Oportunidades desperdiciadas

No es una mala películaThe Social Network, de hecho me gustó y no quiero hablar muy mal de ella, pero sus defectos me parecieron más dignos de mención que sus virtudes. Es una película entretenida, bien narrada, bien actuada y que despierta interés aunque todos sepamos qué pasó (Zuckerberg hace Facebook, todo el mundo usa Facebook, Zuckerberg se pudre en plata) pero no puedo dejar de verla como una oportunidad desperdiciada.The Social Networktenía que ser la primer gran épica de nuestra generación, un retrato de la era digital, pero se queda corta. La película es una épica empresarial que se podría ambientar en cualquier época cambiando la empresa y no se perdería nada de la historia, que sea sobre Facebook y la web 2.0 parece apenas una eventualidad pero es esa eventualidad la que nos hizo ver la película. Y no, no es una mala épica empresarial, pero simplemente no es todo lo que podía ser.

David Fincher es un director correcto, logra películas fácilmente mirables y estéticamente placenteras, sin excesos y sin mucha personalidad. Así, correctas, bien moderadas. No molestan y lucen bien pero dan poco para pensar y dejan poco en la memoria. Ni hablar de correr riesgos o de poner ideas de verdad en las películas, pero tampoco es que les pedimos eso a todo el mundo. Típico director que viene de la publicidad, menos un autor que un técnico eficiente. Y lo primero que me pregunto es como sería esta película en las manos de otro director. Fincher agarró un tema actual, que le interesaba a todo el mundo, con el cual el cine prácticamente todavía no se metió y no hizo nada con él. Con el hype que rodeaba a la película esperaba ver un retrato del creador de Facebook que se expandiera y se convirtiera en un retrato de nuestra época, un análisis de la vida en la era digital, lo que sea pero algo más. La falta de análisis de cualquier tipo hace que la película se sienta genérica, como que no tiene nada realmente para decir y no es que a todas las películas le pido la misma cantidad de contenido pero con un tema como este había cosas más interesante para hacer, había tanto para decir pero Fincher no se juega en ningún momento.

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Cuando vi el trailer de Black Swan me ilusioné, después me enteré que era de Darren Aronofsky y me decepcioné, después decidí darle una oportunidad, después me decepcioné de nuevo. No me atrevía a ver una película de Aronofsky desde Requiem for a Dream y (aunque esta nueva es muchísimo mejor que aquel horror) siento que podría haber dejado las cosas así y seguir sin ver ninguna y no me habría perdido nada.

Black Swan cuenta la historia de Nina (Natalie Portman), una bailarina de ballet reprimida, introvertida y con una madre sobreprotectora que se esfuerza para conseguir el papel principal en una puesta de El lago de los cisnes. El director (Vincent Cassel) ve a la inofensiva Nina ideal para interpretar la parte de Odette, el cisne blanco, pero duda que sea capaz de hacer a Odile, el cisne negro. En el medio aparece Lily (Mila Kunis), una bailarina nueva en la compañía que baila tan bien como Nina pero de forma más suelta y sin la represión sexual, el cisne negro a su cisne blanco. El enfrentamiento con su lado oscuro y sus impulsos reprimidos conllevan al lento descenso en la locura de Nina.

Aunque esto no suena necesariamente mal en el papel la película termina siendo algo así como Repulsion filmada por un Polanski sin talento. Los personajes son unidimensionales y no tienen ningún desarrollo real. Nina recibe un poco más de tratamiento pero es básicamente solo un avatar de la inocencia y la represión puesto ahí para ser instrumento de la historia, Lily es el opuesto de Nina y solamente funciona como un mecanismo narrativo, como parte del simbolismo general de la película, la madre solo aparece para estar loca y gritar y el director es francés y eso es todo su personaje. Ninguno tiene pasado, historia ni nada en la vida más allá de lo que filma la cámara.

Aronofsky es un director deshonesto, su estilo es un montón de trucos y afectaciones para convencer al espectador de que está viendo una obra profunda que trata cuestiones importantes. Es todo un engaño. En Black swan usa el simbolismo y la ambigüedad como si fueran un valor en sí mismo. Debería decirlo en el poster, “this movie features: symbolism, ambiguity”. O tal vez en la calificación de la MPAA “rated ART for symbolism and ambiguity”. Cualquier ambigüedad sobre el valor de realidad de algún evento es eventualmente aclarada (¿desconfiará de la inteligencia del público y creerá que no van a entender si no explica algo?) o es finalmente irrelevante y el nivel de simbolismo que usa es el más básico posible. Los simbolismos no sirven para agregar una capa nueva de significado en la película sino que subrayan lo que ya está en la historia hasta hacerlo estúpidamente obvio. Todo está basado en la oposición cisne blanco/cisne negro, el primero representado por Nina y el segundo por Lily, y parece una idea bastante simple pero Aronofsky parece tener miedo de que alguien no lo entienda y llega a límites como hacer una escena en la que Nina alucina que le crecen plumas negras de la espalda (acá podría mencionar también que apenas aparece Lily vemos claramente que tiene un tatuaje en forma de dos alas negras en la espalda). Está aterrado por no dejar algo suelto, algo que no se entienda fácilmente, algo que podría dejar pensando al espectador, no se atreve a jugarse con nada, ofrece respuestas antes aún de que nos planteemos las preguntas, es desesperante.

