesa perversa pasa casi desapercibida, «You’ve been stupid enough to love someone who’s hurt you a lot. I’ll hurt you more»


La serie. The Office es una serie inglesa creada por Ricky Gervais y Stephen Merchant en el 2001 que duró dos temporadas. La serie narraba la vida a diario en una oficina de una empresa papelera en el pueblo de Slough en estilo mockumentary, centrándose en la figura infame del jefe de la oficina, David Brent, interpretado por Gervais mismo. En poco tiempo la serie era reverenciada como una verdadera revolución en las sitcoms. En el 2005 NBC empezó a producir una versión para USA protagonizada por el ascendente Steve Carell que aunque mantenía todas las ideas de la original tardó muy poco en tener una identidad propia que la convierte en una serie por derecho propio y no en solo «la versión yanki de The Office«.

La opinión. The Office US es la mejor serie cómica en producción y casi la mejor sitcom desde que terminó Seinfeld, solo superada por Arrested Development (hay algunas cosas que no pude ver por diferentes cuestiones, pero dejemos pasar eso). ¿Por qué? A eso voy ahora.

La argumentación. Es difícil hablar de la originalidad cuando se discute un producto adaptado, pero como ya dije, The Office US tiene suficiente identidad y méritos propios como para ser considerada un poco más que solo una adaptación de The Office UK y son especialmente esos méritos propios los que creo que la hacen la mejor serie del momento y sobre los que quiero hablar.

Comparte con su contraparte inglesa todas sus virtudes. Excelentes interpretaciones, comedia basada en personajes y no en chistes, el estilo mockumentary y la eliminación de las risas grabadas. Estas cosas, aunque no son originales ni únicas, no son poco.

Tengo la teoría de que mejor es una comedia mientras menos depende de los chistes para ser graciosa y más se basa en los personajes y las situaciones eliminando de por sí el cliché del personaje gracioso que hace comentarios agudos. Este estilo empezó a verse más entre muchas series surgidas en los últimos años, series más originales y, lo mejor de todo, sin laugh track. La eliminación de las risas pregrabadas es el mejor favor que series como Scrubs, Curb Your Enthusiasm, Arrested Development y la que nos ocupa nos pudieron hacer.

Recuerdo a Slavoj Zizek describiendo una situación en la que la gente llega del trabajo, pone la tele, mira una sitcom cualquiera con risas grabadas, y aunque no se ría ni una vez, lo termina de ver con la idea de que se divirtió por que la televisión se río por él.

Las risas grabadas están passè. Atan a las sitcoms a un estilo obsoleto en el que Seinfeld fue la mejor y no va a ser superada, así que no vale la pena seguir intentando. Ya está, ya fue hecho, Seinfeld mató a ese estilo, lo cerró y lo superó. Es hora de pasar a otra cosa. Algunos no necesitamos que la televisión se ría por nosotros, ¿ok?

Bueno, pero dije que además de todo esto el programa tenía méritos propios que no eran los de la original, ni tampoco los de las demás series que mencioné. Bueno, los personajes de The Office tienen una profundidad inusual y posiblemente sea la sitcom que mejor trabaja este aspecto de todas las que yo haya visto. Esto no es tanto porque los personajes de la serie sean únicos y sobresalientes, ni algo jamás visto, sino porque en las sitcoms clásicas los personajes no existen. Los personajes son un conjunto de clichés basados en un arquetipo clásico y cada uno cumple una función en la serie. Por supuesto en The Office también hace esto a algún nivel, pero el desarrollo de los personajes es gigantesco en comparación con la sitcom promedio.

Ese desarrollo del que hablo se debe básicamente a lo que para mi sí es el gran mérito de la serie, algo que The Office consigue y que ninguna sitcom había logrado realmente, sin importar cuán character-driven haya sido: The Office es la primer sitcom con historia. No hablo de una historia que funciona como una premisa y nada más, en ese sentido hasta Seinfeld tiene historia (y no la tiene, por algo era «la serie sobre nada»), estoy hablando de historia de verdad, en el sentido de una historia que te de ganas de ver el siguiente capítulo para saber como va a seguir. No es algo que nadie haya intentado. Si recuerdan las última y abominables temporadas de Friends, por ejemplo, recordarán que para el final el humor ya no existía, el tiburón había sido saltado ya hacía tiempo y el único motor de la serie eran los personajes. El problema es que era Friends y, ¿a quién carajo le importaban los personajes de Friends? Si simplemente no existían. Todavía estoy tratando de entender como lo miraba tanta gente. En las sitcoms clásicas, con personajes cliché unidimensionales sin ningún tipo de desarrollo es imposible tratar de sacarlos de ese lugar y construir una historia relevante. Simplemente imposible.

