Don’t let our youth go to waste

Después de algún tiempo desaparecido, decidí forzarme a mí mismo a romper mi bloqueo y sentarme hasta que saliera algo posteable. No tuve que pensar mucho sobre el tema del post. Viendo lo que más estuve bajando y escuchando últimamente era obvio que tenía que elegir. Este es un post sobre Jonathan Richman.

Hay una cuestión al respecto de Richman que me fascina desde la primera vez que escuché el debut de los Modern Lovers, su profundo anti-rockismo. La suma de un culto a la inocencia y la honestidad, una fascinación por el infantilismo, la idealización máximo del amor y la capacidad tal vez única de tratar esos temas sin ningún tipo de ironía hacen de Richman lo diametralmente opuesto a cualquier imagen rockera.

Tomemos «Dignified and Old», uno de los mejores temas del disco debut de los Modern Lovers (y sobre el cual ya escribí una vez pero no puedo dejar de lado acá). Este fue el primer tema cuya temática me sorprendió. Mientras gran parte del rock está enraizado en una tradición que desde que Roger Daltrey cantó por primera vez eso de «I hope I die before I get old» todavía cree en vivir rápido y morir joven y levanta como ídolos a sus jovenes célebremente muertos como imágenes de rebeldía y nihilismo, Richman le decía a su público «no mueran hoy, algún día vamos a ser viejos y respetados juntos»:

My telephone never rings
She’d never call me
I hate myself today
But I can see through this bitterness and sadness
And so I won’t die
Someday I think I’ll be dignified and old

El rock está lleno de un montón de mentiras y Jojo lo sabía desde el principio. Después de todo, nadie quiere realmente morir joven.


(Noten cuan increiblemente fuera de lugar parece Richman hasta entre su propia banda)

Richman empezó a tocar inspirado por su fanatismo por Velvet Underground, por la intensidad y la belleza, la claridad y la simpleza con la que podían expresar emociones inexistentes en el resto del rock de la época y una visión absolutamente personal del mundo. Y Jonathan intentó hacer lo mismo. Desde el principio (especialmente en el principio) se nota que Richman está tratando de generar una reacción en la audiencia, de hacerlos sentir algo y así lo cuentan las grabaciones en vivo y sus diálogos con el público, en las anécdotas de canciones que termiaban con el de rodillas y la cara llena de lágrimas, en los shows en los que tocaba «Foggy Notion» en una época en la que todavía era un tema inédito y no era lo mismo tocar un tema de la Velvet.

En una época (finales de los 60s, principios de los 70s) en la que el rock estaba lleno de rebeldía adolescente, odio a la sociedad establecida, ideas prefabricadas sobre cambiar el mundo y excesos hedonistas, un adolescente tardío con cara de bueno cantaba sobre ser viejo, sobre amar el rock and roll pero también amar al viejo mundo y a tus padres y las casas de los 50s. Richman estaba dándole la espalda a toda una generación que no sentía que le estuvieran diciendo nada. Estaba negando todas sus mentiras y clichés para tratar de mostrar su visión personal del mundo y hablar de la vida real al igual que la banda que lo inspiró a tocar en primer lugar. «For me, one song about your real life is worth ten ‘professional’ songs» dijo alguna vez hablando de The Shaggs resumiendo en una frase su acercamiento a la música.

Este rechazo de su generación se materializa al máximo en una canción y en un personaje, «I’m Straight» y su Hippie Johnny. Posiblemente la única canción de los Modern Lovers donde se nota verdadera furia y mala onda (especialmente en las versiones tempranas en vivo que además de ser más intensas tienen diferencias en la letra de la versión de estudio que es un poco más medida) retrata a un hippie patético que aún así logra quedarse con la chica.