El descenso en la locura de Nina es paralelo al descenso de Aronofsky en la vulgaridad durante el cual va sucumbiendo a sus peores instintos y usando sus peores recursos. La película avanza y empiezan a aparecer los cortes rápidos para hacerte saltar del asiento, los raptos de locura con montaje rápido y descontrolado, las alucinaciones ridículas, las escenas más obvias, el tono menor de la primera mitad de la película desaparece y terminamos con una vuelta de tuerca poco sorprendente.

Lo peor de Black Swan, lo que la hace realmente odiosa, es que la película podría haber sido mejor, podría haber sido buena. La materia prima estaba ahí, se nota fácilmente. El problema es el mismo que con Social Network con la diferencia que Fincher no hizo una completa basura con su película. Hacía falta un director con un poco más de sutileza, más inteligente, con menos miedo a la ambigüedad, que confiara un poco más en la inteligencia del espectador, más capaz de mantener el tono y un ritmo razonable, pero en vez de eso está Aronofsky.


The Lurker In The Dark.

Hará una semana vi “Zodiac” de David Fincher, después de mucho tiempo y muchas recomendaciones. La película, para hacerla corta, me pareció excelente. Es lo mejor que de Fincher, sin lugar a dudas. Los meritos de la película son varios, pero me parece que nos podemos concentrar en dos cosas: en primer lugar, en los personajes. Los 3 protagonistas son enormes personajes, muy bien delineados. Si bien a Donnie Darko se le va un poco la mano con los manierismos de tipo nervioso (cosa que a mí no me molestó tanto, creo que es en lo mejor en lo que actuó desde la película del conejo perturbador), los otros dos están excelentes. Obviamente no podíamos esperar menos del GRAN Robert Downey Jr., uno de esos actores únicos, como Christopher Walken, que transforman cualquier película en la que actúan. Automáticamente deja de ser “buena” o “mala” para pasar a ser “una película con Christopher Walken”. O con Robert Downey Jr.
La otra sorpresa es Mark Ruffalo, que logra un policía que al mismo tiempo parece una reminiscencia de aquellos duros vigilantes de los 70 (hasta lo comparan con Bullitt, por dios!) pero con enormes toques de humor y una buena dosis de autoconciencia. Combina afabilidad y detalles humanizantes con una plena conciencia de que en cualquier momento te puede partir un brazo.
Pero es el segundo elemento el más interesante y tiene que ver con la manera en que pinta al mal: como un agujero negro por el que los protagonistas se pierden. Lo mejor del film es que el mal no tiene cara, que las pistas se acumulan, formando pilas y pilas y pilas de papel inservible, incriminando a uno y a otro, pero jamás resolviéndose. La tesis, muy similar a la de “The Thing”, es que el mal es multiforme, que nos rodea, que podría ser cualquiera de nosotros y que la búsqueda de justicia es algo fútil en este mundo.
Al mismo tiempo, al centrarse en un caso sin solución, un asesino serial sin cara, la película lo eleva, lo transforma, volviéndolo el arquetipo del “cuco”, del “hombre de la bolsa”. El Zodiaco es casi sobrenatural, una presencia siempre ominosa pero nunca descubierta. Y hay un elemento que demuestra la genialidad de Fincher: el uso de la canción “Hurdy Gurdy Man” de Donovan al final de la película. A pesar de haberla escuchado miles de veces antes de ver “Zodiac”, hoy por hoy puedo decir con seguridad que me va a costar horrores no pensarla como un elemento fundamental de la película.
Porque funciona tan bien. “Hurdy Gurdy Man” es una canción hippie, completamente. Incluida en un disco compuesto por Donovan poco después de volver a la India (acompañado, entre otros, por los Beatles y Mike Love), como gran parte de la obra del pequeño escocés en los 60 es uno de esos himnos al amor, las flores, el pelo largo y todas esas boludeces.
Ahora bien, yo detesto al hippismo, pero con Donovan nunca tuve problemas. ¿Porque? Creo que es porque lo que para mi constituye la base de la música de Donovan tiene mas que ver con una tradición pastoral, infantil, de cuento de hadas inglés que con un verdadero apego al flower power (chequeen el sublime “H.M.S. Donovan”* para entender de lo que estoy hablando). Si bien es parte del zeitgeist, muy felizmente, yo siento que su música esta filtrada por una óptica literata y (a falta de mejor palabra) whimsical que lo emparenta más con gente como Lewis Carroll y J.M. Barrie que con, no se, Jefferson Airplane.

