And stare at your shoes like it’s 1991

Bo, ¿que onda con esto? ¿Es la tumba oficial del Indie de los 90’s? Que es esto de las bandas tocando sus discos consagrados para los new indie bois?
No se. Hay como un tufillo incómodo y raro. Ver alguna de esas bandas tocando esos discos debe estar bueno, pero en general, da una sensación como triste, de nostalgia y resignación.


53 razones para ser hincha de Pavement.

El texto que continua no pertenece a ninguno de los miembros de El Baile Moderno. Es un artículo que salió en el número especial de Revolver “El Álbum Blanco”, publicado en septiembre de 1997. Sus autores son “El Bowiegrafo” (Pablo Schteingart, cerebro de Revolver) y el Chino Sainz, de quien no se nada.
Siempre me pareció que era un texto interesante para desempolvar, sobre todo porque recordaba la pasión con la que estaba escrito. Los años que habían pasado desde que lo leí por primera vez le habían conferido un carácter mítico en mi cabeza. El año pasado conseguí una copia de “El Álbum Blanco” y cuando volví a leerlo me di cuenta de lo extraño que resuena el estilo de escritura hoy. Sigue siendo un gran artículo, pero vale más como un documento arqueológico de cierta crítica, canon y época.
Hay tres detalles que me llamaron poderosamente la atención: en primer lugar, los datos que se repiten y que en esta época de sobreabundancia digital de información, fácilmente pasaríamos por alto. Hoy por hoy nos sentamos a escribir y asumimos, desde estos foros, que nuestros interlocutores saben que Spiral Stairs es el guitarrista de Pavement y no un esotérico libro de teología. O que pueden googlearlo en 5 minutos.
En segundo lugar, la postura musical – estética. Si este no es un texto de los 90 indies, no se que es. No solo por las marcas de origen obvias, sino por el ansia casi desesperada de plantar bandera, de diferenciarse, de construir una identidad que con los años sería deplorada. Muchas de las anécdotas que destacan o letras que transcriben son el arquetipo del underdog perdedor pero encantador e intelectual que luego se transformaría en “ese indie maricón”.
En tercer lugar, el estilo de escritura. Por momentos la excesiva “licencia poética” y barroquismo ligero me daban un poquito de vergüenza. Y ni hablar del tono “que cool que somos”. Y al lado de eso momentos muy buenos, llamados de atención sobre un detalle, excelentes selecciones de frases para ponerse en remeras, amor verdadero y obsesiva escucha. Es raro, para ser un artículo de una revista considerada como fundacional en cierto estilo de crítica en Argentina que no sea tan perfecto como esperaba (o recordaba). Y me pone a pensar que en los 10 años que median desde su publicación, tampoco la crítica ha mejorado mucho.
Yo diría que lo disfruten como (en estricto orden de importancia): un documento histórico, un manifiesto identitario, un homenaje a una de nuestras bandas favoritas y una recopilación de datos buenísimos.

(Todas las traducciones son de ellos, al artículo no se le ha cambiado una coma)

Tres años atrás, en el segundo numero de esta publicación, editamos un textito simpático llamado 10 razones para ser hincha de Pavement. Hoy, después de haber lanzado otro disco genial, Brighten The Corners, proseguidor de Slanted & Enchanted (1991), Crooked Rain, Crooked Rain (1993) y Wowee Zowee (1995), nos dijimos: “si encontramos 20 razones, es un gran grupo”. Enseguida: “si llegamos a las 30, vale para póster, vincha y bandera”. Y, así, nos sumergimos a naufragar en su larga agenda de declaraciones chillones, anécdotas curiosísimas (porque están llenos de ellas), letras intraducibles, adoraciones entre varios por algunas (o todas!) de sus canciones…en fin: fanáticos odiosos, que somos…quisimos llegar a cien. Humildemente y para todos ustedes, las 53 razones de peso devaluado que hallamos.

1. La mamá de Stephen Malkmus (S.M.), líder, cantante y guitarrista del grupo, era la maestra del cantautor Chris Isaak (cuenta que era buen alumno, aunque demasiado chupamedias)
2. El recuerdo mas viejo de S.M. es: “A los cinco años, quemando a mi hermanita de dos con la cera de una vela. Puedo recordar perfectamente mi cara desorbitada reflejándose en las lagrimas de los ojos de mi hermanita mientras yo le hacia derretir la cera sobre su cuna”.
3. Tienen en su formación estable dos bateristas, que en vivo tocan de perfil al público, uno a la derecha del escenario y otro a la izquierda. Cuando se fue uno de los originales (Gary Young, 40 años, se jacta de haber compuesto los mejores y mas extraños temas del grupo) entro Steve West. El segundo baterista fue y es Bob Nastanovich, además maestro del moog, especialista en percusiones varias, coros altos y armónicos, gritón auxiliar y bufón del grupo. Su muletilla / declaración de principios es: “el que menos arriesga es el que mas pierde cuando gana”.
4. Spiral Stairs (segundo guitarrista) se auto bautizó así en honor de una desconocida banda del mismo nombre, en cuyo recital se conocieron sus padres (“para sentirme mas cerca de mis orígenes«, explicó).
5. Si no hubieran sido músicos hubieran sido: relator de carreras de caballo (Bob), diseñador de canchas de golf (Spiral Stairs) y fabricante de agujas de reloj (Steve West). Mark Ibold (el bajista) dijo: “lucharía para conseguir una ley que obligue a que me paguen un sueldo generoso por serle completamente inútil a la sociedad”. S.M. arriesgó un par de opciones: “Intentaría tener un sello discográfico solo de reediciones de materiales oscuros, algo que nadie hace. Sino, bibliotecario, para estar todo el día leyendo. Y si no, fabricaría velas…¡mis antepasados vivían de eso en el siglo XV en Alemania!, bah, por lo menos eso me dijo mi tío”.
6. Son de Stockton, la misma ciudad de los Barkley, en Valle de Pasiones. Stockton es una pequeña población californiana, que vive de sus actividades portuarias –tipo Bragado-, emplazada en un oasis al borde del rió San Joaquín, en medio de llanuras polvorientas que fue colonizada por alemanes expeditivos, buscadores de oro y socialistas durante el siglo pasado. Se distingue por sus parques inmensos y su actividad cultural y universitaria.
7. Les encanta la música de lugares similares a los suyos (Stockton), bizarros, con economías industriales y cultos, son fanáticos de los neocelandeses The Chills, The Jean Sartre Experience, The Verlaines o The Clean. Y de Inglaterra prefieren a The Fall (Manchester) antes que “cualquier grupo del jetset londinense tipo Blur”.
8. Damon Albarn de Blur, dijo que su último disco estaba “terriblemente influenciado por la forma de componer y sonar de grupos americanos como Pavement”. Las mejores canciones de este álbum, Song Nro. 2 y On Your Own, así lo demuestran
9. Su grupo favorito de los sesenta es la Velvet Underground.
10. Su grupo favorito de los setenta es Can (y Neil Young).
11. Su grupo favorito de los ochenta es The Fall: “Siempre me gustaron mucho, y, en la época del primer disco llegue a amarlos, sobre todo su estética medio bajo perfil, casi low-fi. Ellos decían cosas unas tras otras, sin preocuparse en la forma narrativa de las estructuras de sus canciones. Tenían esta noción de sónico – futurista, también, pero no en plan Sonic Youth, donde todo esta cantado de una manera tan urbana y de culto. The Fall tenían mas de esa cosa lúgubre, vibraciones a velocidades decididamente malas, como si hubieran estado despiertos toda la noche, pero no en una megaciudad como N.Y., sino en las afueras de un pueblito que no ofrece nada para quedarse despierto siquiera…”.
12. Su grupo favorito de los 90 es Mercury Rev.
13. Su canción favorita de todos los tiempos es “Time After Time (AnnElise)” del disco Reckoning -¿el mejor quizás?- de R.E.M. Ya en el lado B de su primer single habían hecho un cover de “Camera”, de ese mismo disco y en un extraño y desconocido disco en beneficio de no se que, grabaron un tema llamado “Unseen Power Of The Picket Fence” dedicado a Michael Stipe. Dice: “…canciones clásicas con una larga historia / chicos sureños como vos y como yo…”.
14. Aunque no inventaron nada nuevo, destilan honestidad, calidad artística e ideología: todo lo que los buenos grupos que merezcan ser llamados buenos grupos de rock, han tenido.