Las sitcoms bien basadas en personajes pueden hacerlo, pero todavía ninguna lo había intentado. Una serie como Arrested Development tiene historia pero no es importante, nadie se pregunta que va a pasar porque la serie misma se ríe de eso poniendo en cada capítulo avances falsos del próximo en los que pasan cosas que jamás van a pasar, o peor, cosas que serían relevantes para la historia o cierran lo que pasaba en el capítulo pero que simplemente no mostraron y no van a mostrar. Curb Your Enthusiasm ni siquiera tiene guiones. The Office en cambio, tiene una historia que realmente funciona.

The office UK era excelente pero no tenía eso. La historia era un esbozo para que se desarrollara la serie y el personaje de David, el jefe (que en la americana se llama Michael), era solo un idiota infame insoportable que daba ganas de que exista de verdad para poder cagarlo a trompadas. La americana en cambio hizo de Michael un personaje más amplio, no es solo insoportable (sí es idiota), es un personaje completo, y Steve Carell lo interpreta genialmente. El que sí mantiene el mismo espíritu que en la original es el personaje de Dwight que en la inglesa era Garreth. En las dos es un freak, un psicópata, un idiota y el personaje más gracioso de la serie, aunque no podría decir cual es mejor.

La recomendación que no puede faltar en un post (precedida de una pequeña teorización sobre las series en general). La dinámica de las series es siempre igual, no importa que serie sea. La calidad a lo largo del tiempo marca una curva ascendente (creo que incluso en las que nunca son buenas) con el punto más alto aproximadamente en el medio y el punto final un poco más arriba o mucho más abajo que el punto inicial. Empiezan de una forma preestablecida, en un molde demasiado fijo, con una idea demasiado específica, se ve como funciona, se desarrolla, muchas cosas cambian, algún personaje gana más importancia, otro la pierde y la serie llega a su plenitud, después llega el inevitable salto del tiburón y todo es cuesta abajo de ahí en más. (Sostengo que Seinfeld nunca saltó el tiburón y es la única excepción a la regla, pero igual coincido con todo el mundo en que el mejor momento es la etapa central entre la cuarta y la sexta temporada, aunque a mi me encantan las últimas también). The Office en este momento está en su momento de plenitud, no podemos saber cuanto va a durar, ni este momento ni la serie (el mundo es injusto en este sentido, lo aprendí después de ver como cancelaban Arrested Development en la tercer temporada y que por ahora no hubo encargo de una cuarta temporada de Veronica Mars) pero en este momento es, y va a seguir siendo mientras siga a este nivel, la mejor serie en producción. Y no van a querer decir que se la perdieron en su momento, ¿no?


Este video es genial: John Cage, ¡en la TV! ¡En 1960! Tocando una de sus obras en vivo. Es gracioso como se muestra de una forma casi humorística – mientras abre ollas, le pega al piano, tira radios (que tendria que prenderlas pero no lo dejaron entonces las tira cuando tendria que prenderlas), etc.

Moore: «Mr. Cage, these are nice people but some of them are going to laugh. Is that alright?»

Cage: «Of course. I consider laughter preferable to tears.»

(via boingboing)


Ayer en películas

Sí, este es un post sobre películas que vi ayer. Dos películas, la primera con interés, la alquilé, y la otra sin ningún interés, estaba empezando y no tenía ganas de levantarme de la cama y dejar de ver tele.

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La llegada del posmodernismo al cine mainstream americano de los 90s post-tarantinescos contó entre los vicios que acarriaba el de confundir velocidad visual o velocidad de montaje con velocidad narrativa. La idea de que si uno hace 15 cortes en 15 segundos y la cámara se mueve a una velocidad que da náuseas es porque muchas cosas deben estar pasando a una velocidad vertiginosa, pero la náusea provocada por la cámara es muy diferente al vertigo producido por la narración. De entre todos los directores aquejados por este mal, el mejor ejemplo tiene que ser Darren Aronofsky.