I’ve watched you meet
these new boyfriends, I know
And you tell how they’re deep
Look but, if these guys, if they’re really so great
tell me, why can’t they at least take this place and take it straight?
Why always stoned, like hippie Johnny is?
I’m straight and I want to take his place
Oh I’m certainly not stoned, like hippie Johnny is
I’m straight and I want to take his place

Richman opone su propia persona a todo un tipo de gente, un tipo de gente que prevalecía en su generación, a la gente «cool» que ve como seguidores de la moda superficiales que usan las drogas para tapar el hecho de que realmente son incapaces de sentir nada con profundidad. Esta idea sobre las drogas y usarlas para tapar los sentimientos verdaderos o la falta de ellos hace eco directamente con una línea de otra canción temprana de los Lovers, «A Plea for Tenderness».

Nunca grabada en estudio y conocida solo por la increible versión en vivo grabada en el 73 en Cambridge e incluida en Live at the Longbranch and More, «A Plea for Tenderness» podría ser la mejor, la más emotiva, la más intensa de todas las canciones de los Modern Lovers y del primer Richman. La canción se desenvuelve lentamente en más de 7 minutos en los que Jonathan intenta romper la coraza de una chica y ver más allá de la superficie hasta el pico de la canción en el que le grita enumerando todas las pequeñas herramientas que usa para distraerse del punto verdaderamente importante y le suplica que sea sincera.

You can’t hide, or take drugs, or cigarettes,
or dark outside, or cats, or all these other things,
that you use, so I can’t see you clear, I want to see you clear,
I want to be honest now, you’ve got to tell me know,
if you care about me and if you care about yourself.

Esa versión y la desesperación, la ansiedad, que transmite, resume perfectamente a Richman. Especialmente cuando en el medio de la canción logra meter otra frase más que simplemente hablarle a una chica resume perfectamente su idea de sinceridad artística.

I don’t wanna know, I don’t wanna hear
Abour your stupid cats or your homework
Let’s talk about love, or sex, or starving hearts
Or just shut up…

La faceta más importante de Richman de la que no me ocupé como corresponde es la eterna inocencia de temas como «Ice Cream Man», «Here Come the Martian Martians» o «I’m a Little Dinosaur», temática de la que también se puede ver el germen en el debut de los Lovers en el tema «Government Center» y su letra sobre ir a tocar para hacer sentir mejor a las secretarias mientras ponen las estampillas en esos sobres. Lo más importante de esa faceta es que suene tan sincera como todo lo demás que hace Richman y que sea tal vez el único músico capaz de cantar sobre temas tan naïve como eso y, al contrario de tantos artistas indies que intentaron lo mismo, hacerlo sin la más mínima ironía y sin nunca sonar forzado o fuera de lugar.

Tal vez eventualmente tenga ganas de volver a escribir sobre Richman y abordar los temas que me quedaron afuera, mientras Richman tiene un nuevo disco, Because her Beauty is Raw and Wild y recuerden que escuchar a Jojo los hace mejores personas.


5 comentarios en “Don’t let our youth go to waste

  1. Walter Hego

    Darío: Eso de que nadie quiere morir joven me parece una afirmación demasiado categórica. Injustificadamente categórica, diría yo.

    Pongámosle que todo el mundo quiera ser eternamente joven. Es decir, inmortal y nunca viejo.

    Cuando jóvenes, muchos sentimos que la muerte es una cosa que les pasa a los otros, y también tenemos la sensación de que la juventud es para siempre. En cierto momento tomamos conciencia de que somos tan mortales como todos los demás. Y peor aún, creo yo: no sólo nos damos cuenta de que la primera parte de la fantasía es sólo eso, una fantasía, sino que, además, la segunda también.

    Entonces concluimos que, dentro de lo posible, dentro de lo que sí es factible, lo segundo mejor es morir antes de experimentar la decadencia.

    Ahora voy a seguir leyendo la entrada.

  2. amb

    todo el mundo quiere ser inmortal y siempre joven. con mirar 15 minutos de publicidad te das cuenta.

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