15. Patentaron una composición en las letras genial y particular: un puñado de historias, o frases sueltas, o pensamientos lucidos expresados, eso si, coherentemente, contraviniendo no solo las normas de la métrica rockera y del pop sino también las de las estructuras literarias en si, de la oración, de la frase y de la propia palabra que se niega a aceptar su papel. Hay pasajes que no es que sean complicadísimos, sino que no tienen ningún sentido, pero sin embargo rebosan de frases celebres (Ej: en Shady Lane: “Sos tan linda para ver cuando lloras. Quieta, no te muevas: fuiste elegida como extra en la adaptación de la película de la continuación de tu vida”).
16. Dan cátedra en el arte de imprimirle sensibilidad a su música y generar estados de ánimo. Cuando es rabia: rabia. Y cuando es hastió: hastía. Relaja como baño de inmersión, también. Ruega bondad, se arrodilla a los pies del mundo y baila en una pata apoyado sobre el mismismo polo norte, enseguida. Hace jueguito con ese esférico planetario, se divierte y nos divierte. Nos mantiene constantemente joviales y atentos: ya cuando era pequeño me estremecía de felicidad mirando con ojos como pelotas a un mono rascándose los huevos en el zoológico.
17. Como críticos contemporáneos a su época, han abordado –siempre con elegancia- distintas problemáticas: p/ej. discriminación racial (en el tema Two States cantan: “Dos estados! queremos dos estados / norte y sur / ¡40 millones de miradas con odio! / no hay cultura / no hay especie / ¡40 millones de dagas!”), o el negocio de la medicina (en ese tema agudo, profundo y enfermizo llamado Grounded), pero básicamente se la han agarrado contra el intrincadísimo mundo del espectáculo y el rock: es mas, su segundo disco Crooked Rain, Crooked Rain (1992, un año después del Big-Nirvang), es una genial crítica al rock alternativo.
18. Ese disco, Crooked Rain, Crooked Rain, abre con un tema llamado Elevate Me Later, y dice: “Dormís con guitarras eléctricas / vagando con las estrellas de cine / y no quisiera sacudir tu mano / porque están en una tierra de alto calor proteico / porque hay cuarenta tonos del negro / y porque hay tantas fortalezas y tantas formas de atacar…/ entonces ¿de que te quejas?”.
19. En el final de Cut Your Hair, cantan en coro: “¡career, career, career!”, como gaste a todos sus rockeros contemporáneos que lo único que quieren es hacer una carrera (career) en el mundo del espectáculo: “la escena musical esta loca, el otro día vi una banda nueva, una especial / me acuerdo que mentían / no me acuerdo las mentiras / no me acuerdo que decían / pero no me importa, me importa, realmente no me importa / ¿viste el pelo del baterista? ¡carrera, carrera, carrera!”.
20. En una de sus canciones, Range Life, dicen de los Smashing Pumpkins: “De gira con los Smashing Pumpkins / chicos auténticos, no tienen ninguna función en la vida / no entiendo lo que quieren decir / y, realmente, me chupan un huevo”.
21. En la misma canción, en seguida, se la tiran contra los Stone Temple Pilots: “Los Stone Temple Pilots / oh, que bachilleres elegantes / son salvajes para mi / ¿son salvajes para vos? / yo diría que no tienen absolutamente nada / nada que yo no tenga”.
22. Después de que el exitoso Range Life les abriera la puerta para un éxito masivo hicieron un disco intimista y psicodélico, Wowee Zowee, 18 canciones –en apariencia todas iguales- a las que solo pude penetrar de la siguiente forma: Primero: poner random (o shuffle) en el aparato de Cd durante 5 o 6 escuchas de todo el disco, y dejarlo sonar, como por azar, y medio de fondo. Después: escuchar atentamente todo el disco, ¡y ahora todas las melodías o desarreglos suenan ligeramente conocidos, y cada dos minutos diciendo: “uy, si, esta parte me acuerdo que era buenísima!” y poco a poco me fui enamorando…pufff…amor a 5ta o 6ta vista…18 pompas de jabón EXPLOSIVO que, según como le de la luz, reflejan brillo sónico, alucinaciones de antaño, o capas de guitarras clásicas derivadas de la música country.
23. En el año 1995 tocaron en Lollapalooza: Dijeron de ese festival itinerante, meca del rock alternativo: “Nos divertimos y ganamos dinero. Fueron dos meses de trabajo fácil”.
24. Dicen que el mejor backstage de su vida fue en Japón: “porque estaba lleno de frutas particularmente…caras y eróticas”.
25. Spiral Stairs jugó de diez al fútbol en el equipo de su colegio y Bob Nastanovich, fanático de todos los deportes, especialmente de los caballos, aseguró: “una vez Lee Ranaldo de Sonic Youth dijo que los deportes y la música eran como el agua y el aceite. Es una lástima para el. Igual, suelo no estar nunca de acuerdo con Lee Ranaldo, aunque tocamos juntos un par de veces, por lo que estoy muy contento de opinar lo contrario que el. Los héroes del deporte son como los héroes del rock. La mayoría son odiosos. Gente como Jimmy Connors o Andre Agassi son obviamente desagradables, pero Stefan Edberg es uno de mis ídolos favoritos, es muy cool. Leí varias veces que Kurt Cobain y Krist Novoselic odiaban a los deportistas. Pero seguro que era porque en el estado de Seattle son todos muy malos deportistas…y para mi que ellos se consideraban nerds, con lo cual, cuando tuvieron éxito, y vieron como sus ex – compañeros de secundaria seguían trabajando en la gasolinera, creyeron tomarse una revancha. Pero mira, yo disfruto mucho mas en una cancha de fútbol o béisbol que en un escenario, eso es obvio. Una vez Robert Smith de The Curo dijo que seguro que Cobain se había suicidado porque nunca había jugado al fútbol…”
26. Scott (Spiral Stairs) tiene una linda anécdota de ganadores nerds, gente popular y revanchas de la vida: “Yo era un chico muy poco exitoso en la secundaria, aunque ya era arrogante. El otro día una chica llamada Haddar Raaz, la mas popular de esa época, llamo a la casa de mis papas diciendo “¡ey, yo era amiga de Scott y Steve en el colegio!. Me gustaría ir a un show. ¿Cómo tengo que hacer para conseguir una entrada?”. ¡Mierda!, ¡compra tu entrada, puta!…aaaah…tiempo de revanchas…amo eso”.
27. “No existe ningún movimiento musical del que formemos parte. Veo que estamos solos en lo que hacemos. Fuimos afortunados, pero no somos más que moscas en la pared. Quizás dentro de diez años o algo si, le interesemos al gran publico y entonces signifiquemos algo. Pero, por ahora, solo somos moscas en la pared”.
28. Están condenados al fracaso masivo de antemano. Miren la letra de Here, del primer disco: “Estaba vestido para triunfar / pero el éxito nunca llego / y soy el único que se ríe de tus chistes cuando son malos / y tus chistes siempre son malos / pero no son tan malos como esto”.
29. Su capacidad singular para lograr que sus bizarras, oscuras y muchas veces frustrantes y hermitañas letras se vuelvan universales: “Tan borracho en el sol de agosto / y vos sos la clase de chica que me gusta porque sos hueca y vacía…y yo estoy vació” (Gold Soundz).
30. A Stephen Malkmus lo llamaron para grabar una serie de jingles para Coca Cola. Todos fueron rebotados.