Aunque Pi es una película más que aceptable sufre de este problema. No lo esperaba después de todos los buenos comentarios que había escuchado pero hay que decir que una de las características más notables de este mal es que se propaga fácilmente no solo entre realizadores sino también entre muchos espectadores que después de un tiempo tampoco son capaces de ver la diferencia entre ambas velocidades, la de montaje y la narrativa. En realidad aunque mis esperanzas iban en contra tampoco me sorprendió. Después de todo este problema que aparece como una molestia en Pi es la única e insustancial base de la repugnante Requiem para un sueño, segunda película de Aronofsky en comparación con la cual Pi es una obra maestra inmejorable. Al menos en el caso de Pi no la destruye totalmente, en Requiem… en cambio, había descartó una historia interesante o una narración agil y los cambió por un montón de recursos pseudo-cool y modernos que volvían la película inmirable y no sumaban absolutamente nada a la lentitud general de la película. En Pi sí hay una historia y sí pasan cosas, solo que no alcanza. Si se le restan a la película las escenas de «alta vertiginosidad» y las explicaciones matemáticas que interrumpen la narración en vez de hacerla avanzar la acción narrativa verdadera se acerca peligrosamente a cero. La película termina siendo un pastiche que suma cine indie, bajo presupuesto, atmósfera claustrofóbica, protagonista obsesivo/paranoico perdiendo la razón y matemáticas for dummies y al final el todo da un poco menos que la suma de las partes.

Y por cierto, aunque creo que debo ser el único que se va a quejar de esto, hay muy pocas matemáticas. En una película que se llama Pi uno espera matemáticas de verdad y no alguna explicación superficial del número aúreo y la secuencia de Fibonacci que cualquier mínimamente interesado podría dar por él mismo. ¿Y por qué se llama Pi si la dichosa constante no es mencionada nunca? ¿No debería llamarse Phi ya que de lo único que hablan es de eso? Creo que me parecía una mejor película antes de empezar a escribir.

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No, no es nada original. La historia de un ladies man atravesando su midlife crisis que se da cuenta de que el tiempo pasa y se está quedando solo y aprende su lección de la forma más dura dejando embarazada a la novia de su mejor amigo y siendo tratado por una mujer de la misma forma que él siempre había tratado a las mujeres ante lo cual tiene una epifanía y ve que todo lo que hizo, todo lo que no hizo por todas las mujeres que se preocuparon por él, todo el amor que nunca correspondió, todos los engaños, todas las mentiras lo llevaron a ser lo que es hoy y que la libertad de ir adonde quieras y hacer lo que quieras no vale mucho cuando no tenés nada para hacer ni ningún lugar a donde ir. No, esa película ya la vimos todos un millón de veces. ¿Eso es todo lo que hay? No me interesa. Si hasta se cruza con una versión vieja de él mismo para ver un poco más claro todavía el desastre que está haciendo con su vida, para subrayar un poco más el infinitamente subrayado y remarcado mensaje de la película. Claro que tiene la excusa de ser una remake de una película de 66, pero no sirve del todo porque igual alguien decidió hacer esta película ahora. En realidad le juega en contra porque aunque no vi la Alfie original estoy seguro de que debe ser muchísimo mejor al menos por el solo hecho de tener al gran Michael Caine al frente lo cual no puede menos que generar comparaciones y hacer que uno se pregunte a quien carajo se le ocurrió que el nabo de Jude Law podía estar al nivel o tener al menos una milésima parte del carisma de Caine. Además, es muy diferente hacer una película tan puritana sobre las catastróficas consecuencias de una vida promiscua en los 60s, en pleno swinging London, que sería un equivalente cinematográfico a los Kinks sacando un disco como The Kinks are The Village Green Preservation Society y otra muy diferente es hacerla ahora en tiempos en los que el neo-puritanismo está en mejor estado que nunca. Saquen sus propias conclusiones.

De cualquier forma, voy a remarcar dos méritos de la película, aunque uno ya le pertenecía a la original, lo que me deja con la misma sensación ambigua que me dejó V for Vendetta de saber que todo lo bueno es gracias al original pero todo lo malo es mérito propio (o sea que lo único bueno es bueno a pesar de la película y no gracias a ella). El primero, que no tenga final feliz. Para nada, todo lo contrario. Y esto es igual a la original pero al menos tuvieron la decencia de no cambiárselo y hacer que se quede con la chica y sea feliz para siempre. Un punto a favor. El segundo, haber dejado en manos de Mick Jagger la banda de sonido. Y claro que es el Mick Jagger de ahora y las canciones no se defenderían fuera del entorno de la película funcionando como score y gracias, pero aún así Mick prueba que siempre fue el mejor (o el único) que puede reflejar musicalmente esa mezcla de exhaltación hedonista, lujuria y angustia que intenta transmitir la película. Punto para Mick Jagger más que para la película.