La genialidad de Finch reside en entender perfectamente esta aura y darla vuelta. Donde antes el Hurdy Gurdy Man era o un personaje de cuentos infantiles que trae caramelos y felicidad o un guru misterioso que trae ácido y felicidad (que es mas o menos lo mismo, si lo piensan), en el contexto de Zodiaco es El Cuco, el hombre malo que sale de la oscuridad y te dispara en el cuello con pistola y silenciador. Esa inversión que realiza Fincher es aun más terrorífica porque los asesinatos comienzan justo cuando el verano del amor estaba llegando a su fin. Y justamente en San Francisco. El Zodiaco también es un producto de los 60, el resabio, el aborto oscuro de una época que se suponía destinada a la gloria. Un virus mucho mejor adaptado al mundo que los sueños de amor libre y felicidad y que por lo tanto resiste en esa década de esperanzas destrozadas que son los 70.
Es la materia de la que están hechos nuestros sueños convertida en una cabeza dada vuelta, piernas tentaculares y ojos alienígenos saliendo del cuello. Y creo que el impacto de esa canción al final de “Zodiac” va a perseguirme por siempre.

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Thrown like a star in my vast sleep
I’m opening my eyes to take a peep

To find that I was by the sea
Gazing with tranquility

‘Twas then when the hurdy gurdy man
Came singing songs of love

Then when the hurdy gurdy man

Came singing songs of love

Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy gurdy he sang
Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy gurdy he sang

Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy gurdy he sang

Histories of ages past
Unenlightened shadows cast

Down through all eternity

The crying of humanity

‘Tis then when the hurdy gurdy man
Comes singing songs of love

Then when the hurdy gurdy man

Comes singing songs of love

Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy gurdy he sang
Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy hurdy gurd

Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy gurdy he sang

Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy gurdy he sang

Here comes the roly-poly man
He’s singing songs of love

Roly poly, roly poly, roly poly poly he sang

Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy gurdy he sang

Hurdy gurdy, hurdy gurdy, hurdy gurdy gurdy he sang
Roly poly, roly poly, roly poly poly he sang

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Sin embargo, ya existe un gemelo deforme de “Hurdy Gurdy Man”: el cover de los Butthole Surfers. Si bien no cuenta con el nivel de malignidad en el que la recontextualización de Fincher coloca a la canción, en la gloriosa tradición de los B.S. logran hacerla sonar como una canción del infierno, como la versión lisiada, con quemaduras de tercer grado del original.
Lo logran con muy pocos elementos. Básicamente lo que hacen es amplificar al mango las propiedades psicodélicas inherentes en la composición, pasando la voz en reverso de manera que quede como una especie de balbuceo estuporoso y utilizando las guitarras como largos, larguísimos, lamentos producidos por un vagabundo en ácido. Todas esas propiedades están en la canción original, que tiene un componente de repetición y drone muy grande, pero en manos de los Buttholes, esos adorables freaks (los verdaderos fearless freaks son ellos, no los maricas de los Flaming Lips), la canción se transforma a su imagen y semejanza. Esto es: fea, amenazadora, ligeramente inquietante y siempre, siempre, proviniendo de un lugar lleno de niebla en el que pulula un grupo de locos escapados de un manicomio.
Es una versión fabulosa porque es un espejo oscuro, porque toma todo lo que era bueno en la canción y lo vuelve payasesco. Pero payasesco a la manera de los Surfers, lo cual quiere decir que en cualquier momento podemos tener una nariz de goma en fuego o unos pantalones gigantes manchados de sangre.
Creo que lo mas genial de la versión (que acá hago sonar como mas maligna de lo que en realidad es, pero los texanos locos siempre supieron ponerle muchísimo humor a sus veladas amenazas) es el oscurecimiento de la voz. Si leen la letra van a ver que es casi una idiotez, un compendio de optimismo y sol. Al volver la letra incomprensible los Surfers nos dicen que el optimismo, el sol, la bondad, el amor, son cosas pantanosas en el mejor de los casos, oscurecidas por las nubes, por la mancha negra que es la humanidad y la locura, que se extiende como brea impidiendo la comunicación. Y que todo esto puede residir en los lugares más insospechados, en la noche, producto de nuestros sueños, esperando oculto para saltarnos por la espalda como un duende de colmillos afilados.

Donovan – Hurdy Gurdy Man
Butthole Surfers – Hurdy Gurdy Man

(*Fé de erratas: puse «A Gift From A Flower To A Garden» cuando en realidad pensaba en «H.M.S. Donovan», disco precioso e increíble de canciones infantiles, en el que se da el gusto de ponerle música a gente como Carroll, Lear y Yeats. Búsquenlo porque vale MUCHO la pena.)