31. A Stephen Malkmus lo agarraron masturbándose en la ducha durante la secundaria, como a Petinatto el 2 de septiembre de 1997 en la grabación de Duro de Acostar (dato que por primera vez sale a la luz).
32. Con el dinero que gano por su primer contrato, Bob Nastanovich se compro ¿un auto importado?, ¿un departamento?, ¿un chalet?, ¿drogas?, ¿acciones?, ¿equipos de música? ¡No!: un caballo de carreras, que se rompió el tobillo en su segunda competencia y ahora come alfalfa en la granja de un tío.
33. Lo cagaron a trompadas a Brandon de Beverly 90210. Narra Bob Nastanovich, en la revista Nice Slacks (1992): “Una vez allí estábamos un poquito nerviosos porque el lugar donde debíamos tocar era uno de esos típicos estudios de producción de moda. Teníamos que cargar nuestros equipos nosotros mismos y la atmósfera estaba medio intimidatoria. Y nos emborrachamos…apenas una borrachera de cerveza…En eso aparece Luke Perry y Jason “Brando” Priestly. Me dio la impresión de que intentaban saber como eran los “nuevos y frescos sonidos indies de nuestro país”. Nosotros no teníamos ganas ni de hablar con ellos, ni de saludarlos…solo esperábamos que no vinieran haciéndose los cancheros, pretenciosos o irritables, ¡y realmente no hicieron nada!…Ni siquiera les dimos la chance. Yo pensé que la forma en que habían tratado a Spiral era un poquito innecesariamente no amistosa y yo estaba bastante tenso… Lo trataban como si dijeran “¿Quién es este rockero de Northern California?”. Entonces lo empuje, al tipo este, pero sin intención de lastimarlo, hasta que me acerque a Spiral y le pregunte: “¿Cuánto me darías por encajarle una trompada en la boca?”. Y Spiral dijo: “20 mangos”… y fui y…pero no le pegue todo lo fuerte que pude, fue un golpe choto. Y me corte un poquito un nudillo contra sus dientes. Ya casi se me fue la cicatriz, es un pequeño puntito ahora, pero eso fue la parte mas cool de todas, porque mientras yo le escrachaba mi nudillo en sus dientes…¡y sangraba!, el se reía un poquito porque sabia que no le estaba pegando con todas mis fuerzas. No fue una situación tan desagradable después de todo…”
34. El mismo Bob Nastanovich, en la revista Details, en 1994, desmintió todo: “En realidad no paso nunca nada con Brandon. Esa historia es un invento completo de Spiral Stairs para la prensa británica. De pronto se volvió una parte entretenida de las entrevistas que me hacían y llegue a decir cosas como “ey, mira, tengo una pequeña cicatriz en el nudillo”. Eso ya fue el colmo” –¿Y porque no me mentís a mi?- preguntó el periodista. “Supongo que decir esa mentira era algo muy 1992 para hacer”.
35. Otra de Nasty Bob: “Durante 3 años fui colectivero en Nueva York. Un día, llego a casa a las cuatro de la mañana y tenia que entrar al trabajo a las seis. Así que me arme un gran porro y me lo fume. Yo venia de manejar colectivos en un pueblito en Virginia y manejaba todo el día colocado, pero porque era fácil. Esta era la tercera vez que fumaba porro y salía a conducir en Nueva York. Y esta vez estaba terriblemente colocado. Encima me enchufaron uno de esos bondis nuevos, de 6 días de uso y 700 kilómetros encima…atropelle y destruí completamente un auto de policía. Ese acto cambio totalmente mi vida. Durante años viví totalmente confundido, quemado y borracho. Eso es lo que pasa con los extremos: hasta mis 18 años había sido un chico punk rocker straight edge y no me tomaba ni un Mejoralito”.
36. Las marañas que tejen con las guitarras. Son diálogos complejos e intensos, largos pero no cansadores, huelen a zapadas desorbitadas pero todo esta fríamente calculado. Los solos (eléctricos en su mayoría, acústicos a veces) que pueblan la escucha son caminos hermosos que no conducen a ninguna parte. No son punteos chanchos, ni exhibiciones atroces ni ruidos solamente molestos. Son senderos de un bosque encantado, circulares, laberínticos, mágicos: hay huellas de barro que seducen porque invitan a perderse.
37. La vez que tocaron para más cantidad de gente, 100 mil personas en el festival de San Francisco de 1996 en beneficio de los tibetanos, hicieron todos covers de Velvet Underground, The Fall y Echo And The Bunnymen.
38. Son la banda de sonido correcta para una posible película llamada “resumen de siglo”. ¡Ah, maldito fin de siglo!, ¡ah, maldito fin!. ¡Que el siglo XXI traiga nuevos sonidos! Mientras, tenemos a Pavement para que se las arregle. ¿Pruebas? Cuatro pizzetas láser con todos los condimentos picantes de 30 años de ideología rockera, nuevos manjares hechos a base de dulce miel, melodías, estribillos, zapadas rigurosas y mas melodías, odas de hongos alucinantes, el mismo viejo espíritu con una nueva sensibilidad, los nuevos jóvenes que retoman la antorcha, utilizando los clásicos de los años anteriores pero dotándolos de una inédita intensidad, desenfado y humor.
39. Su canción Fillmore Jive nos susurra, advirtiéndonos: “Miren a esos rockeros con sus rulos largos / Buenas noches a la era del rock n roll / porque ya no te necesitamos mas rockero…/ …y la tribu dance, es demasiado indeterminada para mi / Cada noche es recta y angosta / Las leyes están rotas, la era del entretenimiento / las paredes están rotas en la era de la música / Desconéctenle sus enchufes y se tomaran sus drogas / sus gargantas están rellenas de…” Si: paradoja de la paradoja: una banda de rock chilla con enojo verdadero que el rock esta destrozado y, al mismo tiempo, con sus canciones vivas y brillosas, se convierte en la prueba viviente de que lo que acaban de decir es erróneo.
40. La otra parte de la letra de Fillmore Jive: “Hey, linda, ¿Qué necesitas? / ¿Crees que te gustaría venir y sangrar conmigo? / Me gustaría invitarte a probar de mi cáliz / Es uno especial, esta hecho de oro / Morir en tu lecho / allí me dejaste (gracias) / déjame dormir hasta que se me pase la borrachera / necesito dormir / ¡necesito dormir! / ¿Por qué no me dejas dormir con vos? / …¡ey! hay chicos bravos en sus motitos y miradas sombrías en sus rostros / ¡la calle esta llena de punks! / ¡me van a escupir!”…
41. ¿De que hablan estas letras? ¿Son un compendio de retratos de mentes indecentes?, ¿historia del rock?, ¿un divertimento?, ¿un sarcasmo de centenares de versos?, ¿una burla de la falsedad rockera?, ¿pantomima de la pantomima?, ¿provocación, iconoclastia e irreverencia?, ¿una farfulla con voces disonantes, éticas, domesticas y terriblemente estéticas?.
42. La letra de su tema Stop Breathin es un relato de un partido de tenis. “Me quede paralizado en la primer volea / en esa guerra de cuerpos / nunca le agarre la vuelta a mi saque / nadie sirve café, nadie se despierta / basta de respirar / basta de jadear / lo escribiré en una postal: papa, me quebraron el saque / papa, me quebraron”.
43. Antes de haber sacado un Lp, el grupo ingles Wedding Present ya había grabado un cover de uno de sus temas, aparecido en su primer single.
44. Son anti-Generacion X y han compuesto un tema dedicado a ella, Fight This Generation: “Nadie llora porque no hay nadie a quien batir / ¡súbanse al barco, dulces vulgares / No te voy a dejar caer / ¿Qué tenés para perder? / ¿Qué tenés para probar? / ¿a quien querés embaucar, aquí?… ahora / aquí ahora…yo estoy aquí ahora / tu vida esta por comenzar a derramarse desde el espejo / generación derramada / ¡lucha contra esta generación! (como 15 veces) / basta”.
45. Otra: flux = rad, aúlla como perro rabioso: “estilos, van y vienen / pero yo no voy a dejar que te vayas / modas, van y vienen / ¡pero yo no te voy a dejar!” (11 veces, las conté).
46. Aparecieron en la tapa de Melody Maker luciendo remeras del grupo español El Inquilino Comunista.

47. Steve West toco con Blumfeld, aquella genial banda germana que visito el país en 1996, dando un par de shows eléctricos muy cool en el ciclo Estetoscopio del Instituto Goethe.
48. Los arreglos orquestados por algún gnomo travieso en temas como Transport Is Arranged o 5-4 = Unity. A mitad de camino entre la grandilocuencia y el chiste fácil. Imagínense como sonaría el primer disco de King Crimson si se le volcara un vaso grande de vino encima (si el disco estaba apoyado boca arriba, por supuesto).
49. “Bailaremos, bailaremos / pero nadie bailara con nosotros en esta ciudad de papanatas / chim-chim-chim-cantemos alegres una alabanza a nuestros mayores / ellos están de vuelta / chequea tu fecha de vencimiento, man / es mas tarde de lo que crees / no podes disfrutar / no puedo disfrutar / mové tu cuerpo con swing y míralo frenarse, fuerte como un buey / pero no estaré allí para dejarte / ja-ja-ja / porque ya no entiendo nada / aunque quizás podríamos bailar juntos” (We Dance, una hermosa balada de amor que se opone a la adrenalina del pogo).
50. En el tema Stereo, S.M. canta, con el falseto controlado y gentil de su voz (una voz que recuerda a Neil Young, pero también al traductor de Benny Hill…¡es muy aguda, verdadera, y graciosa!): “¿Y que de la voz de Geddy Lee? (el cantante de Rush) / ¿Cómo llegaba tan alto? / Me pregunto si hablara como un tipo normal / Lo conozco y habla normal”.
51. Muchas de sus canciones, sobretodo las de su último disco, son música verdaderamente progresiva, es decir: la composición avanza y progresa a lo largo de los cuatro o cinco minutos de vida. Salta de aquí para allá. Deambula, cambia de sillón. Cambia de hábitos. Cambia de religión. Cambia a primera, segunda, tercera y cuarta. Retrocede. Desliza. Colea. Danza. ¡Ah, y que andar confortable tiene este paseo por este camino de sombras repletas de misterio! No hay baches, todo es armonioso, circulamos como esquíes, afuera hay árboles que se juntan en sus copas y nos sumergimos en un túnel de vegetación espesa… Sentimos el dolor ansiado del suspenso clavársenos en la piel y las guitarras primaverales, como una maraña de hojas, nos cubren, amansan y allá vamos…allá vamos.
52. La única razón para odiarlos que le encontramos entre todos los Revolver son las tapas horribles, con collages tercermundistas, tipografías feas embuidas en mamarrachos inexplicables, demasiado desprolijos y casi con mal gusto. Aunque hay que decir que, con los mismos argumentos, sus contratapas son verdaderas joyas del arte low-fi.
53. Su último disco a la fecha, termina con una canción llamada “Fin” que cierra tarareando: “Yo confio. Vos vas a decirme si estoy haciendo de pelotudo”.


21 Apostillas Sobre El Bafici.

1) Los porteños son unos quejicas. Ni las colas son tan largas, ni las entradas se agotan tan rápido, ni la careteada es tanta, ni es inabarcable (a menos que seas un enfermo que funciona con la lógica del coleccionista de figuritas)

2) Por momentos los subtituladores parecían monos entrenados. A veces, para divertirme mientras espero el colectivo, me gusta inventar el monólogo de Mick Jagger en “Tonite Let’s All Make Love In London”.

3) Hay que ver más cine coreano de gangsters. Al principio de “A Dirty Carnival”, yo pensaba que la ausencia de armas de fuego la haría aburrida. Hasta que llegó esa increíble escena de ¿10 minutos? que parecía reproducida de un mega Street Fighter. Patadas voladoras, bates de baseball y cuchillos.

4) John Cameron Mitchell es un puto genio. Por algún motivo fui a ver Shortbus con cierto recelo, esperando quizás otra película sobre sexo retorcida y angustiante. Y salí del cine feliz, pensando que la gente en la calle parecía más buena. Logra lo indecible: filmar una película sobre disfunciones sexuales, que incluye escenas de sexo no fingidas y no caer en lo shockeante, lo culposo o lo sórdido. Además de conseguir una representación absolutamente natural y sincera de todas las orientaciones sexuales, sin atisbos de exageración o lugar común, con personajes que respiran y viven y se sienten reales, como que podrían vivir en la esquina de tu casa. Y encima tiene una música hermosa y grandes diálogos. Y en ningún momento utiliza todas estas chapas identitarias más que para construir una historia bellísima.


(Shortbus – Trailer)

5) Los documentales sobre leprosos coreanos no son recomendables.

6) Tampoco aquellos que tratan sobre jóvenes mexicanos con dinero y tristeza que viajan a la India.

7) John Waters sigue siendo uno de los más grandes. Da gusto ver gente que envejece con esa clase, ese sentido común y ese humor corrosivo como caramelo “Puajjj”. Yo si me sentaría a su lado en un cine a ver una película para niños.


(John Waters – No Smoking)

8) A Reginald Harkema le pongo unas fichas, aunque solo ví “A Girl Is A Girl”, un tanto primeriza historia de “muchacho y sus novias contada con música hip”. Aunque un par de años antes que High Fidelity y muy bien llevada. Logra ser original en un terreno muchas veces recorrido. La escena en la que hablan con las tapas de los discos es completamente geek y por lo tanto cercana a nuestro corazón. We approve!. Si alguien posee un medio para hacerse con “Better Off In Bed” y “Monkey Warfare” que me lo haga saber.

9) Luc Moullet era mi otro director a descubrir. Solo ví “Une Adventure de Billy The Kid” y fue divertido como inyectarse poción mágica de Asterix. Ya desde el nombre me remitía a cierto comic francobelga de aventuras y humor (“Una aventura de Spirou y Fantasio”). Un western psicodélico que funciona con la lógica del comic absurdo, casi slapstick. Como el lado b de “El Topo”. Con una banda sonido que parece compuesta por Syd Barret. Y Jean Pierre Leaud haciendo de un Billy The Kid patoso y bufonesco.

10) No hay que ver películas psicodélicas en la función de trasnoche.

11) Que bonito cine es el Atlas Santa Fe. Y el mejor lugar para sentarse en la sala 1 es en cualquiera de las filas laterales, atrás de las entradas del costado, lugar marcado por unas especies de barandas de metal.

12) “Copacabana” es fascinante. Un documental sin tesis, completamente rejtmaniano, donde la cámara funciona como un ojo que capta la repetición y, como en toda película de Rejtman, ciertos tonos del absurdo cotidiano. Planos fijos sin narración en donde es fascinante ver lo hipnóticos que se pueden volver los bailes en honor a Santa Copacabana.

13) “Old Joy” es la otra película (además de “Shortbus”) que me da cierta fe en el indie norteamericano. Una viñeta mínima, motivo suficiente por el que se podría caer fácilmente en la abulia y la inacción, pero que logra contar una de esas historias sutiles e inasibles que parecen desvanecerse apenas la terminas de ver y en la que los personajes se revelan mas en sus detalles que en escenas grandilocuentes. Como un cuento de Carver. Y tiene una frase increíble: “Sorrow is nothing but worn out joy”.

14) Lo lindo del Hoyts es ese truquito mediante el cual, si haces maratón pelicular, una entrada vale por dos.

15) Ver “La Chinoise” hoy en día es tragicómico. Divertidísimo ver lo despiadado que es Godard con las juventudes izquierdistas francesas, triste pensar que tantos militantes universitarios actuales son aun mas ridículos y extremos pero con un cuarto del estilo y un décimo de la comprensión.

(Trailer de «La Chinoise»).

16) “VHS Kalouchka” y “Sueños De Polvoron” son dos documentales que celebran gestas casi imposibles, maneras tan deformes y personales de acercarse a un arte que se pensarían completamente inviables. Pero en ese delirio capturan tal pasión desenfrenada en sus personajes que nos emocionan hasta la médula. A uno siempre le queda la sensación, apenas velada, de que son como cualquiera de nosotros, solo que con esa barrera que nos impide emprender nuestros proyectos delirantes destruida por completo.

17) Fernando Martín Peña tiene barba papapitufesca.

18) ¿Hay nuevo cine europeo?. ¿Por qué las dos películas que vi (“Falkenberg Farewell” y “Falling”) parecían especiales de Hallmark habladas en idiomas exóticos?

19) “El documental es de autor o no es” me decía un amigo. Lo curioso de “Instrument” y “Building A Broken Mousetrap” es como revelan la autoría de Jem Cohen no tanto mediante sus marcas de estilo mas obvias (esas filmaciones de ciudades, autos que pasan, gente que camina, obras en construcción: la poesía urbana) sino en la intensidad con la que transmiten una cierta visión de la música como una energía poderosísima, capaz de darnos la fuerza para vivir en mundos mejores.

Fugazi – Glueman (Dirigido por Jem Cohen).

20) Me sentía tentado a batirme a duelo con todos los idiotas que hablaban mal de Christopher Guest. “For Your Consideration” es otra prueba mas del increíble talento de ese tipo y su grupo de actores. Es extraordinario como utiliza las distintas capas de ficcionalidad, los shows dentro del show (en los que pareciera que nadie se preocupa por lo que el otro tiene para decir) para entregarnos otra historia sobre perdedores hermosos, gente ilusionada por maquinarias que siempre terminan aplastándolos. La escena final, por añadidura, es de lo más creepy que vi en muchísimo tiempo y te hace sentir realmente mal, al mismo tiempo que te matas de risa.

21) En definitiva, todos deberíamos volver a ver “Matinee” de Joe Dante.


Beasts es un proyecto de Fantagraphics, un libro en el que les piden a diversos artistas que dibujen su monstruo favorito. Hay cosas magníficas como un Leviathan por Tony Millionaire y un Peg Powler (supongo que es una especie de hada inglesa que se come niños) por Jaime Hernandez. La imagen de arriba es un Jersey Devil por Kim Deitch. Vayan, miren!.


People.

“El 90% de todo es basura”

(La ley de Sturgeon)
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En estas últimas semanas estuve sumergiéndome en la blogosfera comiquera estadounidense. Debo admitir que me estuvo chupando bastante tiempo, ya que la frecuencia de los posteos es alarmante y la longitud y calidad de las discusiones sorprendente.
Hay varias cosas que la distinguen y la vuelven bastante interesante. En primer lugar, su organización. Una serie de blogs centrales que funcionan básicamente como blogs de noticias pero que de vez en cuando publican ensayos u opiniones mas largas (The Beat, Blog@Newsarama, Journalista!, The Comics Reporter) y luego una serie de blogs personales que recogen las noticias y generan discusión.
En segundo lugar la amplitud de los temas cubiertos. El objetivo de estos blogs es cubrir la mayor cantidad de noticias en el campo amplio y ancho de los comics: manga, superhéroes, indie, europeo, etc. Esto no es un rincón aislado que se centra en el comic de superhéroes y cuyo tema de discusión es quien ganaría en una pelea, ¿Superman o Hulk?
Lo cual me lleva al tercer punto: la calidad y la frecuencia de las discusiones. Sean estas sobre el manga para adultos que se puede comprar en Estados Unidos, el último escándalo sobre Eightball o la nueva estatua de Mary Jane, todas son en general se producen entre personas con una alta capacidad discursiva y de redacción, informados sobre el tema del que están hablando y donde se proponen *gasp!* ¡argumentos!. Esta bien que algunas de ellas terminan cerrándose sobre si mismas o debatiendo boludeces (las feministas suelen ponerse bastante densas), pero siempre generan lectura interesante que se responde de blog a blog. Creo que esa era una de las utopías de la blogosfera rioplatense cuando comenzó, ¿o no?. Así nos fue, también.
Y, por último, pero no menos importante, estos blogs alojan una masa crítica bastante interesante. Es curioso como ha florecido la crítica de comics en Internet. Esta bien que no tiene aun el nivel alcanzado en otras artes, que le falta un léxico propio y que, en definitiva, es un oficio que se encuentra en desarrollo. Pero parte del encanto es justamente ver como evoluciona en tiempo real y, por otro lado, mucha agua ha pasado debajo del puente desde el modelo “Wizard” consistente en bromas estúpidas para adolescentes retardados y repetición de datos estériles como si de una oficina compiladora de estadísticas se tratara. Solo hace falta leer a Jog, a Dick Hyacinth, a Marc Singer, a los Savage Critics, para comprobarlo.
Ahora, bien, de entre todos los tópicos, la discusión que sigue surgiendo con alarmante regularidad es aquella que se viene peleando hace por lo menos 30 años: comics de superhéroes, ¿si o no? Si bien la retórica se ha calmado últimamente y los manifiestos a favor de la muerte y reemplazo de los hombres en capas por otras formas “más artísticas” han disminuido, aun ocupa demasiados caracteres en las pantallas del mundo.
Los motivos para esta calma son dos: en primer lugar, es obvio que la aceptación de los comics por parte del mainstream (literario y de los otros) viene por el lado de lo que (hablando mal y pronto) podemos denominar “indie”. Chris Ware, Daniel Clowes, Craig Thompson y Alison Bechdel, entre otros, continúan la tradición iniciada por el polémico Pulitzer a Maus y se presentan como la avanzada de los “comics-como-medio-respetable-para-gente-que-piensa”. Ayudados por la apertura del canal de distribución en las librerías, las obras de estos autores son consideradas la avanzada de los “comics literarios”.

En segundo lugar, el lugar del mainstream que era ocupado ubicuamente por los superhéroes ha sido usurpado por el manga. Es evidente que lo que sucede es que Estados Unidos ha terminado poniéndose al día con el fenómeno mundial y que los jóvenes (y acá hay otro dato de fuste: los fanáticos cuentan en sus filas con una abrumadora cantidad de mujeres) consumen manga a niveles insospechados.
Esto deja a los superhéroes en una posición incomoda: una especie de tierra de nadie que alimenta a una fanbase que disminuye continuamente, que no se renueva, mas interesada en el periodismo al estilo Wizard y las minucias de la continuidad que en las buenas historias. Y con una industria que se dedica a alimentar sus peores instintos, dándole basura como Alex Ross y Brad Meltzer.
Es significativo, justamente, que esta fanbase sea la que rechaza con más virulencia a aquellos escritores y artistas que intentan ampliar las fronteras del género. Son los típicos nerds que repudian a gente como Milligan, Morrison o inclusive Bendis por considerar que están “violando a su infancia” al cambiar a sus personajes, que sus comics son “difíciles de leer”. “By golly, Batman, good writing doesn’t have a place in superhero comics!”. Lo cual demuestra su estupidez y anquilosamiento. Son equivalentes a los dinosaurios: especimenes que parecen destinados a desaparecer por su incapacidad congénita para adaptarse y reproducirse.
Y sin embargo, aun se ven discusiones como esta, en la cual se ataca a un crítico eficaz y ameno como Paul O’Brien con el solo argumento de que se dedica predominantemente a los comics de los X-Men y que eso inmediatamente le quita su habilidad discursiva. Lo cual es perder el punto de su X-Axis espectacularmente y habla mas de los prejuicios de sus interlocutores que de su actividad crítica. O’Brien declara sin ningún tipo de ambigüedad que es un fan de género, que lo que le interesan son los superhéroes y la franquicia X-Men, pero mas de una vez se ha dedicado a cubrir comics indie y su punto de vista cuando se acerca a estos comics protagonizados por personajes en mallas y leotardos esta informado predominantemente por las preguntas “¿Funciona como una historia?”, “¿Tiene buen storytelling?”, “¿Cumple con las reglas mínimas de la legibilidad?”, “¿Presenta ideas interesantes?”, “¿Cómo funciona dentro del marco mas extenso de la franquicia de manera temática y estilística?” etc. En otras palabras: lo que le interesa es ver como una historia se desarrolla y crece dentro de los marcos propuestos por un universo compartido y un género especifico y no determinar porque Wolverine actúa de una manera en un comic y de otra en otro y de que manera esto viola la Gran Biblia Claremont de La Escritura Correcta. Es una tarea loable, creo yo, y sus esfuerzos son muy entretenidos de leer. Además ayuda que sea uno de los tipos con más sentido del humor para destrozar comics tremendamente malos y que su actitud sea aquella tan digna de “do not suffer fools, ever”.

Por otra parte, existen dos filtros con los cuales yo leo estas discusiones: en primer lugar, como habitante de un país que no tiene industria del comic (si, si, ahora hay una pequeña explosión, hay avenidas por las cuales toda una generación de artistas consignados al anonimato o la marginalidad de la auto-publicación están consiguiendo exponer sus obras. Pero sigue siendo una llama pequeñísima, un primer grito sobre el cual hay que construir muchísimo. Estamos muy lejos de tener nuestra Drawn And Quarterly) y en segundo lugar, como fanático del género superheroico.
El primer filtro causa que pueda observar estas discusiones con cierta distancia que desnuda su cuota de ridículo: vamos, muchachos, deberían estar agradecidos de vivir en un país donde Adrian Tomine publica un nuevo numero de Optic Nerve y es un acontecimiento digno de conseguir cobertura en algunos de los medios escritos mas importantes. Mierda, ¡el solo hecho de que alguien como Adrian Tomine pueda hacer una carrera publicando comics debería ser motivo suficiente de alegría!
Esta bien que su audiencia es acotada, que no veremos a los escolares en sus colectivos rojos leyendo “Shortcomings”, pero esto no tiene que ver con el supuesto mal funcionamiento de la industria y el opresivo peso de los superhéroes. Tiene que ver con algo mucho más simple: la gente es estúpida, poco curiosa y abúlica. En la gran mayoría de los casos no les interesa el arte ni las ideas. Ese es el motivo por el cual los Pynchon y Vonneguts del mundo no venden tanto como los Coelho. ¿Por qué motivo de pronto “Acme Novelty Library” debería ser el comic que el americano medio lea antes de irse a dormir? ¿Porque tiene dibujitos y eso lo vuelve más digerible? Vamos, creo que ni siquiera querrían que el americano medio lea a Chris Ware. ¡No entendería nada! O lo entendería todo de una manera confusa y retorcida. ¿Realmente queremos eso?. Prefiero toda la vida una audiencia pequeña pero interesada y capaz de enriquecer el trabajo con sus lecturas, análisis y apreciaciones que la pantomima de construir una biblioteca porque es lo que da status y prestigio.
El segundo filtro da una lectura más parcial, pero me niego a pensar que completamente falsa. Todavía se produce mucho buen material dentro del género superheroico y es bastante idiota pensar que podes tirar todo solamente porque te cargaste al hombro la tarea mesiánica de rescatar a los comics de si mismos. Los Brubaker del mundo no deberían pagar por los errores de los Winick (aunque esos errores sean muchos, espantosos y desagradables). En este punto una critica inteligente capaz de señalar lo que vale la pena y defenestrar lo que no se vuelve importante. O, mejor aun, adoptar una actitud consciente que se traduzca en comprar y leer solo lo que nos da placer, para rescatar lo hermoso que existe en este medio y en ese género particular y no alimentar la maquina del hype y la perpetuación continua de trademarks agotadas. Obviamente que hay mucha (MUCHISIMA) basura, pero también hay gente talentosa produciendo cosas magnificas y yo creo firmemente que aquello válido artísticamente tiene una manera de manifestarse y brillar hasta el final y que algo como los Fantastic Four de Waid y Wieringo seguirán siendo leídos por las generaciones venideras, por su magia y amor a sus personajes y su medio, por su capacidad para construir historias emocionantes y geniales, mientras que las JLA meltzerianas terminaran siendo relegadas como lo que son: continuity porn, la paja de un fanático sobre sus héroes. Solo hay que tener fe y quitarse de encima los prejuicios. Los superhéroes le han hecho mucho mal al medio, pero hoy en día no son la amenaza, no son el enemigo y hay que dejar de darles ese status de cuco que se traga las aspiraciones artísticas porque a) hay demasiadas cosas buenas en ellos y b) ya no lo son.

Y, por otro lado, ¿cuanta basura se produce por el lado de los comics considerados “independientes”? Por cada “Fun Home” debe haber 10 minicomics inmundos que le roban el estilo de dibujo y los temas a Jeffrey Brown.
Una vez más, el problema radica en ser consumidores conscientes, capaces de separar la paja y el trigo y generar nuestros propios estándares estéticos. Claro que esto es mucho más difícil que armarse de prejuicios y odio y salir a quemar capas.

Update: luego de charlar un poco sobre el tema con Andrés Accorsi por mail, me doy cuenta que meter a Comiqueando en la misma bolsa que Wizard es, cuando menos, muy injusto. Si bien tengo mis diferencias estéticas y estilísticas con respecto al modo de encarar la crítica / periodismo sobre comics con quienes la realizan, es una revista que supera con creces el modelo Wizard, que creo todos podemos concordar es El Mal. Además, yo probablemente no sería fanático del comic de no haber leido la Comicú entre 1994 y el 2001. Por lo tanto, prefiero editar la frase donde la mencionaba para que quede «modelo Wizard». Creo que es más preciso y menos mala leche. No siempre hay que matar al padre.

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Si los comics son un tema que a muchos de ustedes les parece ajeno o misterioso, que opinaran sobre la historia, otra de mis pasiones. A esta disciplina que decidí estudiar la aquejan muchos de los mismos problemas que a los comics: inaccesibilidad, cerrazón, libros a precios prohibitivos, un lenguaje y presentación que desalienta al neófito y, sobre todo, una corporación que domina su conocimiento y difusión como si escondiese un secreto religioso. Y que esta mas interesada por su propia colocación individual y su capacidad trepadora que por comunicarle algo a su potencial audiencia.
Supongo que cualquier estudiante de humanidades se enfrenta al mismo problema y que, si es minimamente inteligente, se asquea de la manera en que la corporación de los profesores se maneja como si fuesen camarillas mafiosas, desesperadas por acumular recursos y arrastrar a sus enemigos por el barro. No es que los estudiantes sean mejores, de cualquier modo: o son imbéciles a los cuales la revolución setentista dejo atrás y que se enmascaran en un falso altruismo y activismo de corto plazo, ideas izquierdistas vencidas e idealismo francamente impracticable (cuyos estándares, por otra parte, de ser aplicados a ellos los revelarían tan podridos como aquellos que quieren combatir), detalles todos que revelan su completa ignorancia sobre el accionar político efectivo; o son pichones de esos mismos profesores, destinados a reproducir su accionar inmundo y a investigar cosas insignificantes, detalles arcanos, completamente desconectados del ahora e incapaces de generar discusión o intercambio de ideas. Su futuro reside en la reproducción del sistema de congresos en donde todo lo que importa es el certificado y quizás una publicación de segunda en alguna editorial universitaria.

¿A que viene todo esto? Hace un par de semanas se realizaron las XI Jornadas Interescuelas de Historia, aquí en San Miguel de Tucumán, el congreso mas grande de Argentina, el lugar donde se supone que la corporación de los historiadores se reúne a discutir ideas y a ponerse al día con lo que se viene investigando. ¡Una gran reunión de mentes! ¡Un acontecimiento científico sin parangon! ¡Un lugar donde la creme de la creme se reúne a iluminarse mutuamente!.
Patrañas. Lo que realmente son las Interescuelas es una gran usina expendidora de certificados, una bolsa de gatos donde hay más de 1500 trabajos y donde lo único que importa es decir tu parte y quizás chuparle la pija a alguna personalidad consagrada. El tamaño solamente de la reunión vuelve completamente imposible articular algún tipo de discusión interesante. Uno se mueve por los pasillos y aulas como un zombie, esperando encontrar alguna mesa decente. Temas e hipótesis perimidos son repetidos por personas a las que lo único que les preocupa es tener su papelito dictaminando que expusieron y largarse de ahí. Los asuntos de los que más se hablan en los pasillos no tienen que ver con nuevos avances en el conocimiento histórico o con intercambios intelectuales de altura, sino con luchas de poder entre camarillas y clavadas de puñales varios. Las mesas destinadas a temas contemporáneos que se salgan un poco del molde “politicasociedadeconomia” son mínimas. El concepto de fuente es vetusto y ridículo.
Caveat: yo este año fui solo…2 horas creo. Pero esas dos horas fueron suficientes para mandarme huyendo hacia las colinas y para confirmar lo que ya sabía: todos los idiotas que se quejan porque las masas consumen la versión para mogólicos de Felipe Pigna de la historia se lo tienen merecido. ¡¿Que es lo que proponen a cambio?! ¿Aburridas investigaciones sobre un gremio insignificante en los años 30? ¿Análisis demográficos de la colonia? ¿“La importancia de los exiliados rumanos en la Argentina del centenario”?. Fuck ‘em. La gente todavía se hace pajas pensando en la “revolución intelectual de los Annales”. Claro que olvidan mencionar que tiene…70 AÑOS. Todos son tan cautelosos para cuidarse los traseros y los contactos que la posibilidad de que surja un grupo dentro de la corporación que busque diferenciarse de sus precursores es ínfima. Todos buscan reproducir lo que ya se sabe, lo que esta probado, lo que ya se ha investigado, solo reduciendo el marco de análisis cada vez mas, hasta niveles microscópicos, que no tienen ningún sentido en el gran esquema de las cosas. Imaginemos una ucronía: el punk nunca sucedió, ni en espíritu, y ELP dominan los charts en el 2007. Bueno, algo así es la mafia de los historiadores profesionales.
Y aquellas voces que se alzan en descontento son aun peores. Durante las Interescuelas los estudiantes se reunieron y realizaron una de esas grandes asambleas donde chillan mucho y deciden nada. Una de sus conclusiones fue: “Se repudia el carácter elitista y alejado de las problemáticas sociales que se evidencian en estos congresos, expresado de manera exponencial en la apertura que se realizó este año con la charla de Chartier sobre Cervantes y Cardeña”. O sea que o nos entregamos al academicismo estéril o caemos en brazos de la dictadura del activismo social y político. “No señor, ni se le ocurra escribir sobre la Historia de la Moda (o de los comics, o de la masturbación o del diablo o de la Guerra Civil Española o de la Revolución Rusa o de los anarquistas sudamericanos) porque AQUÍ SE HABLA DE LAS PROBLEMÁTICAS SOCIALES”. ¡Espero con ansias que su auto designación como censores de lo que es políticamente correcto investigar nos guié a un futuro brillante! Seguro ellos ya están ahí, con sus trabajos punzantes sobre la protesta social y la lucha de clases. Ah, ¿no? ¿Que estaban muy ocupados intentando conservar sus míseros espacios de poder en centros de estudiantes y tomando vino barato? ¡Caramba! ¿Que será de nosotros sin su brillante ingenio para guiarnos? No, claro, se comprende, ¡la revolución es algo MUY DIFICIL de organizar!
“Pero Amadeo” me dirán, “el objetivo de esas jornadas no apunta a llegar al gran publico. ¡Es una MAGNÁNIMA obra de construcción colectiva! ¡En esas reuniones se ponen los ladrillos para el futuro!”. Basura, basura, basura. Para lo único que se ponen los ladrillos es para construir la muralla alrededor de la historia que la vuelve estéril y tan poco atractiva para un ser normal. Deberían quedarse en sus casas escribiendo, analizando y leyendo hasta llegar a construir algo que de hecho aumente el conocimiento histórico, que ayude a progresar a la disciplina. El talento de todos los grandes historiadores proviene de su ambición, de su capacidad para tomar muestras aparentemente insignificantes y a partir de ello pintar una imagen global. Thompson puede haber escrito sobre la lucha de clases en Inglaterra en el siglo XVIII, pero lo que lo vuelve un genio es la manera en que esa muestra aun nos habla sobre la manera en que funciona el capitalismo a escala global. Lo que lo vuelve un genio es su incansable insatisfacción intelectual, no el caer rendido ante formulas fáciles. Pero bueno, caer rendido ante formulas fáciles siempre es mas simple que pensar.

Y sobre todo, deberían aprender a escribir. ¡Por dios! Pocos grupos tan grises y aburridos de escritores he encontrado como los historiadores argentinos en estas reuniones. ¡Que poco preocupados por el estilo que están! ¡Que tremendamente carentes de vida que son sus trabajos! ¿Acaso no les interesa lo que investigan? ¿Acaso no se refriegan las manos como científicos locos ante el descubrimiento de un dato nuevo? ¿Para qué carajo estudiaron historia? ¿Para ser burócratas del conocimiento?
Llámenme iconoclasta o loco o reaccionario, pero creo que la única base para el estudio de la historia debería ser la pasión. La manera en que funciona el gremio tiende a convertirnos en engranajes, pedazos de una maquinaria que se perpetúa y nos hace olvidar todo lo hermoso que podría existir (y existe en obras increíbles) dentro de esta disciplina, el hecho de que en el fondo combina todo lo bueno de un detective, un escritor y un (seudo) científico. Las enormes cantidades de información que nos brinda y nos enseña a manejar. La manera en que ayuda a enriquecer y complejizar un mundo que la mayoría de las veces vemos en tonos de blanco y negro. La satisfacción que da poder entender las causas de un proceso. Lo hermoso que es poder relacionar todas las facetas de la actividad humana como en un puzzle que se extiende inconmensurablemente. La libertad de comprender que todo es historia y que podemos investigar sobre lo que queramos mientras lo hagamos con altura y conocimiento de causa. Y, sobre todo, el hecho de que siempre va a estar incompleta, de que siempre habrá algún debate nuevo, algún punto a discutir, algún espacio oscuro.
¿Hay algo mas satisfactorio y emocionante acaso para el practicante de una disciplina intelectual interesado en el discurso el saber que este nunca se va a acabar? ¿Y que los descubrimientos de hoy van a ser las discusiones del mañana, continua e infinitamente aumentando nuestra conocimiento?. Yo creo que no. No hay que dejar que los hombres grises del status quo oscurezcan este detalle maravilloso sobre la historia.

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El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquél que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es riesgosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio.

(Italo Calvino, Las Ciudades Invisibles).